de: María Espósito: Leyendas
Mapuches; en: Diccionario Mapuche mapuche-español /
español-mapuche; personajes de la mitología; toponimia
indígena de la Patagonia; nombres propios del pueblo
mapuche; leyendas; Editorial Guadal S.A., 2003; ISBN
987-1134-51-7
Resumen: Un viajero encontró una granja para dormir y
habló con un esqueleto (reforo) y ganó un montón de oro
hablando con él y ayudándolo
<Un hombre iba rumbo a Chile con su caballo. Estaba
cansado y hambriento. De pronto, al borde del camino, divisó
una casa. Se acercó y pidió a los dueños si le podían dar
alojamiento y un poco de comida. "Vaya al galpón (depósito)
de allá al fondo y tome este poco de comida", le dijeron.
Mientras estaba comiendo, escuchó que el
reforo (esqueleto) le
preguntaba desde el techo: "¿Me puede convidar (invitar) un
poco?" - "Sí, baje, aquí tiene para comer."
Tan bien lo atendió el hombre, que el
reforo lo llevó a dar
un paseo. Caminaron largo tiempo hasta que llegaron a una
cueva. "Entre y saque lo que quiera", dijo el
reforo. El viajero
entró en la gruta y - ante su sorpresa - encontró bolsas
llenas con pepitas de oro y de plata.
Antes de separarse, el
reforo
le pidió un último favor:
"Entiérrame en una fosa, pero debes matar a tu caballo y
(p.278) ponerlo conmigo; si no, nunca podré llegar al país
de las almas."
Cuando el hombre volvió al galpón (depósito), los
anfitriones (dueños) - que era gente mala - estaban
asombrados (con curiosidad) de que todavía estuviera con
vida.
"Nadie despierta vivo en ese galpón", dijeron.
El viajero no les contó lo que había pasado, sólo les compró
dos caballos (uno para él y otro para las bolsas de oro y
plata) y se fue.> (p.279)