Leyendas de Venezuela
La trágica leyenda de la sayona
de:
http://leyendas.about.com/od/leyendasporpais/a/La-Tragica-Leyenda-De-La-Sayona.htm
Nada bueno es sucumbir a la tentación de los celos.
Hemos oído esta leyenda en Venezuela,
y por cierto que tiene profundas similitudes con aquélla
de la segua en
América Central y de la mula ánima
en Argentina y Chile. Nos cuenta esta leyenda que
existía en las zonas rurales de Venezuela una mujer que
vivía en paz con su pareja e hijos, pero a la que a los
celos no dejaban disfrutar de su familia, puesto que
constantemente imaginaba situaciones comprometedoras en
las que incluía a su marido, sin razón alguna, lo que
provocaba frecuentes discusiones que enturbiaban la
armonía del hogar. Existía en la misma región un hombre
que la pretendía secretamente, y sabiendo que se trataba
de una mujer celosa y posesiva, ideó una vil estratagema
para lograr que rompiera con su marido: echó a correr el
rumor de que el esposo de esta mujer y su suegra, la
madre de la mujer en cuestión, eran amantes, cosa
totalmente falsa, pero que prendió rápidamente en las
habladurías del pueblo debido a su alto carácter
escandaloso.
Como no podía ser de otro modo, el rumor llegó a oídos
de la mujer, la que confrontó por separado a su esposo y
a su madre; escandalizados, ambos negaron que estuviera
sucediendo tal cosa y preguntaron a la desequilibrada
mujer de dónde había sacado tamaña mentira. No hubo
respuesta: en el pueblo el rumor era constante,
alimentado por este hombre de mala fe. Como este
individuo veía que con el pasar de los días sus
propósitos no se concretaban, ideó una estrategia aún
más perversa: en momentos en lo que la madre de la mujer
se hallaba en casa de su hija ayudando a su esposo con
el cuidado del hogar y de los niños, se presentó en la
casa donde la mujer trabajaba con el pretexto de
advertirle su esposo y su propia madre estaban en ese
instante teniendo ilícito acceso carnal. La mujer se
puso fuera de sí, no logró razonar que lo que estaba
oyendo era una calumnia, y tramó de inmediato su
venganza. La crueldad del destino quiso que en la casa
en donde trabajaba hubiera a su disposición bidones de
combustible. Tomó uno y rodeó con líquido la humilde
vivienda en horas de la tarde, mientras su esposo y su
madre dormían, por supuesto, en cuartos separados. La
mujer, enloquecida de celos, echó fuego al combustible y
pronto toda la casa ardió. Sus ocupantes, el esposo, la
madre y los niños, murieron entre horribles gritos de
dolor. Al presenciar esta escena macabra, la mujer cayó
en la cuenta de su horrendo proceder y echó a correr
desesperadamente. Al toparse con un barranco, se arrojó
en él y murió. Hasta aquí la historia terrenal de la
mujer que llaman la sayona.
No obstante, como supondrán, no es éste el fin da la
historia. Al morir, el espíritu de la mujer se
metamorfoseó en un monstruo (algo similar a la Llorona,
quizás),cuya apariencia es la de una muchacha hermosa,
pero que en verdad es una repulsiva calavera que se
presenta a los hombres infieles cuando están a punto de
consumar su traición. Se aparece a los hombres lúbricos,
les pide un cigarro, y es entonces cuando su verdadero
rostro se hace presente. El hombre en cuestión
generalmente muere del susto. El nombre sayona proviene
de la palabra sayo, una túnica de aspecto mortuorio con
la que va vestida y que no hace más que picar la
curiosidad de los desafortunados que están a punto de
toparse con ella.