Presentación de Michael Palomino (2012)
Cochinada peruana que no pueden presentar libros:
p.300 faltan palabras
p.302 faltan palabras
p.312 faltan palabras
p.316 faltan palabras
p.327 falta una línea abajo
p.328 faltan palabras
de:
Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras
grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991;
avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel.
231933 / 234363;
8.4. UN COMETA QUE VINO DEL INFINITO -
[cometa Kohoutek] (p.304-308)
El Gliptolito que estoy describiendo tiene en la cara en
donde figura el Zodiaco, otras figuras simbólicas que
representan asimismo cuerpos siderales. Se observa una
figura que semeja niebla cósmica. Su forma responde a la
nebulosa Cabeza de Caballo (43)
(43)
Nebulosa: nube brumosa de gas y polvo fuera del sistema
solar.
- 28 en Figs. 87D y 103 -.
Se observa también un complejo simbólico formado por los
siguientes elementos: una estrella de cinco puntas que
representa al Sol (29 en Figs. 87D y 104); por detrás de
la estrella una zona que la rodea (30 en Figs. 87D y 104);

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Fig. 104: eclipse con el Sol, la Luna y un
anillo luminoso (p.306)
|
y finalmente otra zona que rodea la anterior y por lo
tanto a la estrella (31 en Figs. 87D y 104).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Fig. 104: eclipse con el Sol, la Luna y un
anillo luminoso (p.306)
|
Este complejo simbólico revela superposición de cuerpos
cósmicos, como en un eclipse.
Cercano al complejo simbólico anterior se aprecia una
figura irregular que tiene líneas discontinuas. Por tales
líneas deduzco que se trata del planeta Júpiter (32 en
Figs. 87D y 105).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Fig. 105: el planeta Júpiter (p.307)
|
Por encima de Júpiter aparece la figura de una pequeña
estrella de siete puntas. La mayor cantidad de puntas con
relación a las otras figuras de estrellas, sugiere un
cuerpo sideral de gran luminosidad. Este rasgo y su
proximidad a Júpiter, me conducen a identificarlo como el
(p.304) planeta Venus (34 en Figs. 87D y 106).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Fig. 106, el planeta Venus (p.307)
|
|
Muy cerca dela figura que he identificado como la
constelación de Leo aparece una figura cometiforme (35 en
Figs. 87D y 107), caracterizado por un cometa de larga
cola y por el hecho de que ésta se halla unida a la
constelación mencionada. Es el mismo cometa ya
identificado en la Cara A de este Gliptolito y que ahora,
por encontrarse unido a la constelación mencionada,
deduzco que se halla en su fase de inicio.
Nótese la singularidad que tiene el cometa en su núcleo:
rasgos que le dan fisonomía humana. Asimismo, nótese el
hecho de que sobre la cola lleva inscritas tres semihojas,
símbolo de un Hombre Reflexivo y Científico que posee un
extraordinario incremento de energía cognoscitiva. Junto a
la figura identificada como la constelación de Pléyades
aparece nuevamente el mismo cometa (36 en Figs. 87D y
108).
Muestra cuadrículas en su núcleo, símbolo de energía
humana, , y su cola tiene (p.305) unas líneas que salen
lateralmente, símbolo de desprendimiento de energía, pero
en menor cuantía que en su fase cercana a la Tierra (37 en
Figs. 87D y 109) [ver arriba].
Obsérvese que en esta fase el núcleo se encuentra unido
por tres líneas a la figura estrellada que representa la
constelación de Pléyades. Esto lo interpreto como el
cometa concluye su recorrido en esta constelación.
De acuerdo con lo que se observa respecto del cometa, se
tiene que iniciar su recorrido en la constelación de Leo,
pasa luego muy cerca de la Tierra y termina su recorrido
en la constelación de Pléyades.
Pero hay algo muy extraño en la trayectoria de este
cometa: Obsérvese que al salir de Leo va en una dirección
opuesta a la que tiene al pasar cerca de la Tierra y al
llegar a Pléyades (compárese en la Fig. 87D) [ver arriba].
[Un
"cometa aberrante"]
Estamos, pues, ante la presencia de un cometa de
trayectoria aberrante, aquellos cometas considerados por
la Astronomía como de retorno impredecible, verdaderos
intrusos en nuestro sistema planetario. A diferencia de
los cometas tributarios del sistema planetario solar, que
tienen trayectoria elíptica y por lo tanto retornan y es
perfectamente calculable el tiempo de su retorno, aquellos
otros siguen una trayectoria parabólica y en casos
excepcionales, hiperbólica - ambas llevan y traen al
cometa del infinito - por lo que no puede asegurarse que
habrán de retornar.
[Interpretación
de la constelación en la piedra: eclipse - cometa
aberrante - Leo y Pléyades]
La interpretación que acabo de hacer de los elementos
simbólicos de esta cara del Gliptolito, conduce a realizar
una investigación sobre el sentido que tienen en este
Gliptolito tres fenómenos cósmicos graficados en ella: un eclipse; un
cometa de trayectoria aberrante relacionado con las
constelaciones Leo y Pléyades; y la figura
simbólica de una cabeza humana dispuesta en forma
dominante en el centro de estas representaciones cósmicas.
Así podremos saber qué relación guardan estos fenómenos
con las escenas representadas en las tres primeras caras
que he descrito y en las que, como ha quedado dicho, un
numeroso conjunto de hombres representados simbólicamente
proyectan energía cognoscitiva al cosmos (p.308).
8.5. UN ECLIPSE Y UN COMETA VISTOS POR DOS HUMANIDADES
(p.310-318)
Como he dicho al comienzo del presenta capítulo, este
Gliptolito llegó a mi poder en noviembre de 1970.
Hasta noviembre de 1971 el estudio de su complejo conjunto
de símbolos sólo me había permitido interpretar las
escenas de las tres primeras caras (A, B y C): la
presencia simbólica de un numeroso conjunto de Hombres
Reflexivos y Científicos que proyectan energía
cognoscitiva al cosmos; asimismo, identificar un zodiaco
constituido por 13 constelaciones, semejante al Zodiaco
Babilónico; y, también, aunque de manera imprecisa, darme
cuenta de la presencia de planetas, estrellas, un eclipse,
una nebulosa y lo que yo creí al principio un conjunto de
tres cometas.
[Noviembre
1971: presentación en el congreso en Panamá]
En noviembre del mismo año fui invitado por el Colegio
Internacional de Cirujanos al Cuarto Congreso del
Hemisferio Occidental y al Congreso de la Sección de los
EE.UU., congresos científicos que se realizaron
paralelamente en la ciudad de Panamá y en los que, según
he referido en el capítulo V, di a conocer mis estudios
sobre los conocimientos que llegó a alcanzar la Humanidad
Gliptolítica, especialmente en el campo de la Cirugía.
Presenté, además, los resultados del estudio del
mencionado Gliptolito, tal como se encontraban hasta
entonces (Véase nota 37).
(37)
Confróntese "Humanidad prehistórica". En: Program Fourth
Western Hemisphere Congress and the Congress of the
United States Section. International College of
Surgeons. Panamá, 1971 (p.204)
[29-04-1973:
visita de Robert Charrouz en Ica]
El 29 de Abril de 1973 fui visitado en mi museo por el
escrito Francés Robert Charroux, estudioso y perseverante
investigador de la prehistoria humana. interesado Robert
Charrouz en hallar en las Piedras Grabadas de Ica posibles
luces sobre el pasado de la humanidad, le expuse
someramente mis estudios de algunas series de Gliptolito.
Me solicitó permiso para fotografiar algunos ejemplares de
mi colección, pues estaba preparando su último libro.
El libro fue publicado en octubre de 1974. En su primer
capítulo, que dedica a las Piedras Grabadas de Ica y que
ilustra con variedad de fotos de mis ejemplares, se
refiere al Gliptolito materia del presente capítulo y del
(p.310) cual muestra en fotos dos de sus caras: la cara
superior, cara D, y una de las caras laterales, cara A
(Véase nota 21).
[Julio
1973: la noticia del cometa Kohoutek entre Sirius y
Régulus - nueva investigación de Cabreras]
En julio de 1973, meses después de la vista que había
recibido de Robert Charroux en Ica, un cable proveniente
de Europa y publicado en un diario de Lima daba a conocer
que el cometa Kohoutek, recién descubierto por el
astrónomo checoslovaco Loubus Kohoutek, había sido visto
por primera vez entre las estrellas gigantes Sirius y
Régulus (44).
(44)
Suceso, suplemento del diario "Correo", Lima, Julio 1973
Hasta entonces yo sólo había observado en el Gliptolito
aparentes representaciones aisladas de "cometas", "uno de
los cuales" aparecía ligado a la constelación que ya había
identificado como la de Leo. La información periodística
me condujo entonces a analizar más detenidamente las
figuras y símbolos del gliptolito y así pude advertir que
lo que yo había creído tres cometas no eran sino uno solo,
en tres fases de su trayectoria. La confusión en que yo
había estado se había debido al hecho de que el cometa se
ve en el gliptolito siguiendo trayectorias en sentido
opuesto.Pensé entonces que si el anunciado cometa Kohoutek
era el del Gliptolito, debía tratarse de un cometa de
trayectoria aberrante. También advertí dentro de la
constelación de Leo la presencia de dos estrellas de
cuatro puntas (33 en Fig. 87D y 19 en Fig. 93).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Fig. 93: la constelación de Leo (p.298)
|
No obstante que la información del cable coincidía con la
graficación que se observaba en el Gliptolito respecto de
la proximidad del cometa a dos estrellas, la falta de más
elementos de juicio no me permitió por el momento pensar
que aquellas estrellas de la constelación de Leo fueran
Sirius y Régulus.
[Espectáculo
el 24 de diciembre 1973 - y el el mismo espectáculo hay
en la piedra grabada]
El 2 de diciembre del mismo año, una nueva información
periodística dio la noticia de que el 24 de diciembre de
ese año se iba a ver un espectáculo sideral jamás
observado por la humanidad: conjuntamente con un eclipse
anular de sol, cuyo resplandor haría visibles, en las
tinieblas (45),
(45)
Siete Días; suplemento del diario "La Prensa", Lima, 2
de diciembre 1973
a los planetas Venus y Júpiter, se vería (p.311) [...]
paso de un cometa, el cometa Kohoutek. La información
periodística añadía que la coincidencia del eclipse con el
[co]meta Kohoutek y los planetas Venus y Júpiter volvería
a [re]petirse después de 100 millones de años.
Esta información tuvo para mi un carácter confirma[ti]vo
de hechos que ya había observado en el Gliptolito: és[to]
revelaba la existencia de un eclipse de sol de
caracte[rí]sticas muy singulares y semejantes a las del
eclipse de la información periodística: presencia junto al
eclipse (29, 30 y 31 en Fig. 87D),

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293) |
de un cometa (35 en Fig. 87D) [y] dos planetas (32 y 34 en
Fig. 87D).
Sin embargo, el Gliptolito ofrecía, en relación con el
[ec]lipse, otro cuerpo sideral al que no hacía mención la
[in]formación periodística: un símbolo que semeja niebla
cós[mi]ca y que, por su extraordinario parecido, ya había
iden[tif]icado como la nebulosa Cabeza de Caballo (28 en
Fig. [...]0).
Por otro lado, comprobé en el Gliptolito que los
cuer[...]s cósmicos que hacían cortejo con el eclipse
estaban [dis]puestos con el mismo eje: cometa,
constelación de Ca[pri]cornio, eclipse, planeta Júpiter y
nebulosa Cabeza de [cab]allo.
El mes señalado para la realización del eclipse
coin[cid]ía con la constelación que en el Zodiaco
Gliptolítico [cor]responde a ese mes. En efecto: el
eclipse aparece gra[...]ado en el Gliptolito muy cerca de
la constelación de Ca[pri]cornio, que en el Zodiaco
Gliptolítico corresponde al [24] de diciembre, ya que a
las doce constelaciones del Zo[dia]co actual añade una
más, la de Pléyades.
Todo esto me dio la certeza de que el complejo con[...]to
de símbolos representaba la observación hecha por los
[...]bres Gliptolíticos de un fenómeno cósmico dado en el
más [rem]oto pasado y que estaba a punto de repetirse el
24 [de] diciembre de 1973.
La coincidencia con lo informado por los periódicos [...]o
se dislocaba, aparentemente, en dos elementos: la
[pre]sencia en el Gliptolito, de la nebulosa Cabeza de
Caba[llo] y la de una cabeza humana en el centro del
cosmos.
Observando nuevamente la cabeza humana, advertí que [...]
de las puntas de la medialuna que le cubre el cráneo
(p.312) señalaba al cometa en su fase más alejada de la
Tierra, aquella fase que lo liga a la constelación de leo
y que, recuérdese, ha denominado fase de inicio (35 en
Fig. 87D); y que la otra punta señalaba la constelación de
Escorpión (22 en Fig. 87D).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293) |
Esto me condujo a sospechar que había la intención de
dejar establecidas mediciones temporales y espaciales con
relación al cometa y con relación al eclipse Advertí
entonces 280 cuadrículas en la medialuna y 84 en la mitad
inferior del rostro de la cabeza human[a]. Como en el
Zodiaco representado en el Gliptolito cada constelación
corresponde a un mes de 28 días, la cifra de 280 en
relación con el cometa sólo podía corresponder a 10
constelaciones o sea a un período de 10 meses. Observando
el espacio que hay desde el cometa en su fase inicial
(señalado por una de las puntas de la medialuna) hasta la
fase en que el cometa se une a la constelación de Pléyades
(fase final o llegada) me di cuenta que tal espacio abarca
10 constelaciones, lo cual significa que la punta de
la semiluna registraba el inicio del recorrido que debía
hacer el cometa para llegar al cabo de 10 meses a la
constelación de Pléyades.
Respecto de la relación de la otra punta de la semiluna
con el eclipse, pensé que las 84 cuadrículas podían
igualmente, por analogía, precisarme esta relación. Vi
entonces que en el espacio comprendido entre la
constelación de Escorpión (señalado por esta otra punta de
la semiluna, 22 en Fig. 87D) y la constelación cercana al
eclipse, constelación de Capricornio (24 en Fig. 87D),
quedaban abarcadas tres constelaciones, es decir tres
meses de 28 días, los que, por lo tanto, hacen un período
de 84 días.
Y como la constelación de Capricornio - según sabemos por
este Zodiaco - corresponde al mes de diciembre, encontraba
así la forma como se había graficado el mes en que se
produjo el eclipse observado por los Hombres
Gliptolíticos.
Pero me di cuenta que la cabeza humana no sólo ofrecía 280
cuadrículas sobre la semiluna y 84 cuadrículas en la mitad
inferior del rostro, sino algo más: cuatro rayas paralelas
ne la región frontal. Líneas paralelas son el símbolo de
vida vegetal. La vida vegetal significa energía (p.313)
biológica en menor grado. Por asociación, deduje que esa
idea de menor grado implicaba la idea de disminución.
Como las cuatro líneas se encontraban en la región
frontal, y como esta región sugiere pensamiento, me di
cuenta que la cantidad de líneas significaba la
realización de una operación matemática con el signo de
sustracción. Es decir: los Hombres Gliptolíticos habían
dejado en la cantidad de estas líneas un elemento clave
que podía precisar la fecha en que el eclipse había
ocurrido. Esa fecha se hallaba restándole 4 unidades (las
4 rayas paralelas a que me acabo de referir) a los 28 días
del mes señalado para el eclipse, mes de diciembre.
Fue así como encontré correspondencia entre la fecha (24
de diciembre) anunciada por los astrónomos - y recogida
por los órganos periodísticos - y la fecha inscrita
simbólicamente por los Hombres Gliptolíticos en esta
Piedra Grabada de Ica.
Entre junio y diciembre de 1973, las informaciones
periodísticas sobre el cometa Kohoutek se habían
acrecentado creando una incitante expectativa en todo el
mundo. En esos meses se dio la información de que algunos
astrónomos opinaban que el Kohoutek tenía una trayectoria
parabólica, es decir, trayectoria distinta de la que
tienen los cometas que son tributarios de nuestro sistema
solar - cuya trayectoria es elíptica - y que su retorno
sería imposible porque la trayectoria parabólica lo hacía
seguir camino al infinito. Se trataba, pues, de un intruso
en el sistema planetario solar.
Habiéndome convencido de que en el Gliptolito había un
sólo cometa representado en tres fases de su trayectoria y
que éste no era otro que el Kohoutek descubierto en los
primeros meses de 1973, llegué a la conclusión de que su
contradictorio desplazamiento graficado en el Gliptolito
confirmaba lo que habían dicho los astrónomos sobre el
tipo de su trayectoria.
[Calculaciones
cuando regresa el cometa]
No obstante lo que habían afirmado algunos astrónomos en
el sentido de que el Kohoutek no volvería a nuestro
sistema solar, porque seguía camino al infinito, otros
astrónomos aventuraron cifras sobre el tiempo que
transcurriría para su probable retorno: unos calcularon 10
000 años, otros 19.000 y hubo quienes establecieron un
millón.
Hasta estos momentos yo había logrado identificar e
interpretar (p.314) los elementos simbólicos graficados en
el Gliptolito y tener la certeza de que el fenómeno
sideral anunciado para el 24 de diciembre de 1973 ya se
había producido, con las mismas características, en un
remoto pasado, el de la Humanidad Gliptolítica. Había
incluso logrado interpretar las cuadrículas de aquella
cabeza humana que se observa en el centro de la Cara D del
Gliptolito.
[Constelación
en la piedra grabada dice que el Sol cubre la Luna - así
los hombres Gliptolitos no fueron en la Tierra]
Sin embargo, la presencia misma de esa cabeza humana
dominando el centro del cosmos constituía para mí un
enigma. La clave que me condujo a develar el enigma me
vino por la observación de un hecho insólito representado
en el Gliptolito: los símbolos del eclipse revelan que
quienes observaron la superposición de los cuerpos
siderales que participan en el eclipse, no estaban la
Tierra. En el Gliptolito se observa una estrella sobre una
superficie rodeada de una zona a manera de halo. Como
anteriormente he dicho, en la superposición de los cuerpos
de este eclipse la estrella es el Sol, la superficie
cubierta por esta estrella es la Luna y la zona que rodea
a dicha superficie es el halo característico del eclipse
anular (Fig.104). Esta superposición de imágenes, en que
el Sol cubre a la Luna, sólo podía significar que el
eclipse había sido observado desde el cosmos y no desde la
Tierra.
Entonces, basándome en lo que ya sabía sobre la finalidad
de la existencia dela Humanidad Gliptolítica - desarrollar
la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el
conocimiento -, me di cuenta de que esa cabeza humana que
domina la cara cósmica del Gliptolito representa
simbólicamente la energía cognoscitiva proyectada desde la
Tierra al cosmos por un numeroso conjunto de Hombres
Reflexivos y Científicos representados simbólicamente en
los tres hombres que aparecen en las caras laterales del
Gliptolito. Por lo tanto, se trataba de una potentísima
energía cognoscitiva proyectada al cosmos.
[La
pregunta del propósito observando las estrellas]
¿Qué propósito habían tenido los Hombres Gliptolíticos al
proyectar al cosmos tan considerable magnitud de energía
cognoscitiva? El propósito lo hallé observando las
características y las posiciones que adquiere el cometa
graficado en el Gliptolito. Recuérdese que en su fase de
(p.315) [...] el cometa aparece ligado a la constelación
de Leo ([ver en] Fig. 87D), que su núcleo tiene
características de [ros]tro humano y que su cola detenta
tres semihojas, sím[bolo] de un Hombre Reflexivo y
Científico que posee un ex[traor]dinario incremento de
energía cognoscitiva. Recuér[dese] asimismo, que la figura
de la constelación de Leo a [...]e está ligado el cometa
en su fase de inicio, su [...] acumulación de energía (19
en Fig. 87D).

Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293) |
Todo es[to só]lo podía significar que la potente energía
cognosci[...] proyectada observó el cosmos, conoció las
caracterís[ticas] de la constelación de Leo y aprovechó
parte de la [...] a concentrada en la constelación para
formar un co[...] y traerlo a la Tierra. Esto, que pudiera
parecer in[...]e, encuentra su explicación si se toma en
cuenta que [...] Gliptolito informa que la energía
proyectada no sólo [...]a suma de la que poseía un
numeroso conjunto de Hom[...] Reflexivos y científicos,
sino que además fue impul[...] por la energía
proporcionada por un complejo sis[...] energético
representado simbólicamente por pirámi[des].
[Lu]ego medité en otra característica que el cometa
tie[...] el Gliptolito: en su fase cercana a la Tierra no
[tiene] símbolo alguno que pueda indicar vida humana (Fig.
[...]) pero al llegar a la constelación de Pléyades
aparece [só]lo ligado a ésta sino que además ofrece en su
nú[mero] un conjunto de cuadrículas, símbolo de vida
humana [que] también lo tiene el núcleo de la estrella que
repre[senta] a la constelación de Pléyades (Fig. 108).
Estos [...]os del cometa revelaban que, al pasar cerca de
la [...], había recogido vida humana y la había llevado a
[la c]onstelación de Pléyades. La vida humana sólo podía
[res]ponder, en este caso, a los hombres que había
veni[...] el cosmos - los auténticos Hombres Gliptolíticos
- que [...] ante la inminencia del cataclismo que habría
de [...]arse sobre la Tierra, habían decidido retornar a
[...] planeta desconocido de donde habían llegado y que
[perten]ece a la constelación de Pléyades. Pienso, sin
em[...] - como he dicho en el capítulo VI - que también se
[...] con ellos algunos Hombres Reflexivos y Científicos
[...] unos otros de menor rango cognoscitivo (p.316).
[Los
hombres Gliptolíticos observaron el cometa con su
energía cognoscitiva]
La inmensa energía cognoscitiva proyectada viene a
explicar no sólo que la observación del eclipse se haya
hecho desde el cosmos sino también desde un punto del
mismo situado detrás del Sol, lo que no podría lograrse si
la observación de un eclipse semejante se efectuara desde
la Tierra. Pero esta proyección de la energía cognoscitiva
nos revela algo más: gracias a ella los Hombres
Gliptolíticos observaron que la visibilidad del cometa
coincidiría con la realización de ese eclipse en un
determinado momento del año. Es decir:
Esa potente energía cognoscitiva hizo los cálculos que
permitieron prever el momento en que, en aquel remoto
pasado, el eclipse iba a ser visible desde la Tierra, y
entonces, a partir de estos cálculos, la misma energía
cognoscitiva otorgó al cometa la velocidad que era
necesaria para que su momento de mayor visibilidad
coincidiera con la realización del eclipse.
Resulta asombrosa la velocidad a que debió desplazarse
este cometa en aquel remoto pasado, si se toma en cuenta
que desde su punto de partida en la constelación de Leo,
hasta su paso por la Tierra existe la desconcertante
distancia de más de 600 millones de años Los cálculos
permitieron también prever la posición en que se iban a
encontrar los planetas Venus y Júpiter, la nebulosa Cabeza
de Caballo y las constelaciones, en relación con el
momento en que se produciría el eclipse.
No encuentro en el Gliptolito símbolo alguno que permita
afirmar que los Hombres Gliptolíticos registraron el
tiempo que transcurriría para que se repitiera el eclipse,
la mayor visibilidad del cometa y la posición que tienen
en el Gliptolito los demás elementos siderales. El hecho
es que todo este complejo fenómeno sideral se repitió en
la actual humanidad el 24 de diciembre de 1973, y hasta el
momento no se tiene noticia de que se haya repetido antes;
es más:
La Humanidad actual sabrá que el fenómeno se produjo por
primera vez un 24 de diciembre en aquel remoto pasado de
la Humanidad Gliptolítica, por la información contenida en
esta piedra.
Los Hombres Gliptolíticos han dejado así testimonio
(p.317) de uno de los resultados de aquella finalidad que
presidió su existencia. Han dejado la prueba de que con el
desarrollo de la capacidad reflexiva y el incremento del
conocimiento, la energía cognoscitiva podía proyectarse
fuera del cuerpo orgánico sin que éste muriera (p.318).
8.6. EL HOMBRE, MEDIDA DEL UNIVERSO (p.318-329)
[Comparar
las constelaciones en la piedra grabada y en vivo en
1973 - ¡con notario!]
Viéndome, pues, ante la presencia de un mensaje dejado por
los Hombres-Gliptolíticos respecto de un fenómeno sideral
que se iba a repetir el 24 de diciembre de 1973, decidí
confrontar la información contenida en el Gliptolito, con
la que pudieran obtener los astrónomos del Observatorio de
Meudon (París), una vez producido el fenómeno sideral. El
propósito: comprobar si el fenómeno que estaba a punto de
ocurrir sería el mismo que se hallaba graficado en la
piedra.
Por carta notarial dirigida a Robert Charroux y fechada el
6 de diciembre de ese año formulé unas preguntas a fin de
que las planteara al Observatorio de Meudon (46)
(46)
Carta registrada en la notaría pública de Roque Moscoso,
calle Lima 155, Ica, Perú
Charroux tenía fotos de las caras del Gliptolito, tomadas
el día en que por primera vez visitó mi Museo, 29 de abril
de 1973. Acompañé a mi carta fotos ampliadas de las caras
del Gliptolito para orientar mis explicaciones.
Robert Charroux me contestó tiempo después que había hecho
la consulta y que el Observatorio de Meudon había dicho
que los asuntos planeados en las preguntas requerían de
más observaciones de la trayectoria del cometa y que para
eso era preciso que transcurrieran algunos meses después
del 24 de diciembre.
Finalmente, por carta fechada el 15 de junio de 1974,
Charroux me dio a conocer las respuestas dadas por el
Observatorio. Ellas venían a confirmar la validez de las
interpretaciones que yo había hecho respecto del mensaje
grabado en el Gliptolito. Entonces, para obtener
oficialmente (p.318) estas confirmaciones, decidí formular
directamente al Observatorio las mismas preguntas. Envié
una carta el 31 de Julio de 1974 y el Observatorio me
contestó, por intermedio de Mme. B. Manning, en carta
fechada el 20 de agosto de ese año.
[Preguntas
a un observatorio "Meudon"]
A continuación reproduzco mis preguntas y las respuestas
que recibí del Observatorio de Meudon (47).
(47) Como
queda dicho, estas preguntas fueron reformuladas al
Observatorio de Meudon, después de producido el eclipse;
pero como igualmente queda dicho, no se debe perder de
vista que ya las había formulado antes del eclipse, por
intermedio de Robert Charroux. De allí que en la
reformulación de las preguntas, esta vez hecha
directamente al Observatorio, no pude evitar el uso del
tiempo pasado para referirme a los hechos.
Primera pregunta: "¿El cometa Kohoutek es o no periódico?
Si fuera periódico, ¿cuánto tiempo transcurriría para su
retorno? ¿Qué clase de órbita tiene?".
El Observatorio de Meudon contestó: "El cometa Kohoutek no
es periódico. La forma de su órbita es parabólica con
tendencia a hacerse hiperbólica."
La respuesta significaba que la trayectoria del cometa era
aberrante, y esto es lo que precisamente aparece en el
Gliptolito.
Segunda Pregunta: "¿Es cierto que el eclipse ocurrido el
24 de diciembre de 1973 se volverá a repetir dentro de 100
millones de años?"
El Observatorio de Meudon respondió: "No hay persona
alguna que pueda contestar afirmativamente a esta
pregunta."
Por cierto que tanto la pregunta como la respuesta al
referirse al eclipse incluían tácitamente los otros
fenómenos o circunstancias en que se iba a producir dicho
eclipse, o sea un eclipse singular caracterizado por las
posiciones en que habrían de hallarse los planetas Venus y
Júpiter y por la presencia del cometa. Se trataba, pues,
de preguntar si el conjunto de todos los elementos de este
fenómeno sideral se iba a repetir o no. Y esto no podía
calcularse mientras no se conociera el tiempo en que
retornaría el cometa, coas imposible porque un cometa de
trayectoria parabólica con tendencia a hacerse hiperbólica
sale del sistema solar para seguir un camino al infinito,
como lo afirma la Astronomía.
Tercera pregunta: "Deseo saber los lugares en donde fue
visible el eclipse anular de Sol del 24 de diciembre de
1973". Esta petición obedecía a mi propósito de verificar
aquel fenómeno geológico de extraordinaria magnitud que
afectó en un remoto pasado a nuestro planeta: el
cataclismo. Recuérdese que en dos Gliptolitos ha quedado
el testimonio de una situación precataclísmica y que la
Geología, la tradición oral y la historia refieren que se
produjo un cataclismo que ocasionó gigantescos movimientos
tectónicos que cambió la faz de la Tierra.
Por otro lado, como el Gliptolito que contiene el fenómeno
sideral a que me vengo refiriendo ha sido hallado en Ica -
lo mismo que los demás ejemplares de mi colección -, es de
suponer que el eclipse anular de Sol grabado en ella fue
observado por los Hombres Gliptolíticos no sólo desde el
cosmos sino también desde la zona que hoy es Ica. Si el
Observatorio de Meudon contestaba que en el Perú el
eclipse había sido visto como un eclipse anular, ello
significaba que desde aquel remoto pasado en que fue
grabado el Gliptolito el continente americano seguía
teniendo la misma ubicación, es decir, no se había
desplazado y, por consiguiente, no se había desencadenado
el cataclismo.
Pero si contestaba que el eclipse había sido visto en el
Perú como un eclipse parcial, ello significaba que el
continente americano se había desplazado y que, por lo
tanto, el cataclismo se había llegado a producir.
El Observatorio de Meudon me envió el nombre de los
lugares donde el eclipse fue visto como anular y en esa
relación no estaba el Perú. En efecto: el eclipse en el
Perú fue parcial y no anular (Fig. 110).

Fig. 110: eclipse parcial el 24 de diciembre
1973 (p.321)
Eclipse parcial de Sol del 24
de diciembre de 1973. Foto tomada en Ica,
Perú (p.321).
|
Entre los lugares donde había sido visto como anular
figura la ciudad de Bogotá (Colombia). Y en verdad, así
había sido (Fig. 111).

Fig. 111: eclipse completa el 24 de diciembre
1973 en Bogotá (p.321)
Eclipse anular de Sol del 24 de
diciembre de 1973. Foto tomada en Bogotá,
Colombia, y publicada en "La Prensa" en Lima,
25 de diciembre, 1973 (p.321).
|
Esto significaba que antes del cataclismo la parte central
del Perú se encontraba más al norte del hemisferio.
Cuarta pregunta: "En el momento preciso del eclipse
(p.320) del 24 de diciembre de 1973, ¿estuvo la nebulosa
Cabeza de Caballo en el lado opuesto al Sol y los planetas
Venus y Júpiter en un ángulo de 45 grados respecto de la
posición del Sol?". Recuérdese que en la mención que he
hecho a las informaciones periodísticas que me fueron
permitiendo identificar en el Gliptolito algunos cuerpos
siderales que aún yo había identificado, he dicho que no
hubo referencia alguna a la nebulosa Cabeza de Caballo,
que yo había logrado identificar: Es más:
Identificados todos los cuerpos siderales graficados en el
Gliptolito, me di cuenta de que esta nebulosa Cabeza de
Caballo está graficada en el lado opuesto al Sol y que
Venus y Júpiter están en un ángulo de 45 grados respecto
de la posición del Sol. El Observatorio de Meudon
contestó: "En lo que concierne a la posición de la
nebulosa Cabeza de Caballo y de Venus y Júpiter, vuestras
informaciones son exactas" (Fig. 112) (p.322).

Fig. 112: la constelación de caballo, Sol y
Venus (p.322)
En la cara donde el Gliptolito
tiene graficada simbólicamente los elementos
de la observación cósmica, obsérvese que la
nebulosa Cabeza de Caballo (28) se encuentra
en el lado opuesto al Sol (29), y los planetas
Venus (34) y Júpiter (32) en un ángulo de 45
grados con respecto al Sol (p.322).
|
|
La realización de este complejo fenómeno sideral ocurrido
el 24 de diciembre de 1973 coincide, pues, con el que
ocurrió en la Humanidad Gliptolítica y del que sus hombres
dejaron testimonio en esta piedra (Véase carta de
respuesta del Observatorio de Meudon).
[Viajar
en espacionaves con la velocidad luz]
He dicho que el propósito que tuvieron los Hombres
Gliptolíticos para formar de la constelación de Leo aquel
cometa, fue el de disponer de un medio que los llevara
desde el planeta Tierra hacia un planeta desconocido en la
constelación de Pléyades. He dicho también que los Hombres
Gliptolíticos imprimieron al cometa una velocidad
extraordinaria que hiciera posible que el cometa se
desplazara a la Tierra desde la distancia de más de 600
millones [de] años luz, a fin de que pudiera
coincidir su cercanía a la Tierra con el eclipse cuya
realización habían logrado calcular previamente.
Como los Hombres Gliptolíticos esperaron en la Tierra la
llegada del cometa para que coincidiera con el mencionado
eclipse, es obvio que la espera no correspondió a los 600
millones de años luz, ya que esto es incompatible con el
tiempo que dura el ciclo vital del hombre y con la
urgencia que ellos tenían de salir de la Tierra ante la
inminencia del cataclismo. Cabe entonces entender que el
cometa generado por la energía cognoscitiva recibió de
ésta una velocidad que sobrepasó en una inimaginable
magnitud la velocidad de la luz. Los hombres Gliptolíticos
ingresaron así a una dimensión desconocida por el hombre
actual.
Se sabe que la velocidad de la luz es de 300 mil
kilómetros por segundo. Hasta ahora se considera imposible
que el hombre pueda alcanzar esa velocidad porque su
cuerpo orgánico no la resistiría. Pero este Gliptolito nos
informa que la velocidad del cometa y el cometa mismo
fueron generados por la energía cognoscitiva de los
Hombres Gliptolíticos, que esa velocidad fue inmensamente
superior a la de la luz y que aquellos hombres se fueron
en este cometa. Estos hombres, que como cualquier ser
biológico requerían de su masa orgánica para vivir, fueron
seres que adaptaron la masa orgánica de su cuerpo a la
energía cognoscitiva, como para poder soportar cualquier
velocidad que fuera generada por dicha energía. Algo
(p.323) semejante a la resistencia que podría tener la
masa orgánica de un individuo si fuera objeto de la
recepción continua de un flujo eléctrico de elevadísima
intensidad.
Cuando digo que se fueron en el cometa, me refieron a que
usaron espacionaves que acoplaron al cometa. Se entiende
que las espacionaves e instrumentos del caso tuvieron que
ser adaptados para resistir la velocidad del cometa (es
posible que en esto se hayan valido de un especialísimo
material, aquel que describo en el capítulo IX, al
referirme al material que cubría las espacionaves y las
pistas de la Pampa de Nasca).
En algunas secciones de capítulos anteriores y sobre todo
en el capítulo que trata de la situación precataclísmica
que vivió la Tierra, me ha referido a la salida de los
Hombres Gliptolíticos en su viaje de retorno a un lugar
del cosmos. Con ello he mencionado la posibilidad de que
los Hombres Gliptolíticos hayan llevado consigo a Hombres
Reflexivos y Científicos y a algunos otros de menor rango
cognoscitivo.
Es de suponer que los Hombres Gliptolíticos lograron
también adaptar la masa orgánica de estos hombres a fin de
que resistieran la increíble velocidad del cometa.
Y así como se afirma que si el hombre adquiriera la
velocidad de la luz el tiempo se habrá detenido, así
también se puede afirmar que con aquella velocidad, los
Hombres Gliptolíticos salieron de la barrera del tiempo y
entraron a aquella dimensión desconocida que antes he
mencionado.
La observación del cosmos que realiza el hombre actual es
deficiente porque éste se encuentra limitado por la
barrera del tiempo. Esto no fue obstáculo en la Humanidad
Gliptolítica. La energía cognoscitiva llevada a un
elevadísimo nivel lo puso en situación privilegiada,
aquella en que estaba libre del tiempo y por consiguiente
del espacio. Por lo tanto, podía percibir los fenómenos
cósmicos y planetarios de modo simultáneo. Lo que aparece
en el Gliptolito es el testimonio de este extraordinario
poder.
[El
cometa Kohoutek - con una "trayectoria parabólica con
tendencia a la hiperbólica"]

Fig. 113: el cometa Kohoutek visto en Arequipa
(p.328)
Cometa Kohoutek. Foto tomada
desde Arequipa el 6 de diciembre de 1973
(p.328).
|
El cometa Kohoutek, que indudablemente es el cometa
grabado en la piedra, ha sido considerado por los (p.325)
astrónomos del Observatorio de Meudon como un cometa no
periódico, esto es, un cometa que no puede retornar porque
su trayectoria - parabólica con tendencia a la hiperbólica
- lo lleva al infinito y, como se afirma, lo que va al
infinito no regresa. Sin embargo, bien sabemos que en la
fecha en que fue visto, el Kohoutek había retornado,
después de haberse hecho presente en aquel remoto pasado
de la Humanidad Gliptolítica (sin considerar las veces que
tal vez haya retornado en este transcurso).
Los científicos actuales consideran que un cometa es
periódico cuando su trayectoria es elíptica - trayectoria
curva y cerrada, por lo que sus extremos se tocan -.
Cometas de esta índole permiten cuantificar el tiempo en
que habrán de retornar. Son cometas que se desplazan
dentro de nuestro sistema solar, por efecto del campo
gravitacional que actúa sobre ellos. También sostienen los
científicos actuales que cuando la trayectoria de un
cometa es parabólica o hiperbólica - trayectorias curvas y
abiertas, cuyos extremos nunca se tocan porque van al
infinito - el cometa no es periódico, o sea que no
retorna.
Son cometas de trayectoria aberrante. Vienen de fuera de
nuestro sistema solar y si su masa está impelida por una
velocidad que contrarreste la atracción solar siguen su
trayectoria, salen del campo gravitacional de nuestro
sistema solar para ingresar al campo gravitacional de otro
sistema. En caso contrario, son influidos por el campo
gravitacional dentro del cual quedan atrapados o son
atraídos por el Sol para diluirse en él.
Puede suceder que, luego de escapar a nuestro sistema
solar y entrar a otro sistema, sean atraídos por el cuerpo
celeste que ejerce de centro gravitacional del nuevo campo
de ese otro sistema, cuerpo celeste que sería semejante a
nuestro Sol; en este caso quedarían atrapados o se
diluirían. De modo que cuando se dice que estos cometas no
retornan porque se van al infinito, simplemente se da a
entender que quedan atrapados en algún otro campo
gravitacional desconocido.
Pero el cometa Kohoutek retornó el 24 de diciembre de
1973, a pesar de que los científicos han afirmado que es
un cometa de trayectoria
parabólica con tendencia a la hiperbólica. El
contrasentido que esto supone no radica (p.326) en que los
científicos se hayan equivocado en cuanto a la índole de
su trayectoria, porque el mensaje grabado en la piedra
revela que la trayectoria de este cometa es la señalada
por los científicos. Pienso que la explicación sobre el
retorno del Kohoutek se encuentra en un hecho aún no
descubierto por la ciencia actual: no todos los cometas de
trayectoria parabólica o hiperbólica son atrapados por el
campo gravitacional correspondiente a otro sistema.
Algunos, obedeciendo a un fenómeno no detectado aún por la
ciencia actual, atraviesan permanentemente los campos
gravitatorios. Y basándome en que la trayectoria de
cualquier cuerpo celeste no puede ir al infinito porque en
cualquier caso - de acuerdo con Einstein - la trayectoria
sería curva, estos cometas que van errando de sistema en
sistema sin ser atrapados van al mismo tiempo describiendo
la curvatura del caso hasta que llega un momento en que
los extremos de la curvatura se tocan, lo que implica en
consecuencia su retorno.
Lo único que puede hacer que cometas de este tipo no sean
atrapados, es que son impelidos por una fuerza tal que les
permite contrarrestar la fuerza de los sucesivos focos de
atracción que encuentran en su camino. Los Hombres
Gliptolíticos conocieron que en el Universo había, entre
los cometas de trayectoria parabólica o hiperbólica, un
tipo con las características de los que acabo de señalar.
Dotaron entonces al Kohoutek de estas características. Y
si a este cometa los científicos actuales le calcularon
una velocidad de 120 mil kilómetros por hora - lo que
bastó para que no fuera atraído por el Sol -, no significa
una contradicción respecto de la velocidad que, según he
dicho, le dieron los Hombres Gliptolíticos a este cometa
cuando lo generaron de la constelación de Leo.
He dicho que esa velocidad debió de ser inmensamente
superior a la de la luz. La contradicción se disipa si se
considera que el Kohoutek está perdiendo velocidad, por
efecto del inmenso tiempo transcurrido desde el momento en
que nació, tiempo que a juzgar por el cálculo que he
computado en páginas anteriores sobre el momento en que se
grabó esta piedra, debe ser de mil setenticuatro [setenta
y cuatro] millones cuatrocientos mil años.
Aquel 24 de diciembre de 1973 y en los días anterio [...]
(p.327) posteriores más inmediatos a esta fecha, la
ob[...]lón que se hizo del cometa Kohoutek desconcertó: la
[...]rdinaria longitud de su cola - 48 millones de
kilóm[etros] - había hecho creer que sería el cometa más
bri[...] de todos cuantos se habían visto en el siglo, al
ex[...] de que se afirmaba que formaría una gigantesca
an[...] que cubriría la sexta parte del firmamento.
Pero el [Kohoute]k decepcionó: su brillo fue modesto y no
pudo ser [...]ado a simple vista. Todo esto sólo se
explica por lo [...]e deduce del Gliptolito: si en aquel
remoto pasado [Koh]outek partió de la constelación de Leo,
pasó por la [...], se fue hasta la constelación de
Pléyades y desde [...] más de mil millones de años viaja
solitario por el [...]so evitando ser atrapado por los
campos gravitacio[...] por donde pasa, es de suponer que
ha ido dejando [...] de su masa primitiva y con ello el
resplandor que (p.328) tuvo, como aquel esplendor con que
la Humanidad Gliptolítica iluminó a la Tierra en el más
remoto pasado y que el gigantesco cataclismo se encargó de
extinguir (Fig. 113) (p.329).