de:
Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras
grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991;
avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel.
231933 / 234363;
<INTRODUCCIÓN (p.19-25)
[Hallazgo de las piedras grabadas en 1961 en
Ocucaje]
360 kilómetros al sur de la ciudad de Lima - capital del
Perú -, en la provincia costeña de Ica, aparecieron en
1961 unas extrañas y misteriosas piedras grabadas
semejantes a cantos rodados. Lo extraño y misterioso de
las piedras radicaba en que sus figuras grabadas
representaban animales, hombres y escenas de vida muy
diferentes de lo que los estudios arqueológicos daban
por sabido sobre la fauna y la vida de los hombres de
las culturas clásicas del antiguo Perú.
Las piedras provenían de Ocucaje - apacible caserío
situado a 40 kilómetros al sur de la ciudad de Ica -, en
cuyas inmediaciones el subsuelo guarda innumerables
tumbas de hombres que vivieron en la época de los incas
y antes de ellas y reposan sobre la superficie restos
petrificados de minúsculos y de gigantesco animales
prehistóricos. Ocucaje se asienta en un inmenso desierto
atravesado por cerros de rocas arcaicas, quizá las más
arcaicas del planeta. Allí conviven, en la soledad del
desértico paisaje, testimonios de un pasado reciente y
testimonios del más remoto pasado. Y si no fuera por los
pequeños sembrados que se levantan a uno y otro lado de
un río - seco la mayor parte del año - que atraviesa el
desierto, se diría que esta parte del planeta está
muerta y que ahí se detuvo el tiempo.
[La tradición ilegal: campesinos de Ocucaje
encuentran las piedras grabadas - y buscan en tumbas]
Las extrañas y misteriosas piedras habían sido (p.19)
encontradas por campesinos de Ocucaje. Siendo Ocucaje la
zona de donde se han desenterrado desde principio del
presente siglo los más finos mantos y ceramios antiguos,
los campesinos de Ocucaje vienen dedicándose, de
generación en generación, a la práctica clandestina de
buscar restos arqueológicos de valor. En las noches
claras, armados de barretillas, embozados para no
respirar los hedores de las tumbas, protegidos de
amuletos para defenderse de imprevisibles maleficios y
teniendo de testigo sólo al silencio, realizan la
enigmática tarea de desenterrar al pasado. Sombras
movedizas pueblan entonces por largas horas la
superficie del desierto, de modo que si en aquellos
momentos alguien asomara sin saber de lo que
verdaderamente se trata, pensaría que los muertos han
dejado su sueño milenario para incorporarse de sus
tumbas y reiniciar un rito que había quedado
interrumpido en un imprecisable instante del pasado.
[Los arqueólogos peruanos no aceptan ninguna
piedra grabada - y manipulan al gobierno contra las
piedras grabadas]
Las extrañas figuras grabadas en las piedras causaron
estupor en los arqueólogos que las vieron: no se
ajustaban a lo que se sabía sobre los antiguos hombres
que habían poblado el territorio peruano y venían a
derrumbar todo lo que se había construido respecto de
ese pasado. La desconfianza y la duda sobre la
autenticidad de las piedras fue su primera respuesta.
Pero cuando en estas piedras y muchísimas más que fueron
apareciendo se descubrieron figuras enigmáticas que
hacían incomprensible el conjunto de las
representaciones, los arqueólogos acabaron por no creer
en la autenticidad de las piedras. Fieles a la idea de
que los más antiguos pobladores del Perú remontaban su
existencia a no más de 20 mil años atrás y que sólo
hacía 3 mil años habían logrado alcanzar un avance
cultural de cierta importancia, no podían detenerse a
pensar en la hipótesis de que aquellas piedras pudieran
ser los testimonios de hombres mucho más antiguos que
los integrantes de las culturas clásicas del antiguo
Perú, es decir, mucho más antiguos que los incas y
preincas.
[Los hermanos Soldi piden la investigación de
las piedras grabadas - el gobierno loco en Lima ignora
todo]
La incredulidad de los arqueólogos pasó a contaminar el
espíritu de las autoridades culturales del país. Las
piedras grabadas de Ica, que seguían apareciendo y
estaban (p.22) pasando a formar parte de colecciones
particulares, no eran objeto de la mirada de los
arqueólogos y de más especialistas. De modo que cuando
los hermanos Carlos y Pablo Soldi - que habían
coleccionado las primeras piedras aparecidas en Ocucaje
- solicitaron repetidas veces que sus ejemplares fueran
objeto de estudio, los entendidos en la materia
decidieron ignorar la insistente petición.
[1966: excavaciones [privadas?] en Ocucaje con
el arquitecto Santiago Agurto Calvo - pruebas que
piedras grabadas son de antes de la edad de los Incas]
En 1966, el arquitecto Santiago Agurto Calvo practicó
excavaciones en tumbas de Ocucaje con el propósito de
comprobar si las piedras grabadas - de las que tenía una
apreciable colección adquirida años atrás - provenían de
ellas. Agurto Calvo logró encontrar algunos ejemplares,
lo que lo condujo a afirmar que las piedras habían sido
grabadas por hombres preincas. Era la primera vez que se
llegaba a tener conocimiento del lugar exacto donde
habían sido encontradas algunos ejemplares. Esto, que se
ajusta a las exigencias de la Arqueología, no fue sin
embargo suficiente para interesar a los arqueólogos en
el estudio de las piedras.
[1967: Cabreras inicia a conocer las piedras
grabadas]
A seis años de los primeros hallazgos de piedras
grabadas, y sin saber de aquellos empeños de los
hermanos Soldi y del hallazgo del arquitecto Santiago
Agurto Calvo, llegué a conocer algunos cientos de
ejemplares. Mis investigaciones en el campo de la
Biología, paralelas a mi labor docente en las
Universidades Nacional "San Luis Gonzaga" de Ica, me
permitieron identificar en la extraña fauna grabada en
las piedras ciertos animales que según la paleontología
había existido en la prehistoria. Por deducción
elemental me di cuenta que las piedras grabadas de Ica
revelaban la coexistencia del hombre con aquellos
animales prehistóricos, lo que situaba al hombre a
millones de años atrás, época en que habían existido
esos animales.
Como yo no ignoraba que la ciencia tiene por
inconmovible la idea de que el hombre como ser
inteligente y reflexivo apareció - luego de un lento y
largo proceso de cerebralización de los primates - hace
sólo 250 mil años, llegué a la conclusión de que las
piedras grabadas de Ica desarticulaban no sólo el
esquema sobre la antigüedad del hombre peruano sino
también sobre la aparición del hombre sobre la Tierra.
Esto me obligó a convertirme en un coleccionista de
piedras grabadas con el propósito de estudiarlas (p.23)
y averiguar su validez científica.
[Cabreras descifrando las piedras grabadas -
son testimonios de millones de años]
Posteriormente, ahondando los estudios, advertí que
ciertas figuras aparentemente enigmáticas que en algunos
casos daban la impresión de ser adornos, eran símbolos
que respondían a un sistema de expresión. Con ello las
piedras grabadas de Ica revelan no precisamente ser
testimonios de un arte lítico, sino testimonios de
hechos humanos. Luego de casi diez años de paciente y
sistemático estudio de más de once mil ejemplares que
integra la colección de mi Museo, he logrado descifrar y
disponer de valiosas informaciones, que por ser tan
variadas y abundantes no caben todas en un libro. Estas
informaciones nada tienen que ver con las culturas inca
y preincas, culturas del reciente pasado peruano. Son
pruebas, por el contrario, de que las piedras proceden
sólo excepcionalmente y en un número muy reducido de
tumbas de esas culturas y dan cuenta de que el hombre
existe en la Tierra desde hace millones de años.
[Fueron más avanzadas con la técnica - las
figuras se repiten en todo el mundo]
Refieren de la existencia de una humanidad que tuvo como
finalidad el desarrollo de la capacidad reflexiva para
incrementar y conservar el conocimiento y que gracias a
esta finalidad llegó a alcanzar una ciencia y una tecnología mucho
más avanzada que las de la humanidad actual.
Las huellas de esa humanidad pueden ser perfectamente
reconocibles en
objetos de diversos materiales no precisamente pétreos
y que se encuentran desperdigados en muchos lugares
del mundo, porque las figuras y símbolos que
contienen responden al mismo sistema expresivo que se
empleó para grabar las piedras de Ica.
Estas huellas de ámbito universal revelan que aquella
humanidad estuvo establecida por todo el orbe. Pero como
lo que usó preferentemente para dejar sus informaciones
fue aquel material casi eterno como es la piedra, he
decidido denominar gliptolito a la piedra grabada y a
aquella humanidad, humanidad gliptolítica.
Las informaciones grabadas en las piedras de Ica
constituyen invalorables mensajes dejados por aquella
humanidad a los hombres del futuro. Por un hecho extraño
y muy difícil de explicar han sido descifrados en la
actual humanidad. Y como sus mensajes obedecen al
propósito de revelarle al hombre que él es capaz de
logros intelectuales imprevisibles si asume como
finalidad de su existencia la que tuvo (p.24) aquella
humanidad, considero que las Piedras Grabadas de Ica son
el legado más grandioso que ha recibido toda nuestra
actual humanidad.
[11.000 mil piedras grabadas esperan para ser
más investigados]
La convicción que de ello tengo ha hecho posible que las
once mil piedras que integran la colección de mi Museo
estén siempre a disposición no sólo de estudiosos y
científicos sino también de aquellos que sientan el
deseo de conocerlas. De modo que cuando se me ha
solicitado permiso para fotografiarlas y publicar
opiniones particulares sobre ellas o difundir algo sobre
mis investigaciones, con gran complacencia he accedido a
la petición. Las once mil piedras siguen, pues,
esperando que otros estudiosos y científicos extranjeros
y, especialmente, los estudiosos del pasado peruano las
examinen y comprueben la verdad que ellas refieren.
Pienso que las Piedras Grabadas de Ica explican
racionalmente mucho de lo que hasta el momento la
humanidad actual tiene por enigmas y fabulaciones
alrededor de la existencia pasada del hombre. Las
realizaciones alcanzadas por los hombres de aquella
remota Humanidad Gliptolítica están tan alejadas de las
actuales posibilidades del hombre que, si no existieran
los testimonios pétreos que las respaldan, las
referencias que de ellas hago sistemáticamente en la
presente obra correrían el riesgo de ser consideradas
como producto de una mente de extraordinaria
imaginación.
Ica, 20 de diciembre de 1975
Javier CABRERA DARQUEA> (p.25)