de:
Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras
grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991;
avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel.
231933 / 234363;
<Capítulo I:
EXISTIÓ OTRA HUMANIDAD
1.1. LAS PIEDRAS GRABADAS DE ICA (p.27-32)
[Todo inicia con una piedra de pisapapel]
Eran los primeros días de mayo de 1966. Félix Llosa
Romero, amigo mío desde la infancia, atravesó la Plaza
de Armas de la ciudad de Ica y llegó a mi domicilio
donde yo tenía instalado mi consultorio Médico. Félix
Llosa Romero sostenía en la mano derecha una pequeña
piedra. "La he traído para ti - me dijo -. Te la
obsequio; es bonita y se verá muy bien como pisapapel en
tu escritorio". La tomé en la mano y me sorprendió su
gran peso. Era una piedra ovalada, de color negruzco y
tenía grabada en un lado de la superficie la figura de
un pez desconocido. La piedra me pareció extraña (Figura
1).

Pisapapel con pez, la primera piedra grabada que
recibió Sr. Cabrera en 1966 (p.28)
[Pero hay otra piedra que ha visto antes - de
su papá viniendo de obras de pistas]
Era la segunda piedra grabada que yo veía.
Aproximadamente treinta años atrás, mientras se
realizaban obras de recuperación de tierras en la
hacienda Los Pobres que poseía mi padre en el distrito
de Salas (provincia y departamento de Ica), la sonda de
perforación que extraía material del subsuelo sacó de la
profundidad una piedra semejante. En aquel entonces los
hombres que trabajaban en las obras dijeron que aquella
piedra había sido grabada por los incas. Atribuyeron el
grabado a los incas porque era frecuente en esta zona
encontrar ceramios, objetos de metal y de madera,
tejidos y restos humanos de las culturas (p.27) del
antiguo Perú que existieron en la región (1).
(1) Los
arqueólogos sostienen que los hombres peruanos tienen
una antigüedad de 20 mil años y que hace sólo 3 mil
años adquirieron un adelanto cultural de cierta
importancia. Repartidos en diferentes valles del
territorio peruano formaron grupos bastante
diferenciados culturalmente, a los que se les ha
llamado reinos o culturas preincas. El reino del Cusco
o cultura inca es mucho más reciente y dominó a los
otros, algunos de los cuales se encontraban en
decadencia, otros habían desaparecido y otros
mantenían su esplendor. A las culturas inca y preincas
se les denomina culturas del antiguo Perú, culturas
precolombinas o culturas prehispánicas; en estos dos
últimos casos par señalar el límite de su vigencia
debido a la llegada de Colón a América y los
conquistadores españoles al Perú, respectivamente. A
veces las denomino en este libro culturas clásicas del
antiguo Perú, con el propósito de reiterar que son del
pasado reciente y que por ello no corresponden a la
humanidad materia de este libro, humanidad que estuvo
repartida en todo el orbe y cuyos testimonios (las
piedras grabadas de Ica) son la prueba de que el
hombre remonta su existencia sobre la Tierra a
millones de años atrás.
Recuerdo que la piedra extraída por la sonda de
perforación tenía grabada la figura de un ave
desconocida. mi padre guardó la piedra. Por entonces yo
tenía dieciséis años y mi interés era ingresar a la
Universidad Nacional Mayor de "San Marcos" de Lima para
estudiar Medicina. De manera que la atracción que yo
sentí por esta piedra, con mis nuevos estudios se
disipó. Tanto fue así, que nunca supe cuál fue el
destino de ella (p.28).
[Objetos de metal y de madera son conocidos - piedras
grabadas son nuevas]
Mi amigo Félix Llosa Romero se hallaba frente a mí y yo
meditaba sobre el posible origen de la piedra que me
acababa de obsequiar. Le pregunté de dónde la había
obtenido y me dijo que se la había dado su hermano,
quien era poseedor de una vasta colección de estas
piedras. Esto me sorprendió, porque en Ica siempre se
hablaba de los ceramios, tejidos y objetos de metal y de
madera que de cuando en cuando eran encontrados en las
tumbas de los cementerios precolombinos, pero no se
hablaba de piedras grabadas.
Mi sorpresa fue mayor cuando Félix Llosa Romero añadió
que desde hacía muchos años los huaqueros (2)
(2)
Huaquero: el que practica clandestinamente
excavaciones en busca de tesoros arqueológicos,
actividad severamente penada por las leyes peruanas a
fin de resguardar el patrimonio arqueológico del país.
de Ocucaje (caserío del distrito de Santiago, en la
provincia y departamento de Ica) habían encontrado una
gran cantidad de piedras grabadas y que desde esa época
se vendían a personas aficionadas a la Arqueología. me
informó finalmente que los hermanos Carlos y Pablo
Soldi, residentes en la hacienda de su propiedad situada
en Ocucaje, poseían la mayor colección de estas piedras;
asimismo, que el arquitecto Santiago Agurto Calvo
coleccionaba algunas y que en el Museo Regional de Ica
había unas cuantas. Yo me quedé perplejo.
[La colección de Félix Llosa Romero: las
figuras en las piedras de una otra edad]
Inmediatamente me trasladé a la casa del hermano de
Félix Llosa Romero y entonces pude ver por primera vez
una gran cantidad de estos grabados pétreos. Vi dibujos
de aves, lagartos, arañas, serpientes, peces, camarones,
sapos, tortugas, llamas (3).
(3)
Llama: camélido oriundo del Perú.
Vi dibujos de hombres. Vi escenas simples y complejas de
pesca y de cacería de animales. Vi que los animales
representados ofrecían rasgos que los diferenciaban de
las especies actuales: había serpientes con aletas en el
dorso, aves con cornamentas, artrópodos con tenazas de
igual longitud, peces con múltiples (p.29) aletas
distribuidas por todo el cuerpo. Las escenas parecían
tener movimiento, como si se estuvieran realizando
frente a mí. El poseedor de esta colección me confirmó
lo que ya me había dicho su hermano sobre la zona de
donde provenían las piedras.
Esta enriquecida primera experiencia con las Piedras
grabadas de Ica puso en mi espíritu una inquietud: sentí
profundamente la necesidad de que se realizara una
investigación científica con el propósito de esclarecer
su misterioso origen y su relación con las culturas
clásicas del antiguo Perú.
[Sr. Javier Cabrera como fundador de la Casa de
la Cultura de Ica]
Por esos días se produjo un hecho inesperado para mí,
que me hizo creer que la investigación sobre las piedras
grabadas se podía realizar con el apoyo oficial: recibí
el encargo de fundar y dirigir la Casa de la Cultura de
Ica, institución que tenía el propósito de promover y
difundir, en la región, las ciencias, las letras y las
artes. La de Ica era filial de la institución central,
Casa de la Cultura del Perú, con sede en la ciudad de
Lima.
[El Museo Regional de Ica tiene piedras
grabadas pero solo en el depósito - dicen que los
campesinos han hecho las piedras grabadas - no quieren
investigaciones]
Con la autoridad que me daba el reciente cargo, lo
primero que hice fue entrevistarme con Adolfo Bermúdez
Jenkins, Director del Museo Regional de Ica, para que me
mostrara las piedras grabadas que según mi amigo Llosa
obraban en poder del Museo. Mi petición obedecía al
hecho de que en mis múltiples visitas a este museo nunca
había visto ninguna de ellas. El director confirmó la
existencia de las piedras, pero no las exhibía. Para
mostrármelas las mandó traer del depósito. Cuando traté
de interesarlo en la idea de que oficialmente se
realizaran investigaciones científicas sobre las
piedras, me contestó que tales investigaciones no eran
necesarias porque un amigo suyo le había dicho que eran
hechura de los mismos huaqueros de Ocucaje que las
vendían. Le pregunté entonces si la opinión de su amigo
estaba respaldada por pruebas de laboratorio y el
director dijo que tales pruebas no eran necesarias.
[Sr. Cabrera quiere un museo con las piedras
grabadas]
Con el propósito de despertar el interés por las piedras
grabadas en los científicos del país y los científicos
extranjeros que pudieran visitar la ciudad de Ica,
decidí formar una colección de ellas para exhibirlas en
el local (p.30) de la Casa de la Cultura de la ciudad.
Con mi propio peculio empecé a adquirir ejemplares y así
me proveí de más de cinco mil que pasaron a exhibirse en
el local de la mencionada institución.
[El reporte de Sr. Buse sobre las piedras
grabadas - desenterrados por el río en 1961]
Tiempo después me enteré con sorpresa que un año antes
de que mi amigo Llosa me obsequiara la primera piedra
que llegó a mi poder, un estudioso del pasado del Perú,
Herman Buse, había publicado un libro en el que daba a
conocer la existencia de piedras grabadas en Ica (4).
(4)
Herman Buse: Introducción al Perú: Lima, 1965
Refería Buse que en 1961, el desborde del río Ica había
dejado al descubierto, en la zona de Ocucaje, una gran
cantidad de estas piedras, las que desde entonces habían
sido objeto de comercio por parte de los huaqueros que
las encontraron. Añadía que gran número de ellas habían
sido adquiridas por los hermanos Soldi, quienes luego
inútilmente habían intentado, una y otra vez, interesar
a los arqueólogos por el estudio de las piedras.
[11 de diciembre de 1966: artículo del
arquitecto Calvo sobre hallados de piedras grabadas en
Ocucaje]
El 11 de diciembre de 1966 leí en un diario de la ciudad
de Lima un artículo periodístico firmado por el
arquitecto Santiago Agurto Calvo - por entonces Rector
de la Universidad Nacional de Ingeniería -, en el que
daba cuenta que ese año había hallado piedras grabadas
en tumbas preincas de los yacimientos arqueológicos
nombrados Max Uhle y Tomaluz, situados al sur de Ocucaje
(5).
(5)
Santiago Agurto Calvo: "Las piedras mágicas de
Ocucaje". En Suplemento del diario "El Comercio".
Lima, 11 de diciembre, 1966
Informaba el artículo que una de las piedras
representaba en una de sus caras un pájaro con las alas
extendidas en pleno vuelo, llevando una mazorca de maíz
en las patas, y otra piedra tenía una figura estrellada
(Fig. 2).

Piedra grabada encontrada el 20 de agosto 1966 con una
estrella (p.32)
Una de las piedras grabadas de Ica encontradas por el
arquitecto Santiago Agurto Calvo, el 20 de agosto de
1966,
en el cementerio prehispánico de Tomaluz, al sur de
Ocucaje, en la hacienda Callango, Ica (p.32)
Este descubrimiento lo había hecho en compañía de
Alejandro Pezzia Assereto, arqueólogo del Patronato
Nacional de Arqueología del Perú, conservador del Museo
Regional de Ica y encargado de las investigaciones
arqueológicas de la región. El arquitecto Agurto Calvo
concluía su artículo manifestando que sus hallazgos
comprobaban la autenticidad arqueológica (p.31) de las
piedras grabadas de Ica y que con ello se abrían otros
capítulos más promisorios e interesantes. Luego de la
publicación de este artículo, escrito por un intelectual
de prestigio, creí que los arqueólogos tomarían interés
por estudiar las piedras grabadas de Ica. En los meses
que siguieron esperé incansablemente la llegada a Ica de
los estudiosos del Perú antiguo, pero no llegaron.
[Primeros pensamientos qué son las figuras en
las piedras]
En los meses de aquella espera, mientras se exhibían los
ejemplares de mi colección, yo trataba de encontrar el
significado de los grabados, pues debo confesar que
desde el comienzo tuve la impresión de que las figuras
representadas no obedecían a un propósito artístico y
decorativo, sino a la intención de transmitir aspectos
de la vida del hombre que había habitado el territorio
peruano en un remoto pasado. Lo que poco a poco iba
encontrando por mis observaciones de los grabados me
convencía cada día más de que había existido esa
intención (p.32).