Índice
2. Cimientos socavados de la temprana república, 1821-1859
- p.129
Saqueo patriota - p.130
Turbios préstamos externos - p.136
Círculos de patronazgo caudillesco - p.144
El azote del régimen guanero - p.164
Escándalos de la consolidación de la deuda - p.169
Compensación de la manumisión - p.181
Venalidad impertérrita - p.182
Capítulo 2: Cimientos socavados de la
temprana república, 1821-1859
He dicho, después de haberlo comprobado, que en el Perú la
clase alta está profundamente corrompida y que su egoísmo
la lleva, para satisfacer su afán de lucro,
su amor al poder y sus otras pasiones, a las tentativas
más antisociales. Flora Tristán (1838) [1]
[Nach 1815 nach Napoleons Niederlage von Waterloo -
Armut und Not im Vizekönigkreich Peru - der Adel wehrt
sich gegen die Unabhängigkeit, inder er grosse Kreise
besticht - Zwangsanleihen für die hohen Militärausgaben
- Armut lässt Steuereinnahmen sinken]
En 1818, el joven
Domingo Elías (1805-1867)
viajó a estudiar en España y Francia, tal como lo hacían
varios otros criollos hijos de hacendados y comerciantes
hacia finales del régimen virreinal. Al momento de su
partida, justo antes de la fase final de las guerras de
independencia, las
penurias económicas y la
corrupción habían abrumado a un virreinato
peruano en declive. Con el fracaso de las reformas
borbónicas, los grupos conservadores de la élite se
acomodaban a un orden que condonaba la
corrupción
como medio para recibir respaldo local contra la
inminente independencia.
El fraude y el
contrabando proliferaban sin control. [2] Los
crecientes
gastos militares exigían que
las autoridades impusieran préstamos públicos voluntarios
o forzados a los ricos comerciantes y a la nobleza de
Lima, dispuestos a todo para conservar sus privilegios. Al
mismo tiempo, los recursos fiscales colapsaban, la escasez
y la guerra empujaban la moral y honestidad de los
oficiales militares a su límite. [p.129]
[Los católicos blancos pensaron hasta el final que la
Biblia de Jesús de fantasía de Asia y su color de piel
blanco "valían más" que otras culturas, eso es lo que
piensan los católicos altamente criminales mayormente
hasta el día de hoy].
[1825: Peru wird unabhängig - und in der Republik Peru
installiert sich neue Korruption - weil die kriminellen
Katholiken DIESELBEN bleiben - Bericht von Domingo
Elías]
Habiendo adquirido ideas económicas y políticas liberales
en la Europa de la era posnapoleónica,
Elías
retornó al Perú en 1825, después de que la independencia
política hubiese sido alcanzada a un costo enorme. [3]
¿Qué tipos de corrupción surgieron o prevalecieron durante
su ausencia y qué intereses yacían detrás de ellos? ¿Qué
efectos tuvieron sobre las nuevas bases económicas,
institucionales y políticas que la independencia trajo
consigo? ¿Cómo se adaptó el joven hombre de negocios a
estos cambios y continuidades? Seguir las actividades
económicas, comerciales y políticas del polémico
reformador civil
Domingo Elías nos revela
las viejas y
nuevas características de una
administración presa de la corrupción en una
naciente república hispanoamericana.
Saqueo patriota
[Das Pleite-Peru von 1821: Enteignungen, Korruption und
Kredite egal woher - die spanischen Heere mussten
endgültig besiegt werden - Konfiskation von Vermögen und
weiteren Quellen - Spionage und verdeckte Operationen -
Kirchenschätze plündern für Spione und öffentliche
Arbeiten]
Al no contar con recursos financieros, los líderes y
caudillos militares que apoyaron la causa emancipadora
abusaron de la
expropiación, las corruptelas y el
crédito externo e interno en nombre de la
causa patriota. En el periodo 1821- 1822, el libertador
José
de San Martín y Bernardo Monteagudo, su
ministro de confianza, expropiaron y dilapidaron a la
élite mercantil y económica de Lima, sin conseguir la
independencia definitiva del Perú. Monteagudo tenía en
poca estima el nivel de civilización y las posibilidades
democráticas de los peruanos. Su objetivo principal
consistía en erradicar la amenaza española en
La
Plata [Argentina] y
Chile
independientes a cualquier costo, incluso la ruina
económica del Perú. [4] [p.130]
Confiscó caudales y
otros recursos para organizar redes locales de
espionaje y operaciones encubiertas, dañinas a todas luces
para lograr la confianza de la población local y su apoyo
a la causa de la independencia. Algunos peruanos
indignados protestaron contra lo que consideraban era la
ambición ilimitada de Monteagudo, que había puesto su mira
en las fortunas privadas. Así,
ordenaba sustraer
los tesoros de las iglesias de la ciudad, no
para salvar a la patria sino para pagar a espías y obras
públicas inútiles. Semejante radicalismo y expoliación
condujeron a su salida obligada del Perú. [5]
[Monteagudo mit "Politik der Entführungen" und
Enteignungen - aber der Terror ist so stark, dass
niemand investieren will und die Grundstücke der
Regierung abkaufen will - Vergabe an Militäroffiziere
für ihre "Verdienste"]
La
política de secuestros inaugurada por
Monteagudo minó aún más una débil tradición del derecho a
la propiedad y sentó las bases para las
expropiaciones
motivadas por razones políticas. [6] Las
propiedades agrícolas y urbanas confiscadas a españoles y
criollos realistas, fundamentalmente en la región de la
costa central [alrededor de Lima], fueron valorizadas en
aproximadamente
dos millones de pesos. Esta
política provocó mayores problemas económicos y una
caída
de la inversión. Bajo estas condiciones, las
propiedades confiscadas eran difíciles de vender sin poder
así aumentar los débiles ingresos públicos. Al igual que
la venta previa de las
haciendas jesuitas
expropiadas, llevada a cabo en el periodo
1767-1780, el prolongado proceso de vender y reasignar las
propiedades confiscadas durante las luchas por la
independencia estuvo cargado de
irregularidades,
favoritismo y patronazgo. Eventualmente, la
mayor parte de los bienes expropiados
se otorgó a
oficiales militares que pedían compensación y
recompensa por sus hazañas patrióticas. Entre los
oficiales de alto rango [p.131] que recibieron estas
recompensas tenemos
a Antonio José de Sucre,
Bernardo O’Higgins, José Rufino Echenique, Juan
Francisco Reyes, Blas Cerdeña y José María Plaza,
entre otros. [7]
[Plünderungen durch Patrioten auch auf dem Land: Lokale
Beamte mit Machtmissbrauch+Raub - Hauptmann Juan Delgado
aus Chancay mit Ausbeutung 1821: von 58 Zeugen
bestätigt]
En provincias, los oficiales locales repetían
los
abusos de poder y las expoliaciones cometidas
a nombre de la causa patriota. En octubre de 1821, el
capitán
Juan Delgado, comandante militar y
teniente gobernador de
Sayán en la provincia de
Chancay [al lado de Lima en el norte de Lima],
fue acusado de opresión y de efectuar extracciones
ilegales para enriquecerse a costa de la población local y
del Estado. A pesar de sus esfuerzos para influir el
subsiguiente juicio de pesquisa, fueron 58 testigos los
que confirmaron los cargos. [8] La corrupción de las
autoridades de provincias, una expresión del colapso final
de la reforma de las intendencias, perduraría así en el
Perú independiente.
[Admiral Thomas Cochrane (Befreiungsflotte von Chile)
klaut sich ein paar Silberbarren von San Martín - kapert
manchmal auch peruanische Handelsschiffe - die
peruanische Bevölkerung hat gar keine Freude an dieser
"Unabhängigkeit" + Vetternwirtschaft mit politischen
Posten]
Para empeorar las cosas, el
almirante Thomas
Cochrane, cuyos servicios navales y gastos
habían quedado impagos, se apropió de las reservas de
plata
en barras que habían sido penosa y
prepotentemente acumuladas durante el gobierno de
San
Martín. Cochrane fue el comandante de la flota
«libertadora» chilena y también se vio beneficiado con la
captura y secuestro de naves mercantes peruanas. [9] Un
diplomático francés informó a sus jefes en París que
la
falta de apoyo popular a la libertad y la
independencia se explicaba por la corrupción
de las nuevas autoridades separatistas y sus luchas
internas. Otro enviado diplomático atribuyó la debilidad
de estos nacientes gobiernos al reparto de cargos
oficiales por medio de la protección y la intriga en lugar
del reconocimiento al [p.132] mérito. [10] Estas débiles
bases organizativas brindaron fértiles condiciones para la
corruptela y el abuso de poder.
[Anarchie nach Unabhängigkeit: General Simón Bolivar
1824-1825 mit Beschlagnahmungen von Einkünften und
Enteignungen von Spanien-Anhängern in Callao - Minister
Carrión erhält mehrere Grundstücke - der Kongress
verschenkt an Bolívar über 1 Million Pesos -
Provinzbeamte beschlagnahmen auf dem Land:
Oberstleutnant Juan Pablo Santa Cruz klaut sich Vieh und
Eigentum in Chincha Baja]
El general Simón Bolívar, cabeza de la
campaña final que venció al ejército realista en Perú [con
una victoria cerca de Ayacucho], también tomó parte en las
dañinas prácticas de
expropiación local y abuso de
autoridad. Bolívar y su dedicado
ministro
José Faustino Sánchez Carrión decretaron, en
el periodo 1824-1825, la confiscación de las rentas y la
expropiación subsiguiente de quienes se hubiesen refugiado
en la
fortaleza del Real Felipe en el Callao
[al lado de Lima], el último bastión desesperado de
españoles y criollos recalcitrantes.
Sánchez
Carrión recibió varias propiedades como
recompensa a sus fieles servicios. Bajo condiciones de
extrema penuria fiscal y endeudamiento,
un Congreso
servil recompensó a Bolívar en 1826 con más de un
millón de pesos. [11] Mientras tanto, los
funcionarios
de gobierno mal pagados saqueaban las rentas
de provincias y confiscaban propiedades privadas. Tal fue
el caso documentado del teniente
coronel Juan Pablo
Santa Cruz, gobernador de
Chincha Baja
[apr. 20km al sur de Lima] y protegido del caudillo
bolivariano, el
general Antonio Gutiérrez de la
Fuente: veintinueve vecinos verificaron la
ilegal
apropiación que Santa Cruz había hecho de ganado y
bienes, no para el servicio de la patria sino
para su propia ganancia, una forma de despotismo que
consideraban era peor que el de los españoles. [12]
[p.133]
[Anarchie nach Unabhängigkeit: Bolívar befiehlt seinen
Offizieren, Eigentum und Kirchenschmuck aus Silber zu
plündern zur Finanzierung der Armee - Raub durch General
Gamarra mit 80 Gold- und 500 Silbertalern - die
Finanzminister sehen den Steuerexzessen und dem Chaos
nur zu - das Räuberduo Bolívar+Sucre - liberale Führer
und gesetzestreue Regierungen werden verjagt - Bolívar
mit dem Plan einer "Konföderation" wird vom Widerstand
blockiert und Bolívar wird gestürzt]
Al mando del gobierno,
Bolívar ordenó a sus
propios oficiales el despojar propiedades, incluidos los
ornamentos de plata de las iglesias, como medio para
financiar al ejército. [13] En una halagadora muestra de
gratitud que prometía duraría hasta la tumba, el
general
Agustín Gamarra, prefecto del Cuzco, le
presentó a Bolívar
ochenta medallas de oro y
quinientas de plata recién acuñadas en la
localidad en su honor, además de reportar haber cumplido
sus decretos de expropiar y gravar las propiedades
eclesiásticas. [14]
Hipólito Unanue, el
ministro de Hacienda de Bolívar, y
José de Larrea y
Loredo, su sucesor, manifestaron preocupación
por los
excesos y el caos fiscal atribuidos
a Gamarra y otras autoridades de provincias. [15] En la
práctica y en términos políticos, Bolívar y su fiel
mariscal
Antonio José de Sucre formaron a la primera
generación de caudillos militares andinos en el arte del
financiamiento abusivo de las fuerzas armadas. Bolívar
aplastó a los líderes de inspiración liberal y usurpó el
poder constitucional. [16] En 1826 se vio obligado a dejar
las riendas del poder dictatorial peruano debido a la
oposición colombiana, peruana y boliviana a su grandioso
plan de una confederación liderada por él mismo. [17]
[p.134]
[Peru 1824 gemäss "US"-Konsul William Tudor: DIe
Befreier sind die grössten Räuber+Chaoten - hohe Zölle -
Beschlagnahmung von "US"-Schiffen und "US"-Besitz -
Handelsreformen und Aussenhandelsabkommen werden so
blockiert - der Wideraufbau von Peru kommt nicht in
Gang]
«Desafortunadamente para el Perú» —escribió en mayo de
1824
William Tudor, el cónsul
estadounidense en Lima, al secretario de Estado
John
Quincy Adams — «los invasores que vinieron a
proclamar la libertad y la independencia eran
crueles,
rapaces, carentes de principios e incapaces.
Sus
malos manejos, su despilfarro y su sed de
saqueo pronto alienaron los afectos de los
habitantes». [18] Tudor no limitó sus críticas a los
libertadores extranjeros; la población peruana, observó,
era suave, afeminada e ignorante del resto del mundo
debido a su reclusión bajo el dominio hispano. El cónsul
también se quejó de las tarifas aduaneras prohibitivamente
altas, así como de la
confiscación de naves y
propiedades de norteamericanos, sin ninguna
otra razón aparente que la de «saquear a neutrales». El
saqueo y el abuso de bienes privados y públicos por parte
de jefes militares continuaron siendo frecuentes y
causando problemas diplomáticos recurrentes durante el
temprano periodo republicano. Estas prácticas
descarrilaron y
retrasaron constantemente una
urgente reforma comercial y tratados de comercio con
el exterior, necesarios para reconstruir la
economía del país.
[Perú de 1824: fraude "cristiano" con créditos y
préstamos + moneda sin respaldo + deudas coloniales - al
final la masa de la población sale más pobre cada vez]
El manejo abusivo e inepto del crédito interno con
préstamos obligatorios e impagos, asignados principalmente
a comerciantes locales y extranjeros, así como la emisión
de billetes sin respaldo adecuado, tuvieron como resultado
la rápida pérdida de fuentes de crédito interno del nuevo
Estado peruano. [19] Un parlamentario de esos años declaró
que era evidente y conocido que el crédito del Estado se
había perdido totalmente por incumplimiento de los
acuerdos de préstamos anteriores. [20] La deuda interna de
ese entonces incluía los salarios impagos de los empleados
del gobierno, diversos reclamos de proveedores locales y
propietarios expropiados, y pagos incumplidos
originalmente respaldados por la deuda externa, todo lo
cual sumaba aproximadamente siete millones de pesos,
además de los más de catorce millones de pesos [p.135] de
la heredada deuda colonial legítimamente debida a
acreedores locales. [21] Esta deuda interna inicial y
creciente, producto de las abusivas finanzas de
emergencia, fue el primer ejemplo de una tendencia
recurrente de encubrir el saqueo de la corrupción y mala
administración con el incremento de obligaciones de deuda
pública que los ciudadanos comunes debían, en efecto,
pagar eventualmente a un costo mayor.
Turbios préstamos externos
[Los "gobiernos cristianos" criminales-católicos de los
estados sucesores también abusan de los préstamos de
Londres: la caída del mercado de valores en Londres en
1825 y la congelación del crédito contra Perú hasta 1848
aproximadamente]
Los arrasados recursos privados y el arruinado crédito
interno llevaron a los estadistas fundadores de la
república a contraer una costosa deuda pública externa
para financiar los gastos públicos. Los primeros préstamos
externos, contratados apresuradamente en el mercado de
capitales londinense en el periodo 1822-1825,
terminaron
por declararse impagos casi de inmediato. El
Perú no estuvo solo en este fracaso financiero, pues la
Nueva Granada de Bolívar sentó este patrón en 1820, y
luego Chile y México siguieron el mismo camino. Bajo las
onerosas condiciones de los préstamos, la crítica
situación de las finanzas públicas y los crecientes
problemas legales y de opinión pública en el extranjero,
las nuevas autoridades republicanas y sus contratistas
usureros no pudieron pagar la amortización y el interés,
no sin antes haber usado los fondos prestados en gastos
militares y otros gastos y recompensas improductivos.
Además, la expansión monetaria y la burbuja especulativa
en Londres, de la cual formaban parte las emisiones de
préstamos latinoamericanos, llevaron a una espectacular
caída
de la bolsa londinense a finales de 1825.
Desde entonces, los mercados internacionales estuvieron
efectivamente cerrados para el necesitado Estado peruano
hasta finales del decenio de 1840. [22] [p.136]
[Perú desde 1824: Los "cristianos" criminales abusan de
los acuerdos de préstamo: funcionarios, diplomáticos,
agentes financieros - Perú termina en la ruina]
Desde los primeros esfuerzos por conseguir préstamos en el
exterior, surgió un patrón de
abusos entre
funcionarios y diplomáticos peruanos y sus agentes
financieros en el extranjero. Este legado
contribuyó a arruinar persistentemente el crédito público
externo del nuevo Estado. Al mismo tiempo, los agentes
diplomáticos, provistos de amplios poderes discrecionales,
tenían sus propios intereses ligados a la negociación de
asuntos de gravísima importancia para el crédito nacional
en el extranjero. Dado que el Estado peruano era
consistentemente incapaz de pagar satisfactoriamente
salarios y gastos de representación en el exterior, los
funcionarios diplomáticos podían explotar esta situación
de penuria fiscal en provecho propio.
[Ejemplo 1824 apr: préstamo de £ 1.2 millones con una
tasa de interés del 6%]
El primer préstamo extranjero, por un monto de
1,2
millones de libras esterlinas a un interés del 6 por
ciento anual, fue negociado en el boyante
mercado londinense a comienzos de la década de 1820 por
dos cuestionables enviados y amigos del general San
Martín, el colombiano
Juan García del Río y
el médico británico
James Paroissien. [23]
Este último, bien recompensado por el gobierno de San
Martín con el rango militar de general y parte de una
hacienda confiscada, estableció unas relaciones de
negocios impropias e incompatibles con su misión en
Londres. Paroissien se dedicó a realizar tratos privados
con el banquero mercantil londinense
Thomas Kinder,
el emprendedor contratista de la emisión del préstamo
peruano, al mismo tiempo que negociaba, con el mismo
Kinder, condiciones desfavorables para el préstamo público
externo. [24] [p.137] En opinión del procurador general de
Londres, este contrato del primer préstamo externo peruano
debía considerarse virtualmente nulo por motivo de
usura.
[25]
[Ejemplo 1822 y 1823: Contrato de préstamo bajo el
espía Riva-Agüero - él es altamente corrupto]
El primer contrato de préstamo externo se firmó en octubre
de 1822 y fue aprobado por el Congreso Constituyente en
1823, durante el breve gobierno de José de la
Riva-Agüero,
el primer presidente del Perú. Las redes del temprano
militarismo peruano habían impuesto la presidencia de
Riva-Agüero inmediatamente después de que San Martín
partiera de Lima y antes del arribo de Bolívar. El
mariscal
Riva-Agüero era un aristócrata criollo que
había ganado fama gracias a sus actividades como jefe de
espías a favor de la independencia. Tal como recordara el
propio Riva-Agüero en 1823, en una carta a
George
Canning, el secretario británico de asuntos
exteriores, él mismo había proporcionado a los británicos
información secreta sobre los planes de Napoleón para
España e Hispanoamérica en 1808. [26] En el Perú se le
concedió a Riva-Agüero el más alto rango militar, a pesar
de no haber participado en batalla alguna. Durante su
presidencia fue acusado de presionar al Congreso para que
aprobara una ley que
destinaba 100.000 pesos de
los fondos del préstamo externo y valiosas concesiones
de tierras del Estado como compensación
personal para sí mismo y para diversos contratistas
asociados suyos. [27] [p.138]
[Perú 1825: Préstamo 616.000 libras con 6% de interés
usurario - Bolívar con 25.000 fusiles para 40.000 libras
- bancos de Londres financian el Perú]
Un
segundo préstamo de 616.000 libras,
también
a interés del 6 por ciento, fue
contratado con el ubicuo
[banquero] Kinder
en enero de 1825 por el nuevo agente del gobierno peruano,
el
comerciante John Parish Robertson, quien
cobraba la considerable
comisión del 2 por ciento.
Para entonces,
Bolívar controlaba el poder
en el Perú y esperaba ansiosamente los fondos del
préstamo,
40.000 libras de los cuales serían usados
para comprar y remitir 25.000 rifles.
Robertson había sido nombrado por el gobierno peruano
gracias a sus conexiones con
Robert Proctor,
un agente del [banquero] Kinder en Lima. Una
pequeña
camarilla de comerciantes banqueros, con base en
Londres y conexiones políticas y financieras,
dominaba, pues, el negocio de la emisión de préstamos
latinoamericanos, además de dedicarse a otros planes y
sociedades especulativas en minería y comercio. [28]
[Los medios de Londres maldicen a los "cristianos"
criminales en Perú que no cumplen con los acuerdos de
préstamo - incumplimiento de todos los papeles peruanos
- intereses deducidos por adelantado - regalos a
militares del ejército de Bolívar]
Las serias irregularidades cometidas en la contratación de
los préstamos condujeron a problemas legales y airados
debates en la opinión pública londinense, hecho que
dificultó la colocación de los bonos peruanos en Londres.
Finalmente, los
incumplimientos tanto de [Sr.]
Kinder, que no proporcionó el adelanto convenido sobre
los montos contratados, como del gobierno peruano,
que fue incapaz de cubrir los intereses, tuvieron como
resultado el impago oficial de los préstamos externos
peruanos. De la suma
nominal total de 1.816.000
libras, contratada por los dos préstamos, el gobierno
peruano solamente recibió el 50 por ciento
después de deducidas las elevadas comisiones, costos de
transacción y pagos de interés por adelantado. Los
reducidos fondos de los préstamos que lograron llegar al
Perú fueron dilapidados aún más en pagos exagerados o
impropios
a oficiales del victorioso ejército
bolivariano. [29] [p.139]
[Perú 1826: Todos los préstamos han incumplido - Perú
apenas puede pagar a sus diplomáticos en Londres]
Los nuevos agentes diplomáticos
José J. Olmedo
y
José Gregorio Paredes observaron el
desastre del
incumplimiento de los préstamos
peruanos de 1826, debido, según describen, a
las transacciones especulativas de los
agentes
Kinder y Robertson, agravadas por la repentina
contracción del mercado de capitales londinense. Al verse
privados, en consecuencia, de los fondos para sus salarios
y gastos,
Olmedo y Paredes se quejaban
insistentemente de que debían pagar los gastos oficiales
con sus propios recursos y con crédito privado. [30] Esta
situación alcanzó niveles absurdos a finales del decenio
de 1820 y en el de 1830, cuando los agentes diplomáticos
peruanos en Londres pasaron a ser «acreedores» del Estado
debido a los salarios que se les debía. Sin embargo, era
la obligación de estos
diplomáticos peruanos,
irregularmente pagados, el llevar a cabo los
asuntos, tratos y contratos esenciales para la posición,
las finanzas y el comercio internacionales del naciente
país.
[Londres desde 1827: diplomáticos peruanos con sus
propios negocios: financieros y proveedores de armas +
comprando secretamente bonos baratos de Perú - para
aumentar los salarios bajos - embajador Iturregui hasta
1838]
Al no contar con un ingreso legítimo suficiente, los
diplomáticos peruanos encontraron la forma de conseguir
comisiones y tratos impropios con los cuales enriquecerse.
Juan Manuel Iturregui prosiguió con una
tendencia establecida por los primeros enviados
diplomáticos peruanos en la década de 1820, de verse
envuelto en
negociaciones dudosas con
financistas y proveedores [p.140] extranjeros de armas y
otros equipos. [31] Cuando Iturregui asumió la
legación peruana en Londres por vez primera en 1827, se
quejó de los magros ingresos que le habían sido asignados.
Su correspondencia oficial propuso, primero, el proyecto
poco ortodoxo de
comprar en secreto los depreciados
bonos peruanos, para enfrentar, así, el
incumplimiento de la deuda y los problemas del pago de
intereses.32 Iturregui se mantendría como el representante
peruano en Londres, con varias interrupciones en su
servicio, hasta 1838.
[Esperanza para el Perú con minas de plata y de oro -
el dinero fluye, pero NO es utilizado por los católicos
criminales en el Perú para inversiones en la minería y
la minería permanece sin nada (!)]
El negocio de las emisiones de préstamos en Londres se
alimentó con la esperanza de que las nuevas naciones
hispanoamericanas pronto se recuperarían de la crisis
minera de finales del periodo colonial y de las
perturbaciones y la destrucción ocasionadas por las
guerras de la independencia. Tras años de negligencia y
decadencia, las actividades mineras necesitaban una masiva
inversión de capital para producir suficiente
plata
y oro con que equilibrar el creciente déficit
comercial. Pero, al margen de algunas empresas mineras
especulativas que reunieron fondos en Londres,
las
inversiones necesitadas por la minería peruana no se
hicieron presentes.
[Perú desde 1822: Los católicos criminales están
mejorando cada vez más en el contrabando de expoertes
(plata y monedas) e importaciones - esto está registrado
con comerciantes extranjeros + diplomáticos en puertos
peruanos]
Sin embargo,
la exportación ilegal de plata piña y
de monedas del metal, efectuada frecuentemente
en naves de guerra británicas y de otras nacionalidades,
así como el
contrabando de bienes importados,
prosiguieron e, incluso, aumentaron después de la
independencia. Los
comerciantes y diplomáticos
extranjeros, activos en los principales
puertos y ciudades peruanos, describieron estas
actividades como si fueran muy normales y frecuentes en
[p.141] sus tareas cotidianas.33 Intercambios ilegales
similares también fueron comunes en la
costa
occidental de México y persistirían
hasta
finales de la década de 1850. [34]
[Perú: Un Francisco quiere erradicar el contrabando de
criminales católicos con aranceles más altos - General
Gutiérrez protege el contrabando + se llena los
bolsillos con él - corrupción y contrabando de plata
está en marcha - militares en puestos políticos]
Así, el
congresista liberal peruano Francisco
Javier de Luna Pizarro deseaba incrementar la
recaudación de aduanas para contribuir así a la
moralización de los funcionarios de aduana y, con ello,
erradicar el «inmenso contrabando». [35] Pero el
general
Antonio Gutiérrez de la Fuente, prefecto de
Arequipa a finales de la década de 1820, protegía las
operaciones de contrabando y desvió [p.142] fondos
públicos hasta amasar una fortuna de al menos 200.000
pesos. [36] Según un pensador liberal contemporáneo, el
conjunto inadecuado de prohibiciones y barreras al
comercio libre, heredado del régimen colonial, constituía
el germen de la corrupción. [37] La
extracción
ilegal de plata y el contrabando ligaban los
intereses privados y oficiales en redes de corrupción,
causando una seria sangría de capital y circulante en el
deprimido mercado nacional. Los
prefectos y
subprefectos de provincias, a menudo oficiales
militares, estuvieron tradicionalmente
involucrados en estas redes, con lo que se agravaban sus
abusos y patronazgo en los contratos de adquisición del
gobierno y el ejército. [38] A lo largo del siglo, la
corrupción de las autoridades locales se mantuvo casi sin
ningún control.
[Perú 1820s: Intentos de frenar la corrupción en la
administración]
Hubo ciertos intentos tempranos pero débiles de moralizar
la Administración Pública con unas cuantas reglas y
medidas anticorrupción. Buscando las raíces del elusivo
ideal de un Estado nacional, eficiente y honesto, el
historiador
Jorge Basadre documentó estos intentos
moralizadores legislativos y administrativos
—fundamentalmente debidos a
Luna Pizarro, el
presidente Manuel Menéndez (1844-1845) y otros
liberales — contra diversas corruptelas y
fraudes cometidos por los militares y otros empleados
públicos. En la década de 1820 se prohibió a los
legisladores solicitar favores de las autoridades del
ejecutivo o tener empleos que dieran lugar a conflictos de
interés. [39] [p.143]
[Perú desde la década de 1820: Las leyes contra el
contrabando no se aplican debido a la corrupción
tradicional en la burocracia y los falsos testigos]
En teoría, y al igual que en la época colonial, los
funcionarios del gobierno seguían estando sujetos a los
juicio de residencia y a pesquisas, que buscaban
explícitamente evidencias de fraudes y sobornos
(cohechos). [40] Los oficiales de aduanas enfrentaban la
pena de muerte si eran hallados culpables de haber
asistido al contrabando. Estas medidas rara vez eran
aplicadas: los funcionarios investigados lograban, por lo
general,
diluir las pesquisas con sobornos y
declaraciones falsas de testigos. Muchos de
estos acusados gozaban de protección o tan solo recibían
leves castigos, si en efecto recibían alguno, según lo
revelan los pocos expedientes sobrevivientes de juicios
incompletos y viciados. [41] La evidencia legal que
subsiste resulta, sin embargo, sintomática de los
serios problemas de corrupción que plagaban al
temprano Estado republicano. Según un pesimista observador
contemporáneo, «la corrupción es demasiado inveterada y ha
crecido con demasiado vigor en el Perú, como para ser
erradicada rápidamente con cualquier medio, por juicioso o
severo que sea». [42]
Círculos de patronazgo caudillesco
[Los militaristas en puestos políticos instalan sus
redes corruptas porque las viejas instituciones colapsan
- grandes redes militares con sus propios intereses]
Podemos explicar la primera y las subsiguientes
generaciones de caudillos militares republicanos como los
ápices de
redes de patronazgo, surgidas a
medida que las viejas instituciones colapsaban y las
nuevas se atrofiaban o debilitaban al nacer. Los altos
oficiales
militares Andrés de Santa Cruz, Agustín Gamarra,
Antonio Gutiérrez de la Fuente, Ramón Castilla y José
Rufino Echenique se formaron inicialmente en
el ejército español, antes de servir en las fuerzas
armadas separatistas. Estos oficiales reprodujeron, en
gran medida y en [p.144] miniaturas inconexas, las redes
de patronazgo antes encabezadas por el virrey y otros
oficiales reales. Los círculos de clientelismo o bien eran
fortalecidos por la corrupción o bien le brindaban amplias
oportunidades. La
participación de oficiales
militares y soldados argentinos, chilenos, colombianos
y europeos también contribuyó a la creciente
importancia que las camarillas militares tuvieron después
de la independencia. [43] Tener en cuenta las bases
regionales, provinciales, rurales e, incluso,
socioeconómicas de estos caudillos no basta para explicar
sus motivaciones y medios de mantenimiento. Debemos,
también, considerar los
intereses de corruptelas y
sus redes para cabalmente evaluar las bases de
poder de los caudillos y sus descaminadas políticas.
[Perú después de 1826: Grupo mafioso alrededor de
Cusco-Arequipa contra otro grupo mafioso en Lima]
Las conexiones establecidas entre los
caudillos
militares, la administración estatal y los compinches
privados definieron los círculos de patronazgo
después de la independencia. Un ejemplo temprano es la red
encabezada por
Gamarra y su aliado
Gutiérrez
de la Fuente. Junto con otros oficiales
separatistas, Gamarra y La Fuente colaboraron con el
primer pronunciamiento o
golpe militar que
llevó a
Riva-Agüero a la presidencia en
1823. Desde entonces, los destinos políticos y pecuniarios
de Gamarra y La Fuente estuvieron estrechamente ligados.
Gamarra dependió continuamente de La Fuente para conseguir
las armas y caudales con que poner en práctica sus
designios políticos. [44] Durante las conmociones causadas
por la forzada partida de Bolívar en 1826, Gamarra y La
Fuente tomaron medidas para extender su poder e
influencia. El Libertador les había dejado como prefectos
de los departamentos sureños de Cuzco y Arequipa,
respectivamente. Los dos prefectos conspiraron con
Benito
Laso, prefecto de Puno y también partidario de
Bolívar, para conformar una federación sureña separada del
resto del país. La Fuente incluso suspendió la remesa a
Lima de las rentas públicas recaudadas en Arequipa. [45]
La maniobra de los prefectos no avanzó debido a las
decisivas medidas tomadas desde Lima por el
general
Santa Cruz, enemigo de Gamarra y cabeza de un
grupo de patronazgo rival.
[Perú con elecciones 9.6.1827: Juez corrupto Vidaurre]
La insubordinación contra los planes continentales de
Bolívar por parte de las tropas colombianas estacionadas
en Lima había llevado al retiro pacífico [p.145] de
fuerzas extranjeras del territorio peruano. El patriota
liberal
Luna Pizarro, contrincante
moralizador de Bolívar y cabeza de un nuevo Congreso
peruano, pudo entonces convocar genuinas
elecciones
presidenciales en el seno de los representantes
parlamentarios el 9 de junio de 1827. Los
contendores eran los
generales Santa Cruz y José de
la Mar. El
juez Manuel Lorenzo Vidaurre,
un íntimo colaborador y exministro de Bolívar, apoyó a
Santa Cruz. Sobre la base de fuentes informadas, James
Cooley, encargado de negocios de EE. UU. en Lima, sostuvo
que Santa Cruz y Vidaurre tenían «una mala reputación de
poco talento y menos honestidad». [46] Aún más, el
diplomático
francés Chaumette des Fossés consideraba a
Vidaurre inepto para ocupar el cargo de presidente de la
Corte Suprema: «[N]inguna persona sacrifica con mayor
facilidad los derechos de la justicia a sus [propios]
intereses, o a la influencia de sus parientes y amigos […
Vidaurre] es, según casi todas las fuentes, la última
persona que uno elegiría, de entre los disolutos
habitantes de Lima, para que sea [...] el primer
magistrado de la justicia peruana». [47]
[Perú 1827-1829: La mafia criminal católica en el sur
del Perú con una campaña contra Bolivia y Colombia - y
el único buen ejército La Mar es exiliado]
La Mar ganó la elección y Santa Cruz marchó con un cargo
diplomático a Chile, desde donde posteriormente se dirigió
a Bolivia para convertirse luego en su presidente.
La
Mar, uno de los pocos oficiales de alto rango honestos,
era admirador de EE. UU. y sus instituciones. Contó con el
vigoroso respaldo de
Luna Pizarro, el jefe
del partido liberal. [48] Sin embargo,
Gamarra y La
Fuente conspiraron contra La Mar y Luna
Pizarro. Una exitosa campaña militar contra el
mariscal
José Antonio de Sucre, presidente de Bolivia,
se llevó a cabo desde el Cuzco por Gamarra, quien actuaba
autónomamente y en abierto [p.146] desafío al gobierno de
Lima. Inmediatamente después, otra
guerra, esta vez
con Colombia (1829) en torno de cuestiones
territoriales, políticas, diplomáticas y de deuda, les dio
a Gamarra y La Fuente la oportunidad de tomar el poder
supremo. La guerra fue librada en territorio ecuatoriano y
terminó con la retirada del ejército invasor peruano,
dirigido por el mismo La Mar. Entretanto en Lima,
La
Fuente llevó a cabo un golpe de Estado que
depuso
al vicepresidente Manuel Salazar y al jefe
parlamentario Luna Pizarro. Al norte, Gamarra,
actuando en coordinación con La Fuente, arrestó y
exilió
a La Mar, con lo que puso fin al único
gobierno parlamentario más o menos honrado y liberal que
tuvo el Perú en los primeros años de gobierno republicano.
[Perú 1829: Ejército agita por la elección de Gamarra -
Vicepresidente La Fuente instala dictadura - nepotismo]
A pesar de contar con un débil respaldo popular, Gamarra
fue elegido presidente bajo presión armada. Durante su
ausencia en el interior, el vicepresidente La Fuente
controlaba el gobierno de Lima con mano de hierro. Según
los observadores locales, Gamarra y La Fuente recibían el
respaldo de un «partido » que actuaba como un «mero
instrumento» de los designios autoritarios de Bolívar. Aún
más, Gamarra apuntaló su despotismo militar, inusualmente
duradero, nombrando a sus fieles oficiales de alto rango
como prefectos, retribuyendo favores con alzas salariales
y empleos, y manipulando los ascensos militares y los
pases al retiro.49 A comienzos de 1830, La Fuente viajó a
las provincias del sur para recaudar fondos urgentemente
necesarios para la causa de Gamarra, para lo que usó todos
los medios posibles. Un diplomático extranjero insinuó que
el inminente viaje de La Fuente tenía una finalidad «de
naturaleza más personal». [50]
La colaboración particular entre Gamarra y La Fuente quedó
bien documentada en la correspondencia que ambos
mantuvieron durante la detestada campaña «recaudadora» de
fondos en el sur. La Fuente se encargó de «ordeñar» tantas
rentas como fuera posible de las manos de los prefectos y
subprefectos de aquellas provincias, no obstante la penosa
situación económica de la región meridional. Los grupos de
interés locales aborrecieron a La Fuente y Gamarra por las
fuertes
extorsiones que sufrían. Para
conseguir la efectiva expoliación, se debía prometer
favores y otros incentivos a los funcionarios y oficiales
[p.147] encargados, o simplemente se les amenazaba para
que proporcionaran, sin la aprobación del Congreso, los
cientos de miles de pesos que mantuvieron a Gamarra en el
poder hasta 1833. [51]
[La Fuente y Gamarra aterrorizan a los Andes del sur
con robo, extorsión - instalación de agentes en Lima -
proyecto de riego en Arequipa]
La Fuente informó a Gamarra de la resistencia de los
prefectos a rendir las sumas de impuestos y donativos
forzosos tan dolorosamente extraídos de hacendados,
comerciantes, templos y campesinado indígena. La Fuente,
asimismo, intervino en la
política local en
lo que tocaba al
contrabando, las minas de oro, los
proyectos de riego y los comerciantes y empresarios
extranjeros. La Fuente reconocía que el
contrabando y la extracción ilegal de plata hecha por
peruanos y extranjeros eran actividades importantes en los
puertos sureños de Islay, Arica e Iquique, en la provincia
minera de Tarapacá. La Fuente estaba, sin embargo, a favor
de permitir la extracción ilegal de plata, debido a su
valor comercial local, hasta que el Estado fuera capaz de
imponer impuestos a la exportación. La Fuente apoyaba, en
este sentido, las demandas de los empresarios y mineros
locales, y muy probablemente continuaba activo en la
protección del contrabando. Con la ayuda de Gamarra
también logró colocar
varios empleados en la
administración de aduanas. Insistió, además,
en compartir con Gamarra las acciones de la
empresa
Vincocaya, un
proyecto de irrigación
que buscaba desviar un río para llevar agua a tierras no
cultivadas que yacían al este y al oeste del volcán Misti
en Arequipa. La Fuente le agradeció a Gamarra el decreto
oficial que establecía este proyecto que, según La Fuente,
incrementaría el afecto que Arequipa tenía por Gamarra.
[52] La Fuente, asimismo, solicitó [p.148] mayores
asignaciones salariales y se quejó, sin escrúpulo alguno,
de que en un artículo aparecido en una publicación chilena
se le hubiese acusado de eshonestidad
administrativa. [53]
[Perú en los años 1930s: la corrupción de los altos
militares gasta los impuestos y préstamos
internacionales (!) - robo sistemático de propiedades de
extranjeros - los países extranjeros odian a los
criminales católicos "cristianos" del Perú]
La corrupción entre los militares erguía su cabeza
sobre las actividades del sector privado y agotaba los
fondos públicos y las líneas de crédito. Los
abrumadores préstamos y
levas compulsivos,
cargados a los empresarios y propietarios nacionales y
extranjeros, se hicieron endémicos tras casi cualquier
insurrección y contrainsurgencia militar. Este fue el caso
de la
insurrección de enero de 1834,
vívidamente descrita por
Flora Tristán,
quien fuera testigo de sus efectos en Arequipa. [54]
Una
gran parte de las sumas extorsionadas se manejaron
deshonesta e incompetentemente en nombre de torpes
causas políticas y militares. Las
incautaciones,
condenas y confiscaciones ilegales de las propiedades
de extranjeros, efectuadas desde las guerras
de la independencia, agriaron las relaciones con las
potencias extranjeras durante aproximadamente los primeros
treinta años de la joven república. [55] La
correspondencia diplomática con las autoridades peruanas
estuvo repleta de pedidos y solicitudes referidas a
reclamos de particulares y compañías, así como
negociaciones frustradas de tratados bilaterales de
amistad y comercio, que buscaban crear regulaciones contra
los abusos y el trato desfavorable dado a los súbditos
extranjeros en el Perú. Estos reclamos y negociaciones
revelaron a los diplomáticos extranjeros que ciertos
intereses locales deshonestos estaban decididos a
paralizar tratados y acuerdos justos. [p.149]
[Gamarra quiere entrenar capitalistas nacionales - e
instalar nuevo amiguismo]
En Lima,
Gamarra tuvo una conversación
reveladora con un ciudadano estadounidense, quien luego
transmitió su contenido al diplomático de su país
Samuel
Larned. Gamarra reveló, entonces, una
intención clave que explicaba los intereses de patronazgo
que yacían detrás de sus políticas antiextranjeras.
Después de haber exigido, en general infructuosamente,
adelantos en efectivo a comerciantes extranjeros a cambio
de concesiones arancelarias, Gamarra deseaba favorecer,
más bien, la
formación de capitalistas nacionales
sobre la base de grupos de comerciantes locales.
Gamarra calculaba que después de verse favorecidos con una
ventajosa legislación comercial y aduanera que protegiera
la producción y las actividades comerciales nacionales,
los empresarios nacionales responderían favorablemente
cuando se les pidiera apoyo financiero o, en caso
contrario, sufrirían las consecuencias. Gamarra creía, por
otro lado, que los comerciantes extranjeros no aceptarían
esto. [56] La legislación comercial proteccionista tenía,
así, un sustento político cuestionable, aparte de los
intereses comerciales creados por el antiguo tráfico de
trigo chileno por azúcar y algodón peruanos. [57] Así,
Gamarra tenía en mente la creación de una base de apoyo
local a su gobierno y poder personal, poco distinguible
del patronazgo y amiguismo.
[Gamarra ineficiente: quiere el Perú como "Francia
americana" + culto a la personalidad en el ejército -
gasta plata para 1000 oficiales]
Para complementar la estrategia político-económica y
realizar su grandioso plan de convertir al
Perú en
la «Francia americana», [58] Gamarra se
esforzó [p.150] por crear un ejército que, según el cónsul
británico en Lima,
Belford Hinton Wilson,
estuviese «
íntegramente dedicado a su persona,
que al deberle todo a él fuera más probable que respaldara
sus ambiciosos proyectos» y «solidificara su despotismo
militar». Esta «manía militar» sería una de las causas
fundamentales de las endebles condiciones financieras del
país, al mantener a
mil oficiales en un
ejército de apenas cuatro mil hombres. [59] En
estas circunstancias, el peligroconstante de guerra
externa contribuyó poco a incrementar la eficiencia del
Estado peruano.
[Sistema Gamarra: Pequeños grupos de capitalistas
peruanos son sobornados con beneficios - comercio libre
es rechazado]
En realidad, los
pequeños grupos de capitalistas
peruanos formaban parte de redes de patronazgo
particulares que se beneficiaban de favores oficiales a
cambio del
apoyo político y financiero que
prestaban a los caudillos. Durante el gobierno de Gamarra,
un importante mecanismo de favoritismo era la entrega de
sumas al Estado como pago adelantado o «abono» de
aranceles extremadamente elevados (90 por ciento en
promedio), pero con un descuento considerable y pagado en
parte con billetes depreciados. Este sistema de abonos
beneficiaba a pequeños grupos de comerciantes locales que
pasaban a ser acreedores privilegiados del Estado. Esta
suerte de «nacionalismo» comercial sesgado derrotó, en la
práctica, las mal diseñadas metas proteccionistas, puesto
que la protección efectiva caía por debajo del 50 por
ciento gracias a la artimaña del abono. A pesar de estos
defectos inherentes, el séquito de intereses creados por
Gamarra defendió agresivamente las medidas proteccionistas
contra el comercio libre y los intereses extranjeros.
Todo esto obstruyó y retrasó la aplicación de las reformas
comerciales que tan urgentemente requería el Perú. [60]
[Sistema Gamarra 1834: Sistema de prestidigitación con
estadísticas manipuladas y "compradas" - soborno en la
vida pública y privada - todo negligencia, corrupción +
robo]
Al buscar
estadísticas de comercio
confiables del Perú,
el cónsul Wilson y
otros diplomáticos encontraron que estas podían ser «
compradas»
en privado a los empleados públicos. En 1834, Wilson anotó
que «el soborno es el principal resorte de acción de todas
las relaciones públicas y privadas de la vida». [61]
[p.151] Además, en el Perú no había ningún sistema o no
existían principios fijos de gobierno entre los aspirantes
al poder, excepción hecha del «engrandecimiento personal
como un medio de enriquecerse». [62] Al analizar la
reciente administración vicepresidencial de La Fuente, el
ministro francés
Barrère concluyó que la «
dilapidación,
la corrupción y el robo eran los tres grandes
planos del cuerpo político peruano». [63] Un testigo clave
de la época,
Heinrich Witt, hombre de
negocios oriundo de Altona (Alemania) y residente en Lima,
señaló, acerca de la integridad moral de La Fuente, que
«no muchas cosas buenas se pueden decir […]. Es un jugador
empedernido, extravagante cuando tiene dinero y en cuanto
a obtenerlo nunca ha estado particularmente dedicado en la
elección de los medios». [64]
[Perú 1830s: La señora Francisca Zubiaga apoya a
Gamarra con la mafia de la harina (Frederick Pfeiffer) y
la mafia terrateniente (prefecto de Lima) - obliga a La
Fuente a salir del cargo en 1831 con asesinatos de
carácter - 1833-1834 Gamarra + Zuiaga son exiliados -
Gamarra puede reinstalarse en 1839]
Francisca Zubiaga, la aguerrida esposa de Gamarra,
y su propio séquito de monopolistas de la harina y
hacendados proteccionistas, entre ellos el
comerciante
de harina Frederick Pfeiffer y el
prefecto
de Lima Juan Bautista Eléspuru, enjuiciado por
su cuestionable gestión, le brindaron al caudillo otra
parcializada base de respaldo. [65] En efecto, doña
Francisca, a quien también se le conocía como «Pancha la
Mariscala» o la «Presidenta», al advertir las crecientes
[p.152] discrepancias entre Gamarra y La Fuente en torno
de la presidencia, obligó al vicepresidente La Fuente a
que dejara su cargo en abril de 1831, acusándolo de
conspiración y peculado. [66] Unos años después Gamarra y
la Presidenta fueron, a su vez, depuestos y
exiliados
por las fuerzas liberales encabezadas por el
general
Luis José Orbegoso en el periodo
1833-1834.
La interrumpida sociedad de Gamarra con La Fuente fue
reestablecida luego del fallecimiento de doña Pancha,
durante las luchas que ambos libraron contra Santa Cruz y
que llevaron al
segundo gobierno de Gamarra
(1839-1841). [67]
[Peru mit Monster Salaverry ab 1835: Plünderungen,
Beschlagnahmungen und Fremdenfeindlichkeit - Ausländer
müssen Zwangsanleihen aufnehmen - Gericht "Acordada" -
die Justiz bewilligt jede Kriminalität]
Felipe Santiago Salaverry, un joven oficial
de «temperamento violento y temerario, y de insaciable
ambición», dio inicio a su gobierno tras realizar un motín
de su guarnición contra Orbegoso el
23 de febrero
de 1835. Salaverry, aliado de
Bujanda,
amigote de Gamarra, se esforzó para que los asuntos
administrativos volvieran al típico saqueo y xenofobia
caudillistas: «Pesadas contribuciones, impuestas con
la bayoneta y el apresamiento en la cárcel común [...] han
sido gravadas [...] hasta por un monto de [150.000]
dólares [… así como
la requisa] de hombres,
caballos y otros animales de carga». Los
extranjeros fueron obligados a hacer
préstamos
forzosos bajo la amenaza de encarcelamiento y
de «disparar a un par de cónsules». Se reestableció
entonces la
Acordada, un tribunal especial
represivo y confiscatorio.
Ni la «constitución ni
las leyes brindan la más mínima garantía contra sus
usurpaciones [, …] ni moderación al ejercicio
de su poder». [68] [p.153]
[Perú años 1820s en Cerro de Pasco (provincia de
Junín): Jefe minero Francisco Quirós con concesiones y
monopolios - empresa Pasco Peruana Co. - primeros planes
ferroviarios - nombrado prefecto de Junín por Gamarra]
Desde el decenio de 1820,
Francisco Quirós
—un comerciante con intereses mineros y políticos en Cerro
de Pasco [meseta central de los Andes], forjados
originalmente por su padre gallego como diputado del
Tribunal de Minería virreinal— había dependido de socios
extranjeros para obtener las concesiones y monopolios
oficiales. Quirós tuvo un papel decisivo en la
formación
de la Pasco Peruana Co., la primera compañía
minera mixta, y participó en los
primeros planes
ferroviarios. [69] Vinculado inicialmente a
Riva-Agüero, Quirós fue luego nombrado,
en 1833,
prefecto de Junín por su amigo Gamarra, a
quien respaldó e, incluso, otorgó garantías crediticias
personales. [70] Otra conexión de patronazgo y amiguismo
de la red de Gamarra incluía las vinculaciones de negocios
del entonces
coronel José Rufino Echenique en
Arequipa: Echenique estaba casado con la hija
mayor del patrón local
Pío Tristán. [71]
[Perú Región Ica: Domingo Elías compra tierras de
terratenientes en quiebra]
¿Era acaso
Domingo Elías, al igual que
muchos de los capitalistas locales de ese entonces,
un amigote civil de alguna de las redes de poder de un
caudillo militar? En las precarias condiciones
institucionales de la temprana república, Elías debe
haberse topado con enormes dificultades o, a la inversa,
pudo haber obtenido oportunidades privilegiadas en el
proceso de construir su emporio de negocios. Inicialmente,
amplió sus propiedades en el
valle de Ica,
al comprar las
tierras de quebrados propietarios
aristócratas mediante conexiones familiares.
El precio de la tierra había colapsado después de la
independencia, mientras que el bajo retorno medio anual de
la producción agraria ascendía a solo 3 por [p.154]
ciento. La oferta de préstamos hipotecarios de largo plazo
era extremadamente escasa, en tanto que el interés anual
de los préstamos comerciales —prácticamente el único tipo
de crédito a disposición de hacendados y agricultores— era
prohibitivamente alto, entre el
12 y el 24 por
ciento. A muy pocos hombres de negocios les
interesaba invertir en la agricultura.
[Región Ica: Domingo Elías con esclavitud para la
producción de algodón y vino - un hombre honesto - y
elimina competidores]
Elías vio la oportunidad de desarrollar la
producción
comercial de algodón y vino, usando mano de
obra
esclava en sus haciendas, complementada con
compras clandestinas de esclavos, manumisos y libertos,
efectuadas en Nueva Granada [Colombia y Panamá]. [72] Al
mismo tiempo, el algodón y el vino tenían mercados locales
protegidos gracias al amparo aduanero oficial, en especial
para las toscas manufacturas de algodón de producción
local. Elías siguió una estrategia combinada de adquirir
tierras productivas y baratas en la provincia de Ica, con
la feroz eliminación de todo posible competidor a sus
nichos monopólicos. Aunque su estrategia era riesgosa,
ella le permitió acumular capital, mayormente fijo en
propiedades agrarias, que sirvió como base para sus
ambiciones políticas. Según uno de sus acreedores, el
emprendedor Elías era
una persona honesta,
pues, de lo contrario, no habría podido conseguir crédito
comercial. No era un jugador, aunque en ocasiones sí
apostaba generosamente; no tomaba en exceso, pero sí comía
mucho. Resultaba difícil advertir si el dinero era, para
él, un medio con el cual conseguir poder o si, más bien,
era el fin de sus esfuerzos políticos. [73]
[Región Ica: Domingo Elías con monopolios estatales y
amistades políticas como mentores y socios comerciales -
Mariscal Santa Cruz - 2 fincas compradas]
Elías complementaba su
estrategia de bienes raíces
con un activo cabildeo (lobby) para obtener
del Estado monopolios oficiales muy rentables. En este
proceso siguió usando tácticas agresivas contra sus
rivales comerciales, además de obtener dudosos favores
políticos que conllevaban flagrantes conflictos de
interés. Uno de sus mentores y socio comercial fue el
mariscal
Santa Cruz, quien lo nombró a un cargo
oficial. [74] Durante la Confederación Peruano-Boliviana
[p.155] (1836-1839), inspirada y encabezada por Santa Cruz
después de vencer y fusilar al proteccionista
dictador
Salaverry, Elías le compró al Estado
dos
valiosas haciendas con billetes depreciados a
su valor nominal. [75]
[Perú 1830s: Militaristas-católicos criminales se matan
entre sí: Santa Cruz con leales, generales extranjeros +
comerciantes + diplomáticos - desperdicio de 1836 -
Gamarra de 1839 con el ejército de Chile contra Santa
Cruz supera el desperdicio]
En ese entonces, Santa Cruz era considerado más honrado
que otros caudillos militares: «A pesar que [Santa Cruz]
sabía cómo cuidar sus propios intereses, nunca fue acusado
de enriquecerse ilícitamente ni, menos aún, de permitir
que cualquiera de sus subalternos lo hiciera». [76] Sin
embargo, la base de poder principal de Santa Cruz era un
grupo
de fieles generales extranjeros activos en el
ejército peruano desde las campañas de la independencia,
así como los
comerciantes y diplomáticos
extranjeros interesados en alcanzar acuerdos
de comercio libre y una reforma de la política aduanera.
[77] En 1836, Santa Cruz, su aliado el
general
Orbegoso, y su alto mando militar se
beneficiaron con generosas concesiones oficiales de
altos salarios, así como recompensas en efectivoy bienes
raíces. Cuando
Gamarra regresó al poder en 1839,
su gobierno superó largamente los excesos
derrochadores previos. Gamarra concedió
un millón
de pesos a los principales causantes de la
derrota de Santa Cruz:
el «Restaurador» ejército y
marina chilenos, y su propio grupo de
oficiales
gamarristas. [78] En su campaña contra la
Confederación, Gamarra recibió el respaldo inicial de
su viejo aliado, el
general Juan Crisóstomo
Torrico, una de las figuras más corrompidas e
intrigantes del Perú decimonónico. [79] [p.156]
[Perú 1839: La mafia Gamarra-La Fuente-Torrico derrota
a Santa Cruz - los contratos con Inglaterra se pierden -
los católicos criminales-corruptos prevalecen + expanden
la corrupción para sus propios bolsillos - embajador
Wilson: administración peruana más corrupta que
cualquier otra]
Resulta obvio que la asociación de Elías con Santa Cruz
significaba su enemistad con la
red de patronazgo
de Gamarra-La Fuente-Torrico. La
derrota
final de Santa Cruz en 1839 puso un abrupto
fin a los códigos comerciales liberales y tratados de
comercio y amistad, anteriormente negociados con las
potencias extranjeras, la británica en particular. Un
elaborado informe ligeramente anterior, preparado por el
cónsul general inglés, reflexionaba acerca de los
intereses que yacían detrás de la
formidable
oposición a la «reforma radical de los antiguos
abusos» y de la resistencia que había en el
Perú al orden y al método. Según este informe, no podía
esperarse ningún respaldo público vigoroso a la
extirpación de tales abusos. En realidad, tanto el
ejecutivo como las autoridades legislativas y judiciales
subordinadas
favorecían el incremento de los
abusos, puesto que ello brindaba «la cosecha
más rica para la realización de sus propias fortunas». La
corrupción en el Perú era comparable con la de México,
salvo por la naturaleza sanguinaria de esta última,
sostuvo el
cónsul Wilson. Sin embargo,
la
moralidad de la administración peruana era inferior a
la de cualquier otra nación hispanoamericana: «Los
peruanos pueden verdaderamente ser considerados como
los napolitanos, y los mexicanos como los rusos de
América». [80]
[Perú 1841: El gobierno criminal-católico-"cristiano"
de La Fuente quiere asesinar a gente que sabe la verdad
- plan de asesinato contra el embajador Wilson con
documentos INVENTADOS]
La hostilidad para con los extranjeros guió las acciones
de los
generales Gamarra, La Fuente y Torrico
nuevamente en el poder. [81] Las evidencias de amenazas y
complots contra la vida del cónsul Wilson se acumularon en
1841 y dieron paso a una investigación judicial seguida
por un escándalo diplomático. A partir de las
declaraciones de testigos (entre ellos, uno que había
rechazado la propuesta de unirse a los conjurados), las
anónimas notas de advertencia y otras evidencias
periodísticas y circunstanciales, Wilson sostuvo que el
general
La Fuente y sus secuaces, el
mayor
Isidro Pavón y el
periodista coronel
José Félix Iguaín, eran los principales
conspiradores en un intento de asesinarle. Aún [p.157]
más, Wilson acusó a los jueces de la Corte Suprema
Francisco Javier Mariátegui y
Manuel
Antonio Colmenares de ser criaturas de La
Fuente y de haber convertido la investigación en un juicio
contra el mismo Wilson. [82]
[Perú 1841+1842: Muerte del corrupto Gamarra - golpe de
estado en contra del sucesor Menéndez 1842 - caos
católico-"cristiano" total + robo - La Fuente con 23.000
dólares]
La
muerte en combate de Gamarra en 1841 y
la caída de su sucesor Manuel Menéndez en 1842
desencadenaron otra crisis de inestabilidad política,
anarquía
y saqueo, que hicieron que las potencias
extranjeras intervinieran para proteger a sus ciudadanos
en el Perú. [83] La Fuente
continuó con sus
depredaciones en 1843. Como ministro de
Hacienda en el breve gobierno del
general Francisco
Vidal, se sospechaba que La Fuente había huido
con
23.000 dólares luego de un fallido
intento por contratar agentes franceses para destruir una
nave al servicio del caudillo Manuel Ignacio Vivanco. [84]
[Perú 1844: Elías se convierte en prefecto de Lima y
agita contra Vivanco - Elías se hace el líder del
gobierno con abuso militar + contra Echenique en las
tierras altas]
En este contexto,
Elías colaboró en un
inicio política y económicamente con Vivanco, el
autoproclamado Director Supremo. Sin embargo en junio de
1844, como
prefecto de Lima, Elías tomó la
autoridad suprema para sí mismo y dio una
proclama
contra los supuestos egoísmo, incompetencia y
deshonestidad de
Vivanco. [85] Una profunda
enemistad entre Elías y Echenique tam- [p.158] bién surgió
en estos días de confusas luchas por el poder. Estas
circunstancias posicionaron a
Elías, jefe de la
milicia urbana de Lima, como líder del
gobierno en desafío a la autoridad militar de Echenique
en
la sierra de Lima y Junín. [p.160]
Torrico con puro en cochecito con paraguas [1]
Fig. 3. Ministro Juan Crisóstomo Torrico, 1851-1854.
Cabecilla de los consolidados rodeado y halado por
gallinazos, fumando un carísimo cigarro que representa los
millones de pesos distribuidos por tramas corruptas de la
consolidación de la deuda interna durante la presidencia
del general José Rufino Echenique. Cándido, Adefesios.
Lima: L. Williez, 1855, grabado n.° 2. Biblioteca Nacional
del Perú, Lima. [p.159]
Gobierno del General Ramón Castilla (1855-1862): Demanda
de un anticipo a la exportación de guano (garantía
estatal a la exportación con intereses) [2]
Fig. 4. Adelantos a cuenta de la exportación del guano.
Costosa y viciada dependencia fiscal con respecto a
adelantos o préstamos irregulares de contratistas
extranjeros (Gibbs, Montané) para el comercio del guano
durante la segunda administración del general Ramón
Castilla (1855-1862). «A ver . . . Míster . . . tres
millones pronto . . . ¡Doble interés, si no mí no
entiende!». La Zamacueca Política, n.° 44, 1859.
Biblioteca Nacional del Perú, Lima. [p.159]
[Perú 1844-1845: Gobierno del General Ramón Castilla,
ex-Ministro de Hacienda - reformas administrativas +
reglas políticas - supuestamente fue contrabandista en
Arica]
En el periodo 1844-1845, la anarquía en el país dio paso a
un amplio apoyo, incluso por parte de Elías y Echenique,
al
general Ramón Castilla, nombrado
presidente después de vencer a Vivanco.86 Castilla era un
general valiente y capaz,
exministro de Hacienda
del [gobierno] Gamarra y amigo de La Fuente al
inicio de su carrera. También era íntimo amigo de Pedro
Gonzales Candamo, un importante comerciante y prestamista
que obtuvo importantes favores durante los dos gobiernos
de Castilla. Un líder pragmático aunque
xenófobo,
Castilla dio inicio a reformas administrativas y arreglos
políticos fundamentales que generaron cierta estabilidad
durante varios años. Sin embargo, Castilla no estuvo
exento de acusaciones por deshonestidad administrativa.
Durante su mandato como
subprefecto de Tarapacá
en 1829 se le acusó de complicidad en el
contrabando de licor a través del puerto de Arica
[cuando Arica fue peruano] [87]
[Perú Nov.1845: El gobierno de Castilla se niega a
pagar una compensación a los ciudadanos
"estadounidenses" - el general Castilla no tiene mucha
educación - el gabinete consiste en ladrones, pero sin
autoenriquecimiento]
En noviembre de 1845,
Albert Jewett,
encargado de negocios de EE. UU. en Lima, reportó que,
cuando le tocó enfrentar
la renuencia del gobierno
peruano [Castilla] a efectuar pagos de indemnización a
ciudadanos estadounidenses previamente
acordados, tuvo que lidiar con «el más extraordinario
gobierno desleal, corrupto e insolente». Según Jewett, el
general Castilla era un «hombre sumamente ignorante» y su
gabinete estaba conformado por «
ladrones
audaces y sin escrúpulos del erario público, que no
permitirán que un dólar del dinero del [p.160] Estado sea
desviado del uso de ellos mismos y sus amigos, salvo lo
que pueda ser necesario para fines de soborno». [88]
[Perú 1848: El gobierno de Castilla reorganiza la
administración del Estado - introducción de un
presupuesto estatal - Ministro de Hacienda Manuel del
Río]
En 1848, Castilla escribió: «Me llaman vicioso y jugador y
ladrón del Tesoro cuando siempre perseguí a los jugadores
y ladrones». [89] En efecto, Castilla puso freno a actos
cometidos por algunos funcionarios deshonestos de su
primer gobierno, aunque con demasiada benevolencia, como
en el caso del
ministro de Relaciones Exteriores
José Gregorio Paz Soldán, un astuto y temido
abogado con el cual Castilla tuvo serias diferencias. [90]
Por otro lado, Castilla retuvo a otros funcionarios de
alto rango, como al
ministro de Hacienda Manuel del
Río, a pesar de los incesantes rumores y
acusaciones de fraude y derroche de rentas nacionales
propinadas por la prensa, los jueces y miembros del
Congreso. Del Río colaboró estrechamente con Castilla en
la promulgación de la ley de consolidación de la deuda
interna y en la promoción de cientos de oficiales del
ejército. [91] A pesar de su indulgencia para con estos
funcionarios, Castilla contribuyó a [p.161] una importante
reorganización de la administración estatal
e
implantó, por vez primera, la práctica de los
presupuestos nacionales. Un agudo observador y
admirador señaló que Castilla era una persona honrada y
sensata, un verdadero patriota que se esforzaba por el
bienestar del país, pese a carecer de educación y ser
tosco, algo obstinado y gustar de los
juegos de
cartas y dados. [92]
[Gobierno del Perú Castilla: Coordinación de Ministros
- concesiones monopólicas para Elías para trabajadores
de la agricultura y exportaciones de guano - a partir de
1850: el gobierno de Echenique destruye las concesiones]
Como una forma de ejercer y mantener su poder, Castilla
hizo las veces de árbitro entre personas con ambiciones
políticas rivales, en especial entre
Elías y
Echenique. Durante el primer gobierno de
Castilla, Echenique estuvo a cargo del ministerio de
Guerra y, posteriormente, fue nombrado primer ministro.
Elías entre tanto tuvo un papel importante como miembro,
junto con Quirós y Manuel de Mendiburu, de una comisión
oficial que investigó el presupuesto del periodo
1846-1847. En 1849, el gobierno de Castilla le otorgó a
Elías dos
concesiones monopólicas cruciales
bajo el manto de la ley general de inmigración. La primera
concesión permitía el pago de 30 pesos por cada culí chino
contratado y embarcado por Elías y sus socios para
emplearse en la
agricultura de la costa; la
segunda concesión consistía en el contrato exclusivo para
cargar el
guano, actividad para la que
Elías empleaba una fuerza laboral conformada por
endeudados culí, esclavos y convictos. [93] A la inversa,
Castilla favoreció a Echenique como candidato presidencial
acaudalado y bien conectado en el violento y corrompido
proceso
electoral de 1850. Echenique fue elegido por
la mayoría de los delegados en la disputa electoral final
frente a Elías, quien quedó en segundo lugar, y el general
Vivanco. [94] Una vez en la presidencia,
Echenique
revocó los contratos oficiales otorgados a
Elías.
[Perú 1821-1850: Generales católicos "cristianos"
altamente criminales destruyen arbitrariamente Perú - el
mayorista Argumaniz de Valparaíso (Chile) se instala en
Ica, Pisco y Chinca - Elías defiende "su territorio" con
intriga]
Las oportunidades eran escasas para los negociantes
honrados y competitivos, debido a los turbios tratos entre
caudillos y
capitalistas parasitarios.
Manuel
Argumaniz Muñoz, un inversionista marginado,
dejó un revelador [p.162] escrito inédito en el que
denunciaba la colusión de los hombres de negocios más
importantes con autoridades corruptas. Argumaniz era un
capitalista de Lima que acumuló su caudal inicial
ejerciendo como
comerciante en Valparaíso
[Chile]. En sus años como joven de la marina mercante tuvo
una disputa con su empleador, un despótico naviero peruano
que se dedicaba al contrabando. En 1835, Argumaniz había
hecho un envío considerable para Lima, pero se vio forzado
a vender su mercadería en la provincia de Ica debido a las
luchas intestinas que entonces asolaban la capital
peruana. A pesar de las perjudiciales campañas militares y
de las extorsiones sufridas, Argumaniz se convirtió en
proveedor a gran escala de bienes de consumo tales como
harina,
arroz y aguardiente en las provincias sureñas
de
Ica, Pisco y Chincha. Estos eran, sin
embargo, territorios celosamente guardados por
Domingo
Elías, quien presionó a las autoridades
municipales y a los hacendados locales para que acosaran
las actividades rivales de Argumaniz. Las maniobras de
Elías se impusieron a pesar de los esfuerzos que Argumaniz
hizo para fortalecer su posición empresarial local con la
formación de una sociedad con el capitalista extranjero
Miguel Montané. En 1841, Argumaniz tuvo que trasladarse a
Lima. [95]
[Perú 1842-1844: Mayorista Argumaniz con contrato de
plata piña en Cerro de Pasco y proyectos de construcción
ferroviaria - intrigas y el gobierno de Castillo lo
rechaza]
Además, entre varios otros proyectos de negocios, entre
1842 y 1844 Argumaniz estableció una sociedad con
Gonzales
Candamo para la compra especulativa de
plata
piña en Cerro de Pasco. Los problemas surgidos
entre ellos llevaron a la disolución inamistosa de su
sociedad. Argumaniz también señalaba como su enemigo al
general
Castilla. Durante el primer gobierno de
Castilla, las propuestas que Argumaniz hiciera para los
codiciados
proyectos de construcción ferroviaria
fueron rechazadas, mientras que las presentadas por
Gonzales Candamo y sus socios fueron predeciblemente
aceptadas. Desilusionado con la atmósfera empresarial en
Perú, Argumaniz vivió principalmente en París a partir de
1848, donde actuó como
socio del consignatario
guanero Julián Zaracondegui. A su regreso al
Perú años más tarde, la camarilla capitalista de Lima
siguió siéndole adversa y marginándolo. [96] [p.163]
[Esta hostilidad de peruanos contra chilenos tiene una
gran tradición. A los peruanos criminales les gusta de ir
a Chile para robar cosas].
[Perú a fines de la década de 1840: Elías y Francisco
Quirós por reformas democráticas contra la corrupción -
el "Club Progresista" con el liberalismo - las ganancias
de las ventas de guano ayudan a los generales corruptos
a mantenerse en el poder]
Aunque movido por sus propios intereses, Elías
eventualmente denunció la corrupción existente entre
los caudillos militares y puso en riesgo su fortuna, su
libertad y su vida. [97]
Elías abrazó las reformas
civiles liberales que chocaban con las
tradiciones e intereses corruptos y autoritarios. En este
sentido, su participación en las elecciones presidenciales
de 1850 como candidato del
Club Progresista, el
primer partido civil, fue una importante
ruptura con la acostumbrada política caudillista. Después
de años de colaborar con caudillos militares,
Elías
y Francisco Quirós, otro converso al
liberalismo,
propusieron una reforma democrática que buscaba un cambio
institucional para evitar los abusos y la corrupción
política. [98] La formación de partidos políticos civiles
enfrentaba y competía directamente con las viejas redes de
patronazgo, y reducía, en teoría, las oportunidades para
la corrupción y el favoritismo en la cultura política de
ese entonces. Desafortunadamente, estos reformadores
civiles y los que luego siguieron sus pasos fueron
vencidos o impedidos de alcanzar sus objetivos por
recalcitrantes intereses creados, firmemente ligados a la
naciente burocracia estatal, el despotismo militar y la
administración corrupta de los
recursos
proporcionados por la comercialización
del guano.
El azote del régimen guanero
[Perú desde 1841: Con el beneficio de las exportaciones
de fertilizantes, los generales criminales siempre
permanecen en el poder - las islas guaneras]
En
1841, los diplomáticos extranjeros
informaron a sus gobiernos del descubrimiento de una nueva
fuente de riqueza peruana. Uno de estos informes decía que
«generalmente se supone que el huano es el excremento de
aves marinas [...]. Se le encuentra en gran abundancia
en
unas pequeñas islas unos (p164) cuantos grados
al sur de Lima, y se le ha usado en la agricultura como
abono
desde tiempos inmemoriales [… Se] vende en Inglaterra a
diez dólares la tonelada dando una ganancia neta de al
menos 50 [por ciento]». [99] Las islas guaneras pronto se
convirtieron en objeto de la ambición de funcionarios,
hombres de negocios y acreedores. Sirvieron como
garantía
del pago de múltiples reclamos y deudas contraídas por
el exhausto erario peruano. Más aún, las islas
fueron materia de continuas amenazas e intentos de
ocupación por parte de aquellas potencias extranjeras que
buscaban obligar al Perú a pagar sus obligaciones
financieras. [100]
[Perú Nov.1840: Primer contrato de monopolio de guano
para Quirós para 9 años de ventas de guano en Europa -
nuevo contrato ampliado de monopolio de 1841]
En noviembre de 1840, Gamarra y su ministro de Hacienda
Castilla habían otorgado el primer y extremadamente
rentable contrato monopólico del guano al capitalista
nativo
Francisco Quirós y a sus socios
franceses
Aquiles Allier, Carlos Barroilhet y M.
Dutey. El
consorcio Quirós, Allier
& Co. solamente pagó 90.000 pesos (18.000
libras) en cuotas en efectivo y billetes para la
extracción
y venta ilimitadas del guano en Europa por nueve años.
El Estado peruano se encontraba, entonces, seriamente
necesitado de adelantos en efectivo ante la proximidad de
una guerra con Bolivia. El oneroso contrato inicial fue
rescindido en
1841 y reemplazado por otros
contratos con un nuevo consorcio ue contaba con una
participación local y extranjera más amplia.
[Perú 1840-1841: Sobornos por los contratos de
monopolio del guano - criminal-católico-"cristiano" La
justicia peruana es más corrupta que en cualquier otro
país "cristiano": guerras civiles, despilfarro, jueces
pobres, dependencia del parlamento, salarios apenas se
pagan]
Fuentes independientes dan fe del pago de sobornos a las
más altas autoridades para así conseguir estos contratos.
Los comerciantes extranjeros competidores se quejaron de
estas estratagemas. [101] El
general Francisco de
Vidal sostuvo, en sus memorias, que de haber
aceptado las generosas ofertas de dinero hechas por
Lucas
Fonseca, un agente de Quirós y Allier, se
habría convertido en el mayor millonario de la república.
[102] Con Gamarra, las instituciones judiciales, las
garantes en última instancia de los negocios y contratos
justos, tampoco eran de confiar: «Ciertamente,
en
ningún país de la cristiandad está [p.165] la
pureza judicial menos por encima de toda sospecha como en
el Perú, y en ninguno puede tenerse menos confianza en la
integridad de los magistrados [...]. Algunos [miembros] de
la judicatura peruana no son ni incorruptibles ni
incorruptos», debido, en parte, a «las interminables y
desmoralizadoras
guerras civiles, el
derroche
oficial de los tiempos, la
pobreza de algunos
jueces, su
dependencia del Ejecutivo
[...] y por último, sus
salarios que son
pagados con muy poca regularidad».[103] Por entonces,
diversas pesquisas dejaron al descubierto tramas de
sobornos entre jueces prominentes e intereses privados.
[104]
[Perú 1840s y 1850s: contratos de monopolio de guano
con costos de distribución y comisiones - los clientes
aprovechan los contratos]
Las débiles disposiciones institucionales en la
contratación para la extracción y comercialización del
guano contribuyeron, de modo crucial, a frustrar el
progreso socioeconómico y político del Perú de mediados
del siglo XIX. La primera generación de contratos de
guano en las décadas de 1840 y 1850 sentóas bases de los
futuros problemas financieros del Estado peruano. Estos
contratos otorgaban fundamentalmente concesiones
monopólicas a casas comerciales supuestamente sólidas para
la venta de cargamentos de guano en Europa, EE. UU. y
otros mercados extranjeros. El Estado peruano continuaba
siendo el único propietario de los depósitos de guano,
pero pagaba una
comisión a los consignatarios,
aparte de los
costos de comercialización
que eran cargados a la cuenta estatal. Las consignaciones
se otorgaban, además, a empresas dispuestas a adelantar al
gobierno fondos a un interés elevado que llegó hasta el
uno por ciento mensual, aparte de pagar sobornos a
funcionarios de sucesivos gobiernos. Todo esto significa
que los consignatarios tenían pocos incentivos [p.166]
para reducir los costos de intermediación o para ser
honestos con las cuentas del guano. Asimismo, los
adelantos en efectivo y los préstamos a los gobiernos, en
parte en depreciados papeles de deuda, así como los
crónicos déficits presupuestarios, indujeron a los
funcionarios estatales a perpetuar estos defectuosos
contratos. [105]
[Perú 1840s: Presidentes militares corruptos +
administración corrupta impide una política comercial
sólida + tratados - y los tratados de monopolio
continúan]
Dos tipos de intereses presionaban para que se mantuviera
este modelo básico de contrato: el de corruptos
funcionarios gubernamentales y el de las casas comerciales
que buscaban una ganancia monopólica. Un diplomático
inglés que contaba con una vasta experiencia en el Perú
explicaba que los intentos efectuados en la década de 1840
para establecer unas sólidas políticas comerciales y
contratos se vieron estorbados por «los intereses
personales y pecuniarios de la entonces corrupta
administración del Perú y de los acaudalados extranjeros
que deseaban conseguir el monopolio». [106] Las
inescrupulosas casas consignatarias del guano incluían, en
esta época, a Montané & Co., el abastecedor del
mercado guanero francés;
Cristóbal de Murrieta
& Co., el abastecedor de España;
Quirós,
Allier & Co., y
Puymerol,
Poumarroux & Co., que abastecían otros
mercados europeos, y
Federico Barreda y Hno.,
el proveedor de Estados Unidos.
[Perú 1842-1861: tratado de monopolio del guano con los
ingleses de Gibbs - extensión del contrato de 1853
probablemente con soborno sin publicación de los
términos del contrato - la investigación de 1856 termina
de manera no concluyente - más sospecha de que los
costos de flete son demasiado altos]
En el periodo 1842-1861,
Antony Gibbs & Sons
y su filial en el Perú surgió como el más importante
consignatario guanero. El presidente Castilla confiaba en
los servicios administrativos y financieros de Gibbs. Sin
embargo, la estabilidad financiera de la conservadora casa
inglesa y su disposición a adelantarle grandes sumas al
gobierno fueron factores más importantes para concederle
[p.167] monopolios guaneros. Al igual que los otros
consignatarios del guano, Gibbs estuvo bajo sospecha de
manipulaciones contables dudosas e interesadas.
En 1846, el gobierno peruano ordenó a su representante en
Londres que investigara las comisiones cobradas por Gibbs
y otros consignatarios, que se pensaba eran indebidamente
elevadas y fraudulentas. [107]
Tan pronto como el general Echenique asumió el mando en
1851, se hizo evidente que este había gastado
personalmente mucho más en ganar la elección de lo que
podía ganar como presidente. Según el diplomático
estadounidense J. Randolph Clay, los consignatarios se
aprovechaban de dichas circunstancias para «asegurar la
influencia del nuevo presidente mediante préstamos
personales », tal como había sucedido con sus
predecesores. [108]
En 1853, Gibbs negoció en Lima
la prórroga de su contrato con el gobierno de
Echenique. Esta prórroga estuvo envuelta en un muy dudoso
secreto, pues
no se publicaron sus cláusulas y
condiciones, aunque un cuantioso adelanto y,
probablemente, el soborno de funcionarios formaron parte
de la negociación. Una
comisión especial que
investigó el asunto en 1856, durante el
segundo gobierno de Castilla, dejó a Gibbs sin castigo.
[109] Más aún, esta casa también enfrentó imputaciones de
cobrar comisiones
adicionales disfrazadas en los
costos de flete y de cargar exageradamente las
cuentas del gobierno.
[Los gastos del soborno simplemente se "recuperan" con
otros robos por manipulaciones].
[Contratos de monopolio de guano: sobornos y coimas sin
fin - y compensaciones para propietarios de esclavos]
En este entorno institucional apuntalado por
sobornos,
privilegios indebidos y tratos turbios, las
rentas guaneras fueron usadas por los gobiernos peruanos
fundamentalmente en
gastos improductivos.
El problema se vio agravado por la falta de educación y
experiencia de los funcionarios estatales, que ahora
tenían que administrar una repentina fuente de riqueza
nacional. [110] Asimismo, [p.168] se diseñaron otros
mecanismos dañinos y engañosos, como la consolidación de
la deuda interna y la compensación dada a los dueños por
la manumisión de esclavos, para beneficiar unos
mezquinos intereses mediante los recursos públicos del
guano. [p.169]
Escándalos de la consolidación de la deuda
[Perú 1850s: Liberarse de deudas en el extranjero y en
el país - los militaristas del gobierno de Castilla
aprenden a calcular]
Uno de los escándalos de corrupción mejor documentados en
la temprana historia republicana está vinculado a
la
«consolidación» de la deuda interna en la
década de 1850. En paralelo a los esfuerzos realizados por
restructurar la deuda externa y recuperar así acceso
a préstamos extranjeros, la meta declarada de
la consolidación de las diversas
deudas internas
era renovar la confianza en el crédito público nacional.
Finalmente, se reconocía clara y públicamente, luego de
décadas de descuido y abusos, que una deuda interna bien
servida era la base sobre la cual se podía sustentar el
desarrollo financiero y económico del país. En
consecuencia, durante el primer gobierno de Castilla se
dieron pasos importantes para la reforma de las bases del
crédito externo e interno. La consolidación de la deuda
interna fue, pues, un fundamento importante del crédito
público moderno en el Perú.
En realidad, dos tipos distintos de deuda interna habían
ido formándose desde el decenio de 1820. La deuda en que
se incurrió por las
expropiaciones y los préstamos
forzosos, en general, no había sido
reconocida, o había sido garantizada con billetes
gubernamentales extremadamente depreciados. A este primer
tipo de deuda, que era de lejos el más grande, pertenecían
también los créditos genuinos, debidos a prestamistas
privados de fines de la época colonial. Por otro lado, un
grupo de negociantes acreedores, que suministraron
préstamos
de emergencia en las décadas de 1830 y 1840,
lograron conseguir un reconocimiento y pago privilegiado
de altos intereses, en parte gracias a sus particulares
conexiones con sucesivos caudillos. A este segundo tipo de
deuda favorecida pertenecían los fondos cuyos intereses se
pagaban con la renta de impuestos sobre las importaciones
o arbitrios. Para 1850 estos
fondos sumaban un
millón de pesos a una tasa mensual de interés
de entre 1 y 2 por ciento. Los grandes comerciantes se
beneficiaban aún más, al pagar sus impuestos de
importación con depreciados billetes u otros certificados
de deuda pública. [p.169]
[Consolidación de la deuda en Perú desde 1850 en
adelante: faltan criterios y lagunas anulan el pago de
la deuda]
Sin embargo, desde finales del decenio de 1840 hasta la
dación de la ley del 16 de marzo de 1850, los créditos no
reconocidos que databan de la guerra de independencia
fueron gradualmente
garantizados con las cédulas y
vales de consolidación. La ley de 1850,
que oficialmente abrió la consolidación de la deuda
interna, fue una ley defectuosa por dos motivos. En primer
lugar, la ley no estableció normas claras para el
reconocimiento de deudas insuficientemente sustentadas y,
en segundo lugar, no precisaba los criterios apropiados
para su endose o traspaso. Estos
vacíos legales
permitieron que se pervirtieran los vales de deuda de
largo plazo y se convirtieran en valores de intercambio
comercial de corto plazo. [111] La ley de 1850, juntamente
con la legislación complementaria dada entre 1851 y 1853,
abrió amplias oportunidades para la especulación y
los procedimientos fraudulentos de reconocimiento que
eventualmente derrotaron las indispensables metas
financieras de la consolidación.
[Perú alrededor de 1850: "consolidación de deuda"
"cristiana"-católica: ministros de finanzas cobran
comisiones - especulación con títulos de deuda - tarifas
ilegales + comisiones - la deuda de Perú bajo Echenique
aumenta 5 veces de 5 a 24 millones de pesos]
El cabildeo de los grupos de interés buscaba el
reconocimiento exagerado y fraudulento de las viejas y
descuidadas deudas internas. Reclamos que, antes de 1850
prácticamente carecían de valor, se convirtieron en objeto
de intereses especulativos dispuestos a beneficiarse
del toque de Midas de la consolidación. Los capitalistas
más importantes, entre ellos
Elías y Gonzales
Candamo, se dedicaron a auspiciar el
reconocimiento de los grandes expedientes de consolidación
con miras a
obtener jugosas comisiones. Los
especuladores compraron documentos de reclamo o deuda a
muy bajo precio y negociaron luego su
reconocimiento a un valor muchas veces mayor.
Los funcionarios del gobierno, asimismo, auspiciaban estas
pretensiones, prometiendo un reconocimiento privilegiado a
cambio de
participaciones y comisiones ilegales.
La deuda interna consolidada se infló, en consecuencia, de
cinco millones de pesos en 1851 a 24 millones en 1852. Una
última oleada de reconocimiento de deudas tuvo lugar en
los escasos meses previos a las fechas límites de junio y
octubre de 1852, cuando se procesaron los expedientes más
fraudulentos. La nueva camarilla gobernante, liderada por
el
presidente Echenique, se distinguió por
el manejo extremadamente deshonesto en la administración
de la deuda interna. [p.170]
["Consolidación de deudas" entre los criminales
católicos del Perú: falsificación de documentos,
falsificación de firmas, soborno, reparto de deudas -
caso de la señora Novoa: expropiación de propiedad hace
32 años - los intermediarios cobran]
La negociación del reconocimiento de reclamos y deudas
particulares generó conflictos y denuncias públicas que
dejaron al descubierto detalles escabrosos de
procedimientos ilegales y fraudulentos. Se
falsificaron
documentos y firmas, y
se sobornó a los
empleados del gobierno. Algunos casos notorios
incluyeron deudas reconocidas de cientos de miles de pesos
repartidas entre distintos agentes intermediarios,
de modo que los reclamantes originales en realidad
obtuvieron sumas bastante menores. Uno de estos casos, el
de
doña Ignacia Novoa de Arredondo, produjo
una disputa entre
Elías y el general Juan
Crisóstomo Torrico, el ministro de Guerra de
Echenique. Novoa tenía un legítimo acuerdo de negocios con
Elías, quien manejaba algunos de sus asuntos financieros a
cambio de una comisión. En 1852, Elías intentó conseguir
que el gobierno aprobara una deuda de entre 500.000 y
600.000 pesos que Novoa reclamaba como el valor estimado
de
una hacienda expropiada con quinientos esclavos
y su lucro cesante durante los siguientes treinta y
dos años. Elías esperaba recibir 200.000 pesos
por su intermediación en este negocio que no fue la única
operación de reclamo en la cual actuó como intermediario.
Echenique personalmente le comunicó a Elías que el reclamo
de Novoa no había cumplido con el plazo oficial para su
aprobación. Sin embargo, unos cuantos días más tarde el
expediente de Novoa fue aprobado por la extraordinaria
suma de 948.500 pesos en vales, gracias a la participación
directa de Torrico, quien le aseguró a Novoa que el
reclamo solamente podría ser aprobado con su intervención.
[112] Novoa probablemente recibió alrededor de 180.000
pesos en vales de consolidación. [113]
[Perú 1853: Elías publica las maquinaciones, robos y
fraudes - la "consolidación de deudas" provoca grandes
pérdidas - los ladrones son los que más se benefician]
Este flagrante conflicto con Echenique y Torrico llevó a
Elías
a denunciar la naturaleza corrupta del proceso de
consolidación en dos cartas dirigidas a Echenique y
publicadas en un periódico local en agosto de
1853. Elías desató un gran revuelo con estas misivas, en
las que advertía contra el manejo desordenado de las
finanzas públicas, la naturaleza finita de los depósitos
de guano y sus rentas, el escandaloso manejo de la deuda
pública interna y su conversión en deuda externa. La
consolidación de la deuda había sido, según Elías,
transformada en un obstáculo para el curso industrial,
mercantil y rentístico del país; [p.171) era, en efecto,
una gangrena para la moral pública de los ciudadanos. En
última instancia, la consolidación no beneficiaba a los
demandantes originales sino, más bien, a los agiotistas.
[114]
["Consolidación de deudas": Enriquecimiento en los
casos de los herederos de Bolívar, los Condes de
Montemar y Monteblanco, Manuel Aparicio - con estos
casos se especula, entre otros militares detenidos por
la familia presidencial Echenique - Elías, entonces
quiere la revolución]
Elías denunció, además, la tramitación fraudulenta de
varios expedientes notorios:
-- la donación de un millón de pesos a los
herederos
de Bolívar, tramitada mediante sobornos por
Leocadio
Guzmán, el ministro venezolano en Lima
(ayudado, según otros, por
Manuel María Cotes,
un comerciante venezolano y primo político de Echenique);
-- el reclamo injusto del
conde de Montemar y
Monteblanco, Fernando Carrillo de Albornoz y Zavala, y
su madre PetronilaZavala (con la asistencia de
su pariente político José Gregorio Paz Soldán, fiscal de
la corte suprema y posteriormente ministro de Relaciones
Exteriores de Echenique, casado con
Grimanesa
Zavala); y
-- el reclamo efectuado por el endeudado hacendado
Manuel
Aparicio, protegido por su sobrino conservador
Bartolomé Herrera, otro ministro (de
Justicia) de Echenique.
Entre los especuladores de expedientes figuraban
el
chileno Juan José Concha, varios oficiales
militares y otros parientes de Echenique. No obstante las
obvias evidencias, el gobierno no hizo nada para procesar
a los involucrados en esta trama de corrupción de la
consolidación. [115] Previsiblemente,
Elías fue
apresado a poco de la publicación de sus
cartas; después de ser liberado, encabezó un movimiento
revolucionario para derrocar a Echenique.
El estudio independiente de la documentación oficial de la
consolidación y las averiguaciones subsiguientes confirman
el grueso de las denuncias hechas por Elías. Los mal
concebidos vales de la consolidación contribuyeron poco al
mercado doméstico de capitales, puesto que, debido
principalmente al origen ilícito de la mayoría, fueron
objeto de especulación a corto plazo. De la
deuda
total de la consolidación, que ascendía a 24 millones
de pesos en vales, altamente concentrados
entre unas cuantas personas,
-- aproximadamente el 16 por ciento fue directamente a
funcionarios venales y sus secuaces;
-- más del 30 por ciento se dirigió indirectamente a
agentes corruptos a través de comisiones ilegales; y
-- alrededor del 50 por ciento se convirtió en deuda
externa [p.172] mediante unos turbios tratos y contratos
de conversión. [116]
-- Más aún, luego de unos cuantos años, los vales de la
deuda interna no redimidos estuvieron casi íntegramente
concentrados entre unos cuantos comerciantes y
especuladores.
[Gobierno de Echenique: La clientela seleccionada -
todo es solo soborno+coima - y por eso, el Perú nunca se
vuelve estable sino que sigue siendo pobre + corrupto]
La mayoría de los reclamantes originales y deudores
legales, así como los pequeños inversionistas que hubiesen
podido participar adquiriendo valores de deuda pública,
quedaron radicalmente excluidos de este mecanismo de deuda
interna. Este hecho contradice frontalmente la cínica
pretensión de Echenique según la cual, a pesar de la
inevitable especulación, fueron miles de familias las que
se beneficiaron con la consolidación. En realidad, el
Presidente había seguido estrategias de patronazgo con las
cuales ganarse un respaldo privado y militar, similares a
las que antes usara Gamarra. Echenique justificó dichas
estrategias argumentando que los fondos de la
consolidación habían creado una clase capitalista
nacional. Algunos historiadores se han hecho eco de la
interesada justificación que Echenique hiciera de esta
descarada corrupción. [117] En realidad, con el manejo que
su gobierno hizo del crédito público, el capitalismo
nacional perdió una oportunidad crucial para desarrollar
sólidas bases financieras, afincadas en una transparente
deuda pública, así como unas raíces sociales más amplias y
equitativas.
En lugar de ello, las redes de autoridades venales y sus
amigotes privados demostraron gran habilidad para utilizar
la deuda pública para promover sus propios intereses. Aún
más, este patrón de corrupción se reprodujo y
regeneró a sí mismo mediante sucesivas generaciones
de redes que minaban instituciones domésticas claves. Las
primeras redes de patronazgo de los caudillos militares,
dependientes de la rapiña y las inconstantes finanzas de
emergencia y guerra, se transformaron gracias a los
ingresos del guano en redes más sofisticadas, que
audazmente abusaban de los medios financieros públicos a
una escala y coordinación nunca antes vistos. Los lazos
existentes entre los principales jefes y figuras de estas
redes, y sus relaciones generacionales brindan [p.173]
evidencias reveladoras del lado obscuro de la historia
peruana y su legado de corrupción orgánica y sistemática.
[Los criminales católicos "cristianos" están destruyendo
su propio Perú]:
[La "consolidación de la deuda" PROMUEVE la corrupción
+ nuevas redes clandestinas de corrupción - el gobierno
de Echenique y sus ministros de choros - por ejemplo,
los ministros de guerra Torrico y La Fuente]
La red de corrupción que creció durante los
años de la consolidación de la deuda conectó a varias
docenas de personas conocidas como mazorqueros o miembros
de una camarilla subterránea. [118] Colectivamente, se les
conoció también como los
consolidados, un
término usado extensamente en ese entonces para denotar a
personas vinculadas a la corrupción o robo políticos.
[119] Las más altas autoridades, entre ellas Echenique y
la mayoría de sus ministros (
Torrico, La Fuente, Paz
Soldán, Piérola, Herrera y otros más),
encabezaban obscuros intereses decididos a conseguir
o permitir beneficios políticos y pecuniariosilícitos,
manipulando
mecanismos financieros e instituciones vulnerables.
El núcleo central lo constituían
jefes militares
proclives a la corrupción. El general Echenique confiaba
excesivamente en Juan Crisóstomo Torrico, uno de los
generales de peor reputación, primero como premier y luego
como jefe del estratégico Ministerio de Guerra.
Torrico
pretendía suceder a Echenique en la presidencia, no
obstante la severa oposición de Castilla. El general
Torrico acumuló un cuantioso fondo privado con lo obtenido
ilegalmente con la consolidación y comisiones procedentes
de la compra de material militar. [120] Nuestro viejo
conocido, el
mariscal Antonio Gutiérrez de la
Fuente, que en algún momento fue
ministro de Guerra de Echenique, tuvo, asimismo, una
participación probada en lo cobrado ilícitamente con la
consolidación y en favores oficiales, gracias a la ayuda
de su subalterno el
coronel Felipe Rivas.
[121] [p.174]
["Consolidación de la deuda": generales como
"mediadores" y el Presidente Echenique es también
general]
Bajo la influencia y el mando de Echenique, La Fuente y
sobre todo Torrico, así como varios coroneles del ejército
participaron como figuras satélites intermediarias en los
tratos de la consolidación: Felipe Rivas, Felipe Coz y
Pascual Saco, entre muchos otros. [122] Saco también
favoreció a su tío Pío Tristán, el acaudalado suegro de
Echenique. Tristán repentinamente se vio involucrado
en tratos de la consolidación que le rindieron 124.000
pesos en vales; junto con su hija Victoria, Tristán fue
también el mayor acreedor del ramo de arbitrios en
1852-1855. [123] Como copropietario de una hacienda en
Camaná (Arequipa), Saco era también socio de otro
arequipeño asociado con Tristán: don Nicolás Fernández de
Piérola y Flórez, uno de los principales ministros de
Hacienda de Echenique (1852-1853). [124] Como veremos en
el siguiente capítulo, el hijo de Piérola —Nicolás de
Piérola y Villena— encabezaría la siguiente generación de
administradores públicos proclives a la corrupción (no
obstante su supuesta pobreza, en su último testamento
fechado el 14 de mayo de 1857, Teresa Villena de Piérola,
la viuda de Piérola y Flórez, enumeró entre sus posesiones
un «vale» de consolidación por cincuenta mil pesos e
intereses de cuyo valor era [p.175] conocedor uno de sus
albaceas). [125] Echenique y varios de sus parientes
también se beneficiaron, directa e indirectamente, con las
medidas de la consolidación. [126]
[Perú 1850s: Enriquecimiento en oficinas
gubernamentales]
Otro grupo que facilitó el desvío de fondos públicos en la
década de 1850 estuvo integrado por empleados civiles del
gobierno ligados al fiscal y ministro José Gregorio Paz
Soldán, y al juez de la corte suprema Manuel del
Carpio. Estos facilitadores incluían al tasador
judicial Nicanor González y el empleado administrativo
Fernando Casós. [127] Además, varios especuladores
comerciales, entre otros, José Manuel Piedra (primo de
Echenique y delegado de los mineros de Cerro de Pasco),
Martín Daniel de la Torre, Manuel y Camilo González, los
chilenos Gregorio Videla y Juan José Concha, y el
comerciante venezolano y consignatario guanero Manuel
María Cotes, primo político de Echenique por recibir en
1853 el cuantioso pago que el Perú le debía a Bolívar.
[128] Según otro observador confiable, Cotes y Torrico
estuvieron entre los que lograron legar sus mal habidas
fortunas a sus respectivas viudas. [129] [p.176]
[Perú 1840s+1850s: Lavado de dinero a través de
operaciones comerciales]
El último grupo crucial en los eslabonamientos indebidos
de la consolidación incluía a los agentes que actuaban
como blanqueadores de dinero en el extranjero. Estas
operaciones encubiertas implicaban la coordinación de
diplomáticos,
comisionados y agentes especiales peruanos, e
interesados comerciantes y financistas extranjeros. La
flexibilidad permitida a los diplomáticos peruanos mal
pagados en asuntos financieros importantes fue una
tradición firmemente arraigada desde la década de 1820. A
finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta,
los enviados peruanos encargados de la contratación de
compras y acuerdos financieros a nombre del Estado
incluían a
Juan Manuel Iturregui, José Joaquín de
Osma, Felipe Barreda (de Barreda y Hno.), Francisco de
Rivero y Manuel de Mendiburu. Las casas
extranjeras sospechosas de colusión eran las más
importantes:
Murrieta, Uribarren, Montané y Gibbs.
[Perú 1845: Armas de Inglaterra, 1 barco de vapor
"Rimac" de Inglaterra - Ecuador amenaza con invasión]
En 1845, durante el primer gobierno de Castilla, Iturregui
había regresado a Europa como ministro plenipotenciario en
las cortes de Londres, París, Madrid y Roma. Entre las
muchas órdenes de abastecimiento recibidas del Perú,
Iturregui estaba a cargo de las
compras de armas
para el ejército peruano. Asimismo, este y sus
sucesores inmediatos en Londres concertaron la
construcción de
uno de los primeros vapores para la
armada peruana. [130] En 1847, Iturregui
negoció en Europa un préstamo con los consignatarios del
guano por un valor de 900.000 pesos, 350.000 de los cuales
serían enviados a
Joaquín José de Osma en
EE. UU. para otras compras a cuenta del gobierno. Como
principal representante diplomático en Washington, Osma
también se encargó del contrato para la construcción del
vapor
Rímac, y de envíos de armas desde EE. UU.
[131] Una carrera armamentista y el frenesí por contratar
préstamos fueron estimulados por la amenaza de una
invasión expedicionaria organizada [p.177] en Europa
por el
general Juan José Flores, el
expresidente conservador del Ecuador. [132]
[Perú 1848: El embajador en Washington se mantiene
pobre - se supone que los embajadores deben
"reestructurar" las deudas en Londres - nueva comisión
reclama a Gibbs 0.5%]
Iturregui consideró necesario publicar en los diarios
peruanos una defensa de los acuerdos financieros a los
cuales había llegado en el extranjero. [133] En 1848, Osma
se trasladó a Londres como ministro plenipotenciario,
dejando a su hermano,
Juan Ignacio de Osma,
a cargo de la legación peruana en Washington. El joven
Osma también se quejó de lo que consideraba un
salario
insuficiente, que limitaba el cumplimiento de
sus importantes labores oficiales. [134] En diciembre de
1848, el presidente Castilla nombró a Joaquín
José
de Osma y
Felipe Barreda
(pariente de Osma y futuro consignatario del guano en el
mercado estadounidense) agentes a cargo de la
restructuración de la vieja deuda con los tenedores
británicos de bonos en Londres. [135] Los
agentes peruanos, asistidos por el diplomático Francisco
de Rivero, inicialmente se acercaron al consignatario
guanero Antony Gibbs & Sons, a quien solicitaron una
comisión personal de
0,5 por ciento del
monto total del acuerdo de la deuda, a cambio de otorgarle
el manejo exclusivo de la conversión de la vieja deuda
peruana en bonos nuevos. Gibbs solo habría aceptado pagar
si esta comisión estaba claramente justificada y
sustentada ante el gobierno peruano. [136]
[Perú 1849: Se supone que el comerciante de guano
Cristóbal de Murrieta & Co. "reestructurará" las
deudas en Londres - 2 contratos: Osma y Murrieta - y los
diplomáticos reciben comisiones para nuevos bonos]
Sin embargo, en enero de 1849 los agentes diplomáticos
peruanos prefirieron nombrar como agente de la conversión
de la deuda peruana a
Cristóbal de Murrieta &
Co., una casa española con sede en Londres, de
dudoso prestigio y consignataria del guano para el mercado
español. Los viejos bonos de 1822 y 1825 se convirtieron a
nuevos bonos de la deuda que rendían debidamente un
interés anual de 4 por ciento; los viejos intereses
impagos fueron recalculados [p.178] a 65 por ciento de su
valor. Castilla aprobó el contrato de
Osma
con
George Richard Robinson, el
representante británico de los tenedores de bonos, así
como el que se llevó a cabo con
Murrieta,
que incluía un «premio» no revelado para los comisionados
peruanos.137 Estos contratos fueron posteriormente
criticados por la creciente sospecha de que
Osma,
Barreda y Rivero se habían beneficiado
personalmente del trámite. De hecho, estos diplomáticos
eran partesinteresadas en el arreglo de la deuda, puesto
que recibieron una comisión en nuevos bonos cuyo beneficio
inicial más que duplicaron en el corto plazo. [138]
[Perú 1853: Las deudas deben ser "renegociadas" en
Londres debido a supuestas desventajas en el tratado de
deuda de 1849 - la deuda interna al 6% se convierte en
deuda externa al 4,5% - vales sin fin - jefe de
construcción Joseph Hegan con el ferrocarril
Tacna-Arica]
En 1853, el presidente Echenique envió a
Manuel de
Mendiburu como ministro plenipotenciario a
Londres con una carta de recomendación para Murrieta &
Co.139 Mendiburu tenía como principales tareas la
renegociación del arreglo de la deuda de 1849, así
como la contratación de la
conversión de una parte
importante de la deuda interna consolidada en nueva
deuda externa. Mendiburu sostuvo que partes
del acuerdo sobre la deuda de 1849 concertado por Osma
eran perjudiciales para los intereses peruanos,
principalmente porque los bonos de 1849 no estaban sujetos
al límite de su valor nominal al momento de su
amortización, aun si el precio de mercado de estos bonos
estuviese por encima de la media.140 Osma, entonces
enviado de Echenique en Madrid, protestó por las
afirmaciones hechas por Mendiburu y sostuvo que el
contrato de la deuda de 1849 no tenía tales supuestas
omisiones y puntos obscuros. [141] Esto fue escrito
después de que el contrato de 1849 le hubiese ofrecido
[p.179] a Osma la oportunidad de hacer efectivos sus
propios bonos por encima de su valor nominal. Mendiburu,
por otro lado, siempre justificó sus actos como
desinteresados y beneficiosos para las finanzas peruanas,
aunque también se le otorgó una comisión «legal», aunque
inferior, a la de Osma y sus amigos. [142]
Sin embargo, la más controvertida de las medidas
financieras tomadas por Mendiburu en Londres fue la
escandalosa
conversión de la deuda interna en externa. La
operación consistió en el intercambio de vales de
consolidación nacionales, que ganaban un interés de
6
por ciento, por nuevos bonos de la deuda
externa con un interés de
4,5 por ciento.
En total, cerca del 46 por ciento de toda la deuda
interna consolidada fue silenciosamente convertida
mediante contratos con los consignatarios guaneros
Uribarren et Cie. de París (firmado por Mendiburu en
Londres por
hasta seis millones de pesos en vales)
y Montané et Cie. (firmado en Lima
por tres
millones de pesos en vales). Estas compañías
habían acumulado vales antes de la firma de sus contratos
y, en consecuencia, se beneficiaron con el alza repentina
en la cotización de la deuda convertida. Estas casas eran
parte de un grupo de presión formado a través de
operaciones privadas con interesados tenedores de vales de
consolidación. Otra
conversión de dos millones de
pesos en vales había sido contratada antes,
en agosto de 1852, con el contratista
Joseph Hegan,
quien financió el proyecto del
ferrocarril
Tacna-Arica con esta especulación altamente
rentable. [143] [p.180]
[Perú 1853: Convertir la deuda interna en deuda externa
es un precedente - el poder judicial no puede hacer
nada]
En esencia, estas maniobras de conversión se diseñaron
para «lavar» instrumentos financieros manchados por su
origen corrupto durante la consolidación. Al comprometer
el crédito externo peruano para honrar una deuda interna
creada en gran parte mediante la deshonestidad
administrativa, estas conversiones beneficiaban a
especuladores de vales inescrupulosos y, al mismo tiempo,
prevenían futuras investigaciones y esfuerzos
oficiales para invalidar arreglos tan costosos para
los recursos públicos. [p.181]
Compensación de la manumisión
[Perú 1853ca.: La Revolución de Elías a Castilla:
Guerra Civil y Desempoderamiento de Echenique - el
Pantano de la Corrupción + Montaña de la Deuda - Elías
con Manifiesto de 1855 - Nuevo Presidente Castilla con
el Ministro de Hacienda Elías - Compensación de los
Dueños de Esclavos]
Mediante una alianza estratégica con el mariscal Castilla,
Elías logró sacar a Echenique del poder luego de una
sangrienta guerra civil librada en casi todas
las regiones del país. El ataque demoledor de Elías contra
Echenique puso énfasis en las expoliaciones de una
«pandilla de falsos patriotas y negociantes
esalmados », en medio de una «justicia prostituida». Ellos
habían llevado al país a un pantano
hediondo de
corrupción culminada por la inolvidable
onsolidación
de la deuda interna. Elías ligó el
fracaso
de la república peruana, tras 34 años de una
independencia «violenta y prematura», con el despotismo,
el militarismo, los privilegios y la corrupción. En su
manifiesto
de 1855, Elías hizo un diagnóstico histórico:
«La corrupción como una lava abrazadora extendiéndose por
todos los ángulos de nuestro inmenso territorio ha herido
a la República en todo lo que ella abriga de más grande,
más noble y más generoso: en su moral, su religión y sus
leyes». [144] Sin embargo, una vez en el poder, el nuevo
gobierno dirigido por
Castilla y su ministro de
Hacienda, el mismo Elías, se volcó a un plan
para
compensar a los exdueños de esclavos,
una medida que repetía en diversa forma los favores
oficiales otorgados a un pequeño grupo privilegiado.
[Perú 1854: Emancipación del esclavo para reclutar
nuevos soldados - compensación de los dueños de esclavos
con 300 pesos por esclavo - total 8 millones de pesos -
para el ministro de finanzas Elías, monasterios y
terratenientes - el valor de los vales aumenta - nueva
especulación + monopolización]
En medio de la guerra civil, Castilla había
decretado
la libertad o manumisión de los esclavos en 1854
para ganar respaldo popular y reclutar soldados. A partir
de 1855 se repartieron a los antiguos propietarios de
esclavos que habían solicitado compensación en vales de
manumisión con un interés del 6 por ciento. [p.181] El
valor de la compensación por cada uno de los esclavos
manumitidos fue fijado en
trescientos pesos.
Los antiguos dueños de esclavos recibieron aproximadamente
2,8 millones de pesos en efectivo y 5,2 millones de pesos
en vales por un total de
casi ocho millones de
pesos. El tercer expropietario de esclavos más
importante, el
ministro de Hacienda Domingo Elías,
fue indemnizado con 111.000 pesos en vales por 370
esclavos; otros importantes expropietarios indemnizados
incluyeron a varios
monasterios y a hacendados
como Fernando Carrillo de Albornoz, Antonio Fernández
Prada y Mariano Osma. El servicio de la deuda de los vales
de manumisión fue pagado puntualmente y, para el periodo
1860-1861, estos papeles se amortizaban casi a la par.
Debido a la
rápida alza en valor de los vales,
los comerciantes en busca de una fácil ganancia y los
acreedores de aquellos hacendados generosamente
compensados, pronto adquirieron vales por diversas vías y
coparon así el exclusivo mercado de los vales de
manumisión. [145]
El proceso de compensación de la manumisión estuvo plagado
de inexactitudes, especulación y reclamos exagerados o
abiertamente fraudulentos. Algunos antiguos dueños
incluyeron esclavos muertos o inflaron artificialmente la
cantidad que sostenían haber tenido antes del decreto de
manumisión. [146] Castilla y Elías llevaron a cabo con
inusual celeridad este proceso de indemnización que estuvo
cargado de favoritismo. Pagaban así favores políticos para
asegurar el respaldo de la élite al nuevo régimen a costa
del erario nacional. Para finales del decenio de 1850 se
había iniciado una nueva fase de contratos y
compensaciones inflados, en un clima de revivida expansión
financiera. En el ínterin, la muy anunciada lucha contra
el abuso corrupto del erario y el crédito público había
colapsado. En el periodo 1855-1858 se perdió así otra
oportunidad histórica de introducir reformas y controles
eficaces contra la corrupción. [p.182]
Venalidad impertérrita
[Perú 1856: Investigaciones contra pagarés fraudulentos
- exclusión del servicio de la deuda - conversión de la
deuda interna en deuda externa detenida - personas en
juicio, muchos perpetradores ya han huido]
Poco después de la destitución de Echenique, una comisión
investigadora oficial inició una profunda averiguación de
los abusos e ilegalidades de la consolidación y la
conversión, así como otras cuestiones ligadas a la
corrupción administrativa de su gobierno. Gracias a los
esfuerzos de la Junta de Examen [p.182] Fiscal se ha
conservado información acerca de las personas infractoras
y sus redes. La investigación fue exhaustiva e
inicialmente contó con el respaldo del poder ejecutivo y
el legislativo. [147] Según una ley aprobada el 29 de
diciembre de 1856, se
suspendió del servicio de la
deuda a los vales de la deuda interna que tuvieron su
origen en reclamos fraudulentos, ilegales y exagerados.
Además, se
detuvo temporalmente la conversión de
deuda interna en externa. Estas medidas
buscaban restituir, en parte, el tremendo daño infligido a
las finanzas estatales por los tratos corruptos de la
consolidación y la conversión. Algunas personas fueron
llevadas a juicio, pero muchas ya habían huido del país,
entre ellas
Torrico, Echenique y Mendiburu.
[148]
[1855-1856: Presión política sobre el poder judicial
para abandonar la investigación - demandas de
comerciantes, financieros y embajadores GB+F]
Los legisladores y autoridades del ejecutivo más decididos
en la lucha contra los abusos del gobierno anterior se
vieron sometidos, sin embargo, a una intensa presión para
que revirtieran las medidas anticorrupción adoptadas en el
periodo 1855-1856. Un argumento para ello fue que los
títulos de la deuda se emitieron en forma similar a un
billete sujeto a endose y que, en consecuencia, los
tenedores de vales y bonos no deberían quedar sujetos a la
pena de perder su inversión tan solo porque unos
funcionarios corruptos habían tramitado inicialmente tales
títulos. El argumento legal opuesto, usado por los
investigadores de la
Junta de Examen Fiscal
y la recién creada Dirección de Crédito Nacional, era que
si bien los vales de la deuda interna habían sido
endosados ampliamente en operaciones comerciales, ellos no
perdían su condición original de obligaciones estatales y,
en cuanto tales, estaban sujetos a una anulación legal
debido al fraude o la corrupción. [149] Este conflicto
legal trajo consigo varios
juicios y peticiones
encabezados por los más poderosos comerciantes y
[p.183] financistas extranjeros y nacionales, así
como por los representantes diplomáticos de Gran Bretaña y
Francia. [150]
[Nueva Guerra Civil 1853-1857: ahora alrededor de las
Islas Guaneras con barcos GB y F, con soldados
"estadounidenses" en el fondo preparados]
Entonces una retractación crucial en la posición de las
más importantes autoridades peruanas conllevó a la
revocación y derrota de las iniciales medidas contra la
corrupción. En medio de otra guerra civil, esta vez
desencadenada por el alzamiento del «Regenerador», el
general
Manuel Ignacio de Vivanco, el control oficial
del gobierno sobre
las islas guaneras se
vio amenazado por navíos rebeldes, parciales a Vivanco,
así como por barcos de guerra ingleses y franceses,
prestos a intervenir en defensa de las demandas de sus
súbditos, entre los que se incluían inversionistas
indignados y tenedores de vales y bonos de conversión
excluidos. Echenique también conspiró para organizar una
expedición de mercenarios contratados en EE. UU. [151]
Castilla tomó medidas para conseguir el respaldo de la
mayoría de los diplomáticos y acreedores extranjeros más
importantes en Lima. Los representantes de Francia, Albert
Huet, y Gran Bretaña, Stephen Henry Sulivan, rehusaron su
apoyo si no se reconocía antes la validez y los intereses
atrasados de todos los [p.184] vales de la consolidación
convertidos y emitidos por el gobierno de Echenique. Ante
estas difíciles condiciones, el arreglo propuesto por los
extranjeros era probablemente el único que Castilla podía
contemplar para lograr mantenerse en el poder. [152]
Surgió además un escándalo sobre firma de órdenes por
parte de Castilla de proseguir con el servicio de
instrumentos de deuda convertidos en Europa. [153] Bajo
presión local y externa, Castilla y el Congreso decretaron
la
ley del 11 de marzo de 1857 que restauró todos
los acuerdos suspendidos en materia de bonos y
conversión. Esta ley de «tabla rasa» absolvía,
en efecto, a los especuladores y funcionarios que se
beneficiaron de los abusos de la consolidación y
conversión.
Vivanco pudo, entonces, ser derrotado
militarmente, y Castilla logró gozar así de un
poder incuestionado por varios años más.
[Perú agosto de 1857: Los "cristianos" católicos de
Niza en Perú cometen el asesinato político del embajador
británico Sulivan, que había apoyado a Vivanco]
En agosto de 1857, tres o cuatro pistoleros invadieron el
hogar del cónsul general inglés
Sulivan y
lo asesinaron impunemente. Se especuló que su asesinato
había sigo un acto de venganza política cometido «por
personas de cierta posición en la sociedad» porque Sulivan
había apoyado inicialmente a Vivanco y Echenique
para luego tomar partido por Castilla: «Los asesinos tal
vez nunca sean descubiertos, puesto que gracias a la
negligencia de la policía y la mala administración de la
ley en el Perú, los más atroces criminales a menudo
escapan a la justicia». [154] [p.185]
[Gobierno de Castilla con el canciller Zevallos:
soborno de 50.000 pesos por un contrato de guano -
70.000 pesos fueron distribuidos en el Congreso en Lima]
El escándalo de corrupción más notorio durante el segundo
gobierno de Castilla tocó a su
ministro de
Relaciones Exteriores, Manuel Ortiz de Zevallos,
principal impulsor de la restitución de las porciones
cuestionadas de las deudas de la consolidación y
conversión.
Juan B. Colombier, un agente de
la compañía francesa Société Générale Maritime, declaró
que para conseguir del gobierno peruano un contrato de
consignación del guano a Francia y España, en mayo de 1858
sobornó a Ortiz de Zevallos con un presente de 50.000
pesos. Colombier informó a su compañía que había prodigado
infructuosamente 70.000 pesos en gastos secretos. Aunque
Ortiz de Zevallos reaccionó con indignación ante estas
alegaciones en su correspondencia y en la prensa, el
ministro continuó negociando con el agente francés. Lo más
escandaloso fue, sin embargo, la revelación oficial hecha
por Ortiz de Zevallos sobre que
el soborno de
70.000 pesos había, en realidad, sido repartido entre
los miembros del Congreso que estaban a cargo
de aprobar el contrato en cuestión. [155] En efecto, el
cuerpo legislativo gozaba, en ese entonces, de poca
confianza en el público; el único parlamentario con
experiencia era Buenaventura Seoane, pero en los círculos
diplomáticos lo consideraban «oportunista y venal». [156]
Como veremos con mayor detenimiento en el siguiente
capítulo, el soborno de funcionarios claves por parte de
compañías e inversionistas extranjeros, ansiosos por
conseguir una ventaja monopólica sobre sus competidores,
era una práctica claramente establecida para lograr
contratos cada vez mayores de consignación del guano y
obras públicas. La restitución en 1857 de los instrumentos
de deuda fraudulentos sentó importantes bases para la
vigorización de esta onerosa tendencia.
[Elías luchó oficialmente contra la corrupción, pero él
mismo fue corrupto y promovió redes corruptas - Perú no
avanza]
Inicialmente, Elías se opuso a la restitución de los vales
y bonos impugnados a pesar de las contradictorias
decisiones oficiales sobre las conversiones en el
extranjero. En respuesta a una creciente presión, Elías se
vio obligado a abandonar el gabinete de Castilla para
pasar a ser el encargado de negocios peruano en Francia.
Otros decididos opositores a la corrupción también
perdieron autoridad ante las nuevas condiciones políticas.
Elías permaneció poco tiempo en Europa, puesto que su
salud se deterioró y se vio obligado a regresar [p.186] al
Perú. Tras un fallido intento de postular a la presidencia
en 1858, se retiró de la política hasta su muerte acaecida
en 1867. [157] De este modo, llegó a su fin la carrera
política del primer líder civil reconocido. En su madurez
política, Elías defendió importantes reformas y medidas
para contener la corrupción, pero no dejó de beneficiarse
de los monopolios y compensaciones oficiales que
comprometieron flagrantes conflictos de intereses,
apadrinados por los caudillos militares a quienes apoyó en
su momento.
* * *
[Resumen sobre la corrupción en el Perú de
1821 a 1860]
En conclusión, la temprana república heredó las viejas
estructuras patrimoniales de la corrupción ligadas al
patronazgo de los caudillos militares. Estas redes
caudillescas tenían una importante similitud con el
patronazgo de la corte virreinal, al practicar
transgresiones comparables en condiciones de guerras de
independencia y civiles, en materia de finanzas públicas,
saqueos y expropiaciones abusivas. La prominencia de la
«patriótica» rapiña caudillista y la corrupción en las
adquisiciones militares emuló el viejo «premio» del virrey
y el drenaje de los recursos militares virreinales. El
contrabando de plata y la pérdida concomitante de rentas
continuó e, incluso, creció durante la primera década
después de la independencia, para prolongarse después
hasta el decenio de 1850 y más tarde aún. Los sobornos en
los contratos públicos, particularmente los de las
exportaciones de guano, se dispararon en las décadas de
1840 y 1850, a medida que la renta guanera crecía y las
camarillas deseaban conseguir ganancias monopólicas
rentistas (véanse cuadros A.2 y A.3 en el apéndice). Los
extensos abusos y la corrupción incontenida de las
autoridades provinciales enfatizaron el fracaso de
anteriores reformas administrativas. Este no fue un
fenómeno únicamente peruano, puesto que también se
manifestó en los recién independizados México, Nueva
Granada y las Provincias Unidas del Río de la Plata. Este
legado interactuó con el [p.187] derrumbe de las viejas
instituciones y la deformación de las nuevas en un
contexto duradero de inestabilidad política y económica.
La legislación de la deuda pública, los tempranos
contratos de consignación del guano y las políticas
económicas y comerciales fueron desviados intencionalmente
de su objetivo del bien común por autoridades, empleados
públicos y parlamentarios corruptos, así como por grupos
de interés locales y extranjeros. El compuesto legal
resultante fue un conjunto de normas innecesariamente
complejas, poco claras y contradictorias, que inflaban
significativamente los costos de transacción de los
acreedores e inversionistas ordinarios.
Los funcionarios gubernamentales coludidos, los enviados
diplomáticos peruanos en el extranjero y los hombres de
negocios locales y extranjeros manipularon en provecho
propio las normas y metas del crédito público. En lugar de
sentar una base segura para unos mercados de capital
sumamente necesarios, los instrumentos fraudulentos del
primitivo crédito público minaron seriamente el desarrollo
financiero peruano. Estas corruptas manipulaciones
financieras sirvieron los mezquinos intereses de
funcionarios venales y comerciantes especuladores que
buscaban privilegios rentistas. Dicha forma de corrupción
financiera fue una costosa «innovación» hispanoamericana
posterior a la independencia, al utilizar los
mecanismos de la deuda pública para «esconder» o lavar
sobornos y otras ganancias indebidas. Tal desvío y mala
asignación de fondos pesó fuertemente sobre las
generaciones futuras y tuvo como resultado unas
considerables pérdidas indirectas (debido a la minada
posición crediticia y la inestabilidad financiera) en las
inversiones extranjeras, de cartera y directas. En el
Perú, estas pérdidas fueron particularmente fuertes en las
décadas de 1820 y 1850, y posteriormente en las de 1860 y
1870 (véase cuadro A.3).
Combinadas, las distintas formas de corrupción
características de los tempranos gobiernos republicanos
ocasionaron fuertes costos y una burda asignación de
recursos públicos, hecho que tuvo consecuencias negativas
para la recuperación económica, el desarrollo y el
bienestar. Según los estimados explicados y calculados en
el cuadro A.4 del apéndice, los niveles comparativos más
altos de corrupción (6,1 por ciento del PBI estimado y 135
por ciento de los gastos oficiales del gobierno),
agravados por la guerra y las iniciales penurias fiscales,
se dieron en el decenio de 1820. Sin embargo, las décadas
de 1830 y 1840 también tuvieron altos niveles (que giraron
en torno a 4,2 y 4,3 por ciento del PBI, y 79 y 42 por
ciento de los gastos gubernamentales, respectivamente). Un
alza en el costo total estimado de la corrupción, que suma
un promedio anual de cinco millones de pesos, tuvo lugar
en la década de 1850 [p.188] (duplicando el costo total
del decenio de 1840) y continuó creciendo hasta 8,3
millones de pesos/soles en los años sesenta. Excepción
hecha de la década de 1820, los niveles más altos como
porcentaje del gasto (63 por ciento) y del PBI (4,3 por
ciento) se alcanzaron en el decenio de 1850. En
consecuencia, y con las evidencias cualitativas mostradas
en este capítulo, resumidos en los estimados del cuadro
A.7, podemos considerar los gobiernos de Echenique-Torrico
(1851-1855) y Gamarra-La Fuente (1829-1833) como los más
corruptos del temprano periodo republicano (igualados
luego, tal vez, por los gobiernos de finales del decenio
de 1860 y de comienzos y finales de la década siguiente).
La tolerancia del público a la creciente corrupción tuvo,
a pesar de todo, ciertos límites impuestos por las
depredaciones evidentes, los escándalos, las campañas
periodísticas y la oposición política. Elías y Castilla
pujaron por el poder sobre varias oleadas de creciente
percepción pública de la corrupción, inicialmente
protestando públicamente, estimulando levantamientos y
conflictos civiles armados, y deponiendo autoridades
corruptas. Si bien los esfuerzos más prometedores de
reformadores civiles liberales fueron relevantes para
exponer serios defectos administrativos y de corrupción,
también fueron demasiado débiles para imponerse y no
estuvieron exentos de sus propios intereses particulares.
A pesar de los intentos legislativos y judiciales para
limpiar el contaminado crédito y los contratos públicos de
prácticas corruptas, a mediados del siglo grupos de
presión bien establecidos obligaron a retroceder
radicalmente cualquier intento de reforma (posteriormente
continuaría el notorio soborno de senadores y diputados
para conseguir la aprobación parlamentaria de contratos
públicos, efectuado por los beneficiados y magnates que
buscaban conseguir ganancias monopólicas). La persistencia
de la campaña contra la corrupción podría haber conllevado
la caída de un gobierno que continuase apoyando una
reforma honesta del crédito público. El pragmático
Castilla y su séquito, que en algún momento incluyó al
reformador civil Domingo Elías, se adaptaron
consecuentemente a una administración del crédito público
inherentemente contaminada. Una indomable corrupción
había, pues, sentado las condiciones para un mayor abuso a
costa de la renta del guano, del crédito público y de los
contratos de obras públicas durante el siguiente ciclo de
depredación. [p.189]