Leyendas del Perú 5:
plata, oro y tesoros
Un hombre sacando perlas: El tesoro de
Chachani (Arequipa)
Región de Arequipa.
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/06/el-tesoro-de-chachani.html
- http://linda-arequipa.com/leyendas-arequipenas/
Según la historia el tesoro se encontraba dentro de una
gran cueva y en ella había un río subterráneo, el
misterio de esta historia lo resolvió un hombre que
ambicionaba con estos tesoros.
Este hombre empezó a caminar desde el puente Grau en
dirección al Misti, siempre por el lado izquierdo y los
ojos bien abiertos tratando de descubrir algún indicio
de la desembocadura del otro río. Terminando el día
llego hasta las partes altas del valle del Misti
chiquito y el esfuerzo fue en vano.
De regreso a su casa pudo esclarecer nuevas ideas: los
agricultores de Socabaya extraen agua de algunos pozos
distantes que vienen de los deshielos del Pichu Pichu,
éste agua según los agricultores vienen de los ríos
subterráneos.
Al día siguiente muy temprano fue a las partes altas de
Uchumayo hasta llegar a las viejas canteras de sillar y
así sospecho que las filtraciones de aguas venían de
Chachani, entonces aquellas filtraciones de agua le
llevarían hasta el río subterráneo.
Camino siguiendo las húmedas tierras. Mientras avanzaba,
las filtraciones desaparecían y aparecían en lugares
diferentes. Camino cientos de metros hasta que la
humedad desapareció en forma definitiva, miro a lo lejos
y vio muy distante el Chachani, a cierta distancia se
encontraba algunos arbustos de pie, que le indicaban que
bajo sus raíces estaba aquel río subterráneo.
Entonces cogió tres piedras formando un triángulo, esta
era la señal para saber dónde se había quedado,
seguidamente apuro sus pasos para llegar rápidamente al
pueblo.
Para ver la dirección exacta del río subterráneo se
dirigió donde el mejor chaman del pueblo y este le
vendió un palito de Hoque en forma de “y” más los
conocimientos como debería utilizar esta herramienta y
así resolvió el enigma y con el misterioso palito fue al
lugar donde dejó el triángulo de piedras.
Decidió a lo que vendría, cogió el palito y esta
herramienta de rato en rato le indicaba donde había
agua. Luego de avanzar varios kilómetros casi llegando a
las faldas del Chachani el palito dejo de funcionar , ya
no daba indicios del río subterráneos, observo que la
última piedra estaba junto a un cactus, nuevamente
construyó un triángulo de piedras y así muy contento y
cansado se regresó al pueblo.
Al siguiente día cogió algunas herramientas camino
obsesionado por encontrar el gran cacto, al encontrar
empezó a cavar un hueco, el río subterráneo estaba a
cinco metros de profundidad. Ya llevaba varias horas
cavando y la profundidad del hoyo crecía junto a la
humedad de la tierra, hasta que descubrió la dureza del
suelo y al pegar la oreja escucho el sonido del río
subterráneo y con el pico logro hacer un pequeño
orificio y así descubrió el río.
Con el deseo de llegar al río, agrandó aquel orificio y
bajo con un pequeño costalillo y siguió caminando hasta
encontrar una cueva y la altura del pozo, pasaba diez
veces su cuerpo y miro que la salida se estaba tapando y
todo se oscureció. El hombre se llenó de miedo y al
mismo tiempo sacó un mechero de su bolsillo y lo
encendió y con esa luz recobró la calma.
Avanzó en dirección contraria a las aguas con el mechero
en manos, avanzó como tres kilómetros y las aguas
dejaban de moverse, a medida que el avanzaba encontró
retazos de tela, luego algunos huesos humanos y en una
de ellas encontró una cadena con una cruz de oro.
Al tiempo que avanzaba la tienda se agrandaba y en allí
encontró piedras talladas en formas de asiento y al
levantar la mirada en la pared estaba dibujado el rostro
de Cristo. Al salir de este cuarto, encontró un gran
patio y una pequeña catarata. Su último mechero ya se
acababa y con poca luz, corrió desesperado y en una de
las paredes encontró un mechero de oro finamente
trabajado por manos artesanales, sin pérdida de tiempo
la encendió y la cueva se ilumino sin dejar espacio
oscuro.
Siguió caminando y encontró en una de sus habitaciones
paja y en el suelo varios esqueletos que vestían la
túnica de sacerdotes jesuitas formando un circulo y en
el centro varias cajas de madera, se acercó a estos
esqueletos tenían crucifijos y en los dedos anillos de
oro con piedras preciosas.
Tomo estos tesoros y los puso en su cuello y los aros en
sus dedos, también encontró una biblia en latín y a su
lado un libro donde decía “testamento de los jesuitas” y
algunos pergaminos, cuadros de la ultima cena y la
resurrección de Cristo.
La tierra empezó a temblar y algunas partes de la cueva
se desprendieron, no perdió el tiempo y corrió al centro
de aquellos esqueletos y al abrir una de las cajas
encontró la mayor diversidad de joyas, y en ello había
cáliz de oro, coronas, pulseras, etc.
Antes de abandonar el lugar lo dejo bien marcado para
poder regresar, tenía todo el camino bien marcado ya
casi llegaba al pueblo, se sentó a descansar y a
contemplar sus preciosas joyas y muy contento por esto
de pronto sus joyas empezaron a desvanecerse por si
solos y desaparecieron poco a poco y el hombre no se
explicaba por esto, perdió todo el tesoro que pudo
extraer del Chachani, y no volvió a pensar más en ellos
por que comprendió que estos son de los jesuitas.
Los Incas mandan un toro y esconden un tesoro:
El Toro de Catalina Huanca (Huacho)
Santa María y Hualmay, región de Huacho.
de: Julio Solórzano Murga; en:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/07/el-toro-de-catalina-huanca-huacho-lima.html
- http://www.huacho.net
El Toro Huanco
Desde el año 1945 hasta promediar el año 1970, los
vecinos de Santa Maria y Hualmay dedicados a la
agricultura y a la ganadería en pequeña escala, en época
de escasez de pasto llevaban en forma conjunta a pastear
sus reces en la conocidísimas “Lomas de Lachay” situado
a 50 Km. al sur de Huacho.
Las lomas de Lachay siempre fue un lugar de verdes
pastizales, sobre todo en los meses de invierno cuando
el pasto se escasea en los terrenos de cultivo de los
pequeños agricultores de estos dos distritos, así como
también los ganaderos en menor escala de Sayán y Huaral.
Cada comunidad campesina albergaba alrededor de 300
cabezas de ganado vacuno, pastoreada por sus
propietarios que iban apertrechados con todo lo
necesario para pernoctar todo el tiempo de pastoreo que
eran aproximadamente de 25 a 30 días.
Concluida el tiempo de pastoreo, las comunidades
campesinas reunían sus ganados para la verificación de
rutina, para luego partir el regreso a casa. Cierto día
al finalizar el rodeo a la media noche sucedió algo
insólito, se escuchó un ruido ensordecedor por lo cual
las reces se espantaron y huyeron despavoridos en
diferentes direcciones. Las personas que cuidaban las
reces no podían controlar el desbande descomunal del
ganado. Nadie veía nada, pero todos decían el “Toro
Huanco” y así sucedía cada en temporada de pastoreo.
Durante la estampida se perdían algunas reces que se
desbarrancaban de las lomas y quedaban como comida para
las aves de rapiña. En cierta ocasión el comunero
Jacinto Chinchay, perdió su mejor torillo, no lo
encontraba por ningún lugar, busco a su animal por
varios días internándose hacia quebradas lejanas,
logrando ubicarlo en una de las quebradas situada a dos
días de camino del lugar de pastoreo. Cuando estuvo
cerca del animal don Jacinto comenzó a tener temor,
atardecía ya, el sol se ocultaba lentamente y las
piedras alumbraban como si fueran faros de carro,
Jacinto logro sacar a su torillo, se ideo la manera de
ubicarse bien colocando señales donde las piedras
alumbraban.
Pasado varios años cuenta esta aventura a un amigo que
según se dice le había pasado la misma historia en el
cerro llamado el “Toro” ubicado en la Pampa de Animas en
el distrito de Santa Maria, que al final resulto ser un
gran “TAPADO” oculto por los antiguos Incas. Según los
brujos y espiritistas de la zona confirman que lo
sucedido a Jacinto Chinchay fue el entierro de un gran
tesoro, que posiblemente perteneció a “Catalina Huanca”.
De ahí viene el nombre de “Toro Huanco” porque alguien
tenía el dato de dicho tesoro que se encuentra en el
lugar donde señalo don Jacinto Chinchay.
EL Tesoro: un hombre alto regala un tesoro en
una casa (Huacho)
Huacho.
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/07/el-tesoro-huacho-lima.html
- http://www.huacho.net
Decían los pobladores que en la casa, donde actualmente se
encuentra la posta medica de la campiña de Huacho, vivían
unos antiguos ancianitos. Vivieron muchos años en dicha
pasaron los años y estos murieron. Los nuevos inquilinos
eran de ascendencia española; su primera noche en la casa
cuando el reloj dio las 12 de la noche estaban despiertos
escucharon una voz que decía: “Caigo o no caigo......” al
escuchar esa voz salieron corriendo y al día siguiente
desalojaron dicha casa.
Mucho Tiempo después volvieron a habitar la casa, un señor y
su esposa ellos se habían enterado de lo sucedido pero no
hicieron caso a los comentarios, después de tres días de
encontrarse en esta casa, a las 12 de la noche oyeron una
voz: “Caigo o no Caigo .........” no hicieron caso y a la
tercera vez que la escucharon salieron corriendo y pidieron
alojamiento a los vecinos.
La casa estuvo mucho, mucho tiempo deshabitada luego
llegaron unos señores ellos venían de la sierra se enteraron
de esto y manifestaron lo narrado era pura imaginación,
fueron a vivir a dicha casa. A las 11 de la noche estaban la
señora estaba friendo su pescado y seguían friendo, cuando
de repente una voz decía: “Caigo o no caigo ............” y
uno de ellos le dijo: “cae no más y cayó una pierna” y luego
otra vez: “Caigo o no caigo ............” y el otro le
contestó: “cae no más y cayo la otra pierna”; y así
sucesivamente iba cayendo todas las partes y cuando ya
estaba formado un cuerpo, los señores voltearon y vieron un
hombre alto que les manifestó: “Ustedes son los mas
valientes que he encontrado y les voy a dar todo el tesoro
que tengo aquí” y señalo debajo de una silla y desapareció.
Empezaron a brotar monedas de oro y hallaron dicho tesoro,
desde esos momentos fueron ricos debidos a su valentía.
El tesoro del duende (Huacho)
Huacho.
de:
http://leyendas.about.com/od/leyendasporpais/a/Leyendas-Del-Peru.htm
Cuenta esta leyenda que en una casona de la localidad
peruana de Huacho, unos ciento cincuenta kilómetros al
norte de Lima,
habita un duende
que se hace presente a los moradores únicamente si éstos
se lo permiten. Si lo hacen, reciben un premio en metálico
que los hace ricos para el resto de sus vidas, pero antes
deben superar la prueba que el duende les impone
demostrándoles su valor. En una ocasión, una pareja de
ancianos que hace poco se habían mudado a la casa
escucharon por la noche un vozarrón, que no era otro que
el del duende, preguntándoles si querían recibirlo. Todos
los anteriores moradores habían huido despavoridos al
escuchar una voz tan estentórea, pero no fue el caso de
los ancianitos, quienes amablemente le respondieron que
sí, que deseaban recibirlo. Acto seguido, el duende se
hizo presente, bajo un aspecto amigable, y como recompensa
por su amabilidad les regaló una enorme cantidad de
monedas de oro, con las que los ancianitos costearon
largamente sus necesidades por el resto de lo que les
quedaba de vida.
Al morir, la casa se ocupó brevemente
con una joven familia, pero al oír la invitación del
duende una de las primeras noches de su estancia en la
casa, se retiraron velozmente, presas del susto. Se dice
que la casa permanece por estos días desocupada.
El Tesoro en una casa encantada - cae un hombre
y regala su tesoro (Huacho)
Huacho.
de:
Tomás
Sánchez: El Tesoro;
http://mitosyleyendasdehuacho.blogspot.pe/
Decían los pobladores que en la casa,
donde actualmente se encuentra la posta medica de la
campiña de Huacho, vivían unos antiguos ancianitos.
Vivieron muchos años en dicha pasaron los años y estos
murieron. Los nuevos inquilinos eran de ascendencia
española; su primera noche en la casa cuando el reloj dio
las 12 de la noche estaban despiertos escucharon una voz
que decía: “Caigo o no caigo......” al escuchar esa voz
salieron corriendo y al día siguiente desalojaron dicha
casa.
Mucho tiempo después volvieron a habitar la casa, un señor
y su esposa ellos se habían enterado de lo sucedido pero
no hicieron caso a los comentarios, después de tres días
de encontrarse en esta casa, a las 12 de la noche oyeron
una voz: “Caigo o no Caigo .........” no hicieron caso y a
la tercera vez que la escucharon salieron corriendo y
pidieron alojamiento a los vecinos.
La casa estuvo mucho, mucho tiempo deshabitada luego
llegaron unos señores ellos venían de la sierra se
enteraron de esto y manifestaron lo narrado era pura
imaginación, fueron a vivir a dicha casa. A las 11 de la
noche estaban la señora estaba friendo su pescado y
seguían friendo, cuando de repente una voz decía: “Caigo o
no caigo ............” y uno de ellos le dijo: “cae nomás"
y cayó una pierna y luego otra vez: “Caigo o no caigo
............” y el otro le contestó: “cae nomás" y cayo la
otra pierna; y así sucesivamente iba cayendo todas las
partes y cuando ya estaba formado un cuerpo, los señores
voltearon y vieron un hombre alto que les manifestó:
“Ustedes son los mas valientes que he encontrado y les voy
a dar todo el tesoro que tengo aquí” y señalo debajo de
una silla y desapareció. Empezaron a brotar monedas de oro
y hallaron dicho tesoro, desde esos momentos fueron ricos
debidos a su valentía.
Un
tesoro de los Incas: El Cerro Centinela (Huacho)
Carquín, región de Huacho
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/07/el-cerro-centinela-huacho-lima.html
- http://www.huacho.net
Los antiguos pobladores de Carquín afirman que el Cerro
Centinela tiene mágicos sucesos, como aquel túnel con muchos
caminos, extensos, que Ilega incluso hasta la Histórica
Huaura.
Los pobladores manifiestan, que en este cerro los antiguos
incas guardaban el oro y objetos de valor, para evitar ser
víctimas de saqueos por parte de los españoles.
Cuentan, que los incas pusieron varias trampas y también a
un Centinela, que era una especie de brujo que cuidaba
celosamente el preciado tesoro. Narran además, que algunos
intrépidos jóvenes que ingresaban con el deseo de apoderarse
de dicho tesoro nunca lograron salir.
En una oportunidad un estudiante de la capital ingresó y dos
días después salió con síntomas de locura, y botando espuma
por la boca.
La gente afirma que ha existido siempre ese túnel y no lo
han podido explorar por terror a ser encantados, o podría
cerrarse tras de ellos y no poder salir nunca. Por eso nadie
quiere entrar, ni menos destruirlo, pues lo consideran como
una reliquia del pueblo de Carquín.
El
venado encantado de Carcas: el protector de un tesoro en
un cerro (Ancash)
Ancash.
de: Marcos Yauri Monteor: Leyendas Ancashinas; en:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2015/03/el-venado-encantado-de-carcas.html
Leyenda Ancashina
[Vino un demonio - sin éxito]
En Carcas, pequeño poblado del distrito de Chiquián en la
provincia de Bolognesi, hay un cerro llamado Huanya. En su
interior duerme un fabuloso tesoro que los incas ocultaron a
la codicia de los españoles. El Dios Sol decretó que un
venado corpulento, de hermosa piel y cuernos relucientes,
debía tener la eterna misión de cuidarlo.
Desde entonces, el bello animal ronda por los parajes de ese
lugar, no permitiendo que nadie llegue a descubrir la
entrada de la caverna. Pero el demonio una vez estuvo a
punto de dar con ella. Y por eso, el fiero venado, emprendió
contra él una lucha feroz y sin cuartel. En las crudas
épocas del invierno, cuando la tierra se cubre de una
melancólica neblina, y el rocío cae tristemente de las
hojas, la lucha se torna más encarnizada. Durante las noches
lóbregas y heladas, el cerro se estremece ante el fragor de
la pelea cruenta, fragor que apaga el estrépito de las
torrentosas aguas de los tres arroyuelos que surcan el
lugar. Pese a la ferocidad del demonio, el bizarro guardián
de piel brillante y astas erguidas, logra derrotarlo, y el
enemigo vencido aumenta el caudal de uno de los arroyuelos.
[Vino otro grupo - sin éxito]
Una vez, dos cazadores habían seguido los rastros de un
venado. Después de una fatigosa caminata, habían llegado a
la boca de una cueva a cuyo interior se dirigían las
huellas. Entraron alumbrandose con una antorcha y a su luz
vieron esqueletos humanos, potes y otros objetos de
alfarería. Temerosos abandonaron la tenebrosa caverna. En el
interior, al emprender el regreso a sus chozas, uno de ellos
resbaló y al incorporarse apoyándose con las manos en el
suelo remojado por las lluvias, descubrió una galería
subterránea. Al hurgar en ella, advirtieron que estaba llena
de alhajas de oro y piedras preciosas. Quisieron cargar con
la riqueza, en eso, al divisar por el campo, vieron a un
venado de singular gallardía, pero ni se les ocurrió
cazarlo. Anduvieron por los alrededores en busca de un burro
para cargar a sus casas la fortuna, pero con mala suerte.
Entonces, fueron al sitio donde habían encontrado la
galería, con la intención de llenar sus alforjas con las
joyas, mas no pudieron dar con ella. En la búsqueda
desesperada se perdieron, y nadie supo de ellos. El venado
que había divisado anteriormente, y que no era sino el
celoso guardián de la gigantesca riqueza, los había
convertido en dos arroyuelos que empezaron a correr junto al
que ya existía, el cual se había formado por la
transformación de los demonios a quienes el bizarro animal,
había vencido en anteriores jornadas.
Tapado,
chacho y los Gentiles - tesoros enterrados y sus gases
(Cajamarca)
Cajamarca.
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/06/tapado-chacho-y-los-gentiles-cajamarca.html
Tesoros enterrados en la región de Cajamarca - algunos
devienen ricos de la noche a la mañana
Muchos de los tesoros que partieron hacia Cajamarca durante
la prisión de Atahualpa no llegaron a su destino. Se conoce
esta voz que viene de los andes peruanos refiriéndose a
tesoros de dicho rescate u otros tesoros sepultados durante
la conquista. Al rededor de estos tesoros se ha construido
una serie de mitos y leyendas que hablan de condenados, de
maldiciones para los ambiciosos y de gente que ha encontrado
dichos "tapados" volviéndose ricos de la noche a la mañana.
Oxidación y gases de "chacho" - gases letales de
antimonio, gases dañosos no letales - la creencia a la
"venganza de los muertos"
Un efecto particular en la salud de quienes verídicamente
han descubierto algún enterramiento de metales, sean estos
preciosos o no es lo que en las serranías llamamos "CHACHO".
No es más que el efecto de los gases que se forman bajo
tierra como producto de la oxidación de dichos metales. En
especial, el antimonio es un gas letal que puede producir la
muerte en caso de inhalación continua.
El efecto del "chacho" es variable para los pobladores
andinos, pasando de un leve sangrado de las fosas nasales a
extrañas enfermedades estomacales, pulmonares y hasta la
muerte. Existen también actos de sanación con presencia de
ofrendas de frutas, alcohólicos, coca y animales.
Esta creencia de la venganza del muerto aflora como
defensiva, de respeto a los "gentiles". Probablemente el
respeto a los antepasados puede mas que la ambición para el
poblador andino, quien no ha abandonado sus creencias no
obstante las niegue ante los extraños.
Tumbas precolombinas - creencia a vigilantes
sobrenaturales
Las tumbas precolombinas, poblados antiguos hoy han dejado
de ser venerados, pero se supone que una fuerza sobrenatural
las custodia castigando a los profanos.
La palanca de oro en el cerro de Varapunta -
desapareció (Cajamarca)
Departamento de Cajamarca (Andes del Norte).
de: Cercado Alto: tradición de tesoro escondido (Cajamarca):
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/06/cercado-alto-tradicion-de-tesoro.html
Contaba el señor Vidal Cerna, que el cerro de Varapunta, en
cierta oportunidad estaban cavando en la tierra y se
encontraron una palanca de oro, trataban de sacarla pero
pesaba mucho, entonces se fue a traer gente a que le ayuden,
pero a su regreso ya no encontraron nada. La palanca de oro,
había desaparecido.
Dos hombres con plata en su mochila - no
sobrevive ninguno de ambos en las montañas (Ayacucho)
Recogida en Huanta, capital de la Provincia del mismo
nombre, Departamento de Ayacucho (Andes centrales).
de: Ayahuarco; http://leyendasperu.blogspot.pe/
En el camino de Ayacucho a Huanta, junto a Huamanguilla, hay
un lugar que tiene dos cerros inmensos; en medio de esos
cerros se ve un abismo, que solamente contemplarlo causa un
miedo horrible. Este lugar se llama Ayahuarco, que en
castellano significa “lugar donde se cuelgan los muertos”.
Hay una leyenda acerca de ese sitio, y dice así: que en
tiempos remotos iban dos viajeros que llevaban dinero; uno
de ellos, que era ambicioso, por quedarse con el dinero, en
el momento en que pasaban por este sitio, en un descuido
empujó a su compañero al abismo, pero apenas había andado
unas cuantas leguas murió misteriosamente.
Dicen que todas las noches, la gente que vive en las
alturas, ven en Ayahuarco un hombre colgado de una inmensa
cadena que sale de ambos cerros; el hombre se lamenta toda
la noche y al amanecer desaparece. Dicen que ese hombre es
aquel que empujó al otro, y que está condenado, y que los
diablos lo cuelgan todas las noches.
Locos cristianos: encuentran una campana de
oro, juegan con cohetes y la mula regresa a la
laguna... (Cajamarca)
Cajamarca.
de: Rodeopampa: tradición tesoro escondido (Cajamarca);
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/06/rodeopampa-tradicion-tesoro-escondido.htm
Cuentan que un pastor en cierta oportunidad estaba pastando
sus ovejas por el lugar, y de pronto escuchó el sonido de
una campana, como el sonido era bastante fuerte, este pastor
comunicó a las autoridades de San Miguel, quienes se
dirigieron al lugar indicado y efectivamente encontraron la
campana que era de puro oro macizo y la misma que se
ocultaba a tres metros de profundidad en el suelo.
Como la campana era bastante grande y pesada, decidieron
llevarla sobre una tarima jalada por una yunta de bueyes,
pero los bueyes increíblemente no podían jalarlo, entonces
probaron en el lomo de la mula, la que tranquilamente iba
con su campana, y ya estaban llegando a San Miguel, y había
salido la población al encuentro de la campana con cohetes y
banda de músicos, pero al escuchar el sonido de los cohetes,
la mula en un instante se convirtió en fuego y se regreso a
la laguna de Mishacocha. Esto sucedió porque la campana
estaba destinada para Llapa y no para San Miguel, por eso
regresó a seguir oculta en el fondo de la laguna.
*****
Locos
cristianos: La leyenda de Kerukocha: una campana de oro
atrae enemigos y provoca la laguna Kerukocha (Ancash)
Ancash
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2015/03/la-leyenda-de-kerukocha.html;
de: http://es.wikipedia.org/wiki/Recuay
Durante la colonia, el virrey envió a Recuay una campana de
oro, cuyo sonido se oía a mucha distancia, envidiosos los
huaracinos, marcharon sobre Recuay para apoderarse de ella.
Los recuaínos se defendieron con bravura, en el fragor de la
lucha, dos guerreros, uno huaracino y otro recuaíno, se
trenzaron en singular combate, el recuaíno tenía la campana
y la defendía con fiereza, en el colmo del furor los dos
rodaron a un precipicio y en el vertiginoso trayecto, la
campana se le escapó al guerrero y cayó en una pampa donde
se hundió.
Al sepultarse formó un enorme hoyo de cuya profundidad
brotó agua dando origen a la laguna de Kerukocha. A las 12
de la noche ésta campana repica fúnebremente, doliéndose
por la muerte de los guerreros.
[Problema: El servicio secreto google no reconoce la laguna
Kerukocha en su mapa].
El
Condenado - un tesoro, un choro y el castigo
(Huancavelica)
Región de Huancavelica (Andes centrales).
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2014/09/el-condenado.html;
http://cuentosandinos.blogspot.com
Vino un empleado de un jefe de Huancavelica con plata en
mulos viniendo de Ayacucho. Se alojó en una finca "Molino"de
un señor David y no quería regresar a Huancavelica pero
quería todo el tesoro viviendo en "Molino". Ahora un día un
cuidador del "Molino" robó un mulo y una parte de la plata y
lo partió con su señor David. Ahora el empleado hizo un
teatro llorando sin fin pidiendo que le devuelvan la plata
robada pero el señor David y el cuidador no querían aceptar
nada. Poco tiempo murieron el cuidador, su mujer y su hijo.
El culpable empleado tomó la fuga a los montes y se
convirtió en un animal medio humano gritando "David devuelve
la plata". El dueño David de la finca "Molino" se quedó
vivo. Rumores dicen que él sufrió de parálisis en sus
piernas y no pudo caminar más...
Versión original:
<Un arriero que traía de Ayacucho cuatro cargas de plata
a lomo de mulos, por encargo de su patrón, se alojó en las
inmediaciones de Izcuchaca (Huancavelica), en un lugar
denominado “Molino” de propiedad del señor David, quien
tenía su cuidador; éste muy de madrugada, mientras el
arriero cargaba el cuarto mulo, hizo desviar una carga y
arrojó solo al animal.
Mientras el cuidador se repartía el dinero con el
propietario del sitio, el arriero desesperado con su
desventura a cuestas, puesto que, para reparar la pérdida
tenía que trabajar el resto de su vida y tal vez hasta sus
descendientes, impetraba de rodillas a los causantes quienes
por la codicia del dinero tornándose indolentes y sordos al
clamor el pobre indio cuyas inocentes lágrimas llegaron
hasta el cielo en procura de la justicia divina.
Al poco tiempo murió el cuidador del “molino”, su mujer y su
hijo. Aquel por ser el culpable directo se condenó, es
decir, arrojado “alma y cuerpo” de la vida ultraterrena,
debía refugiarse por entre los montes tomando la forma de un
animal con cabeza humana gritando de vez en vez: David
devuelve la plata… Inclusive creen que por causa del humo
don David, dueño del molino, que aún vive, sufrió de
parálisis en sus piernas.>
EL TORO DE ORO, ENIGMA OCULTO DE JATUN UCHCU (Huanuco)
Jatun Uchcu, región de Huanuco (Andes centrales).
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2010/04/mitos-y-leyendas-de-huanuco.html
Jatun Uchcu, es considerado hoy no solo un lugar turístico,
sino un yacimiento de increíbles historias contadas por los
pobladores, y que hasta ahora no ha podido ser explorada con
intensidad, debido a su profundidad (la falta de oxígeno) y
su peligrosidad que desalienta al explorador e investigador
a estudiarla. Todos los que han tratado de ingresar,
aseguran haber oído hablar que en el fondo hay un toro de
oro amarra-do a un frondoso árbol de naranjo, cuyos frutos
son también de oro y que está rodeado de hombres
petrificados y que es vigilado por un indio de vestidura
reluciente. Se dice que este personaje, en las noches de
tranquilidad y luna llena, sale a la superficie a tocar su
quena con una delicada melancolía. Manuel Nieves Fabián, en
su libro «Mitos y Leyendas de Huánuco» nos relata: «Se
cuenta que una noche, un hombre que había salido de su casa,
volvió y gritando: ‘¡Encanto!, ¡Encanto!, ¡vengan todos! En
el cerro hay un hombre como si fuera de plata, brilla como
la luna y hasta empaña la vista. ¡Vengan!, ahí está tocando
su quena y bailando sobre una piedra. Al escuchar los gritos
salieron corriendo sus familiares y sus vecinos, pero no
vieron a nadie, sólo la luna alumbraba como si fuera de día.
El hombre no se explicaba cómo había desaparecido tan rápido
e intrigado se quedó toda la noche para ver si aparecía
nuevamente. Al amanecer, se dirigió a la casa de Tayta
Allico para que le explicara sobre el hombre de Jatun Uchcu.
El anciano le respondió contando la siguiente historia: El
hombre que aparece sobre la puerta de Jatun Uchcu, allá,
hace muchos años atrás, había matado a su padre. En castigo,
la justicia le condenó a veinte años de cárcel. Cuando se
encontraba en prisión se le presentó el demonio y le propuso
libertad con la única condición, que al morir su alma le
serviría de esclavo. El hombre ni corto ni perezoso aceptó
la propuesta y en un abrir y cerrar de ojos, fue puesto en
libertad. Cuando ya se encontraba libre, nuevamente se le
apareció el demonio para recordar-le el compromiso pactado.
El hombre aprovechó este momento para desconocer al demonio
y negar todo tipo de contrato...El diablo ante la
desfachatez del hombrecito, sumamente irritado lo cargó
sobre sus hombros y lo condujo a Jatun Uchcu. Allí le
condenó para que eternamente cuidara los tesoros enterrados
en las entrañas, y lo sacrificó.
A partir de esa fecha, el condenado saca al campo a pastar
al toro de oro en las noches de luna llena, mientras él toca
su quena...En una ocasión, una mujer sorprendió al
hombrecito tocando su quena y se enamoro de él, pero el
diablo que no quería la felicidad de su esclavo, condujo a
la mujer a Ichic Uchcu y la enterró viva. Desde entonces,
cada vez que se escucha el sonido de la quena, la mujer sale
a bailar y los enamorados tratan inútilmente de juntarse.
Teniendo como argumento este relato muchos han tratado de
apoderarse de los tesoros de Jatun Uchcu, pero en sus
intentos se han convertido en piedras. Se dice que los
hombres petrificados están a la espera de alguien más fuerte
que logre vencer al vigilante esclavo y a su patrón para
devolverles la vida.
Un toro con oro - desaparece - el río
CURI-YACU (San Martín)
Recogida de Del Castillo, en la Provincia de San Martín,
Departamento del mismo nombre.
de: http://leyendasperu.blogspot.pe/
Juan Antonio Pinedo Panduro era un honrado agricultor, que
en su juventud se dedicó mucho a la caza. Una mañana pidió
permiso a su mamá para ir en busca de venados; y luego que
ella le puso en el morral una media docena de huevos cocidos
y un par de plátanos maduros, partió hacia el riachuelo
Cumbaza y siguió aguas arriba hasta llegar a la cabecera de
dicho riachuelo, en donde desembocan algunos otros
riachuelos. De pronto vio en las aguas de uno de ellos unos
shitaritos dorados y con el ansia de cogerlos los iba
siguiendo, pero los pececillos como si adivinaran la
intención del joven se escabullían, dirigiéndose a una poza
de agua oscura. Pinedo descubrió, con sorpresa, tendido en
la orilla de esta poza un enorme toro negro y brillante, que
babeaba algo de color amarillo.
Y sobreponiéndose a la fuerte impresión que tuvo, se propuso
investigar de cerca. El toro permanecía en el mismo estado y
en el mismo sitio; se dio cuenta que en el lugar donde caía
la baba del animal habían unas pepitas de oro de pura ley.
Contento con este hallazgo, resolvió regresar a su casa.
Pero no bien había caminado una cuadra, se produjo un viento
terrible, con truenos y relámpagos, impidiéndole seguir
adelante. Pinedo, al ver que era imposible continuar
caminando, pues ya todo se ponía oscuro, optó por sacar del
bolsillo las pepitas de oro y echarlas al riachuelo;
inmediatamente y como por encanto cesó la tempestad y el
cazador pudo llegar a su pueblo. Pinedo contó lo sucedido a
un viejecito; éste le dijo: “En cuanto recogiste las pepitas
de oro, has debido darte un corte en cualquier parte de tu
cuerpo; y hubieras hecho una cruz con tu sangre sobre las
pepitas para desencantarlas”.
El viejecito y Pinedo fueron al riachuelo, pero ni los peces
dorados ni el toro dieron señales de vida; habían
desaparecido y sólo encontraron el riachuelo que hoy lleva
el nombre de Curi-Yacu o sea “Río de Oro”.
Un pirata con un tesoro en una maleta -
escondida para siempre (Moquegua)
Departamento de Moquegua.
de: El vengador espíritu pirata (Moquegua);
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/08/el-vengador-espiritu-pirata-moquegua.html
Narran los pescadores con más experiencia del varadero
artesanal de Ilo, que Puerto Inglés, playa ubicada al sur de
la ciudad, fue como una especie de fuerte y desembarcadero
pirata.
Los piratas desembarcaban aquellos tesoros que sustraían de
los navíos de la corona española en una fortaleza peñosa
construida por la propia naturaleza, la cual hallamos en el
cerro de peñas que se encuentra ubicado frente a la playa.
Como era costumbre, después de haber atacado un navío real,
la tripulación pirata quedaba maravillada de tanta riqueza ,
todos los objetos eran de oro y decorados con rubíes.
Al día siguiente de cada robo, el capitán de la embarcación
declaraba los tesoros y a la vez los demás daban fe de
protegerlo de cualquier amenaza inclusive sacrificando sus
vidas.
Una noche Gulibert uno de los piratas, presionado por la
codicia de la mujer que amaba, sustrajo un cofre. Al ser
descubierto por sus compañeros, huyó despavorido rumbo al
cerro de peñas con la finalidad de esconderlo, y así lo
hizo.
No había pasado mucho tiempo y Gulibert fue detenido por el
capitán, quien ordenó castigarlo por la traición, lo cual
era castigado con la muerte, y así lo hicieron. Degollaron a
Gulibert y condenaron su espíritu a la protección infinita
de los tesoros.
Transcurridos los años, nadie se atrevía a buscar el baúl.
Gulibert recorre las inmediaciones del cerro de peñas,
decapitado, debido al castigo que le dieron.
Se dice que su espíritu seguirá penando hasta reunir la
cantidad de vidas que tenía la tripulación pirata a la que
pertenecía. También dicen que aquel que encuentre o trate de
encontrar el baúl del tesoro será maldecido como Gulibert.
Un tesoro escondido en Tumbes donde está el
fuego de un mendigo - el Hualtaco Mocho
Departamento de Tumbes (norte del Perú).
de: El Hualtaco Mocho (Tumbes);
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/08/el-hualtaco-mocho-tumbes.html;
http://prehistoriapiura.tripod.com/leyenda_tumbe.htm
Por el año de 1902 Don Ricardo que así se llamaba el
personaje de esta historia continuamente viajaba de Tumbes a
la palizada hoy Puerto Pizarro, a caballo a fin de despachar
los buques que llegaban a la rada.
En medio del camino se encontraba un Hualtaco que por tener
la parte superior medio quemada se le conocía con el nombre
de “Hualtaco Mocho” y según la tradición allí aparecía un
sujeto que hablaba con el ocasional viajero que por allí
pasase en un idioma nativo.
En una de esas idas y venidas Don Ricardo observó desde
lejos que en la base del Hualtaco Mocho existían brasas
candentes y al acercarse un sujeto le habló en un idioma
para el desconocido, nuestro personaje picando espuelas
galopó hasta llegar a su casa donde relato lo ocurrido.
Cuentan que allí hay un tapado que hasta ahora permanece
oculto.
Selva
El
Paititi: Un rumor provoca expediciones a la selva sin fin
Selva del Perú.
de: http://leyendas-peru.blogspot.pe/2012/10/el-paititi.html
Desde los lejanos tiempos de la Conquista se ha hablado de
la existencia de "ciudades perdidas", del legendario Paititi
y de las fabulosas riquezas escondidas entre la floresta del
Departamento de Madre de Dios, encaramadas en las
estribaciones de los Andes que penetran como espolones en la
selva virgen.
Numerosas han sido las expediciones que se han realizado
para encontrarlas, sin que ninguno de los exploradores las
haya localizado hasta ahora. Al respecto dice el Padre Aza
en sus "Apuntes para la Historia de Madre de Dios", que el
Padre Cenitagoya, también misionero dominico, le informó
sobre monumentos de respetable antigüedad encontrados en una
expedición al río Pantiacolla, cuando se estableció la
Misión que lleva el mismo nombre. Dichos restos, de los que
antes no se tenía noticia alguna, consisten en inscripciones
y figuras grabadas en roca en una tensión de once metros de
largo por dos de ancho.
La codicia de los conquistadores españoles por el oro y el
deseo de los indígenas de deshacerse de ellos, dieron lugar
en los primeros años de la conquista a la proliferación de
leyendas sobre imperios de fabulosas riquezas y bellas
mujeres, enclavados en la espesura de la selva. Uno de los
más interesantes relatos de este tipo es el del Imperio del
Paititi, recogido y mencionado por primera vez por Alvarez
de Maldonado al retorno de su desgraciada aventura al río
Madre de Dios, o Amarumayo, que era el nombre con que los
Incas conocieron este río.
La confusa idea, que por entonces se tenía de la región,
hace que en los relatos de la época se atribuya a los ríos
fantásticos recorridos por lejanos lugares. Y así, en la
versión dejada por Alvarez de Maldonado sobre su expedición
se mezclan y confunden los ríos Apurimac, Jauja, Jircas,
Amarumayo, Manu, Etc. El hecho es que según esta leyenda del
Paititi, en la confluencia del Madre de Dios y el Beni, con
el río Mantaro, que se suponía se prolongaba hasta el
interior de la selva amazónica, había un imperio en el que
se habían originado los incas, quienes a su vez habían
fracasado más tarde en el intento de conquistar a sus
supuestos antecesores.
Como había sucedido con anteriores leyendas, el mito del
Paititi se propagó y dio lugar a muchas tentativas de
penetración en la selva de esa región, conocida también como
región de los mojos, parte de las cuales se encuentra hoy en
el territorio de Bolivia, en busca de las riquezas que se
suponían existía allí. Desde Cochabamba y Santa Cruz salían
también con frecuencia expediciones para explorar la selva
amazónica, actividad que cobró inusitada intensidad cuando
se generalizó la leyenda del Paititi y así, la mayoría de
los gobernadores de Santa Cruz hicieron constantes intentos
de penetrar en la región de los Mojos y reducirlos.
Tal fue el interés que se puso en estas andanzas que aún el
Presidente de la Audiencia de Charcas, Juan de Guizarazu,
preparó una expedición que no llegó a realizar, pero originó
que reuniera una importante documentación sobre todas las
tentativas que hasta entonces se habían realizado y sus
resultados. Entre los documentos que reunió, está el relato
del cura de Mataca, Diego Felipe de Alcaya, quien dice que
los Incas penetraron a la región de Mojos y sostuvieron
cruentas luchas con invasiones de guaraníes. Dice también
Alcaya, que un general incaico, sobrino de un emperador y
llamado Mango, logró someter a los indios del Paititi y su
imperio llegó a tener una gran extensión.
El Conde de Castelar envió un cronista al Rey, en el que se
indica la región de los ríos Madre de Dios, Beni, Mamoré y
Andera y según este croquis, la región central del Imperio
del Paititi se encontraría en la confluencia de los ríos
Beni y Mamoré en zona que es boliviana. Pese a las numerosas
expediciones realizadas por los españoles a la zona del
supuesto imperio, nunca se llegó a encontrar indicios de su
existencia.