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Quiroz: Historia de la corrupción en el Perú

1. Reportes de Ulloa 1749, 1763  y 1771 contra corruptos: El fracaso de las reformas coloniales, 1750-1820

Primeros reportes sobre la corrupción grave en el Perú por Antonio de Uolla - lucha eterna entre reformistas y corruptos "tradicionales" - indígenas se quedan con esclavitud y sus territorios son robados sistemáticamente por los blancos - la minería de mercurio en Huancavelica cae por corrupción de los tenientes y con muerte de masas de indígenas y contrabando etc. - virreyes son corruptos como nada y no tienen éxito con reformes porque ellos mismos se quedan corruptos

de Alfonso W. Quiroz (2013) - Traducción de Javier Flores Espinoza - IEP Instituto de Estudios Peruanos

Horacio Urteaga 694, Lima 11 - Telf. (511) 332-6194 - Web: www.iep.org.pe

A don Alfonso Martín y a sus ilustres abuelos - notas

presentado por Michael Palomino (2023)

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Índice

1. El fracaso de las reformas coloniales, 1750-1820 - p.59
Desvelando abusos - p.63
Purgatorio minero - p.82
Plata y contrabando  p.92
Círculos de patronazgo virreinales - p.100
Decreciente celo reformista - p.114
Ciclos de corrupción colonial - p.121


Personas
-- iluminador Antonio de Ulloa: https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Ulloa  
-- iluminador Jorge Juan: https://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Juan  
-- reporte 1 en 1749: "Discurso y reflexiones políticas sobre el estado presente [...] de los reínos del Perú" (Antonio de Ulloa y Jorge Juan) (enlace)
-- reporte 2 en 1763: "Relación de gobierno del Real de minas de Huancavelica (1758-1763)" (Antonio de Ulloa)
-- reporte 3 en 1771: "Informe de D. Antonio de Ulloa dirigidos a Carlos III" (Antonio de Ulloa)
-- reformista en el Consejo de Indias: José de Gálvez: https://es.wikipedia.org/wiki/José_de_Gálvez_y_Gallardo
-- rey reformador Carlos III de España: https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_III_de_España


Capítulo 1: Reportes de Ulloa 1749, 1763  y 1771 contra corruptos: El fracaso de las reformas coloniales, 1750-1820

[La mina de mercurio "Santa Bárbara" en Huancavelica - con el Capitán de Navío Antonio de Ulloa - y operadores de minas como burros]

En 1757, el capitán de navío Antonio de Ulloa fue nombrado para un puesto estratégico en el poblado minero de Huancavelica, a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar. Con cierta renuencia, Ulloa se hizo cargo del gobierno local de la provincia y de la supervisión de la legendaria mina de mercurio de Santa Bárbara. Estas eran tareas difíciles, de máxima responsabilidad incluso para Ulloa, distinguido oficial e ilustrado hombre de ciencia. La mina de Huancavelica, bajo monopolio real, era la única fuente americana importante del metal líquido, un insumo fundamental en el proceso de amalgamación para refinar la plata. El caudal minero había atraído a varias generaciones de hombres ambiciosos e indómitos a los cuales Ulloa debía ahora gobernar.


[Administración minera criminal "cristiana" católica en Huancavelica: fraude contable, las minas son inseguras, administración corrupta, poder judicial sobornado + codicia en todas partes contra la Corona + nativos - ¡y los católicos criminales defienden su corrupción!

A su arribo a la villa de Huancavelica en noviembre de 1758, Ulloa se encontró con una situación crítica en la administración local. Los males incluían fraudes en la recepción y contabilidad de rentas reales, peligrosos descuidos técnicos en la explotación de las minas, turbias confabulaciones administrativas y una justicia desvirtuada por el cohecho. Asimismo, Ulloa señaló las corruptelas de autoridades codiciosas, oficiales reales de Hacienda, mineros y comerciantes que causaban un daño incalculable a la Corona española y a sus súbditos [nativos]. El sistema de la minería de mercurio y plata peruano, columna principal de la economía y rentas imperiales, corría así el riesgo de padecer una decadencia continua e irreversible. [1] Los tenaces esfuerzos reformistas de [p.59] Ulloa por corregir y castigar estas transgresiones administrativas lo enfrentaron violentamente a poderosos intereses creados, que ofrecían resistencias y  dificultades extraordinarias.


[Administraciones criminales "cristianas" católicas en "América" del Sur 1736-1744: Lima, Quito, Cartagena, Panamá, ciudades portuarias de Chile - el informe del Marqués de Ensenada 1748-1749 "Discurso y reflexiones políticas" se mantiene en secreto durante más de 70 años]

No era la primera vez que Antonio de Ulloa (1716-1795) denunciaba prácticas corruptas en la administración virreinal peruana. Alrededor de diez años antes de iniciar su gobierno en Huancavelica, Ulloa había escrito el grueso de un informe confidencial que, en colaboración con Jorge Juan (1713-1773), trataba principalmente sobre las disfunciones y abusos administrativos observados durante sus viajes por la América meridional entre 1736 y 1744. El cáustico informe, escrito en 1748-1749 por instrucciones del ilustrado marqués de la Ensenada, primer secretario de Estado, tenía como base observaciones directas efectuadas principalmente en Lima y Quito, así como en Cartagena, Panamá y los puertos de Chile. El manuscrito «Discurso y reflexiones políticas sobre el estado presente [...] de los reinos del Perú» (de 1749 [web01]) se ideó para uso particular y confidencial de los ministros del rey Fernando VI. Permaneció inédito por más de siete décadas, pero se mantuvo intelectual y políticamente influyente. De hecho, fue leído con atención por oficiales de alto rango, entre ellos José Antonio de Areche, para instruirse y guiarse sobre materias americanas claves. [2] [p.60]


[La publicación bajo el título "Noticias secretas de América" no llega hasta Londres 1826 - editor David Barry]

Hubo que esperar hasta 1826 para que el importante manuscrito se publicara extraoficialmente en Londres bajo el título sensacionalista de "Noticias secretas de América". El libro incluía un prólogo escrito por el editor, coleccionista y viajero David Barry, un comerciante inglés anteriormente afincado en Cádiz. Tras su regreso de un fracasado viaje de negocios al Perú, Barry publicó el revelador texto para advertir sobre las adversas condiciones políticas y de inversión heredadas en Hispanoamérica inmediatamente después de la independencia. [3] [p.61] Noticias secretas se tradujo luego al inglés y se editó, en forma abreviada y sesgo adverso a lo español y católico, con el título de "Secret Expedition to Peru". [4] Con los años, Noticias secretas se convertiría en una fuente clásica para denunciar el legado de corrupción en la América española [católica "cristiana" criminal]. Asimismo, puede considerársele como un texto fundador de la tradición anticorrupción en las letras hispanas y peruanas.


[desde 1757: El informe del Sr. Ulloa es el mejor, pero a menudo no se toma en serio]

Durante su largo y meritorio servicio al rey, Ulloa contribuyó valiosamente a nuestra comprensión de los mecanismos de la corrupción virreinal. Pero no fue el primer ni el último reformador que cuestionó la corrupción sistémica imperial [del Emperador Carlos V. en Madrid etc.]. [El capitán marinero] Sr. Ulloa basó muchas de sus críticas en autores anteriores y solicitantes decididos a describir y aconsejar a la Corona a tomar medidas contra funcionarios corruptos. Sin embargo, puede sostenerse que Ulloa fue el más articulado e informado del grupo de reformadores anticorrupción de su época, pues se sustentó en abundante observación empírica y en su experiencia práctica como informante privilegiado y autoridad real. A pesar de esta evidencia y su corroboración con muchas otras fuentes, las observaciones críticas e intenciones reformistas de Ulloa han sido debatidas, ignoradas, malinterpretadas o desestimadas por varias generaciones de historiadores. [5] [porque "cristianos" no quieren dañar a otros "cristianos" porque "cristianos son siempre "santos" no importa cuán criminales sean. La cosa más importante fue de destruir todas las otras culturas con misión y esclavitud y eso funcionó]. En consecuencia, algunos [p.62] han optado por evitar reconocer el papel central que la corrupción sistemática tenía en el núcleo de la administración colonial [católica "cristiana" criminal] o, incluso, por justificarla como algo favorable.


[En lugar de iluminación y justicia viene la reacción: los "católicos" criminales y corruptos se vuelven aún más criminales - despotismo]

La postura del [catitán marinero Sr.] Ulloa en contra de la corrupción tenía sus raíces en la fase temprana del proceso más exhaustivo de transformación de las instituciones coloniales conocido con el nombre de reformas borbónicas. Estas reformas buscaban mejorar la eficiencia administrativa del Perú y otros reinos hispanoamericanos. Según el pensamiento reformista, si estos reinos alcanzaban niveles más productivos y eficientes producirían mayores recursos y rentas para sostener a la Corona española en su competencia con otros poderes atlánticos. Estas demandas imperiales, sin embargo, no necesariamente resultaron en mejores condiciones para las élites y los súbditos americanos, particularmente durante periodos de guerra con Inglaterra y Francia, además de chocar frontalmente con los pactos y permisividades tradicionales del antiguo orden de los Habsburgo. [El movimiento contra la corruptión provocó así una reacción fuerte entre los católicos criminales "cristianos" en las colonias españolas para ser aún más criminales]: Así, estas reformas reforzaron más bien el despotismo ilustrado, un sistema también proclive a excesos de corrupción.


[de 1757: el informe de Uolla inicia el hallazgo histórico de la corrupción en los gobiernos católicos "cristianos" criminales del Perú]

Los sesgos ideológicos, las políticas inadecuadas y los esfuerzos reformistas descaminados y finalmente frustrados de la época de Ulloa no debieran impedir el análisis crítico y equilibrado de su contribución y la de otros reformistas al estudio de los legados de la corrupción virreinal. La larga historia de gobiernos corruptos [católicos "cristianos" criminales] en el Perú comienza, entonces, con el calvario que vivió Ulloa al descubrir, revelar e intentar resolver los problemas asociados a la corrupción administrativa en el tardío periodo colonial.


Desvelando abusos

[de 1735: Antonio de Ulloa y Jorge Juan en la misión de la "Academia de Ciencias de París": mediciones y recolectar "información estratégica"].

Hacia 1735, los jóvenes tenientes de navío Antonio de Ulloa, de diecinueve años, y Jorge Juan, prometedor matemático y astrónomo, de veintidós, fueron comisionados por Felipe V y su primer secretario José Patiño para una misión especial. Debían unirse a una expedición de seis personas enviada por la [p.63] Academia de Ciencias de París y lideraba por el naturista Charles-Marie de La Condamine. Entre otras observaciones científicas, Ulloa y Juan asistirían en la medición de un arco del meridiano de la tierra, intersectado por el espacio de un grado de latitud, cerca del ecuador en los alrededores de la ciudad andina de Quito. [6] Asimismo, instrucciones separadas ordenaban a Ulloa y Juan recoger y enviar periódicamente información estratégica sobre los lugares que visitaran y sobre sus habitantes. [7] [p.64]


[desde 1735: Ulloa y Jorge Juan en "América" del Sur: haciendo guerras y recogiendo datos: sobre administración, contrabando, sobornos entre funcionarios "cristianos" católicos]

Desde el inicio de sus actividades científicas en 1737, los jóvenes tenientes chocaron con el presidente de la audiencia de Quito, el limeño José de Araujo, sobre formalidades relativas al honor y al rango. Araujo, envuelto en asuntos de contrabando y mala administración de justicia, amenazó a Ulloa y Juan con encarcelarlos. [8] Para buena fortuna de los jóvenes científicos e informantes, el virrey José Antonio de Mendoza, marqués de Villagarcía (1736-1745), intervino para que viajaran libremente a Lima. Dos años más tarde, durante la guerra de la Oreja de Jenkins, el virrey requirió de los servicios navales de Ulloa y Juan para la defensa de la costa y puertos peruanos ante posibles ataques como los que efectuó el vicealmirante británico George Anson. Mientras cumplían estas tareas oficiales entre Quito, Lima y algunos puertos chilenos, Ulloa y Juan recogieron importante información confidencial sobre las disfunciones de la administración, desde el contrabando hasta el cohecho, entre otras transgresiones de oficiales reales. [9]

Ulloa y Juan regresaron por separado a España en octubre de 1744 para disminuir el riesgo de perder esta preciosa información científica y confidencial en caso de desventura en la mar. Juan llegó a España sin mayor problema, pero la marina británica capturó el navío francés en el cual viajaba Ulloa. Antes de ser aprehendido, Ulloa echó por la borda los papeles confidenciales que transportaba consigo. Tras presentar sus credenciales científicas, Ulloa recibió un [p.65] buen trato en Boston y Londres de parte de las autoridades navales británicas y de la Royal Society, que lo incorporó como miembro. Regresó sano y salvo a España en julio de 1746. [10]


[de 1749: Reporte de Ulloa: se consta la corrupción - y hay formas de solucionarla]

Su confidencial tratado «Discurso y reflexiones políticas sobre el estado presente de los reinos del Perú» fue implacable en la exposición del mal funcionamiento de casi todos los aspectos de la administración colonial [católica "cristiana" criminal], así como en la propuesta de soluciones reformistas. [11] El tratado detallaba las distintas formas de corrupción dentro de una explicación general de sus vínculos y conexiones, y recomendaba medidas específicas y nuevas para resolver problemas particulares y severos. Proponía, además, un ambicioso programa de reforma para evitar el mal gobierno, las injusticias y la apatía religiosa, todos los cuales debilitaban la lealtad de los súbditos coloniales y causaban peligrosas rebeliones indígenas. Ulloa, con la colaboración de Juan, logró así un notable diagnóstico de los principales problemas del sistema imperial [católico criminal] en América meridional.

Los capítulos individuales del «Discurso» tratan asuntos específicos con obvias interconexiones entre sí, desde el comercio marítimo y la defensa naval, hasta los abusos contra los indios y la corrupción de la administración virreinal. El primer tema de preocupación del «Discurso» era la reforma naval necesaria para enfrentar a los recientes desafíos británicos en el Caribe y el Pacífico. El informe confidencial detectó los fraudes acostumbrados en la administración de los presidios y fortalezas portuarios, particularmente en la real asignación y subsidio para suministros, salarios y en la construcción de los puertos del Callao, Valdivia y Concepción. Se recomendaba un mejor suministro de armas y municiones, así como la reorganización general de las tropas. [12]


[El reporte de Ulloa 1749: "Cristianos" católicos criminales contrabandean sin fin porque los transportes oficiales con los militares son lentos - y se embolsan la diferencia de impuestos en sus propios bolsillos - gran contrabando entre el Caribe y el Pacífico]

El segundo punto de consideración era el difundido e irreprimible contrabando de mercaderías procedentes de Europa y China. El informe enfatizaba la pérdida de estos muy necesarios ingresos reales por el contrabando, [p.66] especialmente en tiempo de guerra. Además resaltaba el serio daño ocasionado al comercio legal por el fraude comercial en que participaban las autoridades locales, a través de sobornos y de una interesada permisividad. Las sugerencias innovadoras de los autores del «Discurso» iban en contra de los intereses monopólicos vinculados a las flotas. Insistían en que el mercado comercial de Lima debía estar bien abastecido con frecuentes navíos de registro libres del engorroso régimen de flotas, medida que reduciría los incentivos para el contrabando. Concluían que la ruta interoceánica menos costosa por el Cabo de Hornos [que pasa por el extremo sur de Argentina y Chile] era preferible a la ruta corrompida por Panamá o Cartagena [con un transporte terrestre entre el Caribe y el Pacífico]. [13]


[Corregidores, sacerdotes y hacendados en el virreynato del Perú con alta criminalidad]

[El reporte de Ulloa 1749: El Gran Robo+terrorismo a las Naciones Primarias por corregidores,  sacerdotes y hacendados católicos "cristianos" criminales].

El siguiente punto importante reportado por Ulloa y Juan en su «Discurso» se refirió a los extensos abusos y expolios que los indios sufrían a manos de los corregidores, sacerdotes y hacendados [católicos "cristianos" criminales] que buscaban enriquecerse. [14] En una descripción racional, provista de abundantes ejemplos y observaciones directas de prácticas corruptas en la Administración Pública, y comenzando desde los niveles inferiores de la sociedad colonial, Ulloa y Juan explicaron con detenimiento los injustos abusos de autoridad contra los súbditos más pobres y débiles, los indios [naciones primarias y nativos]. Los pueblos indígenas, según estos ilustrados informantes, estaban sujetos a la tiranía y sufrían más que los esclavos por ninguna otra razón aparente que su simpleza y modesta ignorancia. [15]


[El reporte de Ulloa 1749: Tributos - violación de la ley así como extorsión y violencia contra los indígenas pobres - juegos de números con subregistro - ya descubiertos en la década de 1720 - "Revista" del Virrey Castelfuerte - años de retraso en el pago a la casa real]

Los abusos comenzaban con el cobro del tributo a los indios por parte de los corregidores [católicos "cristianos" criminales]. En manos de estos funcionarios, el flujo de los ingresos provenientes del tributo indígena brindaba amplias oportunidades para la malversación y los abusos. Los indios varones adultos debían pagar un tributo anual de entre cuatro y nueve pesos. Según la ley, varios grupos de indígenas estaban exentos del tributo ya fuera por edad (los menores de 18 o mayores de 55 años de edad), por incapacidad física o por privilegio como el poseído [p.67] por caciques y monaguillos. Los corregidores no observaban estas normas y cobraban el tributo de tantos indios como les fuera posible sin importarles los exentos. La extorsión y la fuerza eran usadas para extraer el pago de quienes no podían hacerlo. Para complementar e incrementar sus ingresos los corregidores practicaban la doble contabilidad. Con la complicidad de caciques y curas, los corregidores reportaban oficialmente un menor número de indios contribuyentes y se apropiaban de la diferencia entre el monto del tributo cobrado y el monto oficialmente declarado. Este registro ilegal de los tributarios indios ya había sido revelado por una revisita efectuada durante el gobierno del virrey marqués de Castelfuerte a finales del decenio de 1720. Los corregidores usaban los fondos del tributo así extraídos para sus propios fines y granjerías, tales como invertir en tratos comerciales privados, y, además, retrasaban por años el pago debido a las cajas reales. [16]


[El informe de Ulloa 1749: venta de bienes y mulas a los indígenas con precios demasiado altos - establecimiento de un poder judicial provoca reacciones violentas: los corregidores católicos criminales se vuelven cada vez más criminales+corruptos].

El abuso por parte de los corregidores [católicos "cristianos" criminales] se veía agravado con la venta forzada o reparto de mercancías y mulas entre los indígenas a precios exorbitantes. Ulloa y Juan criticaron intensamente el reparto y lo culparon de la insurrección indígena liderada por Juan Santos Atahualpa en 1742. Similares quejas contra corregidores se daban en los juicios y correspondencia oficial desde el establecimiento mismo de su cargo [instalación de jueces y tribunales] en la década de 1560. [Pero los católicos criminales de la capa alta colonial no aceptaron la justicia pero salió una reacción de ser aún más criminal]: Sin embargo, el notable deterioro del comportamiento administrativo de los corregidores alcanzó niveles alarmantes durante la primera mitad del siglo XVII, con el consiguiente debilitamiento de controles efectivos. Hacia mediados del siglo XVIII, la corrupción de los corregidores era una realidad muy arraigada en el sistema virreinal. [17]


[El reporte de Ulloa 1749: Los "altos" católicos sobornan a los jueces, esto se convierte en algo normal - el poder judicial sigue siendo ineficaz - los propios jueces se convierten en colaboradores, se convierten en delincuentes o cometen deliberadamente errores de procedimiento o no aceptan pruebas]

Según el «Discurso», al finalizar su mandato, los corregidores y otras autoridades locales, incluidos los virreyes, simplemente sobornaban al juez encargado de la tradicional averiguación oficial, para evitar el castigo efectivo. [18] [p.68] Estos juicios de residencia eran mecanismos administrativos tradicionales de prominente ineficacia para corregir y sancionar abusos y malos manejos. Los jueces designados oficialmente favorecían al funcionario investigado o formaban parte del mismo círculo de patronazgo e intereses. La mayoría de las veces, los residenciados eran absueltos o reprendidos levemente por los jueces de residencia mediante tecnicismos procesales, la prescripción o el rechazo arbitrario de las evidencias. Aun así, los juicios de residencia son importantes fuentes históricas para el estudio de la corrupción virreinal, pues incluyen los cargos, quejas y demandas originales de aquellos que se atrevían a cuestionar al enjuiciado. [19]


[En 1520 apr., los indígenas fueron expropriedados por los "cristianos" criminales - obtienen préstamos en el fondo de censos - el acuerdo de los "altos católicos" reduce los préstamos - y oficialmente cada vez hay menos indigenas]

Los difundidos abusos también minaban la capacidad de los indios para acumular un capital comunal con el cual sufragar necesidades imprevistas. Las cajas de censos de indios eran fondos comunales acumulados a través de préstamos otorgados por medio de censos legalmente establecidos sobre propiedades privadas e instituciones como inclusive la caja real. Esta renta asignada a las comunidades indígenas había sido garantizada en parte para compensar la expropiación inicial de tierras comunales, así como para asegurar el pago del tributo y sufragar los costos de rituales religiosos en tiempos difíciles, cuando los indios no podían efectuar gastos. Los caudales de las comunidades individuales estaban consolidados en tres fondos generales en Lima [Perú costa], Cuzco [Perú Andes] y Charcas [Bolivia Andes], y eran fiscalizados por autoridades encargadas de cobrar los pagos y deudas debidas a las comunidades. Hacia mediados del siglo XVIII, la colusión entre cobradores y deudores, el descuido interesado de la contabilidad del rubro y otras transgresiones de las Leyes de Indias, que protegían y regulaban dichos fondos, habían mermado considerablemente el capital comunal indígena. Asimismo, los intereses del Rey se veían afectados con la pérdida del tributo indígena no pagado, debido al agotamiento de los fondos de los censos indígenas. [20] [p.69]


[El reporte de Ulloa 1749: Las propuestas de transformación sin corrupción]

Ulloa y Juan proponían cambiar los principios fundamentales del sistema para impedir que se abusara de los indios. Los autores eran partidarios de
-- abolir los repartos;
-- prohibir a los corregidores el dedicarse a tratos y comercio privados (a la vez que proporcionarles promociones por buen servicio y no limitar el cargo a solo cinco años);
-- imponer castigos estrictos a los transgresores, y
-- pagar a los indios como trabajadores libres en lugar de someterlos al trabajo forzado de la mita.

Pero Ulloa y Juan no se hacían muchas ilusiones, pues sabían que en el Perú casi todos se opondrían a tal medida: «[T]odo el mundo gritaría en el Perú contra una determinación de esta calidad, y con ponderaciones no cortas harían presente que se arruinaban aquellos reinos enteramente libertando a los indios de mita». [21] No bastaba con nombrar unas cuantas autoridades honestas, puesto que las corruptas o coludidas predominarían. El sistema estaba necesitado de un cambio sistémico de reglas, que realmente transformara la jerarquía administrativa. [22]

Según Ulloa y Juan, la calidad de la Administración Pública se había deteriorado seriamente. Con la práctica venal de la venta de oficios y cargos públicos, introducido en el virreinato peruano en 1633, los puestos oficiales de las cajas reales se vendían al mejor postor. La venta de cargos se extendió para incluir al de corregidor en 1678 y al de oidor de la Audiencia en 1687. Estos cargos importantes eran vendidos mayormente a criollos acaudalados e interesados. Durante el siglo XVII, la venta de cargos y oficios, el arriendo de la recaudación de impuestos, los juros o imposiciones a largo plazo sobre el real erario, y los donativos forzados tuvieron dos metas principales: sufragar el costo apremiante de las guerras en Europa y evitar cobrar mayores impuestos a las élites locales por mediación de funcionarios venales. Estas costumbres administrativas, fortalecidas por los intereses locales, contribuyeron a un deterioro constante en la calidad del gobierno, la honestidad administrativa y las finanzas virreinales. [23] El favoritismo en el nombramiento de corregidores y [p.70] otros funcionarios también se hallaba profundamente arraigado, al igual que la práctica de efectuar regalos o dádivas a las más altas autoridades responsables de asignar cargos interinos. [24]

Muchos de los oficios vendibles y renunciables eran hereditarios y podían ser transferidos a otros. En la década de 1690 hubo por lo menos dos virreyes, uno del Perú y otro de México, que compraron sus altísimos puestos mediante un contrato privado con la Corona española. [25] La venta de otros puestos no hereditarios, entre ellos el de oidor de la Audiencia de Lima, se incrementó sustancialmente durante dos etapas de dificultad financiera para la Corona: los años de los periodos de 1701-1711 y de 1740-1750. [26] Por tanto, el sistema predominante durante la primera estadía de Ulloa en el Perú seguía siendo el de la venta de cargos y oficios. [27] Según Ulloa y Juan, el principio del mérito y de la real recompensa en la Administración se hallaba distorsionado y, por tanto, la calidad del servicio virreinal deteriorada. [28] Solo a partir de 1750 la Corona empezó a reemplazar los oficios venales con puestos asalariados, juntamente [p.71] con crecientes advertencias contra el pernicioso abuso de fraude por parte de los oficiales reales. [29] La persistente práctica de la venta de oficios sería abolida solo en 1812.

Hacia el final de su extenso tratado, Ulloa y Juan ponen el dedo en el meollo central de la corrupción colonial: «Empieza el abuso del Perú desde aquellos que debieran corregirlo». [30] Se referían así a la colusión de la más alta autoridad, el virrey, con los grupos de intereses locales. El virrey tenía la autoridad centralizadora para otorgar el acceso al poder y podía reforzar así sus redes de patronazgo para conseguir ventajas políticas y ganancias privadas. Para gobernar sin mayor oposición interna, los virreyes respaldaban los abusos y excesos, activa o pasivamente, en conjunción con los oidores de las audiencias y otras autoridades. [31] Varios virreyes participaron del cohecho al recibir sobornos abierta o encubiertamente por conceder cargos vacantes y decidir e imponer sentencias judiciales sesgadas. [32] Esta verdad esencial del funcionamiento de las altas esferas de la administración virreinal habría de afectar personalmente a Ulloa cuando se vio enredado en amargas disputas durante su gestión como gobernador provincial y superintendente de minas de Huancavelica en el periodo 1758-1764.

Ulloa no fue el primer autor que puso al descubierto los males de la corrupción en la colonia peruana y su corte virreinal. En realidad, Ulloa formaba [p.72] parte de un importante grupo de reformadores de larga y variada procedencia. Algunos abrigaron el estilo de los proyectos reformistas que proponían medidas o arbitrios a escala imperial o local, los llamados autores arbitristas del siglo XVII y los proyectistas del siglo XVIII. [33] Así, por ejemplo, en abril de 1747, un autor supuestamente limeño y contemporáneo de Ulloa presentó al Rey, en Madrid, un tratado titulado «Estado político del Reino del Perú...». [34] Desde sus primeras líneas, el autor profesaba su genuino deseo de servir al Rey para [p.73] restaurar al Perú su antiguo esplendor, así como su compromiso con el bien común, la exhibición de la verdad y el amor a la patria. Dedicaba su manuscrito al ministro de Estado y del Consejo de Indias, el reformista anglófilo Josef de Carvajal y Lancaster, pero el tratadista prefería permanecer anónimo para así poder informar mejor a Carvajal, afirmando, eso sí, su condición confiable y de noble cuna. Algunas observaciones claves de este texto más temprano coinciden con puntos centrales del informe confidencial de Ulloa y Juan. Existen, además, indicios de que Ulloa leyó este bien razonado tratado poco antes de escribir el «Discurso». [35] Otros burócratas reformistas también tuvieron acceso al tratado del autor anónimo que se concentraba en apuntar los graves defectos de la administración colonial. El mismo texto básico se volvió a presentar al Rey en 1759 con un nuevo título, esta vez en un momento en que se intensificaron las preocupaciones por el contrabando en distintas partes del Imperio. En esta ocasión, el autor señaló su nombre completo claramente: Mariano Machado de Chaves, un súbdito de cierta fortuna nacido en Lima pero de larga residencia en la corte de Madrid, donde aparentemente perseguía un nombramiento oficial. [36] [p.74]

En la versión del texto de 1747, Machado de Chaves atribuía la decadencia del Perú al envejecimiento y deterioro de las instituciones coloniales, pues «[el] tiempo, traidor maligno de los establecimientos que lo relaja todo». Además, la inmensa distancia, esa «otra especie de tiempo» que separaba el reino del Perú de su soberano, hacía imperativo el reforzar con nuevas leyes el cumplimiento estricto de aquellas ya establecidas. La disipación de las leyes «ha hecho indulto de la malicia, desconocer al dueño del precepto, y de la misma confianza ha labrado la ambición una infidelidad de usuras, creciendo de lo inicuo a lo pésimo». [37]


[Machado de Chaves 1747: contra los virreyes de la segunda generación - se desarrolla la codicia, la corrupción y el robo masivo]

Las revelaciones de Machado de Chaves amplifican las críticas de Ulloa contra los virreyes y oidores. Según el primero, hubo tres generaciones distintas de virreyes en los más de doscientos años de dominio virreinal del Perú hasta 1747.
-- La primera generación [de virreyes] había impuesto la pacificación del reino después de la conquista, fijando recompensas adecuadas con encomiendas y cargos en el gobierno, otorgados a los pocos españoles armados y obedientes que enfrentaron a millones de indios vencidos.
-- La segunda [generación de virreyes] estaba más segura de su dominio gracias al creciente número de españoles y a la caída del de los indios. La ambición, entonces, comenzó a imperar sobre el mérito y el honor de las armas, y los virreyes alimentaban su sed codiciosa de ganancias privadas concediendo favores a mineros y comerciantes.
-- Finalmente, la tercera [generación de virreyes] contribuyó particularmente a la decadencia del Perú y alcanzó la cumbre de la disolución, contando con la asistencia de los oidores locales. Ahora, los virreyes imponían la ley como si fueran príncipes absolutos, con miras a conseguir «indultos pecuniarios » a cambio de decidir contra la justicia, el derecho y la verdad: «mutuados a un dictamen virreyes y oidores, es lo mismo que unirse los lobos y los canes a devorar un rebaño [de ovejas] porque el principal pastor se halla lejos [en Madrid]». Más aún, como virreyes y oidores eran los componentes claves del gobierno y la corte colonial, Machado de Chaves pensaba que era necesario concentrar sus observaciones [p.75] en el daño que ellos causaban, puesto que otros oficiales y jueces «no solo imitan el ejemplo de los mayores, sino que precisamente como súbditos obedecen todas las libertades del arbitrio, creyendo que los que mandan tendrán unos libros de leyes para los gobernados y otros de derechos civiles para lo judicial». [38]


[Machado de Chaves 1747: virreyes católicos "cristianos" criminales con "ingresos privados": festín en el barco a partir de Paita - impuesto obligatorio contra los corregidores - indultos - violación de contratos de pólvora - robo de pagos para guarniciones - derechos especiales para ciertos comerciantes y capitanes - extorsión de funcionarios con "dificultades" si no hacen regalos]

A su arribo al virreinato, y ya en las últimas 230 leguas de viaje entre Paita [ciudad costera en el norte del Perú] y Lima, los virreyes, su familia y su considerable séquito eran alimentados, mantenidos y agasajados por los corregidores y otros funcionarios locales. Para su beneficio privado, los virreyes imponían un gravamen obligatorio a quienes ya habían sido nombrados corregidores por el rey. El monto de dicho impuesto variaba según el tamaño de la familia y de los parientes del virrey. Luego, los virreyes concedían indultos el día de su santo o de su cumpleaños, a una tasa acostumbrada de hasta cuatro mil pesos. Asimismo, explotaron en provecho propio contratos privados para el suministro de pólvora y paga de las guarniciones, además de permitir un tráfico ilícito a ciertos comerciantes y capitanes. Los virreyes y sus parientes obtenían la mayor parte de sus beneficios privados con estas actividades ilegales. Además, encontraban ventajoso que los oficiales se enfrascaran en largos litigios y juicios de residencia. En consecuencia, todo funcionario, ya fuera de alto o de bajo rango, el clero [de fantasía de Jesús] inclusive, estaba obligado a entregarle obsequios para ganarse así el favor del virrey.

[Machado de Chaves 1747: funcionarios católicos "cristianos"-criminales se hacen cargo de las maniobras criminales de los virreyes: Los jurados aceptan sobornos y encubren al criminal clero católico - El Ministerio de Hacienda retrasa las órdenes de pago - El clero soborna a las autoridades para la reforma de las casas - Advertencia de disturbios].

[Machado de Chaves 1747: Katholisch-"christlich"-kriminelle Beamte übernehmen die kriminellen Manöver der Vizekönige: Geschworene lassen sich bestechen und decken den kriminell-katholischen Klerus - Finanzministerium verzögert Zahlungsbefehle - Klerus besticht Behörden für Hausrenovationen - Warnung vor Aufständen]

De esta manera, los abusos cometidos por los funcionarios subalternos quedaban protegidos y se multiplicaban por doquier. Los oidores enfrascados en litigios excesivos recibían un tributo ilegal de otros oficiales y favorecían los abusos del clero, entre otras corruptelas. [39] Los oficiales de las reales cajas [ministerio de finanzas] retrasaban interesadamente el cobro de las deudas al real tesoro, con lo que se generaron pérdidas fiscales de alrededor de diez millones de pesos en cinco décadas. Miembros del clero [de Jesús de fantasía], a su vez, sobornaban a las autoridades para remozar sus propiedades y cubrir sus faltas. De no aplicarse remedios urgentes a todos estos abusos, advertía Machado de Chaves, surgirían alzamientos de descontento [p.76] popular en nombre de la «libertad de la patria», similares a los ocurridos desde 1730 en Paraguay, Cochabamba [Bolivia alta] y Oruro [Bolivia alta]: «digno fantasma a temerse en todos los pueblos, y mucho más en el Perú, donde todo respira esclavitudes y se hacen tiranía las leyes». [40]


[Felipe Guamán Poma 1615: lamenta anarquía, orden+justicia+principios "cristianos" socavados por corrupción, maltrato de indígenas por autoridades+por el clero de fantasía de un Jesús falso - apela a una "cristianización" forzada de todos los indígenas]

Ya antes de Machado de Chaves y Ulloa, otros autores críticos consideraron la corrupción de los principios del gobierno y la justicia por parte de codiciosos funcionarios, como un serio problema, presente desde el temprano siglo XVII. Estos críticos sostenían que el real interés en el orden público y la justicia, así como los principios cristianos [de Jesus de fantasía], se veían seriamente socavados por prácticas ilegales pero comunes. Estos críticos incluían a autores de memoriales y crónicas que documentaban abusos cometidos contra los indios y clamaban por reformas. [41] Hacia 1615, el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala produjo una singular crónica indígena con ilustraciones realistas y críticas. A pesar de que la vigorosa denuncia de Guamán Poma fue ignorada y archivada por las autoridades reales, podemos considerarla como el primer tratado contra la corrupción que generaba el maltrato a los indios por parte de las autoridades y el clero. Guamán Poma consideraba su obra útil para enmendar a corregidores, encomenderos, curas y mineros, así como para realizar nuevas y justas residencias y visitas de indios. Se trató de un intérprete y artista discípulo del cronista español fray Martín de Murúa, que criticó el legado del virrey Francisco de Toledo, en parte como esfuerzo personal para reivindicarse como cacique principal de Huamanga. Se oponía a la mezcla de razas o mestizaje, y defendía una alternativa utópica premoderna y religiosa frente a las corruptelas observadas, en la cristianización estricta de los indios. [42] [p.77]


[Juan de Aponte 1622: decadencia del Perú por corrupción sin fin - honrados servidores del rey no reciben gratificaciones]

Siguiendo una tradición distinta, el sargento Juan de Aponte escribió uno de los primeros proyectos arbitristas y reformistas en 1622, con el objetivo de contrarrestar la corruptela. [43] Aponte, nacido en Granada pero residente de Huamanga [región andina de Ayacucho], donde firmó su «representación» o «memorial», dirigió su escrito al Rey como ejemplo de la responsabilidad que sus verdaderos súbditos tenían de informarle de la notable perdición del Perú y de la necesidad de su «gran reformación». Al final de su memorial subrayó sus fieles servicios al Rey durante diez años en un navío de la Mar del Sur, habiéndose retirado sin «premio» alguno. Concluyó sombríamente que los buenos y honestos servicios en el Perú se recompensaban mal, pues «todo corre fundado en interés, y los que tienen pueden y los pobres mueren». [44]


[A los virreyes católicos "cristianos" criminales solo les interesa su propia cuenta bancaria - la justicia no les interesa]

La opinión de Aponte sobre los virreyes coincidía mucho con la que Machado de Chaves emitió posteriormente sobre la segunda generación de estos gobernantes. Aunque la reforma administrativa era urgente, los virreyes no se interesaban en aplicarla debido al beneficio privado que esperaban llevarse consigo a su regreso a España. [45] [p.78]

[Bocetos y dibujos sobre virreyes corruptos del Perú]

La representación visual de la corrupción no es una tarea fácil pues sus transacciones son por lo general clandestinas y complicadas. Las ilustraciones históricas de la corrupción abarcan el simbólico intercambio de dinero o monedas, dilapidados tesoros nacionales representados por explotadas vacas lecheras o mulas, tentáculos envolventes, ladrones enmascarados, juegos de cartas, y culpables encarcelados, como se expone en las ilustraciones que aparecerán a lo largo de los  capítulos. Dichas imágenes demuestran el costoso impacto del soborno y la corrupción en la percepción y opinión públicas.

Fig. 1. Acumulación de riqueza
                              privada entre las autoridades virreinales
Fig. 1. Acumulación de riqueza privada entre las autoridades virreinales: «Corregidor y encomendero tienen pendencias sobre los reales quien ha de llevar más». Crítica representación gráfica de la dañina confluencia de intereses públicos y privados en la temprana administración colonial peruana. [In]: Felipe Guamán Poma de Ayala, «Nueva corónica y buen gobierno», 1615, f. 495. Biblioteca Real, Copenhage, Dinamarca. [p.79]



[Juan de Aponte 1622: Oidores (jurados) sobornados, mal uso de las finanzas, corregidores como langostas: el vino de contrabando se vende caro a los nativos, juegos de cartas]

Asimismo, el principal interés de muchos [p.78] oidores era enriquecerse, mientras que los oficiales de cajas reales, a los que se debían supervisar cercanamente y prohibirles granjerías privadas, se aprovechaban del real tesoro en sus tratos con particulares. Los corregidores eran como langostas, proseguía Aponte, pues actuaban más como mercaderes y tratantes que como jueces, al introducir ilegalmente grandes cantidades de vino en sus corregimientos para su venta a un alto precio a los indios de sus distritos, además de albergar juegos prohibidos de cartas.


[Juan de Aponte 1622: Abuso de poder en las minas de Huancavelica (Andes del Perú): Defectos de construcción, falta de mantenimiento, derrumbamiento de las minas, muchos indígenas mueren - las autoridades roban mineral de mercurio en lugar de pagar con él a los indígenas - no hay ventilación adecuada, no hay pozo de drenaje - muy pocos mineros, exceso de trabajo, muerte por agotamiento+enfermedad - comunidades indígenas empobrecidas - liberación de la esclavitud de las minas mediante de compra de liberación ilegal]

Entre los muchos males identificados por Aponte en 1622, el más dañino para la economía colonial era la administración corrupta del asiento minero de Huancavelica. Su manejo como monopolio real era desastroso: «[es] el peso y lastre de este reino del Perú, y la cosa que V. M. [vuestra mayestad] más encarga todos los años y en la que menos diligencias se hacen de su aumento». [46] Las minas de Huancavelica habían sido trabajadas en forma negligente desde su temprana explotación. Los estribos y arcos que sostenían los techos de las minas habían sido dañados o destruidos en la búsqueda por obtener mineral en forma fácil sin cuidar la infraestructura esencial y su restauración. En consecuencia, los frecuentes derrumbes mataban a muchos indios que trabajaban en las minas. Las autoridades no castigaban esta práctica abusiva y costosa. Más aún, las autoridades se apropiaban de parte del mineral de mercurio producido en lugar de distribuirlo, como era propio, entre los mineros de plata que lo necesitaban para sus obras de refinamiento. Los oficiales reales tampoco implementaban mejoras e imprescindibles técnicas como la debida ventilación y un socavón de desagüe. Los indios reclutados en número insuficiente a través del sistema de la mita eran sobreexplotados. Muchos de ellos morían debido al agotamiento y a las enfermedades. Las empobrecidas comunidades de indígenas y sus curacas se veían precisados a pagar por la exoneración de este servicio laboral en las minas. Con la complicidad de los corregidores, los mineros se beneficiaban de estos pagos ilegales, abusaban de los indios que trabajaban para ellos y atentaban contra la productividad de las minas. [47]


[Constantino de Vasconcelos sobre la mina de mercurio en Huancavelica: Los católicos criminales son dueños de las minas y  quieren explotar el mercurio sin ocuparse de la infraestructura - y los mismos católicos criminales son dueños de las minas y NO quieren mejorar las condiciones]

La imagen que Aponte tenía de la situación de las minas de Huancavelica queda corroborada por la correspondencia oficial de la segunda mitad del siglo XVII y de las décadas posteriores. En 1645, el marqués de Mancera, virrey entre 1639 y 1648, afirmó que, al asumir su cargo, la minería del mercurio en [p.80] Huancavelica se hallaba en una notoria condición miserable, debido a los ruinosos derrumbes, ocurridos no hacía mucho, que hacían muy difícil la extracción el azogue. [48] El asunto era urgente porque la preservación de los reinos del Perú y, en consecuencia, la de la propia monarquía, dependían de la recuperación de la mina. Se consideró, entonces, concluir un socavón que yacía sin terminar desde comienzos del siglo XVII. Mancera le encargó a Constantino de Vasconcelos, un talentoso especialista de notable integridad y exento de intereses, que visitara la mina y propusiera soluciones técnicas. Este estudioso de matemáticas, geometría, arquitectura y dibujo concluyó que la causa principal del estado ruinoso de la mina era el método de explotación desorganizado y negligente. Los explotadores [dueños de las minas, los mineros] se concentraban en la extracción e ignoraban la infraestructura de la mina. A partir del plano detallado que hiciera del lugar, Vasconcelos recomendó que se racionalizaran los trabajos mineros. Su asesoría técnica se topó, sin embargo, con la oposición de personas interesadas en desvirtuar los cambios propuestos y seguir con las destructivas prácticas del pasado.

[Se puede suponer: Los "altos católicos" en el Virreinato del Perú son TODOS alcohólicos con riqueza y vino y ya no son capaces de pensar inconfundiblemente con prevención y mantenimiento - el Rey de España tiene gente de basura en su cuadro en "América Latina", también debido a la extensión excesiva de las fronteras de su imperio, "donde el sol nunca se pone"].


[Huancavelica con Luis de Sotomayor: solo quiere buscar las mejores minas de mercurio y seguir como hasta ahora]

Luis de Sotomayor Pimentel, un familiar laico de la Inquisición e integrante del círculo íntimo del virrey, fue nombrado, entonces, gobernador de Huancavelica, un cargo tradicionalmente reservado a los oidores de Lima. Sotomayor rechazó totalmente las prudentes innovaciones planteadas por Vasconcelos. Insistió, por el contrario, que la mejor forma de proceder era dirigirse hacia las venas más ricas del mineral, reparando la mina allí donde fuera necesario, usando la mano de obra indígena y siguiendo prácticas de larga data. [49]

[Mina de mercurio en Huancavelica 1649: vendettas de saqueo, fallas de construcción - para 1660 la mala administración católico-criminal sigue aumentando, la producción sigue disminuyendo - 100 años así hasta Ulloa].
[Quecksilbermine in Huancavelica 1649: Plündeurngen, Baufehler - bis 1660 nimmt die katholisch-kriminelle Misswirtschaft weiter zu, die Produktion geht weiter zurück - 100 Jahre weiter so bis Ulloa]

Unos cuantos años más tarde era claro que la situación de Huancavelica no había mejorado. Por el contrario, una nueva visita e inspección de la mina en 1649 verificó abundantes daños que conllevaban elevados riesgos para los arcos y estribos debido al saqueo y los errores. En tal estado, sostenían los [p.81] inspectores, la operación de Huancavelica no merecía llevar la denominación de «mina». [50] En la década de 1660 se reportaron otros problemas como la continua caída de la producción y el mal manejo de los fondos por parte de los funcionarios en Huancavelica. [51] Casi un siglo después, el reformador técnico ilustrado Don Antonio de Ulloa habría de enfrentar problemas similares durante su gestión como gobernador de Huancavelica. [p.82]


Purgatorio minero - [Ulloa en Huancavelica 1758-1764]

[de 1749: Ulloa se convierte en "informante" de la "nobleza" en F, B, DK, S - platino encontrado - oficial naval en Cádiz - investigación en Huancavelica].

Luego de presentar su informe confidencial sobre el mal gobierno del Perú en 1749, Ulloa se desempeñó como informante secreto y agente de la Corona en Francia, Flandes, Dinamarca y Suecia a comienzos del decenio de 1750. [52] Bajo la apariencia de un erudito matemático, Ulloa brindó al gobierno información delicada sobre puertos, canales, caminos, factorías, minas y mano de obra en esos países. Sus contribuciones científicas fueron reconocidas en Europa e incluían la información inicial que proporcionó sobre un metal aún por bautizar, luego denominado platino, con el que se topó durante su primer viaje americano. Luego radicó en Cádiz y sirvió como oficial naval hasta que aceptó el nombramiento en Huancavelica.


[Las fuerzas locales defienden su criminalidad con fraudes y contrabando: los virreyes Palata y Castelfuerte supuestamente no tienen bastante poder]

Anteriores intentos por reformar la pésima administración minera, el fraude y el contrabando habían sido opuestos y derrotados por la interesada oposición local. Es el caso de los gobiernos de dos virreyes reformistas: el duque de la Palata (1681-1689) y el marqués de Castelfuerte (1724-1736). [53] Ulloa conocía [p.82] el grado de dificultad asociado a su nuevo puesto, pero no podía prever la seriedad de los problemas que le esperaban en lo que posteriormente llamó «un purgatorio de continuos desabrimientos». [54]


[Informes de Ulloa como observador - desde noviembre 1758 en Huancavelica como gobernador - reporte "Relación de gobierno" 1763 - cartas con análisis y pierde pleitos contra invenciones criminales católicas - los criminales expulsan a Ulloa 1764]

Los informes de Ulloa contra la corrupción antes de asumir su cargo en Huancavelica habían sido elaborados desde el punto de vista de un observador confidencial. Como gobernador de Huancavelica, a partir de noviembre de 1758, sus observaciones sobre las serias distorsiones administrativas locales emanaban de las propias entrañas de la burocracia colonial. [55] En su extensa e importante «Relación de gobierno» (1763), la situación descrita es aún peor a la de su «Discurso» (1749). [56] Ulloa también dejó para la posteridad otro informe oficial basado en su experiencia administrativa andina e incontables cartas oficiales con valiosa información crítica. Además se vio envuelto en diversos juicios y procesos legales en los cuales tuvo que defenderse de maliciosas acusaciones. [57] En resumen, Ulloa se enfrentó a un bastión de intereses corruptos, [p.83] coludidos con las más altas autoridades coloniales, y perdió. El honrado e ilustrado administrador tuvo que dejar el Perú en 1764, incapaz de cambiar las redes e intereses que siguieron socavando la economía colonial peruana.


[Corrupción y negligencia en Huancavelica daña al imperio español - intentos de reforma desde 1710 - dueños de minas de mercurio y plata ya no son rentables más+están endeudadas a la Corona]

Las autoridades de la corte en Madrid entendieron bien la importancia que tenían las minas de Huancavelica para la economía imperial, basada en la producción y circulación de la plata; por ello el decaimiento de las minas de mercurio andino trajo serias pérdidas para todo el Imperio. Desde la segunda década del siglo XVIII, los burócratas de la monarquía borbónica habían tratado de reformar la decadente situación de la administración y el gobierno de Huancavelica y del virreinato, tal como la describieran Aponte, Mancera y Vasconcelos. Pero estos esfuerzos tuvieron resultados mixtos. Los mineros de mercurio y plata sufrían una crónica escasez de capital. Vivían endeudados con la Corona y a merced de acreedores mercantiles privados y autoridades locales que ofrecían crédito usurario a los mineros.

[Estas características indican un alcoholismo severo en la clase alta blanca cacólica del Perú: los católicos "cristianos" criminales "altos" están tan borrachos de vino que no les importan los problemas, rechazan soluciones de problemas y se ríen de sus deudas].


[Medidas de intervención en Huancavelica: créditos para la compra de plata - gestión de créditos por gobernadores locales - suministro de mercurio a crédito - dueños de minas habían vendido mercurio en forma privada - privados habían producido plata piñera en forma privada y la habían contrabandeado]

Un paso importante para aliviar la crisis minera fue la introducción de adelantos en efectivo del tesoro real a los mineros de azogue para asegurar así la compra del mercurio a precios oficiales. El manejo de estos fondos crediticios fue transferido de las manos de los virreyes y oficiales reales de Lima a las de los más honestos y recién nombrados gobernadores de Huancavelica. El tesoro real también empezó a suministrar mercurio a crédito a los mineros de plata del virreinato. Así, los mineros del azogue disminuyeron la venta ilegal del metal líquido a compradores privados que lo desviaban hacia la producción de plata piña, no registrada ni gravada, destinada al contrabando. En consecuencia, la producción de plata destinada al pago del quinto real se incrementó. Todas estas medidas le dieron un muy necesario impulso a la economía andina de plata a comienzos de la década de 1750. [58]


[Huancavelica: obra de reforma por 2 gobernadores Jerónimo de Sola y Gaspar de la Cerda y Leiva - Gobernador Pablo de la Vega y Bárcena destruye la obra de reforma e instala la corrupción+tiranía+contrabando de antes - en Nov. 1758, Uolla tiene que corregir un desastre]

Sin embargo, para cuando Ulloa se hizo cargo del gobierno de Huancavelica, la vieja corrupción había regresado con fuerza. El interino gobernador anterior, Pablo de la Vega y Bárcena (1755-1758), había deshecho el orden y la [p.84] labor reformista de los dos gobernadores que lo precedieron, Jerónimo de Sola y Gaspar de la Cerda y Leiva. Según Ulloa, citando lo que consideraba era la confesión de parte de Vega, la mina de Huancavelica se explotaba sin preocupación alguna por su derrumbe; la contabilidad y tesoro real quedó a merced de los fraudes de los oficiales e «inteligencias particulares»; el monopolio de la compra y distribución del mercurio se convirtió en objeto de utilidad privada; la tiranía había reemplazado al buen gobierno; y el cohecho [coimas] dominaba la administración de justicia.


[Ulloa en Huancavelica desde Nov. 1758: Pablo de la Vega deja un desastre con abuso+fraude contra la Corona - enriquecimiento con más de 30.000 pesos anuales + sobornos con lingotes de plata]

Al momento de tomar posesión del mando, Ulloa no recibió de parte de Vega, como era debido, los acostumbrados informes contables de los tres ramos más importantes: tesorería, gremio de mineros y azogue. Por el contrario, Vega había dejado un desorden monumental que escondía innumerables abusos y fraudes contra los intereses reales. A través de medios ilícitos, Vega había ganado más de 30.000 pesos al año durante su mandato. Esta era una cifra extraordinaria si se considera que el salario legal anual de un oidor de Lima suponía entre 4.000 y 5.000 pesos, y el de un oficial de caja real, 400 pesos al año, mientras que a un trabajador minero libre se le pagaba 4 pesos a la semana o unos 200 pesos anuales. Las más altas autoridades permitían tal desmesurada e ilícita ganancia, pues recibían regalos en la forma de barras de plata por el día de su santo o cuando quiera que enfrentaban alguna dificultad. El no participar en tal costumbre de cohecho y soborno le trajo, a Ulloa, muchos problemas durante su gobernación. [59]


[Ulloa en Huancavelica de Nov. 1758: Sus competentes proyectos de reforma son saboteados por explotadores de minas+controladores+permisos falsos, robo de mineral en estribos+instalación de escombros - derrumbes ruinosos en túneles de minas - delitos en calculaciones, liquidaciones+abusos contra indígenas]

Ulloa decidió aplicar su conocimiento científico y técnico para lograr la extracción más eficiente del mineral de mercurio y reformar la organización de la mina. Sin embargo, los mineros y veedores oficiales se coludieron para desobedecer y sabotear las órdenes y regulaciones técnicas dictadas por Ulloa. Desconfiando de los veedores, Ulloa tuvo que verificar personalmente las condiciones físicas de las minas en forma periódica. Demostró, así, que las tareas urgentes de mantenimiento y reparación de paredes, techos y estribos de las minas, así como la limpieza y pavimentado de los socavones de drenaje de San Javier y San Nicolás, se habían retrasado negligentemente. Los mineros se resistían a cumplir estas obligaciones y conseguían, más bien, permisos falsificados para trabajar sitios prohibidos dentro de la mina, en los que extraían el mineral de estribos estructurales y luego cubrían la extracción ilegal con desmonte (escombros de la mina) que [p.85] debía sacarse de la mina. Los derrumbes peligrosos y ruinosos ocurrieron debido a obras ilegales de mineros como Francisco Gómez y Baltasar de Cañas, yerno y concuñado respectivamente del veedor José Campuzano. Los otros supervisores, Fernando Anthesana, Juan Afino y Francisco San Martín eran también culpables de fraude y complicidad con otros mineros y comerciantes inescrupulosos. [60] Además, como lo había hecho en su «Discurso» de 1749, Ulloa también denunció los excesos de los repartos, el fraude en la cuenta de los indios tributarios y el abuso de la mano de obra indígena. [61]


[Ulloa en Huancavelica: baja la calidad del mineral, se rechazaron inversiones en hornos y equipos - medidas con el programa "Minería del Rey" son rechazadas por los operadores mineros por temor al control fiscal - Gremio de Mineros de Huancavelica sigue delinquiendo]

Con respecto a la calidad decreciente del mineral en Huancavelica, Ulloa confirmó que los depósitos más profundos tenían menor contenido metálico. Sin embargo, culpó al gremio de mineros por no implementar las inversiones necesarias en hornos e insumos para incrementar la productividad. Ulloa incluso experimentó con operaciones mineras financiadas por el erario real, en una iniciativa que se llamó la Minería del Rey y que fue muy rechazada por los mineros, quienes temían el eventual control fiscal de las actividades mineras en Huancavelica. Ulloa pronto reconoció la imposibilidad de reconciliar los intereses del gremio de mineros con los del Rey y su hacienda. Si ocurrían monstruosidades en la asociación de los hombres, Ulloa afirmaba, en ninguna otra sociedad era esto más cierto que en la del gremio de mineros de Huancavelica


[Ulloa en Huancavelica: rechaza y prohíbe los sobornos - los explotadores de las minas siguen vendiendo mercurio de forma privada y no pagan sus préstamos - los beneficios privados se reparten con los funcionarios - las arcas reales pierden los préstamos + no hay más préstamos]

Los mineros usualmente daban regalos al gobernador de Huancavelica, además de beneficiarlo con lo que cobraba de derecho por cobijar juegos de cartas en su morada, costumbres que Ulloa rechazó y prohibió. Aún más, a pesar de recibir adelantos del erario para financiar la producción, los mineros realizaban ventas ilegales de azogue [mercurio] a particulares en lugar de pagar sus deudas al gobierno y depositar el mineral en los reales almacenes. [62] Los oficiales reales también obtenían ganancias ilegales al otorgar adelantos sobre el azogue a mineros descapitalizados, quienes luego revendían el mercurio a mayor precio y compartían [p.86] la ganancia con los oficiales. Así transcurrieron años de descuido fraudulento en la cobranza de las deudas de mineros con el erario y arcas reales [el ministerio de finanzas] perdieron los fondos necesarios para continuar o expandir el sistema crediticio oficial de adelantos en efectivo y mercurio. [63]


[Ulloa en Huancavelica 1760: Arrestos de los inspectores Campuzano y Afino junto con el ayudante José Gordillo en octubre de 1760 - El cura Manuel Joseph de Villata hace especulaciones con harina - El cura Antonio Segura secuestra una mujer joven].

En octubre de 1760, harto de la incompetencia técnica, la insubordinación y los abusos, Ulloa encarceló a los veedores principales Campuzano y Afino, junto con su asistente José Gordillo, acusándolos de permitir la explotación riesgosa de la mina y de exiliar a varios mineros. [64] Entre los partidarios de los veedores encarcelados se hallaban el contador real Juan Sierra y el clérigo [de Jesús de Fantasía] Juan José de Aguirre. Ulloa se había enemistado anteriormente con tres sacerdotes seculares en Huancavelica, en incidentes separados. En 1759, el gobernador Ulloa había culpado al sacerdote [de Jesús de Fantasía] Manuel Joseph de Villata de especular con la harina y contribuir, así, a su peligrosa carestía. Asimismo, había sancionado al sacerdote Antonio Segura por secuestrar a una joven mujer. Ulloa también había rechazado las pretensiones de Aguirre de ser su asesor.

[Suplemento:
Se puede ver claramente: los católicos locales y criminales de fantasía de Jesús se divierten violando las leyes y ejerciendo cualquier violencia, y eso es solo una expresión del alcoholismo católico con vino sin fin].


[Ulloa en Huancavelica: Intriga del clérigo criminal jesuítico Juan José de Aguirre contra Ulloa - Aguirre pudo exigir honorarios excesivos por derechos de mina - viene una "Visita" de Lima y sale la liberación de los criminales clérigos jesuíticos - Católicos criminales en la corte de Lima conspiran contra Ulloa]

El virrey en Lima y el obispo [de Jesús de Fantasía] de Huamanga [región de Ayacucho en los Andes] hicieron poco por corregir las transgresiones de estos clérigos [de Jesus de Fantasía], al tiempo que Ulloa denunciaba su falta de respeto a la autoridad, su abuso de los indios y sus públicas palizas proferidas a curacas. Según Ulloa, Aguirre se había beneficiado con la anterior administración de [Pablo de la] Vega que le permitía cobrar en exceso por derecho de entierro. Por su parte, Aguirre se enfrascó en una campaña por defenestrar a Ulloa y reemplazarlo con Vega como gobernador y Campuzano como veedor. Enfrentado a esta conspiración, Ulloa logró una orden para evacuar a Vega de Huancavelica. [65] Aguirre organizó entonces una campaña local paralela y casi subversiva para descalificar y denigrar la actuación de Ulloa en el encarcelamiento de los veedores y mineros que ya habían confesado su culpa. Además, Aguirre movilizó a sus contactos en la Corte del virrey conde de Superunda (1745-1761) y su sucesor Manuel Amat y Junyent (1761-1776). Las quejas de Aguirre condujeron a una visita oficial a finales de 1761 con misivas deshonestas. Cristóbal de Mesía, oidor de Lima, llevó a cabo la visita en Huancavelica, con el corregidor Carlos Platsaert como testigo [falso]. Esta intervención concluyó con la excarcelación [p.87] de los funcionarios apresados y la interrupción de su proceso legal. [66] Ulloa ronto se enteró de que varios miembros de la Audiencia de Lima y hasta el mismo Amat se habían parcializado en su contra y favorecido a sus enemigos en Huancavelica por instigación del obscuro asesor legal de Amat, José Perfecto de Salas. [67]

[Suplemento:
Los católicos NO son "cristianos", pero son CRIMINALES que DEFIENDEN su criminalidad o DEFIENDEN a sus superiores criminales por falsa lealtad y toman  mucho vino para alimentar su alcoholismo. Esto es el caso en TODOS los estados que todavía se llaman "católicos" hasta hoy (2023). Las intrigas y conspiraciones se organizan en la lección de Biblia, donde el pastor es el agente y el líder de las conspiraciones. El pastor es instruido por el Vaticano criminal y por los servicios secretos criminales del Vaticano: Opus Dei Gay y por la logia gay P2 o logia P3].


[Ulloa en Huancavelica: "investigación" del fiscal de Lima Sr. Diego de Holgado contra Ulloa - INVENCIONES contra Ulloa - virrey corrupto Amat exige 10.000 pesos anuales de soborno del gobernador de Huancavelica, lo que Ulloa rechaza - virreyes Superunda y Amat negocian ilegalmente la venta de distritos enteros (expropriando indígenas de territorios) - el fiscal Holgado favorece a un supervisor incompetente para transportes de mercurio]

Los redoblados esfuerzos realizados en contra de Ulloa llevaron a una segunda averiguación oficial, encabezada por Diego de Holgado, el fiscal de la Audiencia de Lima que le abrió un juicio de residencia. A pesar de las decisiones judiciales iniciales, favorables a Ulloa, [el virrey] Amat y [el fiscal] Holgado procedieron con nuevas investigaciones que minaron por completo la autoridad de Ulloa y lo acusaron [con INVENCIONES] de haber cometido los mismos delitos de corrupción que él había denunciado. Reportó a sus superiores en Madrid que Amat era un virrey venal, enfurecido porque Ulloa se había rehusado a entregarle el soborno acostumbrado de 10.000 pesos con el cual el puesto de gobernador de Huancavelica estaba extraoficialmente gravado para beneficio privado del virrey. [68] Más aún, en su «Relación de Gobierno», Ulloa criticó la escandalosa venta de corregimientos y otras transgresiones efectuadas [p.88] por los virreyes Superunda y Amat. [69] Del mismo modo, Gaspar Alejo de Mendiolaza, el antiguo asentista del transporte del azogue en mula, acusó al [fiscal] Holgado de haber abusado de su cargo y, por tanto, de haber puesto en peligro el suministro estratégico de recursos, al favorecer a un nuevo postor del asiento que no contaba con el capital suficiente. [70]

[Suplemento:
Entre los "altos católicos" el crimen tiene un sistema - no hay "altos católicos" sin crimen, porque son seleccionados para los "altos puestos" en los estudios bíblicos - quien cree en la Biblia de fantasía, quien domina el arte de la mentira y de la intriga y qien cumple con los sobornos y las coimas, puede permitirse TODO en el mundo de los católicos criminales - así es la corrupción católica que corre siempre contra los lógicos y contra las personas justas. Este sigue siendo el caso (2023) en los estados católicos y sobre todo en el Vaticano pedófilo gay criminal de droga mismo].


[Ulloa en Huancavelica: distracción por juicios FALSOS - la producción de mercurio aumenta de todas formas - tras la expulsión en 1764 la producción de mercurio vuelve a caer - los nuevos reformadores vuelven a fracasar - apenas queda mercurio hasta 1813 - ruina de Huancavelica a partir de la independencia]

Los esfuerzos reformistas de Ulloa para efectuar mejoras técnicas en la mina e infraestructura urbana de Huancavelica fueron socavados por los líos legales en los que se vio envuelto. [71] Aun así, el nivel de la producción de mercurio y plata durante su administración se incrementó, aunque volvió a caer luego de su partida. Intentos subsecuentes por reformar la administración de las minas de Huancavelica y superar los problemas técnicos también fracasaron. Con muy breves intervalos de mejoría, la producción de Huancavelica continuó en decadencia hasta 1813, cuando apenas producía una pequeña fracción de lo que había arrojado con Ulloa. Su ulterior ruina devino con la independencia. [72] [p.89]

[Suplemento:
Este comportamiento es absolutamente como el de los alcohólicos: celebran su alto crimen y su rabia destructiva hasta que llega la muerte]


[Autodestrucción por corrupción sistemática "cristiana"-católica en la minería peruana: abandono, derrumbes, malas condiciones de trabajo para los indígenas, aumento de costes para la producción de mercurio+plata].

La minería peruana sufrió así un revés histórico debido, en no poca medida, a prácticas corruptas persistentes. En consecuencia, la sistemática corrupción colonial tuvo tres principales efectos en la economía local e imperial: el descuido y abandono técnico y operativo de las minas de mercurio, el deterioro de las condiciones laborales de los indios que allí trabajaban, y el alza en el costo de financiación y producción tanto del mercurio como de la plata.


[de 1764: Huancavelica sin Ulloa - orden para ir a Cuba, luego para ir a Luisiana - última carta al virrey Amat que es criminalmente corrupto con la lista de sus crímenes - el sucesor de Ulloa en Huancavelica pasa a ser Carlos Beranger, dependiente de Amat - Amat penaliza con arresto familiar contra el fiador de Ulloa: Juan de Alasta]

Intereses adversos a la reforma y profundamente arraigados vencieron a Ulloa, así como a otros reformadores que le precedieron, tal como frecuentemente ha sucedido en el transcurso de muchos intentos históricos por efectuar reformas administrativas y técnicas en el Perú. Las repetidas peticiones de Ulloa para ser relevado de sus deberes en Huancavelica fueron finalmente atendidas en Madrid. En julio de 1764, Ulloa recibió la orden de viajar a Cuba para luego asumir la gobernación de Luisiana. [73] Al virrey Amat se le ordenó no interferir con la partida de Ulloa. Desde Panamá, Ulloa le escribió una última y cáustica carta a Amat enumerando los delitos que había permitido quedaran sin castigo, entre los cuales mencionaba su reemplazo por Carlos Beranger, un dependiente del propio Amat en la gobernación de Huancavelica. [74] En venganza, Amat apresó a Juan de Alasta, partidario y fiador de Ulloa, ligado a la acaudalada familia Mendiolaza. Languideciendo en prisión, Alasta mostró señales de locura. [75] [p.90]


Fig. 2. Virrey Manuel Amat y
                    Junyent, 1761-1776
Fig. 2. Virrey Manuel Amat y Junyent, 1761-1776. Virrey militar que personifica el abuso del poder y la ganancia privada del corrompido sistema colonial. Con la  ayuda de su asesor legal, Juan Perfecto Salas y su círculo de clientela, Amat se ensañó con el gobernador reformista Antonio de Ulloa. Múltiples transgresiones legales del virrey y su entorno se detectan en los juicios de residencia respectivos. Retrato de Cristóbal Aguilar, 1769. Monasterio [de Jesús de fantasía] de Nazarenas Carmelitas, Lima. Foto de Daniel Giannoni. [p.91]

[Suplemento: Factor adicional del narcotráfico del Perú a Italia y el dinero de la droga en el Vaticano de Jesús de fantasía
Los "altos católicos" del Vaticano tienen más ingresos por narcotráfico: no se sabe cuándo comenzó el tráfico de cocaína entre Perú, Colombia y Ecuador con el Vaticano. Este es entonces un factor adicional para el alto crimen y los ingresos infinitos de la clase alta criminal-católica-"cristiana" con su iglesia de Jesús de fantasía. Las ganancias de la droga se mantienen en el Banco del Vaticano y en su banco hermano UBS AG en Suiza en cuentas privadas bloqueadas. Suiza es territorio del Vaticano, que se proclama en el Palacio Federal de Berna con la palabra "Curia". El cantón del Ticino está controlada por la mafia Ndrangheta. La Ndrangheta maneja los transportes de drogas y quizás "otros" transportes entre el Caribe y el puerto de Tauro en el sur de Italia y al Ticino. Un "centro de mando" católico es el Fidinam fiduciario de la familia Tettamanti en Lugano].


Plata y contrabando

[Reporte de Ulloa de 1771: "Informes de D. Antonio de Ulloa dirigidos a Carlos III" - cómo sale más ganancia robando en lugar de mantener una administración honesta]

¿Cuáles fueron las raíces sistémicas más profundas de la oposición corrupta a los esfuerzos reformistas de Ulloa en Huancavelica? Para responder esta pregunta es necesario analizar el entendimiento entre las autoridades políticas y os intereses creados vinculados a la minería de plata y su comercio, el financiamiento, los impuestos reales que generaba y el contrabando al que daba lugar desde por lo menos los inicios del siglo XVIII. Estas conexiones favorecieron las ganancias privadas en desmedro de la producción y la honesta administración. Una vez más, el parecer de Ulloa sobre esta cuestión es valioso. Su último y mayormente olvidado tratado «Informes de D. Antonio de Ulloa dirigidos a Carlos III» que escribió en Cádiz en 1771, varios años después de su pesadilla peruana como gobernador de Huancavelica se refiere a este tema.


[Perú: La producción de plata necesita mercurio - funcionarios corruptos manipulan las condiciones de los préstamos de mercurio para ganancias privados - pago del mercurio con plata piñonera sin sello y sin registro - retraso en el pago de la deuda]

Vinculado al declive de la minería del azogue, el punto neurálgico del Imperio español en América era la producción de plata. [76] El tesoro real subsidiaba a los mineros de plata proporcionándoles azogue a crédito. Pero los oficiales corruptos de las cajas reales en provincias imponían condiciones interesadas para los adelantos en mercurio a los mineros. Especulando con la diferencia entre el precio oficial y el de venta del mercurio, en complicidad con aquellos mineros de plata que lo recibían privilegiadamente, los oficiales reales y sus socios privados se aseguraban ganancias ilícitas. Estos oficiales reales también exigían el pago del mercurio con plata piña, es decir, plata sin sellar ni quintar (toda plata producida estaba sujeta a un impuesto del 20 por ciento, el quinto real, al momento de fundirla en barras selladas oficialmente). Además, los oficiales demoraban el cobro de deudas fidedignas al erario y la presentación de cuentas formales causando, así, cuantiosas pérdidas a la Corona. [77] [p.92]


[Tradición en el Perú: la plata de piña es la moneda para el contrabando - los comerciantes de Lima sobornan a los funcionarios de aduanas y al tribunal de comercio - a la Corona en Madrid apenas le quedan ingresos aduaneros]

La plata piña era el medio preferido para la adquisición de artículos de importación de contrabando. De este modo, el erario perdía aún más en derechos dejados de cobrar por comercio de importación. Los comerciantes de Lima eran los principales beneficiarios del contrabando, al sobornar a los oficiales de aduana y a los jueces del Tribunal del Consulado, institución que administraba la justicia comercial y atendía los casos del gremio de comerciantes de Lima. El enorme drenaje de los ingresos reales debido a estas prácticas era objeto de suma preocupación para los burócratas y reformadores en Madrid. Tratados tempranos sobre el costo del contrabando (definido literalmente como el contravenir un bando o decreto) subrayaban su carácter ilícito, pues implicaba tratar con los enemigos del rey. Combatir el contrabando era, pues, un esfuerzo necesario para la conservación de la monarquía. [78]


[Rutas del contrabando en el Caribe: protestantes (GB+NL) contra católicos (Esp) - católicos contra católicos (F co. Esp) - asiáticos contra católicos]

Desde comienzos del siglo XVIII la Corona española concentró su vigilancia en el contrabando, en especial
-- el de ingleses y holandeses, proveniente de Jamaica y Curaçao (introducido a Panamá, Cartagena y Cuba),
-- el de portugueses de la colonia de Sacramento,
-- el del Pacífico asiático transportado a México, y
-- el de franceses a Buenos Aires y el Perú.

A través del Consejo de Indias [desde 1561 en el castillo "Alcázar" en Madrid], la Corona implementó una serie de órdenes, pesquisas y medidas con las cuales contener la propagación de tan dañino tráfico y la participación de sus propios súbditos en estas infracciones. Desde principios del siglo xviii, el Consejo recibió información alarmante de Lima sobre el notorio incremento del contrabando en el Pacífico sur, realizado tanto por aliados franceses como por enemigos ingleses y holandeses. [79] Estos intereses extranjeros se vinculaban con los de los comerciantes y oficiales locales a través del contrabando. [p.93]

[Suplemento: Ampliación excesiva de las fronteras en los imperios coloniales provoca criminalidad sin fin
El contrabando y la alta criminalidad siempre son causados por exceder las fronteras cuando los gobiernos están demasiado lejos de la escena del crimen. En un reino "donde el sol nunca se pone", se puede asumir una actividad gigantesca con contrabando y crimen descontrolado de autoridades. Esto también es probable para todos los demás imperios coloniales].


[El virrey Manuel de Oms de Santapau de Barcelona está endeudado y quiere robar el Perú para recuperar riquezas - lleva muchos familiares a Lima (!)]

El empuje reformista contra el contrabando en el Imperio español coincidió con el ascenso de la dinastía Borbón en España con Felipe V, nieto de Luis XIV, y con la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), que enfrentó a Francia y España contra una coalición del imperio austríaco de los Habsburgo, Inglaterra y Holanda. Paradójicamente, el primer virrey que la monarquía borbónica nombró para gobernar el Perú, el catalán Manuel de Oms de Santapau, marqués de Castelldosrius (1707-1710), tuvo una conspicua participación en unos escandalosos casos de contrabando francés durante su gestión. El respaldo incondicional que Castelldosrius diera a la causa borbónica como embajador español en la corte de Luis XIV le ganó como recompensa, en 1702, el cargo de virrey, pero no pudo embarcarse al Perú sino hasta 1706, debido al descalabro del transporte por la guerra naval. Castelldosrius había perdido sus propiedades en Barcelona cuando la ciudad cayó bajo el control del partido de los Austrias. Fuertemente endeudado, el futuro virrey hizo promesas de devolver favores, contando tal vez con la posibilidad de recuperar su fortuna y enriquecerse en el Perú. Castelldosrius solicitó la licencia de viaje acostumbrada para un grupo inusualmente grande de parientes, criados y dependientes: su séquito más cercano, que incluía a muchos franceses, y la base de la corte que pensaba establecer en Lima. [80]

[Un robo a un banco en Madrid habría atraído demasiada atención, ¿tal vez es mejor en Perú, lejos de España?]


[Virrey Manuel de Oms (Marqués de Castelldosrius) en Lima 1707-1710: promueve alianzas y fiestas de literatos, músicos, intelectuales - alianzas estratégicas con comerciantes que hacen negocios con capitanes contrabandistas - 25% de participación en el contrabando de Pisco, manejado por el sobrino del Virrey Ramón de Tamaris - compra de puestos políticos con corregidores - favoreciendo al corregidor de Pisco e Ica].

Desde su arribo a Lima en 1707, Castelldosrius se esforzó por aumentar su fortuna privada y establecer alianzas con la élite local para así conseguir respaldo político. Emulando a Luis XIV, Castelldosrius auspició concursos literarios, eventos musicales y una academia literaria conformada por los mejores intelectos locales. Al mismo tiempo, estableció colaboraciones con comerciantes peninsulares [España] de alto rango, como con Francisco de Lártiga, Bernardo de Solís Bango, Pedro Pérez de Hircio y Alonso Panizo, entre otros. Dichas sociedades estaban involucradas en transacciones de contrabando con capitanes de naves francesas que arribaban al puerto meridional de Pisco con la complicidad de autoridades locales. Castelldosrius obtuvo una tajada del 25 por ciento de la introducción ilegal proveniente de tres barcos franceses por un valor aproximado de tres millones de pesos. Los cobros ilegales a nombre del virrey los hizo Antonio Marí [p.94] Ginovés, su asesor y representante de confianza, con la asistencia de Ramón de Tamaris, sobrino del virrey. Marí también administraba otras fuentes de ingreso del virrey como lo cobrado por el nombramiento de corregidores interinos. En este particular se benefició Phelipe Betancur, corregidor interino de Pisco e Ica, nombrado en lugar del titular Francisco Espinosa de los Monteros.

[Suplemento:
Tales "sistemas comerciales" de contrabando eran solo una copia de lo que había estado sucediendo en el Mediterráneo durante 700 años, por ejemplo, el comercio de Génova y Venecia con los estados cruzados y con los musulmanes SIMULTÁNEAMENTE. El sistema católico siempre se destruye a sí mismo porque los criminales de la clase alta católica "cristiana" no controlan su "santa codicia"].


[Contraataque contra el virrey Manuel de Oms (el marqués de Castelldosrius) en Lima: comerciantes bascos con Espinosa denuncian al virrey - eliminación del cargo en 1709 - muere en 1710]

Espinosa y un grupo considerable de comerciantes vascos se hallaban enfrascados en una disputa en torno a la dirección del Consulado (Tribunal del Consulado), en franca oposición a lo que consideraban un dañino contrabando «corrupto» que desviaba millones de pesos en plata piña y en barras. La facción de Espinosa denunció a Castelldosrius ante el Consejo de Indias [en Madrid]. El fiscal del Consejo en Madrid calculaba que, en diez años, los franceses habían desviado cerca de 100 millones de pesos en plata a través del comercio ilegal. Asimismo, sostuvo que el palacio virreinal había sido convertido en un «burdel» y que se debía dar un castigo ejemplar a los gobernadores, oficiales reales y jueces implicados. Castelldosrius fue separado de su cargo en 1709, una sanción con escasos precedentes. Falleció en Lima en 1710, mientras esperaba los resultados de su apelación. Como era de prever, su tardía residencia en 1717 no sancionó pena seria a sus herederos. [81]


[de 1710: La contrabanda en el puerto de Pisco sigue - el virrey Diego Ladrón de Guevara (1710-1716) con 80.000 pesos en plata - golpe del virrey - el virrey Santo Buono quiere cerrar la mina de mercurio de Huancavelica que está medio en ruinas ya]

La muerte del virrey Castelldosrius no puso fin a la bien establecida red de contrabando. Su sucesor, Diego Ladrón de Guevara (1710-1716), exobispo de Quito, también fue acusado por el Consulado de asistir al contrabando francés en el Pacífico. Andrés Munive, juez eclesiástico y asesor del virrey, lo ayudó a incrementar su riqueza privada por medio de varios casos bien documentados [p.95] de contrabando. Un oficial del Consulado sorprendió a Munive cuando junto a otras personas cercanas al virrey entregaban 80.000 pesos en plata a bordo de una nave francesa. El oficial que destapó este asunto perdió su puesto por órdenes directas del virrey y gestionadas por su secretario, Luis Navarro, para así permitir el arribo irrestricto de contrabando francés. Quejas adicionales sobre la codicia de Ladrón de Guevara y sus ventas de cargos llevaron a su caída. [82] Entretanto la mina de Huancavelica continuaba deteriorándose, circunstancia que motivó el desesperado intento de cerrarla por parte del virrey Príncipe de Santo Buono (1716-1720).


[Virrey Castelfuerte 1724-1736: Estricciones militaristas contra el contrabando con robo de plata y contra los textiles de China y Europa - el contrabando fue favorecido por el Virrey Arzobispo Diego Morcillo (1720-1724) - Castelfuerte con vigilancia, inspección, castigo y confiscación - recompensando a los acusadores con el 33% del valor del contrabando que denuncian - fraude de monedas en la ceca de Lima - fraude en el recuento de esclavos de la mita - los criminales INVENTAN "beneficios privados" con Castelfuerte a través de las confiscaciones]

Solo con la llegada del virrey José de Armendariz, marqués de Castelfuerte (1724-1736), un militar estricto, se tomaron algunas medidas para poner un freno temporal al contrabando. Castelfuerte dio una orden especial para limitar el flujo de plata a manos extranjeras y el ingreso de textiles de contrabando de China y Europa. Las ferias mercantiles de Portobelo y Panamá, parte del sistema tradicional de las flotas, habían decaído debido al contrabando. Castelfuerte cuestionó, en particular, el gobierno anterior del virrey-arzobispo [de Jesús de fantasía] Diego Morcillo (1720-1724), durante el cual el contrabando había alcanzado altos niveles. Castelfuerte implementó la vigilancia naval, las inspecciones, los castigos y la confiscación de artículos de contrabando, y recompensó a los denunciantes con la tercera parte del valor del contrabando confiscado. Además, apresó al criollo José de Santa Cruz y Gallardo, conde de San Juan de Lurigancho [en Lima] y propietario del oficio heredado de tesorero de la ceca de Lima, debido a irregularidades en el peso y contenido de las monedas locales. Castelfuerte también reveló serias transgresiones de corregidores, sacerdotes y caciques en la cuenta y empleo de los indios de mita. El virrey fue atacado por los intereses afectados que denunciaron sus supuestas ganancias privadas obtenidas de la confiscación de artículos y caudales del contrabando. [83] [p.96]


[Castelfuerte contra el contrabando: barcos de comercio con licencias y registro]

La efectividad de las medidas contra el contrabando fue puesta a prueba durante el periodo de transición transición en el cual los navíos de permiso y de registro reemplazaron al viejo y rígido sistema de flotas. Estos permitían una mayor frecuencia y flexibilidad en el intercambio comercial. Entre 1700 y 1750, diversas exenciones reales otorgadas a comerciantes extranjeros (los asientos de esclavos concedidos a franceses y, después de 1713, a ingleses) y otras medidas intentaron flexibilizar el comercio para renovar la decadente política comercial monopólica manifiesta en las flotas del Pacífico y del Atlántico.


[Las guerras marítimas entre "cristianos" criminales (católicos y protestantes) bloquean el comercio marítimo - la feria comercial de Portobelo (Panamá) se cancela durante mucho tiempo - inflación en los bienes raros importados debido a las guerras y al aumento de los costes de transporte - impuestos comerciales en Lima - confiscación ilegal de plata en Panamá, Santa Fe y Quito para tener plata para armas].

La tradicional feria de Portobelo [en Panamá], en la costa caribeña del istmo de Panamá, a la cual llegaba la plata peruana de la costa del Pacífico para ser intercambiada por bienes europeos importados, no se realizó entre 1707 y 1720; tampoco se celebró en 1721, 1723, 1730 ni en el periodo 1739-1740. El sistema comercial monopólico estuvo arruinado por la guerra y la competencia naval, así como por el mayor costo de financiar la flota en el Pacífico (la Armada del Sur). Los diversos impuestos, pagados por los comerciantes de Lima que sufrían la competencia del contrabando, hicieron que los costos relativos del comercio subieran aún más. Además, los comerciantes limeños quedaron expuestos a la rapacidad de las autoridades de Panamá, Santa Fe [Argentina] y Quito [Ecuador], quienes confiscaban parte de la plata en tránsito bajo la excusa de cubrir gastos de defensa local. [84]


[Nuevo comercio vía Cabo de Hornos en lugar de vía Panamá]

[Perú: Nuevo comercio con Europa navegando vía el Cabo de Hornos: centros comerciales en Chile y Quito y nuevas rutas de contrabando - nuevos créditos y redes de agentes - compra de títulos y cargos nobiliarios, dinastías familiares de comerciantes - la corte comercial permite sobornos al Virrey]

Pese a la erosión de sus privilegios monopólicos, los comerciantes de Lima se adaptaron muy bien a un sistema comercial más libre y directo con Europa por la vía del cabo de Hornos. Diversificaron sus intereses, concentrándose en los rentables mercados cautivos de Chile y Quito [Ecuador], y aprovechando las nuevas oportunidades ofrecidas por el contrabando. En efecto, la élite mercantil de Lima florecía económica y socialmente, incrementando sus operaciones crediticias comerciales y sus redes de corresponsales, y comprando títulos de nobleza e importantes cargos oficiales. Estos comerciantes fueron beneficiarios del difundido contrabando que ahora ya formaba parte integral de la economía peruana. Los mercaderes más acaudalados y sus herederos estuvieron involucrados en casos de comercio ilícito (por ejemplo, el peninsular [de España] montañés José Bernardo de Tagle Bracho, marqués de Torre Tagle, habitualmente estuvo [p.97] vinculado a los comerciantes contrabandistas franceses, a los cuales también les compraba costosas naves). La documentación adicional destaca a otros prominentes comerciantes españoles como participantes en operaciones de contrabando, entre ellos Pedro Gómez de Balbuena y Bernardo de Quirós. Antonio Hermenejildo de Querejazu, el hijo criollo de un comerciante vasco enriquecido en Lima, consiguió dispensas especiales para ejercer autoridad y contraer matrimonio mientras dirigía actividades comerciales y tenía propiedades en la localidad: este flagrante conflicto de intereses estaba prohibido por las leyes hispanas. Del mismo modo, la élite mercantil incorporada al Consulado incrementó su influencia con las autoridades imperiales haciendo donativos y préstamos al Rey. [85]

[Como se puede ver: a los "altos católicos" no les importan las leyes de todo, porque todos los negocios son coordinados en los estudios bíblicos, y el Dios de fantasía vaya a proteger esos negocios criminales].


[El "Tribunal de Comercio" en Lima: fachada y oficina de quejas - demanda de los monopolios antiguos]

El Consulado de Comercio de Lima actuaba como fachada para comercios ilícitos, al tiempo que presentaba quejas contra el contrabando y el relajamiento de las restricciones monopólicas. Dionisio de Alsedo y Herrera, diputado del Consulado en Madrid, usó esta doble estrategia exigiendo la restitución de los privilegios de recaudación de impuestos y monopolio afectados por las ilícitas introducciones francesas bajo la protección de autoridades locales. Al mismo tiempo, Alsedo alababa el comercio con otras naciones a través de Panamá y defendía el secreto comercial como un derecho mercantil. [86]


[1747: Informe de Machado de Chaves con la propuesta de comercio navegando por el Cap Horn - caen el contrabando y la corrupción en Panamá - nuevas posibilidades de contrabando a través de la fundación de Argentina en 1776 y regulaciones del comercio libre a partir de 1778: se abren nuevos puertos]

En 1759, Machado de Chaves, en un revelador reciclaje de su propuesta reformista de 1747, proponía las ventajas de la ruta alternativa y más barata por la vía de Buenos Aires y el cabo de Hornos, en lugar de la de Cartagena y Panamá-Portobelo. [87] Esta propuesta era visionaria en cuanto a enfrentar la [p.98] antigua política comercial que sustentaba la difundida corrupción. Sin embargo, el establecimiento del virreinato de La Plata en 1776, a través del cual el competitivo comercio con Europa pasó a abastecer el mercado del Alto Perú (antes parte del virreinato peruano), así como la promulgación del Reglamento de Comercio Libre de 1778, que abrió más puertos al tráfico oficial, no impidieron el contrabando desde el Brasil y Buenos Aires. [88]


["América" Latina: Contrabando y corrupción siempre es normal con los católicos altos y criminales - además hay redes de patronazgo - la pobreza de las masas y de los pueblos indígenas NO les importa DE TODO a los católicos "altos" "cristianos"]

Así, el contrabando contribuyó significativamente a que la corrupción pública y privada formaran parte integral del liderazgo económico y político del virreinato peruano. [89] Al igual que en el caso del Río de la Plata, el origen y la formación de la élite mercantil y burocrática colonial estuvieron entrelazados con prácticas corruptas y de contrabando. [90] Estos y otros intereses sentaron las bases de las redes de patronazgo coloniales, que se hallaban controladas en la cima por autoridades políticas que buscaban ganancias privadas a costa del bien público. [p.99]

[Comparación: El contrabando y la corrupción se repiten una y otra vez entre los grandes ricos, como hoy (2023) en la UE criminal con el corrupto parlamento del centro sonso en Gruselas. Es por eso que es mejor vivir en estructuras pequeñas con el principio de "pequeño pero agradable"].


Círculos de patronazgo virreinales

[Colonialistas de Europa en el Perú: siempre quieren robar el Perú para hacerse "ricos" rápidamente - formación de un ejército a partir del siglo XVIII como fachada con clientelismo+sobornos]

Un problema político primordial que enfrentaron los líderes de la conquista española, los primeros enviados reales y los virreyes, era cómo conciliar la diversidad de ambiciones de enriquecimiento rápido que atraía a sucesivas olas de conquistadores y colonos. Estos grupos disparejos y díscolos eran difíciles de controlar en ausencia de un ejército regular y disciplinado, que surgió recién en el siglo XVIII. Como lo comprueban las distintas experiencias de Cristóbal Colón, Hernán Cortés y los hermanos Pizarro, el uso de la fuerza era combinado con un hábil patronazgo y con sobornos, para crear así una semblanza de gobierno estable y aceptable para los reales ministros en España. [91]


[Virreyes con justicia española en el Perú desde 1543: son rechazados rotundamente por los terratenientes - un estado central no se puede imponer - negociaciones y virreyes corruptos]

Los primeros virreyes del Perú, Blasco Núñez de Vela (1543-1544 [web02]) y el marqués de Cañete (virrey García Hurdado de Mendoza, 1590-1596 [web03]), no pudieron imponer las leyes y planes de centralización sin desatar grandes conflictos.

[Suplemento: El conflicto en el Perú entre colonizadores, clérigos de Jesús de fantasía y virreyes católicos-criminales
El gobierno arbitrario ya había sido establecido, primero por los colonizadores y luego por los clérigos de fantasía de Jesús. Perú había experimentado una epidemia de viruela que había sido provocado por los colonos del Vaticano, y Cusco había sido ocupado por los españoles bajo Pizarro contra los incas (vikingos que huían del Vaticano) en 1533, neutralizando muchas injusticias incas contra los habitantes. Luego vinieron los clérigos de Jesús de fantasía con sus neurosis y fantasías obsesivo-compulsivas con el objetivo final de obligar a todos los nativos a creer en un Jesús de fantasía de Asia. Ahora todo ya estaba "resuelto", y por lo tanto los terratenientes rechazaron vehementemente a los virreyes de España y al poder judicial español. Los virreyes mismos eran muy diferentes, a veces contra la esclavitud, pero muchas veces eran solo ladrones con corrupción, etc.].

La rebeldía y el descontento entre los antiguos conquistadores y encomenderos, desposeídos de sus mercedes de trabajo indígena, se incubaron en algunos centros mineros estratégicos. Sin embargo, las hábiles negociaciones del «pacificador» Pedro de la Gasca y las corruptelas durante el gobierno del virrey conde de Nieva condujeron a un relativo acomodamiento de intereses. Este tipo de acomodación sirvió como base de una estabilidad virreinal que duraría casi dos siglos y medio, interrumpida ocasionalmente, por reavivados conflictos entre facciones y por rebeliones indígenas. [92] [p.100]


[Corrupción es un requisito para mantener estable la triada en Perú para los virreyes]

La estabilidad virreinal a través del patronazgo implicaba un costo alto. Este sistema iba acompañado por la corrupción que, a veces, lograba suavizar las fricciones inmediatas, pero que, en última instancia, ofrecía beneficios solo para unos cuantos, a expensas de las leyes e instituciones que garantizaban el bien común. [93] Esta solución venal al conflicto político sobreviviría en el Perú como un obstáculo arcaico, pero significativo, al desarrollo institucional.

A través de medios corruptos a veces sofisticados, el poder de los virreyes prevaleció en medio de conflictos de jurisdicción avivados por autoridades judiciales y eclesiásticas. Los virreyes patrocinaban facciones que los respaldaban en el poder y neutralizaban a grupos hostiles. El virrey se rodeaba inicialmente de numerosos miembros de su familia, parientes, clientes y criados que viajaban con él desde España. Este séquito cercano era crucial para la obtención de beneficios no oficiales para el virrey. La red virreinal se expandía luego para atraer a intereses locales ansiosos por cortejar al nuevo virrey. Este patrón se repitió en los gobiernos de sucesivos virreyes desde los primeros tiempos de la Colonia.

Existen ejemplos muy bien documentados de redes patrón-cliente que tuvieron un impacto significativo en el virreinato. Los miembros del entorno familiar y séquito del virrey Fernando de Torres y Portugal, conde del Villar (1584-1589), fueron acusados de tráfico de influencias por súbditos contrariados. Entre los cargos, que fueron materia de una investigación posterior y de una visita general, se acusaba a Villar de haber recibido sobornos a través de la mediación de parientes cercanos (principalmente su hijo Jerónimo de Torres y su sobrino Diego de Portugal) y de clientes (Juan Bello, su secretario y chivo expiatorio) para otorgar nombramientos oficiales y conceder otros favores. El patronazgo de Villar había infiltrado y dominado a la Audiencia de Lima y al cabildo de la ciudad, que invariablemente respaldaban sus decisiones prepotentes. Su caída sin precedentes comenzó con la excomunión que el indómito Santo Oficio de la Inquisición le fulminó. A este golpe le siguieron acusaciones [p.101] de abuso de poder, actividades ilegales y amargas disputas en torno a precedencia y jurisdicción, que incluían, entre ellas, el derecho de encarcelar al testigo Bello. [94]


[Corrupción y abuso de poder en el Perú: ejemplo Virrey Pedro Álvarez de Toldeo (1639-1648): regala puestos políticos a familiares con altos sueldos - distribuye tierras comunales indígenas a españoles y mestizos, p.ej. en las provincias de Jauja y Cuzco - soborno de clanes, Bravo de Lagunas]

En un extenso juicio de residencia, el exvirrey Pedro Álvarez de Toledo, marqués de Mancera (1639-1648), fue acusado por testigos confiables de haber cometido transgresiones similares a las de Villar. Había asignado altos salarios a muchos de sus criados y ministros por un total de 343.000 pesos. Les concedió empleo como corregidores, oficiales reales de hacienda y oidores, y les encomendó efectuar visitas en la venta de tierras públicas y arreglo de linderos de propiedad (composición de tierras) en diversas provincias. Lázaro Julca Guamán, un representante indio de las tierras comunales cerca de la ciudad de Cajamarca [ciudad andina en el norte del Perú], se quejó amargamente de que Pedro Meneses, enviado de Mancera [del virrey Pedro álvarez de Toledo], en colaboración con Matheo Bravo de Lagunas, teniente de corregidor local, y el curaca [líder de comunidades indígenas], habían despojado a varios indios de sus tierras para favorecer intereses particulares de españoles y mestizos. Abusos similares contra tierras comunales de indios fueron perpetrados en las provincias de Jauja [al este de Lima en los Andes] y Cuzco [centro andino del Perú]. Por otro lado, don Fernando, otro miembro del clan criollo de los Bravo de Lagunas y contador del Tribunal de Cuentas, consiguió cuestionables pagos adicionales. [95]


[Carta anónima a la corte real de Madrid: cartas con quejas sobre agravios no tienen ningún efecto porque las autoridades en España también son criminalmente corruptas + funcionarios incompetentes y contables en el ministerio real de finanzas sufren grandes pérdidas]

En 1662, una carta anónima detallada y extensa desde Lima reportaba flagrantes irregularidades en la administración de la hacienda virreinal. La carta iba dirigida al rey Felipe IV por mediación de una persona de buen crédito y celo a su servicio. El Rey ordenó al gobernador del Consejo de Indias la investigación [p.102] del asunto. [96] El informante anónimo se quejaba de que las cartas que informaban al Rey sobre malos administradores no llegaban a su destino porque eran entregadas a las mismas autoridades a las que denunciaban. Estos altos funcionarios, corrompidos por dádivas, faltaban a la lealtad y fe pública sobre las cuales se erigían los intercambios entre las personas. [97] Más aún, según esta reveladora carta, la ignorancia e incompetencia de los oficiales y contadores de la real hacienda y la total confusión contable que éstos dejaban reflejaban el daño causado por la venta de oficios, pues aquel que compraba también vendía. [98]


[Personal incompetente en las tesorerías de Potosí, Cuzco, Huancavelica etc. provocan pérdidas de millones - demanda de administradores financieros competentes - los virreyes y sus hijos son una grupo problemático por objetivos contrapuestos]

Estos cargos deberían haber sido asignados a personas experimentadas que los merecieran. La malversación, la falta de informes periódicos, los crecientes déficits y deudas sin cobrar eran tema común en las cajas de Potosí, Cuzco, Huancavelica y demás. Fraudes fiscales adicionales incluían los malos manejos en el cobro del quinto real de la plata y el impuesto de avería a las mercancías embarcadas. [99] El informante afirmaba que el manejo bueno o malo de la hacienda dependía del resorte principal de la burocracia: los virreyes. Dado que los funcionarios, al igual que los camaleones, adoptaban los colores del virrey en apariencia más «absoluto» que el mismo Rey, era necesario contar con administradores autónomos para mejorar el manejo del tesoro. Los virreyes, además, no deberían llegar acompañados por sus hijos, pues parecía haber tantos virreyes gobernando como el número de hijos que buscaban alcanzar sus propios fines. [100]


[El Consejo de Indias recomienda al virrey una "visita", a la Audiencia de Lima y al Tribunal de Cuentas]

Presionados por un real mandato, la reacción del Consejo de Indias ante cargos tan serios fue rápida. El gobernador y dos ministros comisionados reconocieron que el alarmante informe sobre la real hacienda peruana era obra de alguien con gran conocimiento, inteligencia y experiencia. La mayoría de los puntos referidos a la calidad de los virreyes, los daños que sus hijos causaban, [p.103] la necesidad de resolver los casos de fraude y tener informes regulares, fueron aceptados como ciertos por los ministros del Consejo (no así la cuestión de la venta de cargos, que permaneció mayormente ignorada). Los ministros incluso señalaron casos similares ocurridos en la Nueva España que habrían conducido a una visita de la real hacienda mexicana. Añadieron, también, un punto referido a la conducta de los oidores de la Audiencia de Lima, varios de los cuales eran criollos nacidos en dicha ciudad o habían contraído matrimonio con mujeres locales, comprometiendo así la administración imparcial de justicia. Los ministros del Consejo, asimismo, afirmaron que ya se habían emitido reales cédulas específicas contra estas prácticas, sin que se alcanzaran los resultados deseados. En consecuencia, luego de considerar la necesidad de alcanzar un universal remedio, los ministros del Consejo le propusieron al Rey que se llevara a cabo una visita de la Audiencia de Lima, que incluyera al virrey o virreyes en funciones, así como al Tribunal de Cuentas y las cajas reales. [101]


[Visita de Cornejo a Lima: Contadores criminales del rey son acusados de un robo de 35.285 pesos - el funcionario Diego Ruiz de Atriaca pierde su puesto]

El oidor Juan Cornejo, expresidente de la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, fue nombrado para llevar a cabo esta compleja tarea. No se había realizado una inspección oficial de la Audiencia de Lima desde 1622. Entre los muchos defectos atribuidos en Lima al contador mayor Francisco Antonio Mansolo, Cornejo pronto reveló una inexplicable sustracción de 35.285 pesos de los fondos remitidos por el oficial real Diego Ruiz de Atriaca desde el poblado y provincia mineros de Cailloma [Caylloma, Andes del Perú del Sur] en 1664. Ruiz había sido condenado ya antes por real cédula de 1661, lo que implicó la pérdida de su cargo oficial, la confiscación de sus propiedades y diez años de destierro de los reinos del Perú. Ruiz apeló al Tribunal de Cuentas en Lima, y el virrey conde de Santisteban (1661-1666) le permitió conservar su puesto hasta que fuera interrogado por Cornejo. [102]


[Visita de Cornejo a Lima: querella entre 2 grupos de mineros en Laicacota (región de Puno): Expulsión de los criollos de Andalusia - algunos van a Lima en busca de justicia - el virrey Santisteban hace arrestar a sus líderes - tras la muerte del virrey los vascos vuelven a ser perseguidos]

Cornejo recibió noticias alarmantes desde el pueblo minero de Laicacota (La Ycacota, Puno [región del Lago Titicaca]), no lejos de Cailloma, acerca de un incidente que consideró el más serio que se produjera en el transcurso de su visita oficial. En 1665, las crecientes disputas entre dos facciones de mineros, los «andaluces criollos» y los «vascongados», habían desencadenado violencia y dejado muchos muertos. Miles de mestizos e indios se habían aliado con uno u otro bando. Según [p.104] Cornejo, el corregidor local, Andrés Flores, primero intentó contener la situación dando rienda suelta al castigo y al destierro contra las movidas agresivas de los vascongados. Presionado por sus clientes y por los miembros de su familia, el virrey Santisteban decidió reemplazar a Flores con el provascongado Ángel Peredo, quien permitió que esta facción regresara a Laicacota. Esta vez los andaluces criollos fueron expulsados del pueblo en medio de gran destrucción y pillaje. Algunos se dirigieron a Lima exigiendo justicia. El virrey, influido por los intereses que lo movían a prevaricar, arrestó a los jefes de este bando contra el parecer de Cornejo y de otros oidores. La decisión de Santisteban exacerbó la situación. Además, mientras que Cornejo aconsejaba separar de su cargo a Peredo, el virrey siguió los consejos del oidor Francisco Sarmiento, y respondió que lo mantendría aun a costa de perderse el reino. Santisteban falleció en Lima unos cuantos días más tarde, en marzo de 1666. La corriente nuevamente se volvió en contra de los vascongados. Antes de que el conflicto pudiera ser resuelto, la nueva administración real en Madrid, tras el deceso de Felipe IV (en septiembre de 1665), ordenó a Cornejo que pusiera fin a la visita. La visita, en consecuencia, logró poco excepto documentar para la posteridad las corruptelas subyacentes a una administración incompetente, que tuvo que enfrentar el despertar de rudos conflictos. [103]


[Perú con los Borbones (siglo XVIII): Los virreyes "siguen" como antes los virreyes de la época de los Habsburgo - cada vez más nepotismo y economía mafiosa - redes ocultas, ejemplo Marí con virrey Castelldosrius - ejemplo Munive con virrey Ladrón de Guevara - poca corrupción bajo el virrey Castelfuerte - nueva corrupción después el terremoto de 1746+empobrecimiento de Huancavelica - virrey Superunda con su red de patrones comete robo masivo con transferencia a España - y aún más corrupción con los virreyes Amat y Junyent]

En el nuevo siglo borbónico, los círculos de patronazgo de los virreyes Castelldosrius y Ladrón de Guevara —ya examinados en relación con el frenesí del contrabando en el temprano siglo XVIII— no parecían diferir mucho de los de los virreyes durante la era Habsburgo. Sin embargo, podemos señalar una diferencia en el papel cada vez más importante desempeñado por asesores u hombres de confianza del virrey fuera de su familia inmediata. Ese fue el caso de Marí, quien conducía una red de actividades encubiertas bajo la protección del virrey Castelldosrius, así como el de Munive, quien ayudó al enriquecimiento privado del [virrey] Ladrón de Guevara. Durante el gobierno del virrey Castelfuerte parece haber ocurrido una caída temporal del patronazgo corrupto. Sin embargo, la corruptela recrudecería gradualmente durante el gobierno del conde de Superunda (1741-1761), otro virrey militar. Así parecerían [p.105] indicarlo las sospechas de una extendida corrupción, inmediatamente después del devastador terremoto de 1746, [104] así como el deterioro de la administración de Huancavelica, del cual Ulloa fuera testigo. Más aún, según recientes estudios efectuados en archivos privados, la creciente red de patronazgo del [virrey] Superunda le permitió remitir fondos privados no oficiales del Perú a España, a través de clientes de confianza como Juan Bautista Casabone y, en especial, Martín Sáenz de Tejada, su mano derecha. [105] Pero si el infortunado Superunda —quien sufriera un castigo cruel tras salir del Perú por a su papel accidental en la fallida defensa de La Habana en 1762 [106] — se enriqueció durante su mandato (como se esperaba de una prolongada carrera militar y virreinal), su sucesor Amat y Junyent contribuyó a elevar el patronazgo y la corrupción sistemática a nuevas alturas.


[Ejemplo Virrey Amat de Perú en Lima: El militarista exitoso en Europa se hace muy corrupto en Perú: juicios por fraude, corrupción, robo y hurto - la amante Micaela Villegas - montones de funcionarios venales en la corte o en la administración de bienes - Amat piensa que los corruptos tienen la culpa]

A pesar de sus distinguidos servicios militares en Europa, el virrey Amat se vio envuelto en múltiples corruptelas. [107] Su juicio de residencia es uno de los más largos y complicados que se encuentran en los archivos. [108] Los muchos cargos presentados contra su gobierno van desde el fraude y la corrupción de alto vuelo a otros de poca monta, como la apropiación de joyas y propiedades. Su estilo de vida privado atrajo el escándalo y la controversia moral. Amat mantuvo un amorío público con la hermosa actriz criolla Micaela Villegas, a la cual apodaba Perricholi, una joven modesta que amasó una fortuna gracias a los favores del virrey. [109] Al igual que muchos funcionarios acusados de corrupción [p.106] administrativa o de haberla permitido, Amat culpó a los miembros de la élite criolla y al entorno virreinal por la difundida venalidad entre los oidores locales y oficiales de la real hacienda que, como el mismo admitía, existió durante su mandato. [110]


[Virrey Amat con medidas contra corruptos: Presidente de la Corte Pedro Bravo suspendido por manejos ilegales - un jurado (oidor) José de Tagle Bracho ha presuntamente estafado unos soldados del penal del Callao - juicio contra funcionarios por contrabando múltiple - un administrador militar del Callao está preso por graves errores: Antonio Navia Bolaño - demanda contra el Virrey Superunda - todas las demandas para proteger el grupo de Amat]

En efecto, por orden del Consejo de Indias, el presidente de la Audiencia de Lima, Pedro Bravo del Rivero, fue suspendido de sus funciones en 1764 por haberse dedicado a negocios ilegales. Asimismo, Amat acusó al oidor jubilado José de Tagle Bracho, marqués de Torre Tagle, de haber defraudado a los soldados del presidio del Real Felipe en el Callao [cerca de Lima] y de haber conspirado con otros oidores de Lima. Además, les abrió causa por contrabando en varios puertos del Pacífico a varios oficiales del Callao y Lima; apresó al criollo Antonio Navia Bolaño, conde del Valle de Oselle (nieto del comerciante asturiano Bernardo Solís Bango), por sus serios defectos como administrador militar del Callao; y apoyó los cargos hechos contra el virrey saliente conde de Superunda. La clave del ataque contra estos funcionarios era que la mayoría de los acusados chocaban directamente con los intereses del séquito más íntimo de Amat. [111] Sin embargo, Amat se cuidó de no dar inicio a una campaña moralizadora más amplia que podría haber enajenado a sus propios partidarios. [p.107]


[El virrey Amat con el asesor jurídico José Perfecto Salas tiene que compensar 7 años de guerra (1756-1763) con nuevas milicias - Amat expulsa a los jesuitas criminales del Vaticano criminal (1767) - la venta de las tierras de Jesuitas provoca nueva corrupción]

La camarilla de la corte y la red de patronazgo de Amat, encabezadas por su asesor legal José Perfecto Salas, solamente satisfacían a intereses muy restringidos. Salas estuvo directamente implicado en varios de los juicios que se le abrieron a Amat y sus ministros durante el voluminoso juicio de residencia del virrey. [112] Amat gobernó un vasto territorio durante un periodo prolongado y difícil. Fue el virrey que activó las milicias coloniales siguiendo reales órdenes en respuesta a los adversos resultados de la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Sin embargo, según posteriores evaluaciones y revistas militares, hay indicios de que infló el número de soldados bajo su mando. [113] Amat, asimismo, estuvo a cargo de la drástica expulsión y expropiación de los jesuitas en 1767. La venta pública subsiguiente de las propiedades expropiadas a los jesuitas abrió amplias oportunidades para los malos manejos, el desperdicio y el favoritismo. [114]


[Virrey Amat: él defrauda a mucha gente en Lima por lo que sufre de muchos pleitos, luego huye, las víctimas exigen una garantía de 100.000 pesos - la suma total de los pleitos suma 750.000 pesos]

Hacia el final de su mandato, Amat había enajenado a un importante sector de Lima. Antes de su partida, se le exigió fiadores para garantizar la elevada suma de 100.000 pesos con que responder a los juicios que se le siguieron. Según los expedientes de su juicio de residencia hubo múltiples quejas de importantes intereses criollos y locales, entre ellos el acaudalado mercader y exoidor marqués de Torre Tagle y su hermano Pedro de Tagle, así como del conde del [p.108] Valle de Oselle y el marqués de Bellavista. [115] Estos y otros particulares demandaron a Amat por más de 750.000 pesos.


[España a partir de 1770: El Consejo de Indias limita el poder de los virreyes para que sean menos corruptos]

En la década de 1770, los virreyes fueron objeto de creciente crítica por parte de los reformadores metropolitanos del Consejo de las Indias encabezados por José de Gálvez. En Madrid ganaba fuerza la idea de que el poder excesivo de los virreyes debía reducirse y contenerse para que la administración virreinal fuese más eficiente y menos corrupta. Otros asesores imperiales se opusieron a esta postura reformista, pues estaban convencidos de que, para poder gobernar los lejanos reinos americanos, era necesario la fuerte autoridad del virrey. La disminución del poder de los virreyes conllevó un giro importante que afectó los alcances del patronazgo corrupto.


[Virrey Manuel Guirior (1776-1780): favorece ciertos grupos de interés+patronazgo]

El sucesor de Amat, el virrey Manuel Guirior (1776-1780), cortejó a amplios intereses de la élite local. Guirior ejercía su autoridad a través de los favores y el patronazgo de intereses que se oponían a las inminentes reformas de Gálvez (alza de impuestos y desmantelamiento del viejo sistema que ligaba a los corregidores, el reparto y la mita). Guirior se rodeó de prominentes asesores criollos, entre ellos el conde de Sierrabella, Antonio de Boza, marqués de Casa Boza; el marqués de Sotoflorido; el oidor Antonio Hermenegildo de Querejazu; y el rehabilitado Pedro Bravo del Rivero. [116] Del favor de Guirior también se benefició el noble criollo José Baquíjano y Carrillo, un jugador notorio de quien se sospechaba había obtenido su ansiado puesto en la Audiencia gracias al soborno. [117] Baquíjano siguió los pasos de Pablo de Olavide, otro notable patricio peruano y el más joven comprador del puesto de oidor de Lima. Olavide dejó Lima y partió a España en desgracia, acusado y luego encontrado culpable de haber cometido fraude privado: había falsificado una escritura de crédito por una suma sustancial. [118] [p.109]


[Reforma fiscal - reformas territoriales - Virreinato de la Plata (1776) - abolición del monopolio comercial (1778) - ampliación de los poderes de los inspectores - el inspector Antonio de Areche debe realizar las reformas contra la corrupción]

En abierto apoyo a los terratenientes y aristócratas de Lima, Guirior y su séquito —encabezado por su joven esposa, la bogotana María Ventura [de Colombia] — se opusieron a la reforma y al alza de impuestos. En 1778, Guirior incluso propuso moderar la carga fiscal que pesaba sobre el comercio local y los productos agrícolas. [119] Esta oposición se desarrollaba al tiempo que Gálvez lanzaba su campaña para reformar el virreinato peruano comenzando con la incorporación de Alto Perú y las minas de Potosí al recién creado virreinato de La Plata (1776), además del desmantelamiento del sistema del monopolio comercial (1778). [120] Al enviado de Gálvez, el visitador José Antonio de Areche, se le otorgaron amplios poderes para controlar las finanzas del virreinato, investigar irregularidades y decidir cambios necesarios en la administración colonial. Areche, guiado por una copia personal del confidencial «Discurso y reflexiones políticas» de Ulloa y Juan, informaba detenidamente a Madrid sobre la difundida corrupción e hipocresía con las que se había topado en Lima, así como los intereses locales que presionaban a Guirior para estorbar la misión reformadora del visitador. El visitador consideraba que la nobleza criolla peruana, los magistrados y los oficiales eran corruptos y estaban envueltos en patentes conflictos de interés. A pesar de su enemistad con el visitador, el peninsular [de España] Melchor Jacot, recién nombrado [p.110] regente de la Audiencia de Lima, corroboró la postura de Areche en lo que tocaba a la venalidad y las conexiones acaudaladas de los oidores criollos. Areche exigió que Guirior despidiera a sus asesores criollos; el virrey se rehusó a hacerlo y, en consecuencia, Areche y Guirior se enfrentaron decididamente. [121]


[Virrey Guirior (1776-1780): Resistencia con denuncias y procesos judiciales - la independencia de los "EUA" desde 1776 pone en peligro a los virreyes del Perú - el inspector Areche exige poder total para las reformas]

En el expediente del juicio de residencia de Guirior, Jacot y otros presentaron quejas confidenciales y agravios privados. El regente Jacot denunció la oposición de Guirior a sus regulaciones, así como la insubordinación de los oidores encabezados por el oidor Bravo del Rivero, quien se jactó de contar con la protección de Guirior. [122] [El visitador] Areche añadió que, durante el gobierno de Guirior, los asuntos administrativos confidenciales se discutían ampliamente en los cafés públicos, una situación caótica que ponía en peligro el mandato reformista de Areche. El visitador atribuía todo esto a la cansada edad de Guirior, a su relajada carrera y educación, y a las dañinas lecciones de libertad dadas a unos americanos desprovistos de probidad, desprendimiento y sentido de obligación para pagarle al Rey lo que se le debía. Areche opinaba que el respaldo prestado por los asesores criollos a Guirior minaba la autoridad de su visita. Dado que el fracaso de su misión podía conducir a procedimientos despóticos y díscolos, [el visitador] Areche solicitó que o bien se le retirara del cargo, o se le concedieran todos los poderes necesarios. [123]


[El líder reformista Gálvez destituye el virrey Guirior - los patricios del Perú no tenían nada contra él - sucesor Agustín de Jáuregui - el inspector Areche continúa su proceso contra Guirior]

Estos y otros argumentos convencieron al [jefe de reformes del Consejo de las Indias] Gálvez de retirar a Guirior de su cargo. Para su sorpresa, el virrey recibió la noticia de su reemplazo a través de su sucesor, el teniente general Agustín de Jáuregui, al arribar este al Callao en julio de 1780. Guirior obedeció la decisión de Madrid, pero anotó que los súbditos más importantes y acaudalados del Perú eran los principales testigos de su «incorruptibilidad», tanto así que incluso se habían ofrecido como sus fiadores antes de su partida a Chile. [124] [El inspector] Areche posteriormente se quejaría de Fernando [p.111] Marquez de la Plata, juez encargado del juicio de residencia de Guirior, por ser un cercano amigo de los agentes del virrey saliente. Según Areche, los sesgados procedimientos judiciales del juez Marquez erraron en concluir que Guirior había sido un buen virrey. [125] Las disputas entre el visitador y el virrey no cesaron con la llegada de Jáuregui.


[Rebelión de los indígenas en Cusco 1780 bajo José Gabriel Condorcanqui (él se llama tb. Tupac Amarú II)]

Mientras se desarrollaban estas disputas burocráticas en 1780 estalló una gran rebelión, liderada por José Gabriel Condorcanqui, quien asumió el nombre de Túpac Amaru II y afirmó tener ascendencia incaica. Condorcanqui era un cacique indio que poseía un sólido negocio de transporte de mulas en la provincia de Tinta, obispado de Cuzco. Educado en el colegio de indios nobles dirigido por los jesuitas del Cuzco, absorbió la literatura de otro noble indígena, el escritor mestizo Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), quien enaltecía el pasado incaico. [126] A comienzos del siglo XVII, Guamán Poma, otro crítico indígena, también había denunciado el mal gobierno colonial, la injusticia y los abusos contra los indios cometidos por corregidores, curas y criollos. [127]


[Condorcanqui contra la corrupción y contra la nobleza inca del Cusco - el poder judicial no protege a los indígenas - el poder judicial le niega la herencia de un título nobiliario y un territorio señorío de la princesa Beatriz - todas las apelaciones en Lima son rechazadas - Condorcanqui es ejecutado - guerra civil y abolición de los privilegios de los indígenas y Caziques]

En esta tradición, Condorcanqui era otro reformador que criticaba la corrupción de los funcionarios coloniales, la de los corregidores en particular, y que se esforzó por trastornar el orden tradicional de la nobleza incaica del Cuzco. [128] Condorcanqui había tenido una experiencia negativa al intentar remediar, por medios legales, los abusos cometidos contra los indios. También había fracasado, luego de un largo litigio, en asegurar su derecho personal a la herencia de un título de nobleza incaico, el mayorazgo de la ñusta (quechua: "princesa") Beatriz. [129] Todos sus intentos formales terminaron frustrados, en particular sus apelaciones, presentadas personalmente ante la Audiencia de Lima. En términos [p.112] institucionales, la postura reformista de Condorcanqui contra el mal gobierno y la mala administración abogaba por la abolición del cargo de corregidor, el reparto, el tributo y la mita. Asimismo, exigía el establecimiento de una audiencia en el Cuzco. Los criollos e indios nobles urbanos del Cuzco se opusieron decididamente al movimiento de Condorcanqui, cuyo apoyo principal radicaba en los indios del campo hartos de los abusos descritos ya antes por Guamán Poma y Ulloa. Luego que Condorcanqui fuera apresado y ejecutado, la rebelión radical se propagó al Alto Perú, para terminar en un baño de sangre, represión y la extinción final de los privilegios de los indios y caciques nobles. [130]


[La lógica de la nobleza española: primero sofocar la rebelión y luego llevar a cabo las reformas]

Pese a estos hechos, el legado reformista de Condorcanqui tuvo un impacto importante en la sierra sur del Perú, a lo largo del eje Cuzco-Puno-Arequipa. Areche y el general Jerónimo de Avilés, encargado de aplastar el levantamiento, coincidían con Ulloa, y paradójicamente también con Condorcanqui, en lo que tocaba a las causas generales de las rebeliones indígenas. Areche, Avilés y Gálvez concluyeron que el cargo de corregidor debía abolirse, así como el reparto y la mita. Asimismo, estuvieron de acuerdo con que sería conveniente fundar una audiencia en el Cuzco. Pero antes de que alguna reforma pudiera ser implementada en la sierra sur, la rebelión debía ser aplastada.


[Cusco: el general Avilés rechaza la amnistía para los insurgentes - después de la demisión del inspector (visitador) Areche, se permiten administraciones propias en Ayacucho y Cusco]

La reforma institucional para poner coto a la corrupción se vio así demorada una vez más. El considerable despliegue militar y las peleas entre el virrey Jáuregui (establecido en Lima) y [el inspector] Areche y [el general] Avilés (ambos en el Cuzco) continuaron bloqueando la agenda reformista, debido a que estos últimos consideraban que la amnistía que el virrey había ofrecido a los parientes de los rebeldes era prematura e imprudente. [131] Fue solo tras la partida del [inspector] impopular Areche cuando comenzó a plasmarse una historia administrativa distinta en cada una de las dos regiones más importantes del Perú: Lima y la sierra central [región de Ayacucho en Huamanga] de un lado; y la sierra sur del otro [con Cuzco, Puno y el Lago Titicaca]. [p.113]


Decreciente celo reformista

[1781-1787: nuevo inspector (visitador) Jorge Escobedo - a partir de 1784: administraciones propias en los Andes con oficiales administrativos - Corte del Cusco a partir de 1787]

La pacificación eventual de la rebelión de Túpac Amaru II hizo que la reforma administrativa resultara más viable en la sierra sur [Cuzco] que en la región central de Lima. Con la abolición de los corregimientos y el reparto, así como con la implementación del sistema administrativo descentralizador de las intendencias en 1784, la sierra meridional se benefició más ampliamente, al menos en el corto plazo. Unos años después se creó, en 1787, la Audiencia del Cuzco. Estos importantes cambios se produjeron bajo el mando de Jorge Escobedo (1781-1787), un nuevo visitador y superintendente que reemplazó a Areche.


[Reformas: los oficiales administrativos administran ellos mismos los ingresos de la Corona SIN Virrey - las minas tienen más éxito - se mejora la aplicación de la ley en Lima - pero la resistencia local frena el cambio]

Escobedo fue el arquitecto principal de reformas importantes y acertadas. Su gran logro fue la implementación detallada y meticulosa del régimen de intendentes. En particular, el cobro y manejo autónomos de las reales rentas, fuera de la injerencia del virrey, mejoró con el nuevo sistema de intendencias al reducir en algo la corrupción. Los intendentes de cada una de las intendencias o provincias creadas estaban ahora a cargo de la caja real provincial, con lo que la recaudación creció en el periodo 1785-1795. Del mismo modo, la producción de mineral en el centro [Ayacucho, Huancavelica etc.] y el norte [Cajamarca etc.] experimentó una notable mejora en este periodo. Hasta Huancavelica vivió un breve periodo de mejora, aun cuando el resultado final, según un funcionario depuesto, fuese un agotamiento minero y tecnológico aun mayor. [132] Por otro lado, mejoró el cumplimiento de la ley y la vigilancia de los más de 40.000 habitantes de la peligrosa ciudad de Lima. [133] Sin embargo, estos éxitos reformistas iniciales fueron limitados y temporales, pues los intereses locales presentaron una fuerte resistencia a la reforma como lo muestran las voces contrarias al cambio. [p.114]


[Resistencia a las reformas: El comerciante y escritor Alonso Carrió mentiroso: 1. devalúa a los indígenas y 2. enfatiza la "herencia histórica de España en Perú" y 3. afirma que no hubo abusos]

Alonso Carrió de la Vandera, un elocuente defensor de los intereses criollos y peninsulares [de España] tradicionales en Lima, manifestó los matices de la oposición a las reformas. Carrió era un autor picaresco, un comerciante y oficial real de mediano rango. Aunque nació en Gijón, Asturias, y había pasado una década en México, Carrió residía hacía tiempo en Lima y estaba casado con una criolla con influyentes conexiones familiares. "El lazarillo de ciegos caminantes", su clásica obra, fue publicada en 1776, en vísperas de la reforma institucional lanzada por Gálvez [el jefe de reformas del Consejo de Indias]. En ella no solo se burlaba de los indios de la sierra sur, a quienes tenía en baja estima, sino que además defendía el legado histórico español en el Perú y rechazaba los cargos de abusos formulados contra criollos y peninsulares [de España]. [134]


[Resistencia de Alonso Carrió a las reformas: Libro de 1781: Propuesta de un impuesto directo racista para los indígenas de 16 pesos al año y los mestizos 20 pesos al año].

En otra obra, un manuscrito de 1781 sin título e inconcluso, publicado solo en 1966 con el título asignado por el editor de "Reforma del Perú", Carrió proponía que se mantuvieran los corregidores y repartos incluso después de la rebelión de Túpac Amaru [II]. Sin embargo, en este mismo manuscrito propuso una reforma alternativa. Carrió tenía en mente una capitación directa aplicable a todos los súbditos en el Perú, en la que solamente se distinguía entre los españoles originarios (indios), que debían pagar dieciséis pesos al año, y los españoles (peninsulares, criollos y mestizos), quienes debían pagar veinte pesos anuales. [135] Este impuesto universal directo, aparentemente pensado para unir a los súbditos peruanos sin consideración de etnicidad o de raza, habría sido rechazado rotundamente por criollos y mestizos por igual. Estos intereses se habían opuesto tradicionalmente al pago de impuestos directos y continuarían haciéndolo después de la independencia. Preferían los impuestos indirectos a la producción de plata y el comercio, y continuar prestándole dinero al necesitado erario, puesto que los nuevos préstamos con intereses y un embrionario sistema de crédito público serían recién establecidos en 1777. [136] También sostenían que la carga tributaria directa debía continuar siendo asignada a la población india, que en su mayoría vivía en la sierra sur. [p.115]


[Resistencia a las nuevas unidades administrativas: Los oficiales administrativos (intendentes) se pelean con los obispos de Jesús de fantasía - el virrey Teodoro de Croix se pelea con el oficial administrativo Escobedo por la gestión de los bienes reales - reversión de las reformas relativas a los virreyes en 1787: Los virreyes recuperan toda la autoridad].

La oposición a la reforma se manifestó de diversas otras formas. Serios problemas jurisdiccionales surgieron poco después de la implementación del nuevo sistema de intendentes, en particular en la intendencia de Lima. El superintendente de Lima y los intendentes a su mando tenían poder para ejercer poderes ejecutivos locales, y eso incluía el real patrocinio de la Iglesia [de Jesús de fantasía], así como el manejo de los reales caudales, rentas y cuentas. En consecuencia, surgieron fuertes fricciones entre intendentes y obispos [de Jesús de fantasía]. Sin embargo, el conflicto más serio se produjo en la intendencia de Lima, donde las prerrogativas del virrey se superponían a las del superintendente. El virrey Teodoro de Croix (1784-1790) colaboró inicialmente con el superintendente Escobedo, pero desestimó e ignoró sus medidas y autoridad, especialmente aquellas concernientes a la real hacienda que tradicionalmente había caído bajo la jurisdicción del virrey. En 1787, un cambio en la política imperial le devolvió la plena autoridad políticomilitar y fiscal a los virreyes: Escobedo fue llamado a Madrid y tuvo que entregar la autonomía fiscal-administrativa de su superintendencia a Croix. [137]


[Mueren los reformadores: El principal reformador del Consejo de Indias José de Gálvez muere en 1787 - el rey reformador Carlos III muere en 1788 - con Carlos IV vienen guerras y crisis - Escobedo en el Consejo de Indias bloquea la abolición de los oficiales administrativos (Intendencias) - Los virreyes vuelven a ser corruptos como antes: corrupción, nepotismo, se descuida la minería, contrabando etc.]

[El jefe de reformas del Consejo de Indias] José de Gálvez, el enérgico arquitecto de la reforma imperial, había fallecido en 1787. Un dividido Consejo de Indias revirtió entonces el impulso  reformador. Las decisiones de Madrid pasaron a tener más en cuenta la autoridad de los virreyes que la de los intendentes. Esta tendencia conservadora quedó reafirmada y se consolidó con la muerte del reformista rey Carlos III en 1788. Su hijo Carlos IV, asesorado por el «preferido» ministro Manuel Godoy, condujo a España y a su Imperio hacia una espiral de guerras y crisis. En este contexto, Croix, el virrey del Perú, se convirtió en el principal defensor de la supresión del sistema de intendencias. Sin embargo su posición fue rechazada por el Consejo de Indias en el periodo 1801-1802, gracias a los consejos de nada menos que Escobedo, quien sirvió como miembro del Consejo hasta su muerte en 1805. Pero esta fue una victoria pírrica para los reformadores. Como siempre, la política colonial había retrocedido frente al consabido e irrestricto poder de los virreyes, lo que abrió nuevamente las oportunidades para la corrupción administrativa. La monarquía española vaciló así en su celo reformista institucional. A partir de entonces, la corrupción administrativa virreinal, los malos manejos en la minería, el contrabando y el nepotismo volvieron a crecer.


[Los oficiales administrativos vuelven a ser terroristas como los corregidores de antes: deudas, distribución de territorios ilegales, fraudes y abusos, compra de cargos]

En el ámbito provincial, los cargos de subdelegados o autoridades distritales, bajo la supervisión de los intendentes, fueron bastante codiciados por [p.116] criollos desplazados de otros puestos administrativos. En la práctica, los intendentes y los subdelegados comenzaron a asumir la misma autoridad despótica que los corregidores: dejaban déficits y deudas, se inmiscuían cada vez más en los prohibidos repartos y cometían las mismas irregularidades y abusos que sus predecesores. [138] Hubo quejas contra intendentes que habían vendido el puesto de subdelegado de su jurisdicción para su lucro personal. Asimismo, se multiplicaron las propuestas y demandas de que se reviviera el reparto bajo otro nombre, implementado ya fuera por el consulado de comercio o por el gobierno. [139]


[Persiste el terror contra los indígenas con impuestos especiales - contrabando por "yanquis" e ingleses por el puerto de Arequipa - las reformas de Gálvez retroceden silenciosamente]

En efecto, la venta forzada de mercaderías a los indios prosiguió. Del mismo modo, la carga tributaria reformada impuesta a los indios abrió oportunidades para que los oficiales se dedicaran al cobro fraudulento e intencionalmente retrasado del tributo indígena. Para los primeros años del siglo XIX,  estas autoridades locales combinaban el cobro de tributos con el revivido reparto que las comunidades de indígenas aborrecían. Los mismos intereses que se beneficiaban con la recaudación del tributo indígena derrotaron toda posibilidad de establecer una estructura tributaria unificada que incluyera a otros súbditos coloniales. [140] Por otro lado, el contrabando de mercaderías inglesas y norteamericanas también creció, particularmente a través de los puertos de Arequipa, no obstante los esfuerzos realizados por el reformista intendente Bartolomé Salamanca para atajar a contrabandistas como Santiago Aguirre, quien recibía apoyo del cabildo de Arequipa. [141] Todos estos factores dan fe de [p.117] la acomodación de los intereses que presionaron para que las reformas finalmente se descarrilaran.

[Suplemento: fracaso es el principio de los católicos
Los católicos "cristianos" no sueñan con observar las leyes, pero para ellos el crimen es normal y está "regulado" en el estudio bíblico con "perdón" por parte del sacerdote espía. Es por eso que CADA territorio católico es un territorio corrupto e ineficiente con un espíritu bloqueado].


[Minería con mercurio en Huancavelica: las reformas no sirven de nada, se reafirma la mentalidad católica desaliñada - derrumbes de minas, robos masivos y detenciones - a partir de 1804: cese de la venta de mercurio a crédito - deudas de los explotadores de minas - 1812: cierre de la mina de mercurio de Huancavelica - importación de mercurio desde España desde Almadén]

Huancavelica continuó su declive a pesar de los sucesivos cambios organizativos con que las autoridades experimentaban con la administración privada, gremial y estatal de las minas. Desde finales del decenio de 1780, los intendentes de Huancavelica investigaban los sospechosos derrumbes de la mina y la «defraudación de [la] Real Hacienda», además de encarcelar a los contratistas y oficiales de minas corruptos. [142] En 1804, el virrey Gabriel de Avilés (1801-1806) suspendió la venta de azogue a crédito a los mineros debido a las dificultades fiscales causadas, en parte, por la enorme acumulación de deudas impagas de los mismos mineros. Estas deudas habían crecido y aumentado su incumplimiento en parte gracias a la colusión de cobradores y oficiales corruptos. [143] [El virrey] Avilés lamentaba el fracaso de una reforma vigorosa y universal debido a [p.118] una sistémica oposición local. Por ello, aconsejó a su sucesor, [virrey] José de Abascal (1806-1816), que aplicara más bien «operaciones tranquilas y lentas» para hacer frente a la decadencia del Perú. [144] Para 1812, las minas de Huancavelica habían sido cerradas y el mercurio era importado desde Almadén, España.

[Suplemento: El catolicismo provoca constantemente proyectos y quiebras
El catolicismo criminal y anti-pensante provoca SIEMPRE nuevas tumbas y suicidios a través de prohibiciones de pensamiento e intrigas en las lecciones de Biblia - porque NADA de la Biblia es real pero solo fantasía - y por eso salen quiebras por fantasías sin fin - aquí el suicidio de la mina de mercurio de Huancavelica].


[1809: Napoleón en España contra la corrupción - las leyes de reforma de las cortes reales de Cádiz - el virrey Abascal en Perú tiene cada vez más gastos militares contra los levantamientos de los indígenas oprimidos - 1777: sistema crediticio y fiscal, reestructurado en 1815 - el virrey Abascal tiene que tolerar la corrupción en la administración de jueces, funcionarios de la propiedad y gobiernos provinciales]

En 1809 se daban claras señales de una renovada intensificación de la vieja corrupción. La incertidumbre política creada por la invasión napoleónica de España y la legislación liberal en las Cortes de Cádiz crearon confusión en las reglas institucionales y en el financiamiento bélico de emergencia. Los gastos militares en ascenso desde finales del siglo xviii fueron drenando los recursos fiscales virreinales. [145] El virrey Abascal impuso un poder militar semidictatorial y permaneció ocupado enfrentando sucesivas insurrecciones. Fue capaz de recaudar fondos y rentas urgentemente necesarios a través de una élite comercial y terrateniente que apoyaba un embrionario sistema crediticio y fiscal público, introducido en 1777 y reestructurado en 1815. [146] Este tipo de medidas y políticas financieras constituyeron un legado prominente para el Perú republicano. [p.119] A pesar de su honestidad personal, Abascal se vio obligado a condonar la corrupción administrativa y dar cabida a unos marcados conflictos de interés entre las autoridades coloniales del más alto nivel. Según un informante de Lima, los jueces, oficiales de hacienda y miembros del cabildo se beneficiaban personalmente de sus cargos por medio de injusticias y daños al común debido al cohecho, vicio y otras granjerías. [147]


[Corrupción en el ejército peruano con la ampliación de los privilegios militares a partir de 1768 - el virrey Joaquín de la Pezuela concede montones de corrupción+las masas se empobrecen cada vez más - rebeliones y ola de emancipación en Chile - incompetente general de brigada Mariano Osorio - golpe militar bajo el general José de la Serna contra la emancipación - el contrabando+la corrupción continúan]

Otro acomodamiento clave bajo el mandato de Abascal se dio dentro de la organización militar. A comienzos del siglo XIX, los criollos comprendían aproximadamente el 50 por ciento de los oficiales del ejército regular, a pesar de la reforma militar de la década de 1780 que redujo las milicias dominadas por ellos. La administración corrupta de recursos en las unidades del ejército había sido denunciada por Ulloa, varias décadas antes, pero se hizo notoria bajo Amat y, se agudizó a partir de 1768, con la expansión de los privilegios del fuero militar. [148]

Durante el gobierno de Joaquín de la Pezuela (1816-1821), el penúltimo virrey español, la corrupción militar y el favoritismo alcanzaron nuevos niveles. Pezuela, un virrey tiránico y conservador, gratificaba con su favor a los oficiales reales que le eran fieles y a su círculo más íntimo. [149] De hecho, este virrey dilapidó recursos vitales, dolorosamente exprimidos a los súbditos, en expediciones militares fallidas que buscaban aplastar la creciente ola emancipadora en Chile [p.120] y en otras provincias rebeldes. Guiado por intereses particulares, y en medio de una situación militar cada vez más desesperada, Pezuela se entregó a su yerno, el brigadier Mariano Osorio, quien demostró incompetencia militar, así como una ambición comercial indebida. [150] Por sus claras falencias, defectos militares y venalidad, este virrey fue depuesto mediante el que quizás fuera el primer golpe militar moderno en el Perú. Estuvo liderado por el general liberal español José de la Serna (1821-1824), comandante de la última resistencia contra las invasoras fuerzas emancipadoras, y sucedió en condiciones bélicas favorables al contrabando y la corrupción. [151] [p.121]


Ciclos de corrupción colonial

Sobre la base de las evidencias proporcionadas por Ulloa y otras fuentes relevantes examinadas en este capítulo, es posible sugerir la siguiente secuencia de ciclos de corrupción durante el maduro virreinato peruano:

(i) un nivel sumamente alto de corrupción desde al menos la segunda mitad del siglo XVII hasta el temprano XVIII,
(ii) una caída temporal aunque ligera desde el decenio de 1720 hasta el de 1740,
(iii) un incremento marcado desde el decenio de 1750 al de 1770,
(iv) una caída breve pero significativa en las décadas de 1780 y 1790, [p.121]
(v) un ligero incremento en la primera década del XIX, y
(vi) una aguda alza en la década anterior a la independencia.

En lo que sigue, este esbozo de ciclos sucesivos es objeto de un análisis comparativo más detallado, que toma en cuenta las cifras disponibles y los estimados cuantitativos de los principales modos de corrupción administrativa colonial, y los costos que les estaban asociados a lo largo del tiempo. Como vemos en el cuadro 1.1, es posible cuantificar y estimar provisionalmente, de modo conservador, cuatro costos principales de la corrupción, subrayados por la literatura reformista y por los expedientes de los juicios de residencia y las visitas de la época, durante gobiernos virreinales claves. Estas categorías o formas de corrupción fueron las siguientes:

(i) las ganancias ilegales e indebidas del virrey (es decir, su premio), obtenidas mediante la distribución injusta e interesada de cargos oficiales, otras comisiones cobradas y tratos privados o granjerías que fueron progresivamente prohibidos por reales cédulas desde el tardío siglo xvii; [152]
(ii) las ganancias irregulares y abusivas exprimidas por los titulares e interinos de cargos venales como los de gobernador, corregidor y oidor (la venta de cargos fue particularmente intensa en el siglo XVII y temprano XVIII);
(iii) ineficiencias administrativas ligadas a la corrupción como el retraso interesado en el cobro de deudas y el descuido en la supervisión y el mantenimiento de las minas;
(iv) rentas no recabadas (el quinto real y la alcabala), perdidas debido al comercio de contrabando de bienes extranjeros adquiridos a cambio de plata piña no gravada, un costo que podemos clasificar como indirecto.

Todos estos eran fondos desviados de fines públicos hacia ganancias privadas o de círculos de patronazgo. Esta definición operativa de un costo desviado (directo e indirecto) es útil para los estimados provisionales de los costos de la corrupción, continuados para el periodo posterior a la independencia en el apéndice del presente estudio. [p.122]

Las cifras del cuadro 1.1 permiten observar que los virreyes que amasaron las mayores ganancias privadas, gracias a sus funciones oficiales, fueron Castelldosrius, Amat y Junyent, y Pezuela. A su muerte, el virrey Villar solamente dejó un monto moderado para sus herederos, a pesar de las escandalosas comisiones [cuotas de protección] cobradas por sus parientes y secretario para permitir la corrupción y el contrabando. Los virreyes Monclova, Castelfuerte y Gil de Taboada fueron los virreyes que se vieron menos expuestos al enriquecimiento privado. Sin embargo, otras categorías de corrupción administrativa, entre ellas la venalidad e ineficiencia de los oficiales reales, así como los costos indirectos del contrabando, fueron más prominentes con Villar, Mancera, Monclova y Castelldosrius, fundamentalmente en el siglo xvii y comienzos del xviii. Estos costos adicionales fueron, asimismo, prominentes entre las décadas de 1740 y 1770 con Superunda y Amat y Junyent. La época de la reforma borbónica de las intendencias, bajo el superintendente Escobedo y el virrey Gil de Taboada, en el tardío siglo xviii, tuvo los costos más bajos de corrupción, en tanto que estos se incrementaron notablemente por los gastos militares interesados realizados bajo el virrey Pezuela.

Las cifras del cuadro 1.1 permiten observar que los virreyes que amasaron las mayores ganancias privadas, gracias a sus funciones oficiales, fueron Castelldosrius, Amat y Junyent, y Pezuela. A su muerte, el virrey Villar solamente dejó un monto moderado para sus herederos, a pesar de las escandalosas comisiones cobradas por sus parientes y secretario para permitir la corrupción y el contrabando. Los virreyes Monclova, Castelfuerte y Gil de Taboada fueron los virreyes que se vieron menos expuestos al enriquecimiento privado. Sin embargo, otras categorías de corrupción administrativa, entre ellas la venalidad e ineficiencia de los oficiales reales, así como los costos indirectos del contrabando, fueron más prominentes con Villar, Mancera, Monclova y Castelldosrius, fundamentalmente en el siglo xvii y comienzos del xviii. Estos costos adicionales fueron, asimismo, prominentes entre las décadas de 1740 y 1770 con Superunda y Amat y Junyent. La época de la reforma borbónica de las intendencias, bajo el superintendente Escobedo y el virrey Gil de Taboada, en el tardío siglo xviii, tuvo los costos más bajos de corrupción, en tanto que estos se incrementaron notablemente por los gastos militares interesados realizados bajo el virrey Pezuela.

Para medir el impacto que los costos de la corrupción tuvieron sobre la economía colonial a lo largo del tiempo, el cuadro 1.2 utiliza estimados del producto bruto interno (PBI) (en base al valor de la producción de plata), [153] así como cifras confiables de los gastos fiscales totales, [154] para de este modo establecer el nivel relativo de estos costos de la corrupción (sobre la base de los totales del cuadro 1.1) por década, entre 1690 y 1819. El nivel más alto de corrupción, como porcentaje del gasto, tuvo lugar en 1700-1709 y 1710-1719 (61 y 88 por ciento, respectivamente), lo que coincidió con una mayor corrupción administrativa heredada del tardío siglo XVII, además de una marcada caída en la producción de plata y las reales rentas y gastos, crisis que comenzó a ser superada gradualmente solo a partir de mediados de siglo XVIII. Entre 1690 [p.123]

Cuadro 1.1
Costos estimados de la corrupción según categorías directas e indirectas,
en algunos gobiernos virreinales, Perú, 1584-1821
(promedios anuales en millones de pesos corrientes - Peso de ocho reales = 272 maravedíes)

Gobierno
(años)
I Ganancias
ilegales
del virrey
(premio)
II Otras
irregularidades
de
oficiales
III
Ineficiencia
ligada a la
corrupción
IV Pérdida
indirecta
de rentas al
contrabando
Total

I: en base a la riqueza total documentada del virrey.
II: en base a los costos administrativos totales.
III: en base al estimado de deudas no cobradas.
IV: en base al valor estimado del contrabando.

Conde del Villar
(1584-1589)
 0,1 2,0 0,3 0,1 2,5
Marqués de Mancera
(1639-1648)
0,2 1,2 0,5 0,2 2,1
Conde de Monclova
(1689-1705)
0,1 1,3 0,5 0,4 2,3
Marqués de Castelldosrius
(1707-1710)
0,4 1,0 0,5 0,4 2,3
Marqués de Castelfuerte
(1724-1736)
0,1 0,8 0,3 0,3 1,5
Amat y Junyent
(1761-1776)
0,3 1,2 0,5 0,3 2,3
Gil de Taboada
(1790-1796)
0,1 0,6 0,3 0,3 1,3
Pezuela
(1816-1821)
0,3 0,8 0,5 0,4 2,0





[p.124]



Fuentes:
-- Juan y Ulloa, «Discurso y reflexiones políticas…» (1749), ff. 830-835;
-- Ulloa, «Relación de gobierno» (1763), ff. 3-4v;
-- Machado de Chaves, «Estado político del Reino del Perú…» (1747), ff. 21-22v;
-- Fiscal Ríos (1710), Gobierno, Lima, leg. 482, AGI;
-- Aponte, «Representación que en el año…» (1622), ff. 146–51;
-- Moreno Cebrián y Sala i Vila, El «premio» de ser virrey…, pp. 45, 110-111 y 269-270;
-- Klein, The American Finances…, pp. 51 y 69;
-- Malamud, Cádiz y Saint Malo…, p. 30;
-- Costa, «Patronage and Bribery…», pp. 311-312; y
-- Holguín, Poder, corrupción y tortura…, pp. 69-70.

[p.124]

Cuadro 1.2
Costos y niveles de corrupción estimados, virreinato del Perú, 1680-1819
(promedios anuales por década, en millones de pesos corrientes y porcentajes)

Décadas I Producción
de
plata
II Estimado del
PBI [a] (I/0,1 o
0,07)
III Gastos
fiscales
IV Costo
estimado de
corrupción
V Nivel del
gasto (IV/
III %)
VI Nivel
del PBI
(IV/II %)
1680-1689 5,1 51 5,3 2,1 40 4
1690-1699 4,5 45 4,6 2,3 50 5
1700-1709 2,7 27 3,8 2,3 61 9
1710-1719 2,9 29 2,4 2,1 88 7
1720-1729 3,0 30 2,6 1,5 58 5
1730-1739 3,5 35 2,6 1,7 65 5
1740-1749 4,3 43 2,6 2,0 77 5
1750-1759 4,8 48 3,4 2,0 59 4
1760-1769 5,7
57 4,2 2,3 55 4
1770-1779 6,8 68 5,3 2,3 43 3
1780-1789 [b] 2,7 39 5,3 2,0 38 5
1790-1799 4,4 63 4,7 1,3 28 2
1800-1809 4,2 60 5,2 1,7 33 3
1810-1819 3,3 47 4,9 2,0 41 4






[p.125]


[a] Asumiendo que la producción de plata del Alto y Bajo Perú ascendía al 10 por ciento del PBI (según el método de estimado del PBI de Garner); si se considera solo Bajo Perú (1777-1819), una economía que dependía un poco menos de la minería y más del comercio, por ende, la producción de plata llegaba solo al 7 por ciento del PBI.

[b] Virreinato del Perú (Bajo Perú) sin la Audiencia de Charcas [hoy Bolivia], ca. 1777 a 1819.
Fuentes:
-- TePaske y Klein, The Royal Treasuries (1982), vol. 1; TePaske y Garner, “Annual silver data, 1559-1821”;
-- Klein, American Finances, pp. 49 y 67; y las mismas del cuadro 1.1.

[p.125]

y 1719, el nivel medio de corrupción, como porcentaje del gasto, alcanzó un asombroso 66 por ciento, en tanto que el nivel de corrupción como porcentaje del PBI también llegó a su punto más alto con el 7 por ciento. Otras décadas con altos niveles de corrupción fueron las de 1730 a 1770 (en especial la de 1740), que promediaron el 60 por ciento de los gastos pero solamente el 4,2 por ciento del PBI. Las décadas entre 1780 y 1809 tuvieron los niveles más bajos (especialmente en 1790-1809), con un promedio de apenas 30 por ciento del gasto y 3,3 por ciento del PBI. Los índices de corrupción se incrementaron hacia la última década de dominio colonial, alcanzando el 41 por ciento del gasto y 4 por ciento del PBI. En general, fueron costos importantes que en el largo plazo minaron todos los pequeños incrementos en el crecimiento de la economía colonial. Los costos de la corrupción implicaron una pesada carga y un legado que agravó el colapso económico y financiero producido durante las guerras de la independencia y la temprana época poscolonial.

Aquellos historiadores escépticos con respecto a la importancia de la corrupción en el virreinato del Perú o en otras sociedades coloniales hispanoamericanas, han dudado o ignorado la preciosa información y el análisis proporcionados por Ulloa y otros reformadores coloniales examinados en este capítulo. Pero detalladas evidencias adicionales provenientes de fuentes judiciales, administrativas y cuantitativas corroboran la principal afirmación sobre que la corrupción tuvo una rol central en el sistema colonial y fue la base para la futura corrupción sistémica. A pesar de serios intentos por efectuar reformas, la corrupción profundamente arraigada venció. Una evaluación general debe concluir que en el Perú, las reformas implementadas no lograron alcanzar las metas de largo plazo necesarias para remozar la ineficiencia administrativa colonial y contener la corrupción. [155] Estas reformas fueron minadas y en última instancia descarriladas por intereses locales que se coludían con autoridades [p.126] corruptas.

[desde la década de 1790: corrupción continua en la administración, en la minería y, después, aún hay corrupción en el sector militar]

A lo largo del siglo XVIII los cambios en el liderazgo imperial español a partir de la década de 1790 y, en última instancia, las transgresiones cometidas en la política fiscal y comercial, los gastos militares, las finanzas de guerra y la administración provincial y minera facilitaban las corruptelas. Los intereses corruptos peninsulares [de España] y criollos continuaron sin control, en tanto que la mayoría de los súbditos del virreinato debía soportar los costos. En consecuencia, las instituciones virreinales se basaron en parte en leyes y autoridad españolas tradicionales o reformadas, y en parte, a veces crucialmente, en intereses y prácticas corruptos inherentes al gobierno patrimonial local. El estudio de la corrupción resulta así esencial para comprender el funcionamiento sistémico, real y práctico, de las particulares instituciones coloniales en las que se basó la desenfrenada corrupción del Perú posterior a la independencia.


[Corruptos en la administración apoyan a corruptos en el ejército - sin control, sin separación de poderes - a partir de 1820 las redes corruptas siguen funcionando]

Las continuidades y legados de la corrupción, presentes en el Perú en la transición de las instituciones coloniales a las republicanas, hundían sus raíces en el poder centralista y patrimonial de los virreyes militares, respaldados por sus círculos de patronazgo. El abuso de las políticas financieras fiscales y de las instituciones continuó siendo un rasgo importante del legado colonial. Al carecer de una tradición significativa de pesos y contrapesos constitucionales y una división de poderes, las nuevas estructuras de poder surgidas en la década de 1820 se basaron en redes de patronazgo muy bien arraigadas, que fueron dominadas por los caudillos militares quienes a su vez heredaron la influencia de los oficiales militares del tardío sistema colonial. [p.127]

[Comentario:
El Virreinato del Perú se ha corrompido a morirse. La Biblia de fantasía con las lecciones de la Biblia, donde todo lo político está decidido, había perdido con su ineficacia contra la verdad y contra el movimiento emancipatorio. Sin embargo, el suicidio de los católicos criminales con su Jesús de fantasía, que solo aprenden algo cuando el pastor se lo lee en la lección de Biblia, es sistemático, no solo en el Virreinato del Perú. El catolicismo es casi SIEMPRE un fracaso y solo puede mantenerse con fraudes y robos masivos: el Vaticano con el narcotráfico con el Perú y con sus billones de ingresos en el Banco del Vaticano es NUNCA mencionado aquí].


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Fuentes
[web01] Virtuelle Bibliothek: https://www.larramendi.es/es/consulta/registro.do?id=17779
[web02] https://es.wikipedia.org/wiki/Blasco_Núñez_Vela
[web03] https://es.wikipedia.org/wiki/García_Hurtado_de_Mendoza

Fuentes de fotos



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