de:
Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras
grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991;
avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel.
231933 / 234363;
7. IMPLANTACIÓN DEL CONOCIMIENTO
Para alcanzar la finalidad de su existencia -
desarrollar la capacidad reflexiva para incrementar y
conservar el conocimiento -, la Humanidad Gliptolítica
recurrió también a la implantación del conocimiento
mismo, insertando en la corteza cerebral conjuntos
moleculares de ácidos nucleicos y proteínas, que
constituirían la base física del conocimiento, y
recurrió, asimismo, a la modificación de la estructura
orgánica mediante la alteración del sistema
embriogenético responsable de la formación y función de
los órganos.
En el primer caso se trasegaban códigos cognoscitivos
que, al incrementar el conocimiento, elevaban de rango
cognoscitivo al individuo. En el segundo caso, alterando
una ficha genética en el organismo del individuo, se le
predisponía a una mayor capacidad de reflexión. La
implantación del conocimiento la encuentro representada
simbólicamente en un Gliptolito y la modificación de la
estructura orgánica la encuentro representada
simbólicamente en un manto de Parácas.
7.1. IMPLANTACIÓN DE CÓDIGOS COGNOSCITIVOS (p.275-279)
El Gliptolito que posee simbólicamente esta información,
tiene aproximadamente sesenticinco [sesenta y cinco]
centímetros de (p.275) diámetro mayor, su color es
negruzco y se observa que la modalidad del grabado es la
del rayado profundo.
La información se encuentra representada en una escena
que ocupa dos lados del Gliptolito. En un lado observa a
un individuo sobre la mesa de operaciones (3 en Fig.
85A),
Fig. 85A: Implantación de códigos
(conocimientos) (p.277)
|
sometido a una doble intervención quirúrgica: el
transplante del complejo suprarrenal-riñón, a cargo de
un cirujano, y al trabajo que realiza otro cirujano al
manipular unos hemisferios cerebrales (5 en Fig. 85A)
que están haciendo contacto con los hemisferios
cerebrales del individuo. Entiéndase que el transplante
del complejo suprarrenal-riñón - como ha quedado dicho
en el capítulo sobre medicina gliptolítica - tenía el
propósito de evitar el rechazo a lo que luego se iba a
transplantar.
El manipuleo de la presente escena podría hacer pensar
que se trata de implantar los hemisferios cerebrales en
la cavidad craneana del individuo, junto a su propio
cerebro. Sin embargo, un rasgo singular de la escena
desecha esta posibilidad: las circunvoluciones de los
hemisferios cerebrales están dispuestas de tal manera
que parecen continuarse como si fueran las de un solo
cerebro. Esto significa que se está trasegando en el
cerebro del individuo cierta parte fluida de los
hemisferios cerebrales provenientes de otro cerebro, es
decir, se están trasegando conocimientos (códigos
cognoscitivos).
Pienso que la escena bien podría ser un símbolo, que
quiere dar a entender que la implantación de códigos
cognoscitivos no se hacía en la forma como muestra la
escena, es decir con la presencia de otros hemisferios
cerebrales, sino mediante la aplicación artificial de
los códigos cognoscitivos, previamente sintetizados por
los científicos gliptolíticos.
Obsérvese que por debajo de la mesa de operaciones hay
una figura de forma cuadrangular (6 en Fig.85A), de la
que salen dos conductos que contienen cánulas (7 en Fig.
85A).
Los conductos se hallan conectados, por las muñecas del
individuo, al sistema arteriovenoso radial. La figura
cuadrangular sería un dispositivo integrante de aquel
complejo sistema de aparatos electrónicos que describí
al tratar de las intervenciones quirúrgicas (Cap. V) y
cuya función sería la de incorporar - en el torrente
(p.276) circulatorio y a través de las cánulas - un
líquido desconocido que, llevado por la sangre a los dos
pares de hemisferios cerebrales, hiciera posible el
traslado de los conjuntos moleculares de ácidos
nucleicos y proteínas (códigos cognoscitivos) a los
hemisferios cerebrales receptores. Esto, si
verdaderamente la implantación de códigos cognoscitivos
se hacía de hemisferios cerebrales a hemisferios
cerebrales. Pero si se considera la otra interpretación
que he dado en el sentido de que la presencia de
aquellos otros hemisferios cerebrales bien pudiera ser
sólo un símbolo que quiera dar a entender que los
códigos implantados eran sintetizados previamente, el
líquido desconocido habría tenido la misma función que
en el caso anterior, de decir, habría sido el encargado
de introducir los códigos (p.277) cognoscitivos
sintetizados en el torrente sanguíneo para que llegaran
al cerebro. En uno o en otro caso se creó un campo
electromagnético que, actuando a nivel molecular,
propiciaba la incorporación de los códigos.
La presencia de este campo electromagnético se halla
simbólicamente graficada en esta escena por un anillado
que enlaza, a la altura de los pies, el cuerpo del
individuo con la mesa de operaciones. Se entiende que la
mesa de operaciones no era sólo un objeto que servía de
receptáculo sino que, mediante ciertos dispositivos,
formaba parte de aquel complejo sistema de aparatos
electrónicos que usaron los cirujanos gliptolíticos en
sus intervenciones quirúrgicas.
El campo electromagnético así creado, habría tenido por
función específica establecer el sentido del
desplazamiento de los conjuntos moleculares de proteínas
y ácidos nucleicos a los hemisferios cerebrales
receptores.
La culminación exitosa de la operación descrita que da
expresada en un haz de líneas que se proyecta desde el
ojo del individuo. Esto, que significa aumento del poder
visual, es el símbolo con el que se indica la mejora
cognoscitiva obtenida en la operación.
En el otro lado del Gliptolito se aprecia la cabeza de
los dos cirujanos (Fig. 85B).
Fig. 85B: Implantación de códigos 02
(p.279)
Implantación de códigos cognoscitivos. Un
cirujano transplanta el complejo
suprarrenal-riñón, para evitar el rechazo, y
el otro manipula los hemisferios cerebrales
provenientes de otro cerebro (p.279).
|
El que manipula el complejo suprarrenal-riñón tiene
pequeño y redondo el ojo (2 en Fig. 85B), mientras que
el que manipula el cerebro lo tiene grande y ovalado (1
en Fig. 85B). Esta diferencia es un símbolo empleado
para establecer diferencia de jerarquía cognoscitiva,
pues señala que el cirujano que manipula el cerebro está
cognoscitivamente más capacitado que el otro. El haz de
líneas que proyecta el ojo del individuo receptor,
vendría a significar que acaba de adquirir un rango
cognoscitivo superior al que tienen los cirujanos.
Hasta hace poco era creencia marcadamente indiscutible
que el conocimiento solamente se podía adquirir a través
del complejo mecanismo de la reflexión que realiza la
mente del individuo, sea para aprehender la información
que proporcionan las vivencias, sea para aprehender
indirectamente como suele hacerse por las referencias de
conocimientos que le llegan al hombre.
Sin embargo, no se había pensado en que el conocimiento
podía adquirirlo (p.278) el individuo sin el mecanismo
previo de la reflexión. Esto es lo que nos dice el
mensaje del Gliptolito que acabo de interpretar (p.279).
7.2. [EXPERIMENTOS CON ÁCIDOS Y GUSANOS] (p.279-283)
[Ciencia electrofisiológica: células y ácidos]
Investigaciones electrofisiológicas realizadas por
científicos actuales, han revelado que el cerebro es un
maravillosos "cuadro" atravesado en todos sentidos y de
continuo por innumerables y fulmíneos impulsos
eléctricos. Sin embargo, estas investigaciones no han
logrado dar una información precisa sobre la actividad
eléctrica del cerebro.
La idea de que esta actividad cerebral va acompañada por
una actividad química, ha conducido en los últimos años
a encaminar las investigaciones hacia este tipo de
(p.279) actividad. Se ha encontrado que en las células
gliales - células que, aproximadamente en número de
diez, acompañan en calidad de satélites a cada célula
nerviosa o neurona - las proteínas son sintetizadas a un
ritmo que no tiene igual en ninguna otra célula del
organismo human.
Paralelamente a esta actividad proteíno-sintética en las
células gliales también se han comprobado un alto grado
de actividad enzimática (las enzimas son moléculas muy
complejas que facilitan las reacciones químicas, ya para
formar moléculas, ya para desdoblarse) y un elevado
contenido de ácido ribonucleico (contenido que es
superior en un diez por ciento a la cantidad de ácido
ribonucleico que se encuentra en las neuronas). Se sabe
que este ácido regula la actividad de síntesis
proteínica y que las proteínas son de diversos tipos,
por lo que se piensa que el almacenamiento de las
informaciones en el cerebro del individuo se efectúe a
través de la producción de determinados tipos de
proteína que se formarían por las transformaciones que
se producen al llegar al ácido ribonucleico los impulsos
provenientes de las células nerviosas.
Esto quiere decir que el impulso nervioso que llega a la
neurona con el propósito de registrar (almacenar) la
información como producto de la experiencia directa o
indirecta, se trasmite a las células gliales, en donde
el ácido ribonucleico, mediante ciertas transformaciones
estructurales de sus componentes (bases nitrogenadas:
adenina, citocina, guanina y uracilo, pentosas: ribosa;
y un ácido: ácido fosfórico), elabora - sintetiza - una
proteína con el propósito de que en ésta quede
alamacenada, en código, la información.
Puede decirse que esta proteína así elaborada es la
estructura bioquímica en la que queda registrado el
conocimiento correspondiente a la experiencia que
condujo el impulso nervioso. Todo esto es el resultado
de las investigaciones llevadas a cabo por el científico
sueco H. Heydén, en 1950, en el Instituto de Histología
de la universidad de Gotemburgo (Suecia).
Cada información requiere de un tipo diferente de
proteína. Como el hombre puede acumular diferentes tipos
de información que sumados dan una enorme cantidad (la
cantidad podría ser infinita si el hombre fuera
inmortal), el ácido ribonucleico tiene posibilidades
infinitas de (p.280) producir - sintetizar - diferentes
tipos de proteína, en los que cada tipo corresponde a
una información diferente.
Se calcula que un individuo llega a almacenar en su vida
mil billones (1 000 000 000 000 000) de informaciones.
Esta cifra, sin embargo, es notablemente más baja que la
cantidad de impulsos nerviosos eléctricos que en la vida
de un individuo atraviesa el sistema nervioso. Se
calcula que en el estado de vigilia, es decir de
conciencia, se generan 3 mil millones de impulsos por
segundo en el sistema nervioso.
[Desarrollo corporal en la tercer edad:
reducción de la actividad y de la masa cerebral]
Las investigaciones han demostrado que el contenido de
ácido ribonucleico de las células nerviosas aumenta
considerablemente a partir de los 3 primeros años de la
vida hasta los 40 años. Desde los 40 hasta los 55-60, el
contenido de ácido ribonucleico permanece constante y
luego disminuye bastante rápidamente. Se ha comprobado
también que a medida que aumenta la edad disminuye el
número de células nerviosas en funcionamiento y que, de
los 30 a los 90 años, el volumen del cerebro sufre una
reducción aproximadamente de un diez por ciento.
[Experimento con gusanos "planarias":
transmiten el conocimiento por vía bioquímica]
Experimentos realizados con gusanos
platelmintos llamados planarias han demostrado
la posibilidad de transmitir por vía bioquímica el
conocimiento.
Filogenéticamente las planarias son antiquísimas
(existen sobre la Tierra desde hace 600 millones de
años, desde la era Paleozoica), carecen de sistema
circulatorio y de intestino. Tienen, sin embargo, una
simetría bilateral, un sistema nervioso rudimentario y
primitivo, con una cabeza que gobierna el cuerpo.
Las planarias al ser seccionadas tienen la capacidad de
regenerar la parte faltante: la parte caudal regenera la
cabeza y ésta la parte caudal. Si estos animales están
hambrientos practican el canibalismo. Se tomaron unas
planarias y se les enseñó un conocimiento específico:
empleando una especie de laberinto en forma de T, se les
enseñó, mediante luces y descargas eléctricas, a
dirigirse hacia la bifurcación del laberinto y elegir
siempre el mismo ramal. Se seccionaron a estas planarias
y los pedazos fueron tragados por planarias no sometidas
a ningún entrenamiento.
El resultado fue sorprendente: estas planarias
resolvieron el problema del laberinto en la misma
(p.281) forma como antes había sido resuelto. Estos
experimentos fueron iniciados en la Universidad de
Texas, EE.UU., por R. Thompson y J.V. McConnel y fueron
continuados por éste en la Universidad de Michigan.
Las planarias engloban los alimentos de la misma forma
como lo hacen las amibas; por lo tanto, no destruyen las
sustancias ingeridas. Esta característica les permite
integrar directamente a sus tejidos, largas cadenas
proteínicas y células enteras. En consecuencia, a las
planarias del experimento les vino el conocimiento en
las proteínas de los trozos que tragaron.
[Experimentos con ácidos - mejoran el cerebro
de los hombres preseniles]
En personas que presentaban una notable disminución de
la memoria se ha obtenido una mejoría luego de un
tratamiento con ácido ribonucleico aplicado por la vía
intravenosa. A veinte individuos (preseniles, seniles,
arterioesclerosos) se les midió previamente la capacidad
memorística mediante la aplicación de una serie de
tests.
Al término de dos semanas de les administró el ácido
ribonucleico y fueron nuevamente examinados con los
mismo tests. Todos mejoraron; los que revelaron una
mejoría más marcada fueron los pacientes
arterioesclerosos, seguidos por el grupo de los
preseniles. Los arterioesclerosos también respondieron
bien a la administración del ácido ribonucleico por vía
oral; en este caso la dosis fue más alta y el
tratamiento abarcó un mayor período. El tratamiento
estuvo a cargo de D. Ewen Cameron, de la Universidad
McGill, EE.UU.
Un experimento similar se realizó en el Hospital de
Rehabilitación Heine-Medin de Budapest. Se trató con
ácido ribonucleico a cuatro niños de cinco años de edad
que ofrecían secuelas de parálisis poliomielíticas muy
similares entre sí y con un atraso mental bastante
marcado. El tratamiento duró veinte días. Al
cuarto día, si bien la fuerza muscular no experimentó
ninguna mejoría, el comportamiento de los niños mejoró:
aparecían más activos, más sociables, más alegres, y
menos taciturnos, tenían incluso mejor apetito. Pero con
solo suspender dos días la administración de ácido
ribonucleico volvían al estado anterior.
Finalmente, el cociente de inteligencia, rigurosamente
determinado al comienzo de la cura, demostró un (p.282)
aumento sensible y progresivo (p.283).
7.3. MODIFICACIÓN GENÉTICA EN UN MANTO DE PARACAS
(p.283-288)
Los Mantos de Parácas, por la finura de su confección en
que destaca la calidad de la fibra utilizada, los vivos
y durables colores, la delicadeza en la composición y en
el detalle, revelan ser obra de una depurada tecnología.
El mundo no les escatima su asombro y admiración. Se les
ha encontrado en tumbas de la cultura Parácas, una de
las culturas preincas. El hecho de haber sido
encontrados en estos lugares ha servido para que se crea
que fueron confeccionados por hombres de estas culturas.
Y se suele sostener que las representaciones de sus
figuras obedecen a la intención de expresar, de manera
estilizada y en algunos casos fantasiosamente, escenas
de la vida de estos hombres.
Sin embargo, no se ha reparado en que las figuras de los
Mantos de Paracas no son meros adornos ni obedecen
exclusivamente a un propósito estético, sino que en
ellos las figuras son símbolos que informan sobre
conocimiento de índole genética del hombre, en dos
niveles: en el nivel microfísico y en el nivel
macrofísico. El solo detalle de haber sido hallados
junto a objetos que denotan un primitivismo de parte de
los ocupantes de las tumbas (tales como espinas
vegetales adaptadas para coser, puntas de obsidiana,
collares de caracoles y trocitos de hueso, calabazas,
maíces, burdos ceramios - sorprendentemente junto a
finos ceramios -, etc.) revela un desnivel en la
tecnología, lo que puede bastar para que se tenga por
inadmisible que estos Mantos hayan sido hechos por
hombres preincas.
No sólo, pues, la tecnología empleada sino también el
profundo conocimiento científico representado en estos
Mantos demuestran que fueron hechos por una cultura
avanzada. Los Mantos deben haberle llegado a los hombres
de la cultura Parácas en sucesivas reproducciones, a
través de generaciones de grupos humanos que existieron
muchos antes que los preincas y que poseyeron la
indispensable tecnología como para reproducirlos de los
Mantos (p.283) originales: aquellos confeccionados por
la Humanidad Gliptolítica con el propósito de dejar
mensajes.
El Manto de Parácas que a continuación interpreto
informa sobre la alteración de un rasgo somático: la
eliminación del dedo pulgar, a fin de predisponer al
individuo genéticamente al incremento de de la capacidad
de reflexión (41).
(41)
Los Mantos de Parácas forman series de numerosos
ejemplares. El resultado de mis investigaciones sobre
la información contenida en varias series, las daré a
conocer oportunamente.
Destaca en el manto la figura de un ser humano cuya
cabeza se encuentra rodeada por una zona de color azul
(13 en Fig.86). El cuerpo de esta figura humana se halla
hacia arriba, de modo que se observan los pies, con
cinco dedos (15 en Fig.86).
Fig. 86: el tejido de Paracas con la
ingeniería genética (p.285)
|
Obsérvese que en cada pie uno de los dedos tiene la
forma de un pulgar, rasgo que interpreto ha sido
colocado con el propósito de que se repare que las manos
de esta figura humana carecen de pulgar. La presencia de
una zona de color azul ala altura del vientre (el mismo
color que rodea la cabeza de esta figura humana), zona
en la se observa una forma fetal (1 en Fig.86), revela
que la figura humana es una mujer en estado de
gestación. Por encima de la cabeza de la mujer hay dos
especies de cintas alargadas que terminan en unas formas
esféricas (5 y 9 en Fig. 86). En la primera de estas
cintas se observan cuatro figuras redondeadas de color
amarillo (el mismo color de los brazos, las piernas y
los pies de la mujer). Estas figuras redondeadas tienen
a manera de núcleo una zona oscura, por la parte
superior unos casquetes igualmente oscuros y un pequeño
cuadrilátero de color blanco. Representan el proceso de
ovogénesis, o sea el proceso de formación del óvulo.
[Las figuras en el tapiz de Parácas]
La primera de estas figuras redondeadas (3 en Fig.86) es
la ovogonia, célula embrionaria que se halla en el
ovario. Las dos siguientes don, respectivamente, el
ovocito de primer orden y el ovocito de segundo orden,
fases evolucionadas de la ovogonia, y la última (4 en
Fig. 86) es el óvulo ya formado y listo para ser
fecundado por el espermatozoide. La (p.284) figura
esférica que corona esta cinta (5 en Fig.86)
representa simbólicamente la vagina. La cinta de la
izquierda tiene cuatro figuras redondeadas con ojos,
boca y con una especie de prolongación a manera del
cuerpo. Representan la espermatogénesis, proceso de
formación del espermatozoide. La primera de estas
figuras (6 en Fig. 86)
representa la espermatogonia, célula embrionaria del
testículo. Las dos siguientes, respectivamente,
representan el espermatocito de primer orden y el
espermatocito de segundo orden, formas evolucionadas de
la espermatogonia. La cuarta figura (7 en Fig. 86)
representa el espermátide o espermatozoide inmaduro y,
por lo tanto, en condiciones de iniciar su proceso de
maduración. La forma alargada y esférica que corona esta
cinta (9 en Fig.86) representa simbólicamente el pene.
En el lado derecho aparecen las figuras simbólicas de
tres espermatozoides. el de color oscuro (8 en Fig.86)
al hallarse conectado al tronco de la mujer significa
que es el que ha fecundado el óvulo y ha formado
el huevo que se observa dentro del cuerpo de la mujer,
en forma de un rostro (11 en Fig.86). La idea de que
esta figura es el huevo, es decir la fusión del
espermatozoide y el óvulo, se encuentra simbolizada en
el color oscuro de los ojos (color que tiene este
espermatozoide) y por el color amarillo del núcleo del
óvulo (color que se halla en la mujer). La presencia de
los otros dos espermatozoides (12 en Fig. 86) no
significa que sean del mismo hombre que ha producido el
espermatozoide de color oscuro. Su presencia es un
símbolo que da a entender que la fecundación ha
obedecido a una selección previa de hombres en los que,
trabajando a nivel genético, se puso en condiciones a
uno de ellos para implantar en la mujer el código
genético que (p.286) permitiera que la mujer procreara
un ser con manos sin pulgar. El color oscuro del
espermatozoide se puede observar en una banda oscura que
aparece en las manos de la mujer (2 en Fig. 86) y
también en sus tobillos. La carencia del pulgar en las
manos de la mujer no significa que realmente sus manos
tengan esta característica. La banda oscura que tiene en
las manos, signo del espermatozoide que la ha fecundado,
significa que el hombre le ha implantado el código
genético que le permitiría a ella concebir un ser sin
pulgar.
La figura de tres riñones (14 en Fig. 86) - que por lo
demás aparecen con la respectiva corteza, médula, pelvis
y uréter - es el símbolo de que la modificación genética
ha requerido de tres generaciones para hacerse
permanente y que, dado que el riñón elimina células, el
análisis microscópico que se haga de éstas confirmará
que el gen - elemento determinante de una característica
orgánica - responsable de la presencia del pulgar,
habría sido eliminado del cromosoma.
La mano de cinco dedos en la que el pulgar está en
posición oponible a los otros, predispone al individuo
hacia las labores manuales. Es la mano de garra. Como lo
que caracterizó a la Humanidad Gliptolítica fue
desarrollar la capacidad reflexiva para incrementar y
conservar el conocimiento, pienso que la información
contenida en este Manto de Parácas significa que la
Humanidad Gliptolítica tuvo un profundo conocimiento de
los códigos genéticos, responsables de las
características somáticas del individuo y que gracias a
ello pudo modificar los rasgos deseados.
Es posible, en consecuencia, que el dominio de este
campo le haya permitido alterar la ficha genética del
notharctus para ascenderlo al nivel de hombre.
[Cabrera: el dedo pulgar solo es un símbolo]
Con relación a la eliminación del dedo pulgar pienso que
solamente es un símbolo que quiere reiterar la finalidad
de la existencia de la Humanidad Gliptolítica: apartarse
de la condición de animalidad, condición ésta que
encuentra su rasgo dominante en la mano de garra, es
decir, en aquella mano que predispone al hombre a
apartarlo del conocimiento.
Si bien, pues, no creo que la eliminación del dedo
pulgar haya sido el procedimiento con que los Hombres
(p.287) Gliptolíticos ascendieron al notharctus al rango
de hombre, no desecho la posibilidad de que los Hombres
Gliptolíticos (los que vinieron del cosmos y de cuya
figura humana sólo se tiene una idea aproximada por la
figura del Hombre Reflexivo y Científico, que fue
hechura de ellos) hayan tenido mano sin pulgar y que,
tal vez, hayan eliminado genéticamente el dedo pulgar
del Hombre Reflexivo y Científico - el más elevado de la
escala de hombres -, con el propósito de ascenderlo al
nivel cognoscitivo de ellos mismos (p.288).