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Mitología y fiestas de los Mapuches




presentado por Michael Palomino (2011)

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de: María Espósito; en: Diccionario Mapuche mapuche-español / español-mapuche; personajes de la mitología; toponimia indígena de la Patagonia; nombres propios del pueblo mapuche; leyendas; Editorial Guadal S.A., 2003; ISBN 987-1134-51-7


La leyenda de creación de los Mapuche con los dos serpientes Cai-Cai y Tren-Tren (Txeg Txeg y Kai Kai filu)

Según la mitología del pueblo mapuche, su origen tiene una historia: en el mar, en lo más profundo, vivía una gran culebra que se llamaba Cai-Cai. Las aguas obedecían sus órdenes y un día comenzaron a cubrir la tierra. Tren-Tren, otra culebra tan poderosa como la anterior, que vivía en la cumbre de los cerros, aconsejó a los mapuches subir a un cerro cuando comenzaran a elevarse las aguas. Muchos no lograron subir y murieron, transformándose en peces. Finalmente, hicieron sacrificios y se calmó el agua, y los que se salvaron bajaron del cerro y poblaron la tierra (p.237).

El orden superior

El cosmos se divide en siete niveles que se superponen verticalmente [?] en el espacio. En los cuatro niveles superiores viven divinidades, ancestros y espíritus benéficos. Luego se encuentra una plataforma donde residen los huecufe o wekufe, espíritus malignos. En el nivel terrestre, donde están los mapuches, se manifiestan tanto las fuerzas del bien como las del mal, afectando la conducta humana. El último nivel es subterráneo y allí moran los caftrache, hombres enanos malignos (p.237).

El ser supremo (Nguenechen)

En la cultura mapuche, la "divinidad" se llama Nguenechen y está compuesta por cuatro elementos simultáneos: el padre anciano (Fucha Chau), la madre anciana (Kuze Ñuke), el hombre joven (Hueche Huentru) y la mujer joven (Ulcha Domo).

El cuatro, o más bien los números pares, debe prevalecer en el orden de las cosas, hecho que se observa en la naturaleza: cuatro etapas de la vida (niño - joven - adulto - anciano), las cuatro estaciones del año, los cuatro momentos por los que atraviesa el día, etcétera (p.238).

Dos vidas

Los mapuches creían en la vida después de la muerte. Luego del paso por el espacio terrenal, al morir, se iniciaba un viaje hacia el otro mundo. Cuando una persona moría, se acompañaba su sepultura con todos los elementos preciados (vasijas, plata, riendas, comida, bebida), los que serían necesarios para su nuevo tránsito. Antiguamente cuando un cacique (juez del pueblo) moría, incluso se enterraba su caballo.

Para acompañar el paso a la nueva vida se realizaba una ceremonia fúnebre - amuil pellin - donde se le pedía al espíritu del difunto que iniciara su viaje. Se creía que de no efectuarse este rito, el espíritu erraría si rumbo, acechado a sus familiares (p.238).

Machis (chamanes, curanderos, mediantes)

Entre los mapuches no existían los sacerdotes, pero los machis ("curanderos" o "hechiceros", según los blancos) eran los encargados de contactarse con el mundo del más allá. A través de sueños y visiones premonitorias, los machis podían saber que habían sido elegidos para ser intermediarios entre el pueblo mapuche y los espíritus. Sólo entonces recibían los conocimientos necesarios de parte de los machis más viejos.

A través de su mediación, se otorgaba salud, bienestar (p.238), tranquilidad y abundancia. Usando su poder de comunicación con los seres sobrenaturales, el machi expulsaba a los espíritus malvados que causaban daño. Además, estaba dotado de facultades adivinatorias, terapéuticas y rituales. En la actualidad, estas funciones son ejercidas principalmente por mujeres.

Las o los machis tenían gran influencia en las comunidades. Por lo general, vivían solos y eran muy respetados. Cuentan que uno de los rasgos exteriores que los identificaban era que se dejaban crecer el pelo y las uñas. En el caso de los machis varones, solían vestirse con ropa de mujer (p.239).


Ceremonias (ceremonias específicas para cada situación)

Dentro de las expresiones religiosas del pueblo mapuche existe una ceremonia específica para cada situación:

-- se celebran rituales al constituirse una nueva machi,

-- al sepultar a un jefe,

-- al cambiar un rehue (p.239), "lugar sagrado donde se realizan las ceremonias religiosas" (p.85)

-- cuando se pide por buenas cosechas o cuando se agradece la bonanza (clima bueno)

-- para detener alguna calamidad, como una sequía

-- para el año Nuevo (huentripantu).

En muchas de ellas, y de acuerdo con la cosmovisión, se persigue la compensación de las fuerzas del bien (ngnechen) con las del mal (weküfe). La primera significa vida y construcción; la segunda, destrucción y muerte (p.239).


El machitun: ceremonia contra enfermedades graves en una ruca - humo y chupar los seres diabólicos en forma de palillo, sapo o lagartija - cantos mágicos - hierbas

Cuando una persona enfermaba de gravedad, era llamada la machi (chamana), a fin de que curara lo que ellos creían un maleficio o daño, para lo cual se realizaba la ceremonia del machitun. Por lo general, dentro de la ruca del enfermo se reunían con él sus parientes.

Lo tendían en el suelo y a su cabecera la machi plantaba una rama de canelo. Quemaba algunas hierbas, como tabaco, y llenaba de humo la habitación. Luego, se acercaba al paciente y chupaba la parte de su cuerpo que estaba (p.239) enferma para extraer los wekufu o hualichos, seres diabólicos que se introducían en el cuerpo de las personas tomando la forma de un palillo, un sapo o una lagartija, y causaban la enfermedad.

También usaba los cantos mágicos al son del cultrun (tambor o caja con palillo envuelto en lana, p.19), que le permitían entrar en trance y comunicarse con las fuerzas del otro mundo para que le indicaran la causa de la enfermedad y cómo curarla, y el rehue (lugar sagrado, p.85) o escalera sagrada, un poste de madera con peldaños tallados que le permitía explicitar el viaje de su alma a la tierra de arriba. A esto sumaban sus conocimientos sobre hierbas medicinales, las que administraban sabiamente, y sus conocimientos del cuerpo humano, que les permitían, por ejemplo, tratar eficazmente las fracturas de huesos.

Pero había ocasiones en que el enfermo no sanaba; entonces la machi se disculpaba diciendo que el maleficio había dañado al paciente las "entrañas más nobles". No siempre esto era aceptado de buen grado por los familiares del difunto (persona que murió), hecho que complicaba el oficio de machi (p.240).


El Nguillatun: fiesta pidiendo a un buen futuro de 4 días [web01] - ceremonia de U con un altar con ramos

Una de las ceremonias más importantes de la cultura mapuche es el Nguillatun.

La comunidad Mapuche se reúne en esta festividad para rogar por el porvenir del mañana, situándose durante cuatro días en algún lugar designado, donde se pide a su dios, Futachao por el progreso y bienestar [web01].

Aún hoy, todos los años, las comunidades se reúnen parar pedir a su dios por la fertilidad de los campos y los animales, y el bienestar de la comunidad. Alguna calamidad, como una inundación o gran sequía, puede ser motivo también para celebrar un Nguillatun.

Para realizarla se elige un campo llano y allí se establece un espacio ritual en forma de "U", con abertura hacia el Este (los mapuches lo consideran un punto cardinal sagrado, todo lo bueno vendría del Este, como el Sol). En el centro se coloca el rehue,

("el lugar sagrado donde se realizan las ceremonias religiosas", p.85).

altar formado por ramas de canelo, lenga, maitén y otros árboles de la zona, y una serie de cañas de coihue (árbol para canoas) con banderas blancas, celestes y amarillas. Durante la (p.240) ceremonia se realiza danzas rituales, oraciones y cantos, acompañados del cultrún (tambor) y la trutruca (cuerna larga); además, se ofrenda chicha, tabaco, yerba y la sangre de animales.

Originalmente, los machis dirigían el Nguillatun, pero luego fueron reemplazados por los caciques. Según "El Gran Libro de la Patagonia" (Editorial Planeta Argentina 1997, Buenos Aires), <la rogativa (oración) comienza con el awin

(tb. ahuin, ceremonia ritual practicada en honor de un visitante, consiste en carreras a rienda suelta (p.8), rescoldo, cenizas calientes [web02]),

que consiste en cuatro recorridas (caminos) alrededor del rehue, que se hacen profiriendo gritos.

(...) Luego, las mujeres entonan canciones ceremoniales llamadas tayil, cuyo compás (ritmo) se marca con el cultrum - pequeño tambor - ejecutando por la machi (sabia) o hechicera (mujer mediante).

(...) Después se inicia una danza ejecutada por cuatro aborígenes que imitan a los avestruces pintándose el cuerpo y usando un tocado hecho con las plumas de esas aves (...)

Después del baile se vuelve a formar el awin (ahuin, carreras a rienda suelta, p.8) hasta el final del día. Esta secuencia ceremonial continúa en forma similar hasta terminar el tercer día de la rogativa. En la última jornada, el director de la ceremonia, o nguillatufe, que puede ser un cacique o una machi, realiza el sacrificio ritual de un animal para congraciarse con Nguenechen. Por último, todos los hombres y mujeres ejecutan una danza en la que se forman dos círculos con céntricos (en el interior, las mujeres, y en el exterior, los hombres) alrededor del rehue, cada uno de ellos girando en sentidos opuestos.>

Nguillatun actual por lo general en el marzo

En nuestros días, las ceremonias religiosas se realizan en cada agrupación con características propias, a pesar de que en tiempos pasados todas las comunidades las realizaban del mismo modo y al mismo tiempo. En la Argentina, por lo general, son dirigidas por los caciques, y en Chile, por los machis. En nuestro país, donde las comunidades actuales de Neuquén, Río Negro y Chubut (p.241) basan su subsistencia en la ganadería ovina y caprina, las rogativas se realizan por lo general en el mes de marzo, para pedir por la fertilidad (p.242).
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Fuentes

[web01] http://es.wikipedia.org/wiki/Nguillatun
[web02] http://html.rincondelvago.com/mapuche.html



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